Yo también pienso lo mismo... No existe olor más próximo al de la santidad que el olor que desprende la piel de un bebé.
Y tienes razón cuando dices que este ataque va dirigido contra la Iglesia, por eso estas sacerdotisas del demonio llevan pintados en sus cuerpos cruces invertidas. Sus gritos y su odio son también una demostración clarísima de que Satanás, el amo y señor de todas estas putas, sabe que solo en la Santísima Iglesia de N.S. Jesucristo, por mucha tibieza u error que exista entre los hombres que la conforman, está el enemigo al que jamás podrá vencer. Y de ahí todo su eterno odio... Son la expresión mundana del Infierno.
Estas mujeres y sus crímenes horrendos son también la expresión material del odio espiritual que el angel caído le tiene a Dios y a toda su magnífica obra. Por eso el asesinato de niños inocentes es el modo más perverso que han encontrado para satisfacer con él su infinita ira, si infame rabia y su odio eterno. Y todas estas zorras desnudas de las que hablamos, no son más que mujeres posesas, cada una de ellas por una legión de demonios perversos.
Hoy rezaré también por ellas, para que se conviertan... se arrepientan de sus horrendos crímenes y pecados, y puedan también encontrar en Dios también su alivio. Y rezaré por los niños inocentes asesinados a causa de ellas, para que puedan ver ellos también el rostro de Dios, por mucho que hayan muerto sin bautismo... dado que el crimen del que fueron objeto esas pobres criaturas no tuvo otra motivación en esencia que el odio eterno que le tienen Satans y sus huestes a Dios y a su obra. Por eso, pienso que su muerte violenta, prácticamente, ha sido un bautismo de sangre en sus primeros meses de vida... O así debería de serlo en justicia.
Y juro que nada sería para mi más gratificante ver a todas estas putas finalmente arrepentidas, abrazando el crucifijo de Cristo y llendo al Cielo. Y deseo ésto antes que verlas morir quemadas en la hoguera como vulgares brujas, que es lo que únicamente son hoy en día. No me produce placer la condenación eterna de nadie, pero... he de ser realista y debo de aceptar que muchas de ellas, a pesar de nuestras oraciones, jamás se humillarán ante el Altísimo, ni pedirán perdon por sus pecados. Y es posible que, ni siquiera la Misericordia de Dios, pueda salvarlas de las llamas del infierno. Ésto es lo que hay.
Un saludo
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