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Tema: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

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Pious Juan Manuel de Prada:... 18/02/2019, 15:25
Pious Re: Juan Manuel de Prada:... 18/02/2019, 15:32
Martin Ant Re: Juan Manuel de Prada:... 18/02/2019, 15:48
Pious Re: Juan Manuel de Prada:... 18/02/2019, 15:59
Martin Ant Re: Juan Manuel de Prada:... 18/02/2019, 16:04
Pious Re: Juan Manuel de Prada:... 18/02/2019, 16:07
Martin Ant Re: Juan Manuel de Prada:... 18/02/2019, 16:25
ALACRAN Re: Juan Manuel de Prada:... 18/02/2019, 17:36
Pious Re: Juan Manuel de Prada:... 18/02/2019, 17:39
ALACRAN Re: Juan Manuel de Prada:... 18/02/2019, 18:40
Albion Re: Juan Manuel de Prada:... 18/02/2019, 21:28
DOBLE AGUILA Re: Juan Manuel de Prada:... 18/02/2019, 22:57
DOBLE AGUILA Re: Juan Manuel de Prada:... 18/02/2019, 23:18
ALACRAN Re: Juan Manuel de Prada:... 19/02/2019, 12:39
Lewis Re: Juan Manuel de Prada:... 19/02/2019, 12:51
ALACRAN Re: Juan Manuel de Prada:... 19/02/2019, 13:06
Lewis Re: Juan Manuel de Prada:... 19/02/2019, 13:14
Pious Re: Juan Manuel de Prada:... 19/02/2019, 16:54
Rodrigo Re: Juan Manuel de Prada:... 19/02/2019, 20:05
DOBLE AGUILA Re: Juan Manuel de Prada:... 20/02/2019, 00:11
Rodrigo Re: Juan Manuel de Prada:... 20/02/2019, 01:32
ALACRAN Re: Juan Manuel de Prada:... 20/02/2019, 13:37
Valmadian Re: Juan Manuel de Prada:... 20/02/2019, 17:12
Pious Re: Juan Manuel de Prada:... 21/02/2019, 15:30
Martin Ant Re: Juan Manuel de Prada:... 21/02/2019, 21:44
Valmadian Re: Juan Manuel de Prada:... 21/02/2019, 22:38
Valmadian Re: Juan Manuel de Prada:... 21/02/2019, 23:27
Valmadian Re: Juan Manuel de Prada:... 21/02/2019, 23:33
Valmadian Re: Juan Manuel de Prada:... 21/02/2019, 23:52
Valmadian Re: Juan Manuel de Prada:... 22/02/2019, 00:14
putifar Re: Juan Manuel de Prada:... 22/02/2019, 13:36
Martin Ant Re: Juan Manuel de Prada:... 22/02/2019, 17:45
Pious Re: Juan Manuel de Prada:... 23/02/2019, 07:13
ALACRAN Re: Juan Manuel de Prada:... 20/02/2019, 13:16
  1. #1
    Avatar de Rodrigo
    Rodrigo está desconectado Miembro Respetado
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    Los catalanes en edades pasadas empleaban la expresión "nación catalana". Esto es fácilmente comprobable haciendo una sencilla búsqueda en "Google Books" y ya lo demostró sobradamente el profesor tradicionalista Francisco Elías de Tejada, nada sospechoso de antiespañol ni de amigo de los separatistas. Pero puesto que los catalanes de entonces no conocían ni reivindicaban eso de la "soberanía nacional", es absurdo equiparar ambas cosas. Cataluña es una nación cultural, sí, lo demuestra la historia, pero no por ello tiene derecho a separarse de España, porque rebelarse contra el poder constituido (y España, como comunidad política, está constituida desde hace siglos) es contrario a la ley de Dios, salvo caso de extrema necesidad para salvaguardar la religión o la patria.

    Prada tiene toda la razón. Quizá se entendería mejor el tema si cambiamos el vocablo "nación" por "pueblo". Los catalanes son un pueblo, pero no por ello los españoles dejan de ser un pueblo del que también forman parte los catalanes.

    La expresión "nación española", por cierto, es igual de histórica, válida y correcta que la de "nación catalana", y aparece en documentos tan antiguos, dispares y poco liberales como la segunda parte del Quijote o la nueva recopilación de los fueros de Guipúzcoa (ambos textos del siglo XVII, anteriores a todo liberalismo).
    Última edición por Rodrigo; 19/02/2019 a las 20:09
    Militia est vita hominis super terram et sicut dies mercenarii dies ejus. (Job VII,1)

  2. #2
    DOBLE AGUILA está desconectado Miembro Respetado
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    Intervengo, como amigo de Prada, para defenderlo de las atribuciones que acaba de hacerle DOBLE ÁGUILA. Las ideas que Prada vierte en sus escritos son expresión sincera de su pensamiento, y no debidas de manera alguna a que "tenga que comer". De hecho, en los medios en los que colabora le resultaría mucho más provechoso sumarse a las tesis ciudadaniles, peperas o voxeras, que son las que gustan a sus parroquias paulovianas. Juan Manuel de Prada es un gran conocedor de la cultura catalana y considera que, en efecto, existe una nación catalana, entendida como desde el pensamiento tradicional se ha entendido siempre el concepto de nación, sin soberanía ni derecho de autodeterminación ni demás bazofias liberales. Otra cosa, DOBLE ÁGUILA, es que no te guste el concepto de nación del pensamiento tradicional, o que discrepes de Juan Manuel de Prada, pero atribuirle motivaciones espurias es muy injusto. Prada no tiene ningún "berenjenal" en su cabeza. Tal vez quienes os aferráis a ideas liberales para combatir a los nacionalistas sois los que tenéis ese berenjenal.
    Estimado Lewis, no sé si me has leído mucho en este foro (tampoco es que sea obligatorio ni te pierdes gran cosa) pero hombre, decir que yo "me aferro" a las ideas liberales, es estar en la luna; y el concepto tradicional de nación (que no es la primera vez que hablo de él aquí) a mí me gusta más que a nadie, pero LO LAMENTO, es papel mojado a día de hoy; no opera, nadie lo utiliza ni existe en la legislación desde 1812. El 99.9% de las personas ni va a entender la diferencia ni le interesa; pero utilizarlo como ha hecho Juan Manuel (al que por cierto, suelo premiar con vítores aquí) no sirve para nada más que para dar aire a los nacionalistas de hoy, ASESINOS DE CARLISTAS antaño. Para más inri, ahora les da de vez en cuando por atribuirse discursos del carlismo; desfigurándolo, a sabiendas de que el 99.9% de la población se va a tragar en gazapo.

    Cuánto le gustaban estas cosas a Don Carlos Hugo (q.e.p.d) y a sus seguidores. Estos equívocos, estas sutiles discrepancias conceptuales, tan del agrado de la anti-España que siempre las aprovecha. La felicitación del pútrido periódico "La Vanguardia" es bastante ilustrativa. MENUDA TORPEZA.

