Recordemos que lo folclórico y lo tradicional son dos cosas diferentes. Es más, ni siquiera lo folclórico es siempre, o por lo menos no del todo, algo popular.
Me hacen gracia los grupos de gaiteiros gallegos que insultan a las bandas de gaitas por "escocesas", yendo ellos de puristas y tradicionalistas: Si bien las bandas de gaitas modernas contienen elementos execrables de sonido y vestimenta, dándoles un repaso constituyen un modelo viable de música gallega entre otros muchos (cuartetos y otros grupos). Pero lo verdaderamente risible es que los auto-denominados puristas defienden como "tradicional" piezas de finales del siglo XIX o comienzos del XX, por el mero hecho de que han sido recogidas en muchos casos de un viejo que oyó una jota, polca o foxtrot en la emigración o en la radio y lo adaptó para gaita.
El problema de este concepto de folclore es que toma elementos del pasado, a veces tradicionales, y los "congela", es decir, los convierte en símbolos totales y únicos, sin ver en ellos objetos que son productos de una evolución que no empieza en ellos ni se detiene en ellos.
De qué pantano proviente toda esta confusión? Yo diría del propio término folclore y del folclorismo que invade Europa primero con los romanticismos y luego con el invento de las "nacionalidades". A partir de la primera mitad del siglo XX, parece que todo el mundo se folcloriza, y eso continua durante el Franquismo y la Demoracia, épocas en que florecen multidud de asociaciones folclóricas al amparo del estado.
Folclore significa en lenguajares germánicos "sabiduría del pueblo" o "sabiduría popular" (del ingl. folk o al. Volk, pueblo; + lore, sabiduría, costumbres, leyendas). El término folclore es, como muchas de las cosas horrendas del mundo moderno, un invento cientifista del siglo XIX para denominar un grupo de objetos de estudio dentro del campo de la etnografía: exactamente, el conjunto de cuentos, leyendas, proverbios y dichos de un grupo humano. Esto se extendió luego las costumbres, incluyendo festividades, música y danza, entre otras cosas. Hacia comienzos/mediados del siglo XX, muchos entendieron que una región, nacionalidad sin estado o minoría debía tener derecho a mantener ese folclore: la Alemania de Hitler promovió el floclore de los Sorbos, la URSS redujo pueblos y naciones a meros desfiles folclóricos y el Régimen Franquista articuló una concepción regional de Hispania que podríamos llamar 'folclórico-turística', excluyendo de ella, al menos en el plano oficial, a los idiomas (y por tanto a sus literaturas orales y escritas).
Es decir, folclore es lo recogido etnográficamente. Puede que a alguien le dé por escenificar elementos de esa etnografía, pero eso no convierte esas escenificaciones en símbolos ni, mucho menos, en algo realmente popular, ni tradicional: a comienzos del XX, muchos gaiteiros dejaron de tocar muinheiras y marchas fuera de ciertos usos como alboradas y procesiones e incorporaron jotas, pasodobles, polcas y foxtrots a sus repertorios de música ligera, simplemente porque se bailaban en aquella época (y se escuchaban en la radio). Hoy en dia, los grupos de música "tradicional" no son realmente populares, sino que cumplen una función simbólica e institucional: los grupos de música y danza "tradicional" son museos deambulantes que muestran al público cómo se bailaba en décadas pasadas. Esto no está mal en si, pero no confundamos estos productos culturales e institucionales con el folclore (compendio de lo recogido), ni mucho menos con lo popular o lo tradicional.
Lo popular siempre va ser algo novedoso y que vaya con los tiempos, aunque tome elementos de lo antiguo y lo eterno (hoy esto no se hace). Lo tradicional, empero, es otra cosa y lo simbólico aun otra diferente. Idealmente, un símbolo debe referirse a la Tradición propia, siempre.
Por tanto, las músicas que identifiquen a Las Españas, como símbolos, podrán o no ser populares (los himnos “nacionales” no suelen serlo, son de compositor), aunque deberán gozar de cierta aceptación popular, cuanta más mejor. Tambien podrán tener más o menos folclore en si, en sus letras, música o danza, pero ante todo deben tener carácter simbólico. Es decir, deben ser un símbolo adecuado, debiendo representar Las Españas o sus partes conforme a sus realidades, para lo cual es deseable que hundan sus raices en la Tradición. ¿Por qué nadie tiene demasiado aprecio a la “Marcha Real”? ¿Por qué, realmente, aun habiendo intentado varias veces darle una letra? (Me refiero a la de “Gloria a la patria / que supo seguir / por el azul del mar / al despertar del sol”, etc.) La respuesta que yo daría es porque carece de todo lo anterior: no tiene arte ni parte en folclore alguno, no es realmente popular (ni parece poder serlo con esa música y sin letra conocida), ni hace alusión a nada realmente Tradicional (además de su único matiz histórico meramente borbónico).
Ejemplos de estos problemas y divagaciones es que Galiza tiene dos himnos (aunque sólo uno oficial hoy), la Españita de 1978 tiene uno “sin letra” y pachanguero, Alemania ha pasado ya por tres himnos (tres letras y dos melodías) en los últimos 100 anos; Australia cambió el “God save the Queen” sólo en 1984(!) por el progre “Advance Australia Fair”, pero todo el mundo lo ignora y canta el “Waltzing Matilda”; y si no recuerdo mal hace dos o tres años hubo un referendo sobre la aceptación del himno italiano y el popolo se decantó en su inmesa mayoría por el “Volare”.![]()
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