APÉNDICE 2

Fuente: Cómo se preparó el Alzamiento. El General Mola y los carlistas, Tomás Echeverría, 1985, páginas 109 – 110.


[CAPÍTULO] 31

«Mola amonesta a los exaltados e impacientes»


LO DICE DON JOAQUÍN ARRARÁS EN SU OBRA «HISTORIA DE LA CRUZADA ESPAÑOLA»



Es el titulillo de una referencia inserta en la página 456 del tomo III, volumen XIII, de la citada obra del Sr. Arrarás. Prólogo de la referencia:

«No era sólo la mala inteligencia con los carlistas lo que perturbaba el Movimiento sino, además, las impaciencias de los impulsivos, que querían lanzarse sin esperar órdenes; ensayos de tácticas más o menos hábiles, a los que no acompañaba a menudo el éxito, y otros incidentes de diversa índole, que en estos días pusieron a prueba la paciencia de Mola, quien, al fin, se encara con unos y con otros y les amonesta severamente en un informe reservado, de fecha de 1.º de Julio, que dice así:»

A continuación publica el «Informe reservado» del General, que también aparece en las páginas 223 y 224 del libro «Mola», del señor Maíz. Texto del mismo:

«La Dirección del Movimiento patriótico estima necesario dirigirse a los compañeros comprometidos en él para ponerlos al corriente, con toda lealtad, de hechos demostrativos de que el entusiasmo por la causa no ha llegado todavía al grado de exaltación necesario para obtener una victoria decisiva, y de que la propaganda no ha alcanzado un resultado completamente halagüeño.

1.º Está por ultimar el acuerdo con los directivos de una importante fuerza nacional [los carlistas] indispensable para la acción de ciertas provincias, pues la colaboración es ofrecida a cambio de concesiones inadmisibles que nos harían prisioneros de cierto sector político en el momento de la victoria. El llamado Pacto de San Sebastián está aún demasiado reciente para que los españoles lo hayan olvidado, así como las dolorosas consecuencias que ha traído a España. Nosotros no podemos en forma alguna hipotecar el porvenir del nuevo Estado.

2.º Oficiosidades de ciertos elementos [militares impacientes], sin otra representación que la suya personal, han hecho que haya tenido que dictar el director de cierta fuerza combativa [Falange Española] una orden terminante para que sus afiliados sólo se entiendan con quienes deben entenderse. Hoy, como no podía menos que suceder, la inteligencia es absoluta.

3.º Se ha intentado provocar una situación de violencia entre dos sectores políticos opuestos para, apoyados en ella, proceder. Pero es el caso que, hasta este momento –no obstante la asistencia prestada por algunos elementos políticos–, no ha podido producirse, porque aún hay insensatos que creen posible la convivencia con los representantes de las masas del Frente Popular.

4.º Se ha podido apreciar, con notoria contrariedad, que en cierta capital de provincia [Barcelona], en que todos se hallaban unidos y de acuerdo para salvar a la Patria, ha bastado la presencia de una sola persona opuesta a nuestros ideales para que el panorama haya cambiado radicalmente. Esto es prueba de que el ideal no estaba arraigado y de que el entusiasmo era más ficticio que real. El caso es único.

5.º Se tiene conocimiento también de que determinadas instrucciones han sido conocidas, tan pronto circuladas, por quienes debían ignorarlas, lo que es prueba evidente de que falta discreción o existen traidores. Podríamos ir citando más hechos análogos.

Hace falta, por tanto, que los exaltados se revistan de paciencia, y que todos se dediquen con el mayor entusiasmo a captar voluntades y a descubrir a los indiscretos o traidores, para que, tanto unos como otros, reciban su merecido.

También se ha de tener presente que todo está ya en marcha, y que no ha de cundir el desaliento, aunque sean inutilizadas las personas que llevan la Dirección, por importante que sea el papel que tengan o se les atribuya.

Los que queden, deben proseguir la obra iniciada.

¡Viva España!

Madrid, 1.º de Julio de 1936.– EL DIRECTOR».