    ¿De veras no te das cuenta, DOBLE ÁGUILA, de que para Prada sería infinitamente más provechoso sumarse a las tesis de la "derecha trifálica", que diría la ministra tabernaria? ¿De veras piensas que defender ideas del pensamiento tradicional que la gente corrompida por el liberalismo no entiende o entiende mal es provechoso para él? No seamos injustos...
    No, no seas injusto tú; no hace falta sumarse a las tesis de la "derecha tricefálica" para ser críticos con el nacionalismo. Yo abomino de esa odiosa "Carta Magna", tan despreciada siempre por los BUENOS ESPAÑOLES y católicos. Pero no voy por ahí diciendo que: "Cataluña es una nación como la copa de un pino"[1], porque eso es comprar el discurso DEL ENEMIGO, por más distinciones académicas y eruditas que queramos añadir.

    [1] El mejor escribano echa un borrón. Y por cierto, los ambientes periodísticos en los que interviene (cobrando) Juan Manuel, no creo que gusten A NINGÚN tradicionalista.
    Última edición por DOBLE AGUILA; 20/02/2019 a las 01:52
    ALACRAN y Albion dieron el Víctor.

  3. #3
    Avatar de Rodrigo
    Rodrigo está desconectado Miembro Respetado
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    Si Cataluña no es una nación, digo yo que habrá que justificarlo, empezando por definir qué es una nación.

    Según la RAE, actualmente se entiende por nación:

    1. f. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo Gobierno.
    2. f. Territorio de una nación.
    3. f. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.
    4. f. coloq. p. us. nacimiento (‖ acto de nacer). Ciego de nación.

    La primera acepción de "nación" es ambigua (compárese con la primera y segunda acepción de "país") y la segunda redundante, ¿pero acaso la tercera no es perfectamente aplicable a Cataluña? Pues Prada tiene razón y punto.

    Los separatistas no hacen más que seguir la lógica liberal, pues el liberalismo es revolucionario por naturaleza y no se entiende sin la revolución. El enemigo no es el que reconoce las cosas por su nombre, sino el que dice que los catalanes no se pueden separar de España porque lo dice un papel que han hecho "unos tíos" dándole la espalda a Dios. Y no es solo que la Constitución de 1978 sea ilegítima, por atea, sino que todo el constitucionalismo español se basa en el "trágala", en la rebelión contra el rey legítimo, ya fuese Fernando VII o sus legítimos sucesores, Carlos V, Carlos VI y Carlos VII, o incluso la ilegítima Isabel (II), contra la que tampoco tuvieron reparo en rebelarse, después de haberla encumbrado ellos mismos.

    ¿Quienes celebran que en 1820 un masonazo se alzara en Las Cabezas de San Juan contra el rey permitiendo que se separase de la Corona nada menos que un continente van a darnos lecciones sobre la unidad de España y la sujeción a la ley? ¡Venga, hombre! El liberalismo es lo contrario al acatamiento de la ley, empezando por la ley natural y la ley de Dios. ¿Quienes se enorgullecen de que se haya roto la unidad católica, base de nuestra nacionalidad, van a hablarnos de españolismo? ¡Por el amor de Dios! Los peores enemigos de España son los liberales españoles. Los separatistas catalanes y vascos sólo son sus aprendices. Y luego pretenderán vincularlos de algún modo al carlismo. Cree el ladrón que todos son de su condición...
    Última edición por Rodrigo; 20/02/2019 a las 01:41
    Hyeronimus dio el Víctor.
    Militia est vita hominis super terram et sicut dies mercenarii dies ejus. (Job VII,1)

  4. #4
    Avatar de ALACRAN
    ALACRAN está desconectado "inasequibles al desaliento"
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    Cita Iniciado por Rodrigo Ver mensaje
    Si Cataluña no es una nación, digo yo que habrá que justificarlo, empezando por definir qué es una nación.

    Según la RAE, actualmente se entiende por nación:

    1. f. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo Gobierno.
    2. f. Territorio de una nación.
    3. f. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.
    4. f. coloq. p. us. nacimiento (‖ acto de nacer). Ciego de nación.

    La primera acepción de "nación" es ambigua (compárese con la primera y segunda acepción de "país") y la segunda redundante, ¿pero acaso la tercera no es perfectamente aplicable a Cataluña? Pues Prada tiene razón y punto.
    Basándonos en el punto tercero
    3. f. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.
    ... ¿De qué nación serían esa buena parte de catalanes que son castellanoparlantes? ¿Y los que llegaron a Cataluña emigrados con tradiciones españolas y no catalanas? ¿Y qué "tradición común" guardan los catalanes de esteladas y lacitos con sus opuestos españolistas?
    (Yo creo que esa definición se adaptaría mejor a judíos o gitanos, a pueblos dispersos...)

    Pero sería más propio dejar de lado el actual diccionario de la RAE, ideologizado y adulterado y remontarnos a los tiempos de los Austrias, caracterizados por todo tipo de exuberancias y grandilocuencias.

    Y hete aquí que el más famoso de ellos, el "Tesoro de la Lengua española" de Covarrubias (1611) contempla a Cataluña como simple provincia española:
    " Cataluña: Provincia de la España Tarraconense". (pág. 459)
    Tesoro de la lengua castellana o española - Fondos Digitalizados de la Universidad de Sevilla

    A Andalucía la define dicha obra también como:
    "provincia en España más fértil, etc". (pág. 176)
    Sin distinguirla de Cataluña o a Castilla en rango de ningún tipo.

    Ese mismo diccionario (1611) define por nación:
    "Reino o provincia extendida, como la nación española". (pág 1158)
    Conclusión: para bastantes gentes de entonces ya España era nación en 1611, mientras Cataluña era simple "provincia" equiparable a Andalucía o a Castilla.

    Y de paso se comprueba que en la antigüedad hubo definiciones territoriales de Cataluña no rendidas a ningún tipo de ínfulas. Y eso, pese a que se escribía en aquella España de Felipe III, ávida de proclamar y realzar todo tipo de clases, alcurnias, fueros, prebendas, noblezas... etc.
    Última edición por ALACRAN; 20/02/2019 a las 14:15
    DOBLE AGUILA dio el Víctor.
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

  5. #5
    Avatar de Valmadian
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    El término nación forma parte de ese conjunto de palabras de difícil definición y acuerdo: amor, cultura, enfermedad, y una considerable lista conforman una serie de categorías en las que nunca se logra unidad de criterios. Y no sólo hay dificultades a la hora de las definiciones, sino que éstas se incrementan cuando hay otros factores asociados, a la nación se asocia en el acto el nacionalismo, siendo éste un fenómeno surgido a raíz de las revoluciones políticas e industrial. En resumen, el nacionalismo es liberalismo.

