Pues si usted ha leído esa obra, habrá podido comprobar el intento de traición del Conde de Rodezno tratando de convencer a la Junta Regional de Guerra de Navarra de que él tenía representación de don Alfonso Carlos y de la Comunión para la negociación con Mola. Precisamente fue el propio Lizarza el que llevaba los mensajes desautorizando por completo la maniobra de traición de Rodezno. Don Alfonso Carlos estaba en Austria, y las comunicaciones eran lentas, por lo que actuaron rápidamente los representantes del Rey en la Península (es decir, Don Javier y Fal Conde) para abortar semejante monstruosidad.Gracias, pero lo leí en su momento. Como usted SABE, ya recomendé yo ese trabajo en alguna que otra ocasión, ¿De dónde cree que me saco lo de los del PUENTEO ESCANDALOSO que le hicieron a Fal Conde con lo de adherirse al Alzamiento a cambio de los Ayuntamientos de Navarra?. Para colmo, don Alfonso Carlos en Austria no desautorizó esa iniciativa........
Cuando Lizarza comunicó a la Junta Regional de Guerra de Navarra la falsedad de Rodezno, y la consiguiente orden de inmovilización de los Requetés (salvo orden en contrario de los mandos verdaderos oficiales de la Junta Nacional de Guerra de la Comunión), inmediatamente quedó rota toda relación con Mola. Y éste, viéndose en la desesperación, llegó incluso a barajar su propio suicidio.
Desconozco si antes de su muerte se le pegó algo de la religiosidad de los Requetés y llegó a convertirse a la verdadera religión (algo así como el General Gorostieta con los cristeros). Pero durante la época de las negociaciones, basta echar un vistazo a sus propuestas políticas antirreligiosas puestas por escrito (por supuesto, rechazadas por la Comunión), y a su actuación personal, para calificarlo objetivamente de agnóstico-pagano, en aquel entonces.No se pase de la raya, llamar pagano a Mola sin pruebas es un pecado muy grave; y en cuanto a lo de agnóstico, me parece que tampoco estaba usted debajo de su cama para saber si rezaba o no por las noches. Le recuerdo dónde estaba ese general español enterrado y quiénes eran los que tenían que guardar su sepulcro y el de los demás que estaban allí enterrados
De haber fracasado las negociaciones con Mola, la Comunión tenía plan B: alzarse por su cuenta a las órdenes del General Sanjurjo, Jefe Supremo del Alzamiento.Mola, miles de carlistas hubieran sido masacrados y torturados por la horda roja del Frente Popular en el siguiente levantamiento carlista que preparaban por su cuenta; sin apoyos en el Ejército ni posiblidad alguna de éxio militar, el aplastamiento habría sido seguro.
Gracias a Dios, las negociaciones no fracasaron por la intervención del General Sanjurjo que le dijo a Mola que se dejase de una vez de gilipolleces, y aceptase el programa de restauración política-tradicional presentado por la Comunión para después del triunfo del Alzamiento, y así lo hizo Mola obedeciendo a su Jefe.
Lo de José María Valiente y José Luis Zamanillo, y lo de la etapa de política-táctica de la Comunión de mano tendida a Franco (1956 - 1969) es un tema en el que no voy a entrar.Sí claro, y Jose María Valiente y Jose Luis Zamanillo, que con el permiso de don Javier estuvieron unos añitos dirigiendo la Comunión colaborando con el Régimen. Ahora va a resultar que los Requetés siguieron a Fal Conde en el exilio en vez de quedarse en la España de Franco...........
Lo único que he dicho es que la Comunión siguió en bloque a Don Javier, y no a Franco.
El Partido Único de Franco no fue el único intento por su parte de atraerse a las "honradas masas". Dejando al margen el fracasado experimento de Carlos Pío (1943 - 1953), también a finales de los ´60 y principios de los ´70 hubo muchas organizaciones franquistas que pretendían atraerse al pueblo legitimista (la Hermandad del Maestrazgo de Forcadell, la Junta Nacional de los Círculos Vázquez de Mella de Fagoaga, la U.N.E. de Valiente, etc..., etc...).
