¡¡¡Magnífico Tanausú, magnífico!!!
¿Hay otra en la Concepción de Santa Cruz o me equivoco?
CUADRO DE LA VIRGEN DE LA CONSOLACIÓN, adscrito a la Escuela de Amberes y custodiado en la Iglesia de Santo Domingo de la Villa tinerfeña de la Orotava, de mediados del siglo XVI.
Saludos
Tanausú
¡¡¡Magnífico Tanausú, magnífico!!!
¿Hay otra en la Concepción de Santa Cruz o me equivoco?
SANTA CENA
por Ambrosius Francken
Amberes, finales del siglo XVI
Templo de Santo Domingo de Guzmán
(iglesia del extinto convento dominico de San Miguel de las Victorias)
Santa Cruz de La Palma
Les presento aquí la pintura de la Santa Cena -de extraordinaria relevancia por su calidad y por su iconografía-. Está firmada por el pintor de la guilda de Amberes,Ambrosius Francken (1544-1615) y está considerada como la pintura más representativa del romanismo miuelangelesco en el arte flamenco manierista en Canarias (como dijera el profesor Hernández Perera en 1984). No fue, contrariamente a lo que pudiera pensarse, un cuadro de altar. Por el contario, presidió hasta 1621 la sala principal de la casa de la familia Santa Cruz, descendientes del licenciado Santa Cruz, donante del retablo mayor. Ese año, el prior del convento recibió de manos de los herederos de doña Juana Cortés Orozco, hija de Benito Cortés de Estupiñán y de doña Ana de Santa Cruz, un retablo grande de la Cena de Nuestro Señor Jesucristo pintado al óleo y dorado. El cuadro, que había quedado en las salas de sus casas principales, fue estimado como pintura de mucho valor, apreciada según Pérez García, en más de mil reales. Es probable que fuese encargado a Flandes por su padre, Benito Cortés de Estupiñán, caballero de formación y espíritu humanista que mereció el eloio del poeta Cayrasco de Figueroa en su canto XV de la Jerusalén Libertada; Cortés y Estupiñán en todo ilustre.
SANTA CENA
IGLESIA DE SANTO DOMINGO DE SANTA CRUZ DE LA PALMA
No entiendo nada, cada vez es para mí más difícil adjuntar fotos... tal vez sea la línea que está saturada... No sé
(jaja) Nunca había adjuntado un emoticono de estos o como se llamen.. es divertido
Bueno, después de varios años de estar denunciando ante las autoridades que esta Iglesia estuviera cerrada siempre a cal y canto... pues parece que por fin se pretende abrir como museo de arte sacro de Santa Cruz d la Palma, aparte de abierta al culto, claro. Es una alegría.
Santa cena
iglesia de santo domingo
¡¡ah!! Ahí me has cogido. Sé que en la Concepción de La Laguna hay un óleo que representa a San Juan Evangelista -protegido por un precioso relicario de plata- y que era uno de la serie de veinticuatro pintados por Cristóbal Ramirez. Existen testimonios de una milagrosa sudoración en el siglo XVII, y por esto ha subsistido, ya que se creó una Esclavitud que llevaba su nombre. Hay otro cuadro de la Crucifixión, expuesto en el Hospital de Dolores de La Laguna, considerada la pintura más antigua que se conserva en Canarias. Pintado en 1513 para el desaparecido Hospital de San Sebastián de dicha ciudad. Hay una Santa Cena que se conserva en el Museo de Historia de Tenerife. También existe en el mismo museo una serie de seis tablas dedicadas a reflejar la vida de Santo Tomás de Aquino... Pues no me doy cuenta de ninguna más de la Concepción de Santa Cruz... si la encuentro o alguna referencia, te informo rápidamente
Un abrazo
Tanausú
LA TALLA FLAMENCA DE LA VIRGEN DE LOS REMEDIOSLOS LLANOS DE ARIDANEJosé G. Rodríguez. Escudero
Como flamante Patrona del municipio palmero de Los Llanos de Aridane, la preciosa efigie de Nuestra Señora de Los Remedios – escultura de madera policromada de 94 cms. de alto aproximadamente- aparece documentada en 1678 ocupando la hornacina principal de su antiguo retablo mayor (Negrín Delgado). Según esta investigadora, estamos ante una obra producida en algún taller de Bruselas en el segundo tercio del siglo XVI, si bien el profesor Pérez Morera la sitúa en las primeras décadas de la misma centuria. La iglesia que la custodia y a la que da su nombre se encuentra en el casco antiguo de la ahora ciudad que tuvo su origen en el núcleo habitado de los primeros operarios y trabajadores de los ingenios azucareros.
