Re: Señoríos Andaluces
Marquesado de Heliche:
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El Marquesado de Eliche (antiguamente de Heliche) es el título nobiliario español que el Rey Felipe IV de España concedió en 1624 a favor de Gaspar de Guzmán y Pimentel, descendiente de los duques de Medina Sidonia, quién también fue III conde de Olivares, I conde de Arzarcóllar, I duque de Sanlúcar la Mayor.
A partir de 1625 en que el rey Felipe IV le concedió el título de Duque de Sanlúcar la Mayor, se le empezó a llamar Conde-duque de Olivares, permitiendo que a su muerte el título de Duque de Olivares se desglosara del de Duque de Sanlúcar la Mayor.
Por Real Orden de 1880 se determinó que el Ducado de Olivares de entiende integrado en la denominación de Conde-duque de Olivares.
Su nombre hace referencia a lo que hoy es el despoblado de Heliche, en el municipio andaluz de Olivares, en la provincia de Sevilla.
Historia de la Villa de Heliche:
Los señores de Guzmán provienen de una familia de origen leonés que, con activa participación en la conquista de Andalucía, obtendrán grandes dominios territoriales e importantes títulos nobiliarios, entre ellos el de Duque de Medina Sidonia en 1445, que se transmitirá hereditariamente por vía de primogénitos.
El primer conde de Olivares
En el devenir histórico de Heliche, nos interesa seguir al hijo segundo del tercer Duque de Medina-sidonia tanto que segundón, privado del ducado, Pedro de Guzmán y Zúñiga ha de dotarse de título propio. Su padre, el Duque dc Medina-sidonia, en busca de prebendas para su hijo no primogénito, pidió en 1507 a Femando el Católico una encomienda para éL Con todo, en 1521 todavía no contaba D. Pedro con los dominios de Olivares, que no alcanzaría hasta la muerte de su madre y con gran probabilidad por disposición testamentaria
La concesión del ansiado título de Conde de Olivares, el primer conde, la obtiene de Carlos 1 el 12 de octubre de 1535, en Palermo, por sus señalados servicios al César-Emperador en Italia, Alemania y Túnez.
Pedro de Guzmán pudo acrecentar su condado comprando Castilleja de Alcántara, que pasa a ser Castilleja de Guzmán, Heliche y Characena en 1532, y un año más tarde Castilleja de la Cuesta, gracias a las Bulas papales de Clemente VII y Paulo III en 1529 y 1536 que permiten la enajenación de terrenos y rentas de las Órdenes Militares.
El primer Conde promulga en enero de 1552, en Sevilla, unas Ordenanzas para las villas y lugares de su Estado. En ellas se regula el funcionamiento de cabildos y ayuntamientos, las funciones de los oficiales concejiles, la saca de mozos de soldada, el trabajo de pastores, gañanes, cabañeros y manaderos, campesinas y guardas de campo, reglas y obligaciones para mesoneros, disposiciones sobre mostrencos y cosas perdidas, penas y pechos, indicaciones particulares sobre la dehesa etc., etc.,(Herrera).
El mismo autor precisa como el mismo Conde promulgó otras Ordenanzas para el Pósito de Olivares en años trabajosos y de mucha falta y carestía de pan, por favorecer a los vasallos de las villas de Olivares, Heliche, Castilleja de Guzmán y Castilleja de la Cuesta; que serían confirmadas por Felipe II, por Real Cédula de 1572.
El segundo conde de Olivares
El segundo Conde de Olivares, Enrique de Guzmán y Ribera, tuvo un destacado papel en la corte y la política de la época, alcanzando los títulos de embalador en la Corte de Roma, Virrey de Sicilia y Nápoles y Consejero de Estado del rey Felipe III.
Con él los dominios dc esta rama de los Guzmanes se amplían al comprar la vecina Albaida en 1574, puesta en venta tras el Breve del Papa Gregorio XIII fechado en 1574, desde cuya Torre Mocha se tomó posesión del termino en beneficio y provecho del Condado de Olivares.
La preocupación por el gobierno de sus estados incrementados se manifiesta en las modificaciones y agregaciones que introduce en las Ordenanzas dictadas por su padre, Ordenanzas que ya en el siglo XVIII serán confirmadas por el nuevo Sr. de estos estados, el Duque de Alba.
Consecuencia directa de su estancia en Roma fue la creación en Olivares de una Capilla, con capellán mayor y doce menores, puesta la advocación de la Virgen de Santa Maria la Mayor o de las Nieves, virgen venerada por el II Conde en la iglesia de Santa Maria la Mayor de Roma. De esta señorial manera quedaría desplazada la oriunda Virgen del Álamo que veneraban las campesinos olivareños, que no dudaron aceptar el criterio de su Conde, pasando la nueva Virgen de las Nieves a ser la Patrona de la localidad.
