No existe tal cosa como la "etnia catalana", eso es del todo absurdo (aunque no hayan faltado en los siglos XIX y XX cretinos dispuestos a defender semejante teoría). ¿Cómo demonios iba a pervivir hasta nuestros días una etnia autóctona en una región tan intensamente latinizada como Cataluña? Étnicamente hablando, por mucho que les jorobe a algunos, un catalán no se diferencia prácticamente en nada a un castellano.
Tampoco existe una "etnia vasca", aunque al amigo Churruca le cueste creerlo. Los gascones y los iberos peninsulares (tal vez incluso los bereberes) pertecieron al mismo grupo étnico que los antiguos vascones y sus lenguas estaban emparentadas (por lo que sería razonable pensar que aún existen vestigios de sangre vasca entre algunos de los actuales gascones, aragoneses y castellanos). A esta teoría se la conoce como "vascoiberismo", y ha sido defendida por varios estudiosos vascos (lo que vendría a confirmar la teoría sostenida por el padre Barandiarán de que los vascos siempre estuvieron aquí, que no vinieron de ninguna parte; como iberos que eran -esto último es de mi cosecha, no de la de Aita Joxemiel-). Lo que sí podemos afirmar es que ese grupo étnico en particular pervivió sin diluirse en la amalgama ibero-romana-visigótica en algunas zonas de lo que llamamos Vasconia o Euskalerría (aunque los reyes de Navarra se consideraban descendientes de este último pueblo germánico). Sin embargo, no todos los vascos de hoy son de original ascendencia vascona (por muchos apellidos eusquéricos que estos tengan). De hecho, como bien puntualizó antes Ordóñez, las provincias vascongadas estaban habitadas por tribus célticas (autrigones, caristios, várdulos, etc.) antes de la invasión vascona, que vasquizó (eso precisamente significa vascongado: "hecho vasco") a sus gentes. El intercambio étnico se dio, indudablemente, pero la mayoría de la población seguía siendo de ascendencia celta. De ahí que se den distintos fenotipos entre el vasco de la costa y el del interior (el más puramente vascón de los dos es, obviamente, el segundo).
Respecto al flujo y asentamiento de españoles en las distintas regiones de esta nuestra Patria (de Norte a Sur, de Sur a Norte, de Este a Oeste o a la inversa), me resulta del todo saludable para una mayor cohesión de la tambaleante Nación.
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