Sin embargo, desde 1591 consta la existencia de una cofradía creada bajo esta advocación mariana que, al parecer, en 1608 había tomado el título de Ntra. Sra. del Rosario. El profesor Pérez Morera indicaba en sus trabajos que la talla ya estaba inventariada en aquel templo en 1584. Más tarde, entre 1705 y 1711, el mayordomo de fábrica Antonio de Acosta Clavellina rendía cuenta de los 375 reales invertidos en retocar la escultura y quizá abonados al escultor palmero Bernardo Manuel de Silva, que esos mismos años cobraba la hechura del Niño de la Virgen del Rosario y el dorado de su retablo.
En este siglo se generalizaba también la adición de mantos y capas de tela a la pieza original, cuyo uso se había iniciado entre 1691 y 1693, así como de valiosas alhajas, una luna y coronas de plata (1718 y 1757). Más tarde, algunas reformas y cambios se introducirían en la decoración del testero de la capilla mayor, aunque la imagen de la Virgen continuaría presidiéndola como titular del templo.
La Virgen - cuya onomástica se celebra anualmente el 2 de julio – muestra al Niño Jesús desnudo en señal de humanidad, a la vez que cubre su brazo respetuosamente con su amplio manto. El Niño acaricia con dulzura el mentón de su Madre y ésta le hace entrega de la pera simbólica alusiva al Misterio de su Encarnación. Una singular postura la que adopta el Niño sentado que tuvo mucha aceptación en los medios escultóricos de los Países Bajos durante principios del siglo XVI, a juzgar por varios de los ejemplos conservados. La doctora Negrín hace referencia a dos grupos marianos conservados en el Museo Mayer van den Bergh de la ciudad de Amberes.
Sin embargo, un rasgo distintivo de la talla palmera es su majestuosidad y elegancia. Muestra una plenitud de formas de su sereno semblante que parece evidenciar el nuevo lenguaje renacentista, mostrando cierto parentesco con las Madonnas rafaelescas pintadas por Van Orley y Gossaert aproximadamente por aquellas fechas. No supone esto, sin embargo, una ruptura definitiva con el legado medieval, como se muestra en el plegado de los holgados ropajes – a base de complicadas dobleces de crestas redondeadas y trazados angulares- sino también en el modelado de la cabellera de largos mechones exquisitamente ondulados. Una delicada imagen que se asemeja a la obra esculpida por el alemán Conrat Meit para la catedral bruselense de Santa Gúdula y que está impregnada de pareja delicadeza y sentimentalismo.
BIBLIOGRAFIA
Archivo Parroquial de Nuestra Señora de Los Remedios, Libro de Visitas y Libro de Fábrica
Exposición Arciprestal de Arte Sacro, Los Llanos de Aridane, junio 1968
HERNÁNDEZ PERERA, Jesús, «Esculturas flamencas en La Palma», Anuario de Estudios Atlánticos, La Laguna, núm 14-16 (1968-1970)
NEGRÍN DELGADO, Constanza, «Escultura», en Arte Flamenco en La Palma, Conserjería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, 1985.
PÉREZ MORERA, Jesús, Arte Flamenco. Isla de La Palma, Madrid, 1988
LA SANTA CENAJosé Guillermo Rodríguez Escudero
La Casa Sotomayor –en lo antiguo, de Cortés de Estupiñán- es una magnífica mansión de dos plantas que aún se puede apreciar en la antigua Calle Real del Puerto de Santa Cruz de La Palma, hoy Calle O’Daly, número 38. Data de finales del siglo XVI y su fachada está confeccionada enteramente con la llamada piedra molinera, cuyo color negro hace que se distinga perfectamente del resto de casas de la zona. Benito Cortés de Estupiñán y su esposa, doña Ana de Santa Cruz Orozco, poseedores del inmueble a finales del siglo XVI, lo dieron en dote a su hija Juana Cortés Orozco en 1596. Al casarse ésta con el mercader francés Julián Grave, y al decidir fijar su residencia fuera de La Palma, ambos optaron por venderla al capitán García de las Muñecas por “dos mil y trescientos ducados de a once reales de plata castellanos”. Sin embargo, al fallecer el marido y tal y como habían pactado, no tuvo validez el compromiso y doña Juana permaneció viviendo en la casa hasta que murió sin haber tenido descendencia. El inmueble pasó a manos de sus primos hermanos, el capitán Pedro Beltrán de Santa Cruz y Juana Orozco de Santa Cruz. En la sala de la difunta destacaba “un retablo grande de la cena de Nuestro Señor Jesucristo pintado al oleo y dorado en cuadro de valor” que su dueña tenía intención de dejar, por su devoción, a su muerte, al convento dominico de Santa Cruz de La Palma. En atención a este deseo, los capitanes Pedro Beltrán y Pedro de Fresneda Alvarado lo donaron al expresado convento donde su prima estaba enterrada y donde lo estaban sus antepasados. La magnífica obra de arte, realizada por el pintor Ambrosius Francken, aún se puede admirar en ese templo, prueba del mecenazgo de la familia Santa Cruz con la iglesia del convento dominico.