Todos esos intentos fracasaron estrepitosamente. Siempre se mantuvieron leales las bases populares de la Comunión al Rey legítimo (hasta la debacle carloshuguista de los ´70, por supuesto, en que las multitudes realistas optaron por irse a sus respectivas casas, y así hasta el día de hoy).
Y yo le repito que ese criterio para valorar o enjuiciar la mayor o menor verdadera influencia política de unos y de otros era un criterio que ni siquiera el propio Vázquez de Mella consideraba válido (como, efectivamente, por si hacía falta, se han encargado de demostrar los hechos).Vázquez de Mella tendría una "porción ridícula" según usted; pero lo cierto y verdad, es que de los 7 diputados que tenía la Comunión antes de la escisión se llevó 3; eso es casi la mitad de la gente.
En concreto, un sólo maquis. Y no lo capitaneaba, sino que le prestaba cierta ayuda (la poca que podía en el área que rodeaba su castillo de Bostz).¿Colaborando con la Resistencia y capitaneando un grupo de maquis?. Yo no sé por que lo hizo.
¿Por qué lo hizo? La verdad es que yo no lo sé. ¿Por qué muchos particulares en Francia daban ayuda eventual a las personas que luchaban contra los nazis y otras no lo hacían? Eso supongo que dependerá de la conciencia de cada uno, en cada caso particular o circunstancia concreta.
El Jefe de toda la casa de Borbón en aquel entonces era Don Jaime.Lo que sí sé es que durante la Gran Guerra no debió haber desobedecido al Jefe de su Casa (que era coronel de las K.U.K Whermacht) su hermanastro mayor don Elías; permaneciendo él y su hermano don Sixto, sin hacer la guerra a su hermana la Emperatriz Zita.
Don Elías cayó en causa de exclusión de la Familia Real Española en 1920, cuando acató a la Usurpación.
Don Javier y don Sixto no le hicieron nunca la guerra a su hermana Zita. Sólo a Alemania.
Pues mire, esta vez no se equivocó al quitar de la Jefatura a un traidor, y poner en su lugar a Fal Conde, reorganizador de la Comunión y protagonista en los preparativos para el 18 de Julio.No es lo que yo diga, es lo que hizo SM don Alfonso Carlos; que no estaba libre de equivocarse tampoco.
Sí, perdón. Contesté esa parte pensando en la II Guerra Mundial.Hablaba de la Gran Guerra, no mezcle conflictos.
De todas formas, pregunta usted: ¿qué se le había perdido en la Gran Guerra? Y le contesto a la gallega: ¿Y qué no se le había perdido? Don Javier no tenía en ese momento obligaciones directas de ningún tipo con la Comunión, y desde luego a nadie se le pierde nada por el hecho de participar en una causa particular justa (defensa de un país neutral ante un ataque injusto) en el contexto de una Guerra general.
Don Javier no se metía en si eran justas o injustas las posiciones de Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Rusia o de cualquiera de los Aliados. Él simplemente actuaba en una causa particular justa dentro del contexto de la Gran Guerra. Por cierto, su hermano mayor don Sixto jugó un papel muy importante de enlace y mensajero al servicio de los intentos del Beato Emperador Carlos de conseguir la paz separada con los Aliados (algo a lo que criminalmente se negaron éstos).
Le reitero el articulillo de Vázquez de Mella, acerca de dónde se encuentra el criterio que juzga y establece la real y verdadera eficacia política en relación a una oposición político-tradicional con respecto a un régimen revolucionario (criterio que, como he dicho antes, efectivamente han demostrado los hechos).En efecto, en las Cortes Revolucionarias, la eficacia política te la da el NÚMERO DE ESCAÑOS. Y por eso estamos como estamos; el enemigo no es imbécil.
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