Respuesta: Saludos a todo el foro
Compruebo que mientras redactaba el mensaje anterior ha habido varias respuestas. Pero quisiera añadir algo respecto a la cuestión de franquismo-euskera. Y lo digo no en el sentido de situaciones particulares de aquí o allá, de si sucedió esto o aquéllo. Porque las situaciones particulares, sean personales o tengan cierta extensión social, son anecdóticas.
Pues bien, vaya una primera anécdota. La primera edición de Las Aventuras de Tintín fueron en euskera. No recuerdo los datos, pero se imprimieron en Bilbao allá por los "años 50".
Y vaya una segunda anécdota, en los "60" se abrió la primera cátedra de euskera en la Universidad de Salamanca.
Ello no quita para que en los ámbitos oficiales no se hablase más que castellano, o que hubiera gente absolutamente reticente a oír hablar otra lengua que la castellana. Pero en el propio País Vasco, particularmente en las ciudades, se veía el euskera como una lengua de caseros, de aldeanos, por no decir que paletos ("gebos") y analfabetos. Mi abuelo materno, que he citado ya unas cuantas veces, siendo de Zaldibia, aprendió castellano siendo ya adulto. Hablaba con la gente de los pueblos y caseríos en euskera, pero mi madre fue a un colegio francés donde la enseñanza era bilingüe, y ninguno de los ocho hermanos que han sido aprendió más allá de aita, amá, agur, etc., y eso viviendo en San Sebastián.
Para mí hubiera sido una satisfacción que a mis hermanos y a mi mismo, mi madre nos hubiera enseñado algo de euskera, aun viviendo en Madrid. De mi padre, tan vasco como mi madre, no podíamos esperar nada en ese sentido, por razones que ahora no voy a citar "odiaba" a los nacionalistas y todo lo relacionado con ellos, y ese "odio" no venía del franquismo, sino a causa del nacionalismo.
En este caso concreto del nacionalismo vasco y del franquismo, el billete es de ida y vuelta.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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