    "(...) La dinámica que los intelectuales inician con los sectores populares es absolutamente necesaria para lograr su apoyo, su seguimiento, su entusiasta adfirmación nacionalista.
    A cambio tienen que sensibilizar el espíritu popular exaltando -e idealizando-, la cultura popular. Para ello tienen que HABLAR su lengua, incluso si en épocas anteriores ésta fue calificada de dialecto de paletos. Tienen que compartir sus tradiciones, sus costumbres, olvidadas en la homogenización de la cultura...

    La extensión del capitalismo como un ordenamiento de la sociedad racional y universal conduce así a una fragmentación extrema, a la exageración de las diferencias étnico-culturales...

    La recuperación de la propia historia es aquí la herramienta fundamental. La búsqueda de la memoria colectiva, retaceada y diluida en las tradiciones ancestrales... Lo que se busca no es el parecido o la contigüidad entre los miembros del grupo, sino la comunidad de intereses y pensamientos que quedó plasmada, con el paso del tiempo, en los hábitos, en los lugares, en las fechas conmemorativas de acontecimientos significativos, en las palabras, los lenguajes. Vale decir, en la plenitud de la vida material y moral de una sociedad arraigada en un espacio material...

    El nacionalismo está así dotado de un alto grado de VOLUNTARISMO político e ideológico, gracias a la alianza entre grupos dirigentes de la sociedad, económicos, intelectuales y artistas. Es necesariamente populista, empuja a la movilización constante de los sectores populares exacerbando sus ánimos, avivando implacablemente su vitalidad interna, animando a una unidad comunitaria interclasista."


    Ángela LÖPEZ. Prof., titular de Sociología en la Universidad de Zaragoza.

    Y redundando en el tema:

    "El nacionalismo t6al vez sea el concepto más resbaladizo con que topa un análisis sereno de la realidad social de hoy. Ya es asaz revelador que al hablar de nación se tenga que hablar también, casi sin solución de continuidad, de nacionalismo. Y es que la nación NO EXISTE más que en función del nacionalismo: las etnias podrán tal vez ser <<naciones>> en si, pero lo son plenamente SOLO cuando sus miembros cobran conciencia de ellas y se ponen en movimiento para darles sustancia política. Por ello puede decirse que LA NACIÓN MODERNA ES INVENCIÓN DEL NACIONALISMO."

    Salvador GINER, Catedrático de Sociología. Director del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (CSIC)

    Ambos autores en: LOS NACIONALISMOS Seminario de Investigación para la Paz. Centro PIGNATELLI, Colección ACTAS, nª 24; 496 pág., Zaragoza 1994.

    Si bien, ciertamente, en siglos medievales y aún antiguos, se habla de nación, el término estaba más bien referido al lugar de nacimiento, o a un espacio geográfico más o menos delimitado en el que reposaban los antepasados. El término usado más común era el de pueblo, incluso es el empleado por la Historiografía, hasta donde yo sé no conozco a nadie que hable de la nación egipcia, o la nación babilónica, por supuesto los romanos hablaban de si mismos como pueblo de Roma Senātus Populusque Rōmānus ('El Senado y el Pueblo Romano'), no había una nación visigoda, sino Reino visigótico, o Reino Tolosano. Alguien mencionaba más arriba que Cervantes hablaba de la nación vizcaína, pero en el sentido que le dan los dos Fueros, el "Viejo" y el "Nuevo" de "repúblicas".

    Y no cabe hablar de diferencias en este caso que ha dado lugar a esta polémica entre un significativo tradicional, o tradicionalista, y el moderno liberal de nación.

    135. Patria

    Para el Carlismo las regiones no son naciones, sino los pueblos varios aunados en la única "nación" española, la patria que invoca el lema sagrado de la causa. Por eso regionalismo forista significa que las Españas son al mismo tiempo unidad y variedad. Las Españas son una unidad, porque sólo hay una nación que es España. Mas son también variedad regional, porque su personalidad, acuñada por la historia, solamente vale en función de la integración de cada región en la patria común. De donde no se puede confundir el regionalismo foralista con los nacionalismos regionales.

    Los nacionalismos catalanistas, galleguistas o bizcaitarras, por ejemplo, otorgan a las regiones del Principado de Cataluña, del Reino de Galicia o del Señorío de Vizcaya consideración de naciones. Tal tesis no la puede compartir el Carlismo. Para el Carlismo, tales regiones son entidades históricas, sociológicamente diferenciadas en sus peculiaridades culturales o lingüísticas, centros de autarquía política o de autonomía administrativa, pero siempre integradas en las Españas unas, patria común de todos los españoles."


    ¿QUÉ ES EL CARLISMO? VVAA, Edición de Francisco Elías de Tejada, Rafael Gambra Ciudad y Francisco Puy Muñóz. Centro de Estudios Históricos y Políticos "GENERAL ZUMALACÁRREGUI". Madrid 1971. Parágrafo 135 página 148.

    El señor De PRADA, por mucho que se empeñen algunos, se ha equivocado. Primero porque no se puede ser experto en todo, segundo porque el sitio, momento y oportunidad no eran los adecuados y es que hacer tal afirmación tajante y sin dejar espacio a la discusión, de que Cataluña es ujna nación como una catedral, es un disparate en términos, además también yerra al suponerse que los lectores son expertos politólogos, historiadores, juristas o sociólogos, capaces de diferenciar una pretendida disparidad de conceptos entre nación en sentido tradicional, y nación en sentido liberal. Y es que hasta en este mismo sentido, el concepto liberal puede ser tomado como tradicional (lo que se transmite de generación en generación), dado que tal se da desde hace ya más de dos siglos. Y admitir esa expresión de que España es una nación de naciones, eso si que es liberalismo.
    DOBLE AGUILA dio el Víctor.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


    Nada sin Dios

  6. #6
    Avatar de Pious
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    En una entrevista para el periódico digital eldiario.es Juan Manuel de Prada dice "cualquier persona culta y de sentido común sabe que Cataluña es una nación". Reproduzco a continuación la entrevista.
    ______________________

    Si algún adjetivo cuadrara como anillo al dedo a Juan Manuel de Prada (Baracaldo, 1970) sería el de inclasificable. Desde que en 1995 publicara La máscara del héroe, la crítica y los lectores saludaron al entonces joven escritor como un enfant terrible y una de las grandes promesas de la literatura española. A día de hoy, con diez novelas y otros tantos ensayos a sus espaldas, con una presencia constante como columnista en la prensa, De Prada no defrauda las expectativas y se presenta como un intelectual de otra época, de un tiempo pasado que, sin embargo, él reivindica.

    Cerca ya de cumplir 50 años se declara tradicional, pero no conservador; fustiga tanto a las derechas como a las izquierdas; y se permite nadar contra la corriente al defender que Catalunya es una nación o al criticar a sus colegas por traicionar al pueblo y plegarse a los intereses del poder, ya sea político, económico o cultural.

