No, Cataluña no está casi perdida. La minoría independentista sigue siendo minoritaria aunque más radicalizada. Y la mayoría que no quiere la independencia ha perdido el miedo o la indiferencia y da cada vez más la cara. Cada vez son más los que ponen la bandera española o la catalana auténtica, no la estelada, en el balcón de su casa. Cada vez son más numerosas y nutridas las manifestaciones españolistas. Cada vez es más la gente que está harta. Sursum corda. No perdamos la esperanza. En Cataluña son cada vez más las señales de esperanza. El mayor problema está en el gobierno central que se baja los pantalones, que hace concesiones, que no se planta firme, que ha dejado hacer y sigue dejando hacer a los secesionistas, que no interviene para impedir el adoctrinamiento y discriminación en los colegios, que sólo en el último momento aplicó el artículo 155 pero sin mucha energía.