La nueva capilla fue enriquecida con gran cantidad de reliquias sagradas traídas de Roma, en donde su esposa, Dª María Pimentel y Fonseca, por gracia o licencia de los pontífices Gregorio XIII, Sixto y Gregorio XIV, llevará a cabo una colecta de reliquias en forma constante y efectiva durante los años 1582 a 1591. Las reliquias se remiten con los documentos necesarios para atestiguar su autenticidad, la lista de testigos presenciales -ente ellos el reverendo padre Francisco de Victoria - y la nómina de donantes, entre los que llama la atención el Cardenal Ajejandro de Médecis.
Estas reliquias se conservan en gran número y riqueza en la actual Iglesia Parroquial de Olivares, la misma que creara D. Enrique, con las ampliaciones y transformaciones realizadas andando el tiempo, entre ellas los restos de Sr. Úrsula, S. Esteban mártir, S. Ceferino, S. Entiquio, S. Zenón, S. Roque, de las once mil vírgenes, y de tantos otros.
El tercer conde de Olivares y Conde-Duque
A Don Enrique le sucedió su hijo Don Gaspar de Guzmán y Fonseca, nacido en Roma el día de Reyes de 1587 y llamado a jugar un importantísimo papel tanto en la historia nacional como en la del propio Olivares. Valido de Felipe IV ente 1621 y 1643, y tercer Conde de Olivares, conseguirá hacer realidad los deseos de su abuelo ampliando sus posesiones y estados con la ansiada compra del señorío de Sanlúcar la Mayor en 1623 y completando el de Castilleja de la Cuesta al adquirir en 1625 la realenga Calle Real. Completadas las ambiciones del abuelo, se embarca en las propias desde su preeminente puesto de valido del rey, y en 1627 adquiere Tomares, que llevaba anejo el lugar de San Juan, y Aznalcóllar; en 1630, Coria; Camas, en 1635, y por fin, en 1641, Bollullos de la Mitación, Palomares - que conlleva en su término el entonces heredamiento de Almensilla - La Puebla - con las Islas Mayor y Menor -, Mairena del Aljarafe y Salteras.
En su grandeza, el tercer Conde de Olivares acumula títulos y oficios, tales como Duque de Sanlúcar la Mayor, Marquesado de Heliche, condado de Arzarcóllar, marquesado y mayorazgo de Mairena. En cualquier caso, no existió el título de Conde-Duque de Olivares, sino los de Conde de Olivares y Duque de Sanlúcar. No obstante murió en desgracia el 22 de julio de 1645, dejando a su viuda, Dª. Inés de Zúñiga y Velasco, deudas con la Hacienda Real por un total de 31.882.753 maravedís.
Muerta Maria, la única hija legítima del Conde-Duque, al año de haber casado con Ramiro Núñez Felipe de Guzmán - de una de las ramas de los Guzmanes - así como el hijo que resultó de este breve matrimonio, la dinastía quedaba truncada. A D. Gaspar, máxima gloria y poder del condado de Olivares, le sucederán las deudas, pleitos y divisiones de sus Estados entre D. Luis Méndez de Haro, sobrino suyo; D. Enrique Felipe de Guzmán, su hijo bastardo, y el breve esposo de su hija María, su yerno D. Ramiro, Duque de Medina de las Torres. Con lo que (si bien pudo el valido de Felipe IV frenar - con la excepción de Portugal - los intentos de disgregar España en distintos reinos independientes, reacción de la poderosa aristocracia ante su política fuertemente centralista, y que en Andalucía en 1641, de haber triunfado habría coronado rey a otro Guzmán, de la rama primogenia, Duque de Medina Sidonia) no pudo en cambio conseguir lo que en principio parece empresa más fácil: mantener la unidad de sus señoríos.
A su sobrino D. Luis Méndez de Haro le corresponderán Olivares y Heliche juntamente con Albaida, Salteras, las dos Castillejas, Camas, Tomares y San Juan de Aznalfarache, además de sucederle en la privanza, como nuevo valido del monarca Felipe IV. Posteriormente, por una escritura de transacción y concierto otorgada en 1648 entre distintos litigantes de la herencia, obtendría mayores beneficios.
Heliche pervivirá durante siglos, despoblándose definitivamente hacia 1817 aproximadamente. Más duró, oficialmente su parroquia - de San Benito - que no se extinguió hasta la Real Orden de 26 de marzo de 1843.
En la actualidad, dicho asentamiento está desaparecido aunque localizable, en predio rústico, a 1 Km. aproximado del casco urbano actual.
fuente: Wikipedia
Última edición por Michael; 07/06/2013 a las 01:43
La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.
Antonio Aparisi
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