    Juan Manuel de Prada, licenciado en Derecho de formación, ha ganado multitud de premios literarios y se ha dedicado en cuerpo y alma a su oficio de escritor, tal como hicieran Camilo José Cela o Francisco Umbral, dos de sus referentes. En la charla con eldiario.es este escritor y periodista, con criterio propio y que no se casa con nadie (no le gusta la expresión políticamente incorrecto), despliega una vasta cultura que abarca desde el cine hasta la literatura anglosajona pasando por los clásicos. Ahora acaba de publicar Lucía en la noche (Espasa), una novela de amor e intriga con algo de proyección personal en la que resuenan los ecos de Vértigo, uno de los títulos clásicos de Alfred Hitchcock que llevaba este revelador subtítulo, De entre los muertos.

    Su novela es, sobre todo, una apasionada historia de amor y misterio en busca de una mujer que vuelve de entre los muertos. ¿Existen esas historias tan fuertes? ¿Es un homenaje a Vértigo?

    Sobre el amor a todos nos pesa una visión idealizada. De hecho, todos fantaseamos con una gran historia de amor mientras descuidamos las historias normales. Es cierto que el anhelo de encontrar el amor verdadero forma parte de nuestra razón de ser como personas. En cualquier caso, mientras buscamos las quimeras románticas descuidamos los amores de serie. En la idea inicial de Lucía en la noche confluyen la huella que me dejó Vértigo con el relato de una persona cercana que se vio involucrada en un lío descomunal y, por ello, se vio obligada a desaparecer como le ocurre a la protagonista de mi novela.

    El protagonista masculino de su novela podría ser su alter ego, es decir, un escritor que triunfa siendo muy joven y más tarde sufre una crisis creativa.

    Pero usted no ha dejado de publicar y de tener éxito con sus libros desde hace más de dos décadas.

    Bueno, yo también sufrí una crisis personal profunda y estuve cinco años sin publicar ninguna obra de ficción. Este periodo coincidió con un divorcio que me dejó destruido y que resultó una experiencia devastadora porque las musas dejaron de visitarme. O sea, que he pasado por la situación del protagonista de mi novela, aunque Lucía en la noche tiene apenas una proyección personal. Pero no es, en modo alguno, autobiográfica.

    De todos modos es usted un escritor muy vocacional que no ha dejado de escribir literatura o de ejercer el periodismo desde muy joven.

    Es cierto que he tenido una visión desaforada de mi vocación fruto de mi admiración por escritores que se volcaron en el oficio literario como Camilo José Cela o Francisco Umbral. Ellos hicieron bandera de la dedicación absoluta a la literatura. Ahora bien, la literatura ha de ser también un medio de vida y hoy la sociedad está orillando la literatura, el oficio literario-periodístico. Antes un escritor ocupaba un lugar central en la vida social, pero hoy ya no representa un referente y la gente que se supone culta está más interesada por la última serie de Netflix o HBO que por una obra literaria.

    Pero usted puede vivir de la literatura y el periodismo, ¿no es así?

    Es así, pero en la actualidad el escritor que pretende vivir del oficio literario se ve obligado al final a chapotear en el barro, es decir, participar en tertulias de televisión y cosas por el estilo. Hace 20 años no eran actividades necesarias para vivir de la literatura.

    ¿Quiere decir que la cultura ha perdido todo su prestigio social?

    Por supuesto. Desde que comencé a publicar en 1995 hasta hoy la pérdida de la gente de letras como referente social resulta apabullante. Pero en parte la culpa es nuestra. Los escritores españoles han traicionado al pueblo porque se han plegado al poder, han acatado los dictados culturales, económicos y políticos del poder. En definitiva, los intelectuales están hoy al servicio del sistema y, por tanto, mucha gente pierde su confianza en los escritores. Por otra parte, al poder le interesan seres desarraigados, átomos sin el acervo de la tradición. Así se empuja a los jóvenes a que estudien informática e inglés para ser explotados igual en Shangai que en Albacete. En definitiva, al sistema no le gusta que se estudie literatura o filosofía para que los alumnos aprendan a pensar con criterio propio.

    Hoy no encontramos ya la figura de un escritor ególatra, pero gallardo como Miguel de Unamuno. Nadie demuestra tener las agallas de Unamuno que fue desterrado por la dictadura de Primo de Rivera y que se atrevió, en plena Guerra Civil, a denunciar la barbarie del franquismo. Unamuno representa para mí el ejemplo de un escritor libre y original, es el gran autor español del siglo XX.

    Se define como tradicionalista, pero no conservador. ¿Puede explicar la diferencia?

    Estoy a favor de una tradición vivificadora en el sentido de que una persona conservadora solamente quiere conservar la cáscara de las cosas, pero el meollo le importa un pito. En cambio, un tradicionalista defiende que el meollo transmita su savia a la cáscara.

    Yo no estoy en contra del progreso. Pero como decía mi admirado Chesterton se trata de que las almas impongan sus normas al progreso y no de que el progreso cambie las almas. Además, el pensamiento tradicional no participa de las divisiones ideológicas y deviene en un disolvente del capitalismo.

    Podríamos decir que es usted políticamente incorrecto.

    No me gusta nada esa expresión porque denota una burricie empoderada, un mensaje rompedor por rompedor al que no le veo sentido. Porque al discurso dominante hay que combatirlo con una buena formación filosófica y política y con argumentos racionales y coherentes. Mantengo un discurso antimoderno frente a las ideologías modernas establecidas. De todos modos, en ocasiones este discurso se convierte en ininteligible para alguna gente.

    Al hilo de sus reflexiones y en su doble condición de escritor y periodista, ¿el periodismo ha desaparecido como género literario? ¿Podrían surgir hoy un Julio Camba, un Chaves Nogales o un Josep Pla?

    En la era del clic resulta realmente difícil mantener el periodismo como un género literario. La relación entre el periodista y el lector en el sentido de que el primero intentaba hacer pensar y reflexionar al segundo se ha hecho añicos. En la actualidad se busca a un lector compulsivo que responda a las burradas que se publican. En la práctica, las redes sociales sirven para lanzar consignas y para fomentar un pensamiento esquemático y superficial.

    Para sorpresa de muchos que lo sitúan como un conservador, ha declarado usted públicamente que "Cataluña es una nación como una catedral". ¿Qué vías de solución ve al conflicto? ¿Han de jugar los intelectuales un papel de puente de diálogo?

    Cualquier persona culta y de sentido común sabe que Cataluña es una nación, aunque no cuente con un Estado. Se trata de algo obvio, ni de derechas ni de izquierdas. De otro lado, creo que los catalanes deberían volver a su histórico pactisme que practican desde la Edad Media y abandonar la quimera de la autodeterminación. El sector independentista debería centrar su diálogo en cosas concretas.

    Por otro lado están locos aquellos que desde la derecha plantean una aplicación del artículo 155 de forma indefinida. Aparte de que ese artículo es absolutamente discrecional, su aplicación significaría el odio para varias generaciones porque no conviene olvidar que dos millones de catalanes sienten rechazo hacia España. Como diría Unamuno, se trataría de convencer y no de vencer ofreciendo otro rostro de España.

