Escena de Vanitas y la muerte.
Un esqueleto humano con guadaña soporta en una de sus manos un reloj de arena en señal de que a todos se nos acaba el tiempo. Dentro de su cuerpo lleva un hombre en señal de que el destino es encontrarse con la muerte. Un ángel sobre una torre juega con pompas de jabón, clara alusión a lo efímero de la vida. Bajo sus pies y de manera desordenada, miras, coronas, cascos y armaduras, muestran que no hay estatus que importe cuando el desenlace de la vida se aproxima.
Los murales de Tadeo Escalante en el Templo de San Juan Bautista de Huaro. Quispicanchi, Departamento de Cusco.
Crédito fotográfico: Vidas Virreinales.
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Fuente
https://www.facebook.com/photo?fbid=...12447553955855
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