Revista FUERZA NUEVA, nº 490, 29-May-1976
Revolución paso a paso
… El Gobierno Arias ha presentado ante el pueblo su política reformista como una “actualización de los medios para dotarlos de una mayor eficacia” y una “adecuación con proyección de futuro de nuestras Leyes e Instituciones a las actuales circunstancias”, porque “sólo se reforma lo que se quiere conservar”, dado que “no hay reforma sin continuidad” … Así habló el señor Arias en su discurso del pasado 28 de abril.
A modo de anestesiantes
Y sin embargo la gestión del actual Gobierno –compuesta por acciones y omisiones- está desmintiendo a cada paso estos característicos comienzos de discurso de su presidente, hasta el punto de hacernos sospechar que todas las frases citadas, y otras semejantes, se le están suministrando al pueblo español a modo de anestesiantes.
A nosotros, a decir verdad, nada nos sorprende en el terreno de los hechos, más elocuentes que los discursos, como no sea la ceguera de muchos que todavía no quieren darse cuenta de lo que aquí está pasando, empeñados en autotranquilizarse llamando a las ortigas amapolas. Y no nos sorprenden los acontecimientos, porque no es sólo por sus frutos por lo que disentimos del actual Gobierno, sino que incluso en el terreno de la teoría política, de la filosofía y aun diríamos que la teología –que, al decir de Donoso Cortés, envuelve toda gran cuestión política-, estamos en una oposición total al haber cambiado el Gobierno Arias las formas y los fundamentos –sobre todo- del Estado nacional que nosotros defendemos.
Auténtica revolución
Es una gigantesca falacia usada como burladero que la actual política de gobierno sea una puesta al día del Régimen, ni siquiera que sea una reforma… Se trata, en el terreno de la doctrina y en el de los hechos, de una auténtica revolución, de un golpe de Estado desde dentro. La revolución no conlleva necesariamente la algarada callejera, ni siquiera es consustancial con ella el que dure unas horas o pocos días. Lo único que se exige es que se produzca una revuelta en el estado de las cosas, profunda y fundamental, y que esa modificación entrañe la suficiente proximidad entre causas y efectos como para tener cierta velocidad y ser detectada. La llamada “revolución industrial”… ni duró tres horas ni estuvo acompañada de barricadas.
Decimos que el actual Gobierno está en realidad llevando a cabo una revolución dirigida y una auténtica ruptura, todo lo camuflada que se quiera, porque propugna un cambio sustantivo en el Régimen del 18 de Julio… La reforma Arias, olvidando juramentos, allanando leyes y Fundamentales, se está en realidad dirigiendo a los cimientos más profundos del Estado del 18 de Julio, constituidos por la doctrina política, la filosofía y la concepción entera del hombre y de la Patria que lo alumbraron y lo hicieron posible en un gigantesco holocausto de sangre. Porque el 18 de Julio supone, antes que nada, la afirmación de nuestra tradición, íntimamente fundada y casi confundida con la defensa del derecho público cristiano, diametralmente opuesto a la Revolución, con mayúscula: esto es, el liberalismo y sus derivados, entre ellos el socialismo, y a todos sus mitos acompañantes, llámense sufragio universal, partidos políticos, sindicatos de clase o declaraciones universales de derechos del hombre.
A lo Bilderberger
No es nuestra oposición a la reforma que patrocinan los centristas del Gobierno Arias Fraga un problema de programa político que nos satisfaga más o menos… Es sencillamente que nos negamos a pasar, so pretexto de agilizaciones y demás palabrerías cargadas de demagogia, de una concepción cristiana y española de la Política y la Monarquía a otra de inspiración liberal y rosseauniana, teledirigida desde el extranjero, contra la que el pueblo español se levantó en armas cuatro veces en los dos últimos siglos, la última de ellas sacando fuerzas de flaqueza en la Cruzada de 1936, que presta inconmovible legitimidad de origen a nuestro Estado.
Por todas estas razones, manifestadas con toda la claridad y hombría de que somos capaces, preferimos la llamada “ruptura” propugnada abiertamente por la oposición filomarxista antes que la reforma del Gobierno, como preferimos el duelo en espacio abierto concertado entre caballeros a la puñalada traidora que no avisa, que anula cualquier posibilidad de defensa.
Porque no entendemos qué tiene que ver la reactualización necesaria del Régimen con su revolución, improvisada paso a paso y bien dirigida por filántropos a lo Bilderberger.
Javier U. ALONSO
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