    Por supuesto que los intelectuales podrían jugar un papel de puente. Sin embargo, ¿cómo no va a haber desinterés hacia la cultura catalana en el resto del país si no leemos a Cervantes o a Quevedo? Yo amo y estudio la literatura catalana. Cabe recordar que hace más de un siglo alguien tan conservador como Menéndez Pelayo leyó en catalán, en unos juegos florales, un discurso de homenaje a Jacint Verdaguer. Buena anécdota, ¿eh?

    https://www.eldiario.es/cultura/libr...870013950.html

  7. #7
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    Y no cabe hablar de diferencias en este caso que ha dado lugar a esta polémica entre un significativo tradicional, o tradicionalista, y el moderno liberal de nación.

    135. Patria

    Para el Carlismo las regiones no son naciones, sino los pueblos varios aunados en la única "nación" española, la patria que invoca el lema sagrado de la causa. Por eso regionalismo forista significa que las Españas son al mismo tiempo unidad y variedad. Las Españas son una unidad, porque sólo hay una nación que es España. Mas son también variedad regional, porque su personalidad, acuñada por la historia, solamente vale en función de la integración de cada región en la patria común. De donde no se puede confundir el regionalismo foralista con los nacionalismos regionales.

    Los nacionalismos catalanistas, galleguistas o bizcaitarras, por ejemplo, otorgan a las regiones del Principado de Cataluña, del Reino de Galicia o del Señorío de Vizcaya consideración de naciones. Tal tesis no la puede compartir el Carlismo. Para el Carlismo, tales regiones son entidades históricas, sociológicamente diferenciadas en sus peculiaridades culturales o lingüísticas, centros de autarquía política o de autonomía administrativa, pero siempre integradas en las Españas unas, patria común de todos los españoles."

    ¿QUÉ ES EL CARLISMO?
    VVAA, Edición de Francisco Elías de Tejada, Rafael Gambra Ciudad y Francisco Puy Muñóz. Centro de Estudios Históricos y Políticos "GENERAL ZUMALACÁRREGUI". Madrid 1971. Parágrafo 135 página 148.
    Tratándose de una obra colectiva, desconozco quién se encargaría de redactar este punto nº 135.

    Yo no apostaría por Rafael Gambra, uno de los mayores críticos del distorsionado concepto absolutivizado o hipostasiado de nación (con independencia de cuál sea el área territorial, cultural o socio-política a la que se quiera aplicar dicho concepto en su sentido ideológicamente contaminado).

    Pero lo que no me cabe ninguna duda, es que a Francisco Elías de Tejada no le habrían entrado remilgos o escrúpulos de ningún tipo para aplicar el concepto histórico de nación al área territorial, cultural y socio-política del Principado de Cataluña: Francisco Elías Tejada y la nación catalana.pdf.

  8. #8
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    Pues lo que a mi me parece es que estamos ante interpretaciones personales basadas en opiniones, que no en ciencia política o sociológica. Es más, dudo muchísimo, todo, que estos autores firmasen como "editores", un trabajo compilatorio elaborado por 23 teóricos del Carlismo si no estuviesen de acuerdo con los contenidos. A ver si usamos el sentido común, pero desde que ha resurgido una especie de neo-nocedalismo, el Carlismo empieza a ser algo desconocido, particularmente por elementos jóvenes que carentes de una tradición familiar han sido reclutados en ambientes universitarios con resultados aún por comprobar. Por lo demás, habrá quienes sigan haciendo el caldo gordo al separatismo catalán con afirmaciones tan sumamente peligrosas y espurias como la del propio Sr. De Prada, del que he de recordar dos cuestiones: lo que afirma es puramente subjetivo según su propio entender, o sea, desde su ideología personal, y no un dogma. Y, segundo, ya en una ocasión dije, y lo vuelvo a reiterar, ese señor no es mi padre.
    Última edición por Valmadian; 21/02/2019 a las 22:44
    ALACRAN y DOBLE AGUILA dieron el Víctor.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


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  9. #9
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    De la misma obra citada más arriba, ¿QUÉ ES EL CARLISMO?, recojo el parágrafo siguiente nº 136 a la vista de que hay quien duda de las intenciones de sus autores.

    El regionalismo carlista

    La causa de esa diferente consideración de la región que representa el regionalismo foralista y el nacionalismo regionalista estriba en la CONCEPCIÓN CARLISTA de las Españas, unidas por dos lazos de la acción misionera y de la fidelidad al mismo rey. Concepción de las gestas que han edificado la irreversible unidad española. El regionalismo carlista, fiel a la historia y españolísimo hasta la médula, es exactamente lo contrario de los nacionalismos regionales. que nacieron de la desazón decimonónica y de la pérdida de la ilusión en el quehacer universal hispano. Lo explicó con absoluta claridad Juan VÁZQUEZ DE MELLA.


    "Hay dos conceptos opuestos de regionalismo, en cuanto refieren la nación a las regiones, o las regiones a la nación... Los que refieren la nación a las regiones, las consideran como todos independientes, con vida y personalidad de tal manera propias y exclusivas, que las mantienen y reservan íntegras, no compartiendo y enlazando una parte de ellas en una vida superior y común a todas las regiones. Los que refieren las regiones a la nación, las consideran como todos relativamente independientes, con vida propia y peculiar por una parte, pero enlazada y compartida, por otra, en la unidad de un espíritu nacional común. Para los primeros, las regiones son sustancias completas que no necesitan el concurso de otras para existir y obrar. Y, para los segundos, son las regiones como las almas humanas, sustancias incompletas que no pueden ejercer su actividad total sin el concurso de otras sustancias incompletas también, como los cuerpos, pero que, aun separadas de ellas, pueden existir y ejercer por sí facultades específicas. Los que consideran a las regiones como todos independientes, como sustancias completas, las convierten en naciones."


    Cita extraída por los autores de LA PERSECUCION RELIGIOSA Y LA IGLESIA INDEPENDIENTE DEL ESTADO ATEO, Juan VÄZQUEZ DE MELLA, págs., 302-303


    "Se levantará nación contra nación y reino contra reino..." (MATEO 24-7)


    "El que tenga oídos, que oiga... (MATEO 13 9-17)

    Desde que España abandonó su misión universal y su fidelidad al rey.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

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  10. #10
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    ¿Dónde dice aquí Rafael GAMBRA CIUDAD que Cataluña sea una nación?



    Fuente: Iglesia-Mundo, Nº 180, 2ª quincena Mayo 1979. Página 18.



    Hijas rebotadas del Gobierno constitucional

    NACIÓN QUIERE DECIR UNIDAD



    RAFAEL GAMBRA


    Los malos planteamientos, sea por ignorancia, por error, por malicia o por debilidad, dan lugar a menudo a problemas y consecuencias sin solución, absurdas.

