Por eso, pienso que dar la espalda a países pequeños como Ucrania, que también luchan contra el separatismo en su interior (azuzado por Rusia), perjudicaría y aislaría a España. La situación de España se asemeja más a la de esos países que a la rusa.
La Ucrania actual, no es más que un invento del siglo XX; sus límites, aún después de la intervención rusa que ha recobrado la mitad del territorio, están claramente sobredimensionados (que se lo digan por ejemplo a Polonia)