Rectificar es de sabios, afirma el adagio, pero esperar que lo haga un idiota de espejo -se debe entrenar a diario delante de él-, como ese tal Sánchez, es como esperar que a las ranas les salgan canas. Un individuo que va de fracaso en fracaso, un sujeto para quien todos los problemas de España se resumen en profanar la tumba de Franco, no es que sea totalmente indigno de ocupar el sillón de la presidencia del gobierno de este país, es que ya debería haber sido internado en un centro sanitario por oligofrenia aguda.

Su permanente prepotencia chulesca, soberbia y, por supuesto indigna, le van a pasar factura, más pronto que tarde va a ser así y éste es un llorón, que a nadie le quepa duda que este imbécil de enciclopedia lo es. Después de cosechar un guantazo tras otro haciendo un espantoso ridículo nos sale a través de esa cosa en forma feministoide con peluca, que sólo sabe echar espumarajos por la boca cada vez que la abre entre barbotadas debido a los posibles garbanzos duros que debe llevar siempre entre los dientes, que la fecha de exhumación, o sea, profanación, va a ser el 10 de junio.

Siguiendo con la misma línea argumental de la apertura del texto, "antes que vender la piel de oso hay que cazarlo", y éstos no han cazado más que ratones. Primero tendrán que ganar las elecciones, ¿o no?, "es que según las encuestas..." ¿y? A estas alturas todo el mundo sabe que las encuestas se cocinan según los intereses de cada cueva política. Pasa como con las líneas editoriales de la Prensa, que cuentan las cosas a su modo y manera. Es decir, no se pueden creer y, por supuesto, tragar las del actual CIS es para que a alguien lo tachen de imbécil absoluto. Por otra parte, ninguna de ellas, repito, ninguna, refleja porque no pueden el llamado "voto oculto", el cual sólo es posible intuir después de un análisis sociológico en profundidad de la realidad social del momento., vano empeño y muy caro de llevar a cabo. Esto no significa que yo esté dado por hecho que más de uno y más de dos se van a caer de la silla antes de lo pensado, sólo intento en la medida de mis escasas posibilidades meter el canguelo en el cuerpo de alguno que otro.

Pero si finalmente se cometiese la tropelía criminal que pretenden, el cementerio de Mingorrubio en El Pardo estaría muy bien, no sólo porque los restos de Franco descansarían junto a los de su mujer, sino porque las peregrinaciones en fechas señaladas serían masivas, y la carretera que lleva allí es la misma que conduce al Palacio de La Zarzuela, que se encuentra a mitad de camino. Prometo que cada vez que vaya, y alguna que otra será, haré sonar las trompetas del apocalipsis de mi coche cuando pase por delante, la mano se me quedará pegada al claxon.

Lo que no sé es lo que pensará el Jefe del Estado de las ocurrencias de este tipejo monclovita que vive "okupando" un espacio franquista: el Palacio de la Moncloa.