    Tal es el caso cuando se acepta, como punto de partida en política, el concepto de nación, tal como lo acuñó la Revolución Francesa; es decir, el racionalismo político. De él deriva el nacionalismo, que se emplea en sentidos diferentes y confusos, pero relacionados todos con aquel concepto de nación. Cuando en lenguaje moderno se habla de la nación se hace referencia a una como «primera realidad», una e indivisible, origen del poder, con una sola autoridad y estructura (el Estado), con unas solas leyes, incluso con una sola lengua. Para el nacionalismo moderno, toda diferencia de legislación o costumbres o de lengua es, a lo sumo, «tolerada» o aceptada como un «artículo transitorio» dentro de un reglamento uniforme. Esta mentalidad ha alcanzado hoy incluso a aquellos que poseen el concepto de «patria» (tierra «de los padres»), y que con esta mezcolanza se organizan unos enredos mentales inextricables.

    Hoy vivimos dos de las consecuencias absurdas de ese planteamiento racionalista y totalitario en su base.

    Una se pone de manifiesto cuando se quiere «ceder» de algún modo a eso que se llama, sin precisar demasiado, «regionalismo». Para la mentalidad nacionalista las regiones o «provincias» no son más que partes de un todo, con poderes puramente delegados, uniformes y, deseablemente, de configuración cuadrada y nominación numérica. Cuando se reivindican con fuerza las peculiaridades históricas y jurídicas de las llamadas regiones, el gobernante actual cede a regañadientes ciertas competencias a la administración regional, y se arma un barullo sin solución sobre lo que sean esas «regiones», confundiendo en un mismo saco a países históricos, con regiones naturales y con países de reconquista.

    La cuestión se enerva cuando un «honorable» Tarradellas exige que Cataluña sea «una nación». (Es preciso no disgustarle, puesto que suficiente honor nos ha hecho con volver del exilio a codearse con nosotros). Entonces resulta que en la Constitución única de una única Nación –que es España– aparecen otras «naciones» que contradicen el principio de identidad, el de contradicción y el de tercio excluido.


    ¿QUÉ ES…?

    Ningún nacionalista, sea liberal o totalitario, ha sabido nunca responder a esta sencilla pregunta: ¿Qué es Cataluña? Si es una región (como región o zona del cuerpo humano) será meramente una parte de un todo, y sus poderes y estructura habrán de ser delegados y orgánicos. Si es una nación, deberá entonces ser independiente, soberana y autónoma, por definición, y reconocérsele tales atributos.

    Cualquier español pre-revolucionario o cualquier tradicionalista responde a esas o a análogas preguntas con toda naturalidad: Cataluña es un principado, como Navarra es un reino, y un reino es Castilla. Por encima de ellos existe, como lazo de unión, alcanzado en un largo proceso, Su Majestad Católica, que es Rey de Castilla y de León, de Aragón y de Navarra, y príncipe de Cataluña, etcétera. Y, por supuesto, un ancestral sentimiento de comunidad en saberse españoles todos (en la unidad y diversidad «de las Españas»), con la misma naturalidad con que se es ampurdanés y catalán al mismo tiempo.

    ¿Y qué es «Euskadi»? La respuesta «nacionalista vasca» sería la misma de cualquier nacionalismo: una unidad primigenia, soberana, independiente e indivisible. La verdadera respuesta es que «Euskadi es una noche de insomnio de Sabino Arana, y un delirio de sus seguidores.» Estrictamente eso. Vizcaya –esto sí– es un señorío, cuyo señor es el mismo Rey de Castilla y de las demás Españas, al igual que Guipúzcoa y Álava son provincias forales del mismo reino de Castilla. Y Navarra es de por sí un reino, cuyo rey es el Rey de las Españas.

    ¿Y Andalucía? Andalucía no tuvo jamás unidad política, si no es bajo los moros con califato y reinos diversos y fluctuantes. Andalucía es una parte de Castilla, por más que posea características culturales muy acusadas.


    ESPAÑOL Y CASTELLANO

    Otro problema sin solución bajo una óptica nacionalista es el que se ha levantado con el nombre del idioma que hablamos. ¿Español o castellano? Si decimos que castellano parece como si lo empequeñeciéramos, sobre todo, considerando su proyección ultramarina. Si decimos que español, resultará que no son españoles quienes posean otra lengua como idioma materno (catalanes, gallegos, vascos, etcétera).

    Este problema tampoco existió jamás para los españoles anteriores a la revolución, por más que las diferencias políticas e idiomáticas fueran hace un siglo más acusadas que hoy. La solución es muy sencilla: si hablamos con un extranjero (no-español) decimos naturalmente el idioma español (o español por antonomasia). Así, al contraponerlo al francés, inglés, alemán, etcétera. Y un diccionario bilingüe será en estos casos francés-español, o inglés-español. Si hablamos, en cambio, con un español de otra lengua (catalán, gallego, incluso portugués, por razón de la historia) diremos siempre castellano. Y un diccionario de la Lengua debe decirse «de la Lengua castellana». ¿Qué efecto haría a alguien que visitase a una persona conocida en Cataluña el que ésta iniciase la conversación preguntándole si era él de lengua catalana o «española»? Se estaría en presencia de un separatista. Los catalanes han tenido siempre la práctica espontánea de establecer la disyuntiva entre catalán y castellano, como es correcto.

    Todos estos embrollos surgen –obsérvese bien– de partir de un planteamiento nacionalista, es decir, de la nación como «protorrealidad» una y absoluta.


    Problema común de la mentalidad nacionalista:tanto la españolista como la separatista
    ALACRAN dio el Víctor.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

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  11. #11
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    Y por si lo expuesto hasta ahora no fuese suficiente, es preciso destacar de la misma obra citada (obra elaborada ex-profeso para enseñar los principios doctrinales del Carlismo, tal como lo indica hasta el título), lo siguiente:

    Capítulo 5

    LA TRADICIÓN

    A) Concepto de Tradición.

    61. Los pueblos no son "naciones"


    "El lenguaje actual emplea el vocablo nación para distinguir los pueblos, definiendo a la nación por rasgos físicos o como expresiones de voluntad: la geografía, la raza, el idioma, el plebiscito cotidianamente renovado...

    Frente a estas explicaciones, la tradición define a los pueblos como historia acumulada, considerando dichos factores físicos en la medida en que hayan repercutido en la trayectoria histórica por lo que son: mas nunca como elementos válidos por si, directa y exclusivamente.

    Tal discrepancia en el vocabulario no es baladí. Tiene sus raíces en algo muy importante: que el pensamiento tradicional arranca de la concepción cristiana del hombre, mientras que el decir vulgar está impregnado de ideología positivista. La tradición se funda en la doctrina de las Españas clásicas. El positivismoen los desquciados planteamientos ideológicos del siglo XIX. Por eso manejan solamente el concepto de nación, el derecho y la ciencia política en boga, ignorando lo que la tradición significa como asunción de la historia viva en las problemáticas políticas."