Pérez García nos informa de que “en la causa que, años más tarde, surgió entre doña Juana Orozco y Santa Cruz, en nombre de su hermano Pedro Beltrán de Santa Cruz, vecino de La Habana, y el Prior y frailes de la Comunidad dominica por el derecho de los asientos de la familia en la capilla mayor del convento así como por la capellanía de referencia, consta la donación por parte del Licenciado Juan de Santa Cruz «retablo que esta sobre el altar mayor que fue el primer que hubo en los conventos e iglesias de esta ciudad que se trajo de Flandes y hizo de costo mas de ochocientos ducados» (A.F.G. Carpeta H, legajo 6), lo que destruye la teoría que han seguido algunos autores al aplicar otro origen a la existencia de las magníficas tablas flamencas que se conservan en el convento de Santo Domingo y que formaron parte de dicho retablo”.
BIBLIOGRAFÍA
PÉREZ GARCÍA, Jaime. Casas y Familias de una Ciudad Histórica. La Calle Real de Santa Cruz de La Palma, Madrid, 1995.
- Idem. «La familia Santa Cruz y el convento dominico de Santa Cruz de La Palma», Diario de Avisos, (26 de agosto de 1990)
Tanausú, ¡¡es una pasada el banco de fotos que tienes!!
Voy a ponerlo a prueba otra vez. Je,je...
¿Tienes La Encarnación de San Marcos de Icod? ¿Se trata realmente de una tabla flamenca?
NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT.José G. Rodríguez Escudero
UNA TABLA FLAMENCA DE LA
VIRGEN DE LA MONTAÑA
SAN ANDRÉS Y SAUCES
De entre el fabuloso legado flamenco llegado a La Palma durante el siglo XVI, podemos destacar una pintura de excepcional valor. Se trata de un enorme cuadro de altar que hasta finales del siglo XVII presidió el oratorio puesto bajo su advocación en el ingenio azucarero de Los Sauces. Durante unos cien años, esta excepcional pintura estuvo colocada en el altar mayor de ese templo hasta que en 1686 fuera sustituida por un retablo de madera de tres nichos y sagrario procedente del desamortizado convento de Santa Clara de la capital palmera. En esos instantes fue instalada en el altar de San Amaro hasta que posteriormente pasó al coro bajo de la antigua iglesia. En 1960 se demolió este templo y actualmente está emplazada en el baptisterio de la actual parroquia de Montserrat del término municipal norteño de San Andrés y Sauces.
El profesor palmero Pérez Morera, en su completo estudio sobre esta magnífica pieza informa de que fue “pintada en los Países Bajos en el último cuarto del siglo XVI” y que la obra ha sido “adscrita a la escuela de Brujas”. Tanto por su iconografía como por su calidad, esta pintura es un importante ejemplo de cómo el tema de Montserrat – símbolo emblemático de la identidad cultural catalana-, se halla vinculado a la expansión económica y comercial de ese pueblo desde la Edad Media. La representación de la sagrada montaña catalana donde se ubica el monasterio benedictino de Montserrat ha sido representada en miles de estampas distribuidas desde el siglo XV entre la multitud de peregrinos, ansiosos por llevarse un recuerdo del cenobio. Así, esta iconografía mariana llegó hasta los confines de la Tierra. Se cree que la representación de ese monte procede de una estampa grabada en Roma en 1572 por Antonio Lafreri.
Díaz Padrón - conservador de pintura flamenca y holandesa del prestigioso Museo del Prado de Madrid- atribuye la autoría de la tabla al gran último epígono de esa escuela, Pierre Pourbus el Viejo (1523-1584), “aunque con las reservas de una sospecha verosímil”.
