Búsqueda avanzada de temas en el foro

Resultados 1 al 15 de 15
Honores1Víctor
  • 1 Mensaje de Martin Ant

Tema: Historia del Alzamiento del 18 de Julio

Vista híbrida

  1. #1
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    Re: Historia del Alzamiento del 18 de Julio

    APÉNDICE 5

    Fuente: Cómo se preparó el Alzamiento. El General Mola y los carlistas, