Calvino y la doctrina de la predestinación
En el siglo XVI el francés y luterano Juan Calvino (1483-1564) enuncia su doctrina de la predestinación según la cual el ser humano está predestinado de antemano a condenarse o salvarse. Esta idea de que Dios determina de antemano la salvación o condenación de los hombres excluye la libertad de la persona para hacer obras buenas o malas ante Dios.
Ahora bien, si uno está predestinado para salvarse o condenarse, ¿cómo saber de antemano el final de cada persona?. Calvino es claro: "Si a uno le 'va bien' en la vida y sus negocios son prósperos, es seguro que se salvará en la otra vida. En cambio si uno solo tiene desgracias en esta vida, seguro que está condenado en la otra".
Esta doctrina va a traer tres gravísimas consecuencias:
1. Sólo la prosperidad en los negocios es garante de una vida plena de sentido. El dinero y el poder se convierten en los indicadores de la complacencia de Dios.
2. Aquellos que sufren penurias, como enfermedades, pobreza, etc. están de antemano condenados y no son “humanos dignos”. Pasan, por tanto, a ser ciudadanos de 'segunda clase' (o de tercera...).
3. Se crea una clase superior bendecida por Dios... Una élite que es la única capaz de gobernar y de dirigir los destinos de la humanidad por el 'buen camino' (el camino del poder y del dinero). La élite de los afortunados que han sido 'elegidos por Dios'. Todo magnífico para 'bendecir' y asegurarles de por vida, y además por mandato divino, el poder y el dinero a los ricos. Es magnífica la transformación que hicieron de una religión que comenzó diciendo que era más dificil que entrara un rico en el Reino de los Cielos, que un camello por el ojo de una aguja...
Años más tarde, con las ideas de Darwin harían lo mismo, aunque esta vez desde un punto de vista aparentemente 'científico'... En Sudáfrica, los predicadores calvinistas británicos blancos también justificaron el racismo institucionalizado conforme a la idea de predestinación calvinista. Según este criterio, sólo los blancos podrían librarse de la condenación, ya que su nivel de riqueza, su grado de civilización y la prosperidad alcanzada por esta comunidad serían signos de la voluntad divina para salvarles. Por el contrario el “atraso” social, económico y cultural de la mayoría negra, solamente mostraría a un Dios disconforme con ellos. Tal situación validaría la existencia del apartheid, que era visto por los pastores luteranos como el método más adecuado para evitar que los blancos, predestinados a salvarse, adoptasen los “vicios” de los negros y se condenaran por ello."Llamamos predestinación el decreto eterno de Dios con el cual estableció lo que ha de hacer cada uno de los hombres, puesto que no todos fueron creados con las mismas condiciones, sino que algunos fueron destinados a la vida eterna y otros a la eterna condenación" (Calvino, "Institución Cristiana", Capítulo XIV, N°5).
La segregación racial predicada desde los púlpitos luteranos no solo evitaría a los blancos caer en pecado, sino que ayudaría a los negros a conocer la Ley Divina y así acceder “algún día” al nivel de desarrollo de los blancos, pudiendo así conseguir su salvación.
Frente a estas doctrinas racistas y colonialistas algunos pastores luteranos, incluso propugnaron una actitud todavía más intransigente. Estos fundamentalistas pretendían incluso justificar el apartheid arguyendo que éste sería consecuencia de un mandato divino y de un orden de cosas por Dios ya preestablecido. Para ello, nuevamente se sirvieron de una interpretación arbitraria y mal intencionada de la Biblia.
Los teóricos del racismo religioso acudieron al Antiguo Testamento para 'demostrar' sus hipótesis. Así, según esta interpretación, Dios, tras establecer una Alianza con Noé a raíz de su fidelidad durante el diluvio universal, le dio tres hijos: Sem (antepasado de los pueblos semitas, y por extensión de los de todo Oriente Medio), Cam (antecesor de los pueblos africanos) y Jafét (progenitor de los pueblos europeos). Posteriormente, condenó a Cam –quién habría pecado reiteradamente– y a sus descendientes, a servir a Sem y a su prole hasta el final de los tiempos. De ahí que los padres calvinistas, quienes se autoconsideraban portadores de las antiguas alianzas de Israel, quisieran ver una continuación real de un relato de origen místico. El calvinismo sudafricano, al igual que otras variantes de esta herejía luterana, contempla la libre interpretación de la Biblia a la hora de predicar desde los púlpitos, lo que explica la aparición de este tipo de doctrinas en todo el entorno anglosajón. Incluídos, naturalmente, su hijos... el afrikaner y el yanqui.
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P.D.:Así Max Weber nos habló de:
En su libro "La ética protestante y el espíritu del capitalismo", el sociólogo Max Weber también se centró en dos principios desarrollados por Calvino, a la hora de desarrollar el hilo conductor de su explicación al triunfo e implantación de los sistemas racistas-capitalistas en el mundo.
- Principio de predestinación.
- Principio de concesión de bienes.
Según estos principios, Dios ha predestinado antes de la Creación a unos hombres para la eterna vida, y ha sentenciado a otros (incluso antes de ser concebidos) a la eterna muerte. A los elegidos, por tanto, Dios les ha otorgado todo tipo de premios y de bienes materiales, les dota de un corazón humano, de la capacidad de 'optar por lo bueno', muchas riquezas y bienes materiales, y naturalemente también (¿cómo no...?) de la capacidad de comprender (ellos solitos) las palabras de Dios. Unos palabras que les vienen de maravilla. Por esta razón, afirmaron que los elegidos imitaríann en todo a Dios, incluso cuando esclavizaban a sus semejantes. Por contra, a los demás mortales (a los condenados), Dios les olvida y les retira los dones naturales; entre los bienes que les quita figuran la inteligencia, el afán de trabajo, la organización, el método y les entrega a sus propios placeres, a las tentaciones del mundo y al poder de las tinieblas.
Salvo por los bienes recibidos no había modo de saber si se era elegido o condenado. Por consiguiente los individuos intentarían demostrarse así mismos y a los demás que formaban parte de los primeros, desarrollando la inteligencia, mostrando su afán por el trabajo y, sobretodo... haciéndose ricos a cualquier precio.
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