La bella pintura fue encargada a Flandes por los dueños de la denominada Hacienda de los Señores o Heredamiento de los Catalanes, a quienes correspondía el patronazgo de la iglesia de Montserrat. Ésta fue erigida en 1513 para atender las necesidades espirituales de los dueños y trabajadores del ingenio de azúcar, fundado por el catalán Marcos Roberto de Montserrat, de la importante dinastía de los Benavent. Por este motivo fue consagrado a la patrona del rico mercader. Un cuñado de éste, llamado Pedro de Benavent, había prestado enormes sumas de dinero para financiar la conquista de La Palma. En premio a este gran servicio, el Adelantado Alonso Fernández de Lugo entregó las tierras y aguas del río de Los Sauces para que allí construyera un ingenio azucarero. Su apoderado, el mercader catalán Gabriel de Socarrás, tomó posesión de esta data en 1502 y también obtuvo repartimiento de tierras en Los Sauces. Como testimonio de su fervor hacia la patrona catalana, edificó la capilla bajo esta advocación mariana en el convento franciscano de Santa Cruz de La Palma. La efigie sevillana de la “Virgen de Montserrat” actualmente se encuentra en la capilla de “San Nicolás de Bari” del mismo templo, mientras que en la primitiva se encuentra entronizado el venerado “Señor de la Piedra Fría” en su retablo churrigueresco.
El profesor Pérez Morera sigue informando de que “suponemos que la tabla llegó de Flandes por mediación de Tomás Van de Walle de Cervellón, natural de Brujas y mayordomo de la iglesia de Montserrat desde 1590”. Este caballero había adquirido una de las dos grandes haciendas de cañaverales, el heredamiento de los catalanes, en 1588, junto con el patronazgo de la iglesia. Ya en el primer inventario de este templo de 1616 se cita como “una ymagen de Nuestra Señora de Monserrate grande, pintada al olio, que coxe todo el altar; es quadro con su bastidor dorado”. El mismo investigador nos indica que este mismo marco es el que afortunadamente tiene el lienzo, “de excepcional valor estético y documental”. También lo describe como un marco formado por dos molduras doradas que dejan entre sí un ancho espacio decorado con finas cintas entrelazadas, cartelas y espejos, en oro, rojo y verde, que se reparten sobre las superficies lisas y blancas de los fondos. También consta en el inventario de 1679. Allí figura como “vn retablo de pintura de Nuestra Señora de Montserrate con guarnición ancha de madera dorada”.
La flamante patrona de la localidad, la venerada imagen de bulto de la misma advocación, se hallaba colocada sobre el sagrario que se ubicaba delante del cuadro que nos ocupa. Es una bella escultura en madera policromada del siglo XVI y que actualmente preside el templo parroquial. Pérez Morera nos informa de que los dos angelitos que poseía bajo sus pies aserrando una montaña – atributo iconográfico de la patrona catalana- lamentablemente ya no existen. Existe constancia documental ya desde 1676 en la visita que realizara el licenciado don Juan Pinto de Guisla a la iglesia saucera. La bella imagen sigue saliendo en procesión en su onomástica, el 27 de abril y en las fiestas patronales de septiembre. Sus preciosas andas de baldaquino son portadas a hombros en estas solemnidades, siendo acompañadas por numerosos fieles.
La pintura representa la santa montaña catalana tal y como aparecía en la estampa de Lafreri. La Virgen aparece con el Niño en brazos en el tercio superior del cuadro, envuelta en nubes y entronizada sobre la cúspide del monte. La rodean ángeles y dos de ellos mantienen una corona sobre su cabeza. Pérez Morera nos indica también que la escena superior, clásica y romanista, ha sido creada por un maestro, mientras que la pormenorizada descripción de la montaña debe ser obra de discípulos o aprendices. Nos la describe así: “Es una Madona de formas rotundas y elegantes, cuyo modelado acusa el clasicismo del renacimiento a la italiana. La nota de humanidad la imprime el Niño Jesús que tira de la toca blanca que cubre la cabeza de María, símbolo de la maternidad”
En el tercio inferior viene representada la villa prioral de Collbató, junto al río Llobregat , desde donde se inicia la cuesta ascendente y el camino en zigzag por donde los peregrinos accederán al monasterio. En el ascenso se observan los siete cruceros de piedra, que representan los mandados a hacer por Pedro III el Ceremonioso en el siglo XIV, donde se invitaba al romero a descansar en una breve meditación. La iglesia está rodeada por las casas de los lugareños. Con detalle son narradas escenas de la vida cotidiana: un campesino con su mula, dos pastores cuidando ovejas… Pérez Morera nos sigue deleitando con la descripción: “la imaginación del pintor flamenco ha transformado al muchacho que en el grabado saca agua del pozo en una mujer, con toca blanca, que mira hacia el espectador; y al ocioso aldeano sentado junto al cobertizo en un joven meditabundo, que apoya la cabeza en una mano, remedando a la Melancolía Saturniana”. Es curioso cómo se asemeja éste al mencionado “Cristo de la Piedra Fría”.
