Iniciado por
Lope de Aguirre
He leído varias veces no sólo el articulo en sí mismo, sino también todas las colaboraciones posteriores que éste ha suscitado.
Y mi opinión es que-retomando viejas frases llenas de sangre, tiempo y muerte-, Portugal Y España comparte, quieranlo o no los gobiernos partitócarticos gobernantes en ambos países, una unidad de destino en lo universal, en palabras joseantonianas; y lo comparte porque cuando ambos países fueron algo, lo fueron sobre todo colaborando en la guerra contra el Islam invasor; contra la herejía altiva y contra las viles actuaciones de piratas y corsarios.De hecho, está documentada que, cuando el intento del segundo saqueo de Cádiz, allá por 1626, la Flota de Indias estaba protegida por buques lusos y no solo españoles, como lusos eran los que cayeron también defendiendo Cadiz ante el pirata Sussex en ese citado intento de saqueo.
Por otro lado, y a más abundamiento, cuando ambos países nos hemos dado la espalda es cuando, nuestros enemigos seculares, esto es, Francia e Inglaterra han metido su maldito pan en nuestra sopa.No olvidemos, que fué la excusa de invasion de Portugal lo que motivó una guerra durísima que ocasionó, al final, el colpso de nuestro imperio ultramarino; fué por esa época cuando nuestros vecinos vieron arriarse su pabellon en el Brasil, asi como nosotros lo vimos en Ayacucho...¿casual?
Nada en la historia es casual y cuando una nación-o dos- olvidan su herencia, su vocación histórica, su sentido de existencia, es cuando la vida de tales países cae en el pozo negro de la cotidianeidad más espurea,más ésteril y más peligrosa.
Franco y Salazar, siendo loables quizá el espíritu que los animaba, no lograron restaurar, ninguno de los dos los sentimientos que hicieron que medio mundo dependiera de una sola península, pues tal sentimiento ni es la coerrcion, ni dictatorial, es sobre todo una voluntad constructora, que lleva junto a la espada la Cruz, y que sin la Cruz pierde no solo su sostén, sino hasta su legitimidad.
El deber de la hora presente no es resucitar viejas cortes que juren a nuestro Rey como rey portugués; es algo más sutil, pero más viril.Compartir ambos países una politica comun externa, al margen de esta Europa de mercaderes y de arribistas que siempre desearon ver como se nos partía el espinazo.Esa política y una colaboración franca, clara y manifiesta, con nuestros brazos amputados, con nuestras republicas hermanas.Tal es la misión de la generación actual.
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