
Todos los apuntes de la Facu, todos los libros de Historia a la hoguera; todas las áridas horas de estudio que no han servido nada más que para robárselas a mi existencia, todas las neuronas que se quedaron por el camino en la preparación de los exámenes...Y, lo peor de todo, todos los años de docencia contando mentiras a los chavales, suspendiendo a aquéllos que no me creían y regalando la nota a los otros que se tragaban mis trolas.
Y todo porque hay dos autores "más zumbados que las maracas de Machín" que sostienen toda una sarta de entelequias imaginadas mientras dormían, o quizás, tampoco era eso, igual es que confundieron los cuentos de las
Mil y una noches con la Historia de España.


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