Nuevamente aparece la Virgen sentada en un trono y rodeada de cuatro ángeles cuyas alas están extendidas mientras la coronan y dos pequeños querubines, en atrevidos escorzos, vuelven a cortar el peñasco bajo sus pies con una afilada sierra. Se repite la misma escena descrita anteriormente pero en formato diminuto. Esta gloriosa aparición es contemplada por los dos pastores mencionados. Según una tradición, unos pastorcillos del pueblo de Aulesa vieron un resplandor en una cueva donde se encontró la imagen de la Virgen. Se cuenta que allí fue escondida cuando los musulmanes asolaron Cataluña en el año 718.
En la mitad de la montaña de Montserrat o “Monte Serrado” aparece la abadía del mismo nombre y sobre ella aparecen dispersas numerosas ermitas así como anacoretas y ermitaños.
BIBLIOGRAFÍA
DÍAZ PADRÓN, Matías. «Pintura», Arte flamenco en La Palma, 1985
PÉREZ MORERA, Jesús. «El grabado como fuente iconográfica: el tema de la Virgen de Montserrat en la pintura flamenca y peruana», Homenaje a Hernández Perera, Madrid, 1992
- ídem. «La Virgen de Montserrat», Cuadernos de Cultura, nº 2, Ilmo. Ayuntamiento de San Andrés y Sauces, 1999.
- ídem. «El heredamiento de los catalanes», La cultura del azúcar. Los ingenios de Argual y Tazacorte, 1994.
Estimado don Cosme
Como sé que te gusta más la pintura que la escultura (a mí me pasa lo contrario) pues te presento la bonita imagen de la Virgen de Montserrat de la Villa de San Andrés y Sauces.
No conozco la mencionada de la Encarnación de Icod de los Vinos... me has pillado otra vez... a ver qué encuentro por ahí dentro.
Un fuerte abrazo... es una pena que no pueda descargar las fotos... No sé qué ocurre...
VIRGEN DE MONTSERRAT
VILLA DE SAN ANDRÉS Y SAUCES
ISLA DE LA PALMA
Creo que ahora sí ha sido posible adjuntar las fotos... menos mal
VIRGEN DE MONTSERRAT
SAN ANDRÉS Y SAUCES
Más fotos
VIRGEN DE MONTSERRAT
VILLA DE SAN ANDRÉS Y SAUCES
Aquí van las últimas
Gracia
Sí es cierto, me has pillado, es mi debilidad. Creo que lo dejo traslucir hasta en el título del hilo, je, je...
Además, la pintura de este período es ya para mi "adictiva". Me puedo pasar horas delante de una buena tabla. La de Agaete por ejemplo es sensacional.
Sin embargo he de confesar que algunas piezas de escultura que has insertado, obras fundamentalmente presentes en La Palma, por ejemplo...Santa Ana Triple, la Santa Lucía de Puntallana que no creo que has insertado aquí pero que me enviaste al mail, son simplemente sublimes.
EL ÁRBOL DE JESÉ
PINTURAS
- 4 tablas custodiadas en el templo de Santo Domingo de Guzmán de Santa Cruz de La Palma. Obras de Pierre Pourbus “el Viejo” (Gouda 1523, Brujas 1584):
La Genealogía de Jesús y el Árbol de Jesé (183 x 94 cms)
San Juan Bautista (183 x 94 cms)
San Francisco de Asís (230 x 94 cms)
Santos Dominicos (183 x 94 cms)
Tanausú, fantástica tabla esta de La Genealogía de Jesús y el Arbol de Jesé. No la conocía. Me encanta. Por cierto,...¿está en mal estado de conservación o has tenido que degradar la foto para poder subirla a la web?
Estoy impaciente por ver las otras tres.
GRISALLA DE SAN BLAS
Don Cosme, te presento ahora una de las grisallas que se conservan en la iglesia de Santo Domingo...
En cuanto a la del Arbol de Jesé, afortunadamente ha sido restaurada. Voy a buscarte alguna foto que esté mejor para que la puedas apreciar en todo su esplendor.
En cuanto a las tallas flamencas, tienes razón, hay verdaderos tesoros. No se si he metido la pata incluyéndolas en este apartado... como también -aparte de la pintura dice arte-. En caso de que prefieras sólo pintura, enviaré sólo pinturas... ningún problema.. luego podremos abrir otro apartado sólo de esculturas...tú mandas... abrazos
TABLAS FLAMENCAS DE SANTO DOMINGO
Aquí verás cómo se cree que era el retablo flamenco antes de su descomposición en tablas...
Te presento la otra grisalla que representa a San Francisco de Asís
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