    Antes que afirmar que Cataluña es una nación como una catedral, el Sr. De Prada debería leer este pequeño tratado del Carlismo en lugar de coquetear con él en debates y conferencias. Y tal vez, en algunos círculos y medios carlistas o afines, se deberían mencionar menos ciertas publicaciones de este señor.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

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  12. #12
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    Cita Iniciado por Martin Ant Ver mensaje
    Pero lo que no me cabe ninguna duda, es que a Francisco Elías de Tejada no le habrían entrado remilgos o escrúpulos de ningún tipo para aplicar el concepto histórico de nación al área territorial, cultural y socio-política del Principado de Cataluña: Francisco Elías Tejada y la nación catalana.pdf.
    Bueno, eso de "histórico", tan historia es el catalanismo decimonónico, como el "medieval" que es al que se refiere Elías de Tajada (léase el contenido del pdf, bien breve por otro lado y escasamente explicativo salvo como referencia de datos) y anterior, en cualquier caso, a la unidad de los reinos españoles encarnada en los Reyes Católicos. Además, no importa esa valoración suya acerca de que esa Cataluña medieval fuese algo así como una nación moderna superando la base etnicista del concepto. Yo también puedo hacer esa valoración sobre el reinado del emperador romano Tiberio Claudio César Augusto Germánico​, más conocido por Claudio a secas, a causa de sus reformas modernas más propias de un Estado actual, que de un Estado antiguo, ¿y qué? ¿Qué significa eso sino que yo sostenga que las estructuras que dio a Roma se ajustan a los requisitos que los administrativistas actuales atribuyen a los modernos estados? ¿Pero qué más significa, acaso que Roma pasó ya a ser un Estado moderno? ¿Y entonces por qué esos mismos administrativistas no lo reconocen así y elevan hasta el siglo XIII el surgimiento del mismo con la Constitución dada para Melfi? Del mismo modo, todo este tema está más que investigado y discutido desde todos los ángulos, tanto desde posiciones académicas, como políticas, y siempre surge el mismo problema: la ciencia en historia como la ciencia en politología, son discutibles por interpretables, aun a pesar de que los acontecimientos históricos no se pueden cambiar jamás, pero pesando la ideología (subjetivismo en estado puro) más que otras consideraciones objetivas.
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    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

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  13. #13
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    No creo que sea importante lo que diga ese señor sobre lo que es Cataluña. ¿Quién lo lee?¿Quién lo entiende?¿En quién influye? Sus opiniones no alimentan al separatismo, los separatistas se autoalimentan. Los separatistas son guerracivilistas y les da igual. Solo buscan su destrucción y la de los demás.

  14. #14
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    ¿Dónde dice aquí Rafael GAMBRA CIUDAD que Cataluña sea una nación?
    No lo dice.

    Pero viene a afirmar otra cosa mucho más importante, y que está en el meollo de toda la cuestión: que quienes tienen realmente la culpa del embrollo o confusión que se ha formado en la época contemporánea en torno al concepto de nación son aquéllos que defienden la deformadora concepción revolucionaria de dicho término, concepción ideológica causante del origen de los diversos nacionalismos contemporáneos, con independencia de que se aplique a los Reinos de la Monarquía española tomados por separado (nacionalismo catalanista, nacionalismo galleguista, nacionalismo vizcainista, etc...), o de que se aplique a todos esos Reinos tomados en su conjunto (nacionalismo españolista).

    En cambio, la concepción histórica de nación (cuando digo "histórica" me refiero a tal y como se entendía el término a lo largo de todos los siglos del régimen de Cristiandad, antes de que viniera el racionalismo revolucionario a desvirtuarlo y desorbitarlo) se aplicaba, sin ningún problema, indistintamente, ya sea a los Reinos de la Monarquía española tomados por separado (nación catalana, nación portuguesa, nación vizcaína, nación castellana, etc., etc.), ya sea a todos ellos tomados en su conjunto o para denominarlos de forma abreviada (nación española).
    Última edición por Martin Ant; 22/02/2019 a las 17:48

  15. #15
    Avatar de Pious
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    «Las palabras de la tribu» por Juan Manuel de Prada para el periódico ABC, artículo publicado el 23/II/2019.
    ______________________

    Muchos lectores y amigos queridos me preguntan por qué razón me inmolo, defendiendo el concepto genuino de «nación», que mucha gente obcecada ya no puede comprender, intoxicada por las distorsiones modernas. A ellos dedico este artículo.

    La misión de un escritor es, como nos enseña Mallarmé en su célebre poema ante la tumba de Poe, «dar sentido más puro a las palabras de la tribu». Cuando dejamos que ese sentido puro sea oscurecido hemos brindado la victoria al enemigo. Cuando era niño, me sorprendía mucho que los curas cursis llamasen a las hostias «pan eucarístico», «formas consagradas» y otras expresiones relamidas, dejando que los enemigos de la fe impusieran entretanto la acepción malsonante. Así, con el paso del tiempo, se ha llegado a enfangar por completo el sentido originario de esta hermosa palabra, hasta el extremo de que hoy ya casi ningún católico la usa sin rubor, aunque en ella se cifre la naturaleza sacrificial y milagrosa de la misa y, por lo tanto, el corazón mismo de la fe católica. Algo semejante ocurre con el término «nación», que durante siglos aludió a los pueblos ligados por tradiciones propias, por una lengua y literatura propias, por leyes e instituciones propias, que en un largo y providencial proceso histórico se fundieron, gracias a la amalgama de una fe común. Esta España entendida como «nación de naciones» varias y hermanas (a la que nuestros clásicos, empezando por Cervantes, tantas veces llaman «las Españas») que se acogen a una común paternidad divina, es la España (hoy reducida a escombros) en la que me reconozco; pero también -como nos han recordado pensadores como Menéndez Pelayo o Unamuno- la única España posible. Pues, como nos enseña Chesterton, cuando se pierde la idea de aquel cristianismo que dio lugar a las naciones, se acaba perdiendo la conciencia nacional.

    A perder esa idea y esa conciencia contribuyó enormemente, desde luego, el concepto liberal de nación, que adulteró el sentido originario de la palabra, inyectándole el veneno de la soberanía y la autodeterminación. Este veneno disolvió la amalgama que hasta entonces había garantizado la unidad de aquella vieja nación de naciones, mandando a Dios al cuarto trastero; y los hombres endiosados (autodeterminados) necesitaron desde entonces, para ser nación, constituirse como Estado. Este veneno es el que alimenta los postulados del independentismo, que no concibe la existencia de naciones sin Estado, porque considera que toda nación que se precie debe proclamarse soberana y autodeterminarse. Este veneno, en fin, ha desbaratado España, cuyas naciones desde entonces ya sólo pueden permanecer malamente pegadas mediante lo que Unamuno llama la liga aparente de los intereses (o sea, mediante conveniencias coyunturales y pasajeras), porque la amalgama que las mantenía auténticamente unidas ha sido corroída y suplantada.

    Me siento muy orgulloso de haber puesto sobre el tapete el sentido genuino de la palabra nación, asumiendo la encomienda de Mallarmé. Y me ha resultado instructivo y paradójico que sean los paladines del concepto venenoso de nación que ha arruinado la unidad histórica de España quienes han reaccionado como posesos. Como nos enseña Cernuda, hay insultos que son «formas amargas del elogio»; y no hay insulto más honroso que el de quienes están imbuidos de odio teológico. Pues en el intento de oscurecer el sentido más puro de ciertas palabras hay (aunque los furiosos o posesos no lo sepan) odio teológico. Y no hay mayor bienaventuranza que ser insultado, perseguido y calumniado por causa de quien quiso que España se constituyese como una nación de naciones. Por esa razón me inmolo.

    https://www.abc.es/opinion/abci-pala...8_noticia.html.

  16. #16
    Avatar de Valmadian
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    Cita Iniciado por putifar Ver mensaje
    No creo que sea importante lo que diga ese señor sobre lo que es Cataluña. ¿Quién lo lee?¿Quién lo entiende?¿En quién influye? Sus opiniones no alimentan al separatismo, los separatistas se autoalimentan. Los separatistas son guerracivilistas y les da igual. Solo buscan su destrucción y la de los demás.
    En líneas generales coincido. No sé cuánta gente lo lee y aún menos cuánta gente lo entiende, pero que ha metido la pata hasta el corvejón es una evidencia objetiva y más abajo voy a exponer mis razones.

    Cita Iniciado por Martin Ant Ver mensaje
    No lo dice.

    Pero viene a afirmar otra cosa mucho más importante, y que está en el meollo de toda la cuestión: que quienes tienen realmente la culpa del embrollo o confusión que se ha formado en la época contemporánea en torno al concepto de nación son aquéllos que defienden la deformadora concepción revolucionaria de dicho término, concepción ideológica causante del origen de los diversos nacionalismos contemporáneos, con independencia de que se aplique a los Reinos de la Monarquía española tomados por separado (nacionalismo catalanista, nacionalismo galleguista, nacionalismo vizcainista, etc...), o de que se aplique a todos esos Reinos tomados en su conjunto (nacionalismo españolista).

    En cambio, la concepción histórica de nación (cuando digo "histórica" me refiero a tal y como se entendía el término a lo largo de todos los siglos del régimen de Cristiandad, antes de que viniera el racionalismo revolucionario a desvirtuarlo y desorbitarlo) se aplicaba, sin ningún problema, indistintamente, ya sea a los Reinos de la Monarquía española tomados por separado (nación catalana, nación portuguesa, nación vizcaína, nación castellana, etc., etc.), ya sea a todos ellos tomados en su conjunto o para denominarlos de forma abreviada (nación española).
    Imaginemos una escena, más propia de los Hermanos Marx que otra cosa, en la que tres navíos españoles con bandera de Castilla arriban al puerto de Nueva York y allí ante el pasmo de sus habitantes en la playa plantan el pabellón real y toman posesión de las nuevas tierras en nombre de la Corona castellana y su Reina Isabel. Como argumento disparatado para una comedia estaría muy bien, en especial si el papel del nuevo Colón lo interpretase ese histriónico pirado de Sr. Recio de la más irreverente y disparatada serie de televisión, "La que se avecina". Pues eso, que a nadie con dos dedos de frente se le puede ocurrir querer descubrir y trasplantar la cosmovisión medieval que de si mismos tenían los diferentes pueblos, a un escenario del Siglo XXI sin correr el riesgo de que como mínimo lo pelen.

    El problema arranca de ahí, de la permanente creencia que tienen algunos que se llaman a si mismos "tradicionalistas" de que con sus opiniones, que suelen resultar de lo más extravagante, se pueda cambiar la cosmovisión actual. En aquellos siglos la gente también se trataba de "vuesa merced", y se reconocía la casi absoluta impermeabilidad de los estamentos, si había ofensas se soltaba un guantazo al agresor y se le retaba a un duelo a espada... Seamos serios, cada época tiene unos rasgos ineludibles que si no son aceptables y aceptados pueden ponerse en solfa, pero a la gente hay que explicarle las cosas.

    El Sr De Prada es un erudito, pero su verdadero campo es el cine y, desde luego, como pedagogo es un desastre. Hace años a un grupo de alumnos yo les dictaba que los pueblos íberos construían unos poblados llamados "oppidum", que "estaban amurallados, con cañones en las murallas y que en los fosos de alrededor gustaban de plantar flores en primavera". Así hasta que pasadas unas cuantas líneas de disparates, terminé por decirles que parasen, porque casi todo era falso. No tenían ni el más mínimo sentido de la crítica, no sabían nada de nada, es decir, que no sabían ni cuando se había inventado la pólvora.

    En otro grupo diferente, un individuo me pregunto si "¿esos romanos no eran unos tíos muy raros que siempre estaban borrachos?" . En otra ocasión, una señorita muy ufana me dijo que el político más importante de los Reyes Católicos (de su reinado) había sido Franco. Por supuesto antes de que el habitante del franquista Palacio de la Moncloa fuese "okupado" por su actual parásito. Y estos grupos de alumnos no eran niños, sino mozalbetes y mozas bien desarrollados ya. Hasta hubo quien me dijo en una ocasión que él leía periódicos.

    Pues bien, a ese tipo de gente explícales que no es igual la idea de nación que se tenía en los siglos anteriores al que se tiene hoy, que éste procede de los procesos revolucionarios desde el XVIII y que es totalmente distinto. Que así es como se aclaran las ideas y también el lenguaje, y yo me pregunto ¡ya! ¿y qué más?
    Última edición por Valmadian; 23/02/2019 a las 14:01
    ALACRAN y DOBLE AGUILA dieron el Víctor.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


    Nada sin Dios

  17. #17
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    Re: Juan Manuel de Prada: «Cataluña es una nación como una catedral»

    Cita Iniciado por Rodrigo Ver mensaje
    Los catalanes son un pueblo, pero no por ello los españoles dejan de ser un pueblo del que también forman parte los catalanes.
    Veo ahí una contradicción. A menos que se use la palabra "pueblo" en dos sentidos diferentes: el catalán en sentido figurado y el español, el auténtico.

    No olvidemos que el sentido de la palabra nación aparece unido en la Europa renacentista y barroca a grandes realidades geográficas, político-culturales: francesa, alemana, italiana, inglesa, española... (Así en el Concilio de Constanza aparece reconocida la nación española frente a la alemana, francesa e inglesa).

    En ese contexto, apelar a Cataluña, Borgoña, Gales, como naciones etc. no tuvo sentido. ¿Qué "nación catalana"o vasca enviaba embajadores al Imperio alemán, a Inglaterra? ¿Qué conciencia hubo en la Inglaterra o Alemania del XVII de haber una nación catalana o similares en la Península? ¿Qué naciones eran esas, sin rey propio al frente, a quien dirigirse?

    Así que alguna trascendental diferencia histórica hubo entre la nación española y la "catalana".
    Última edición por ALACRAN; 20/02/2019 a las 14:18
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

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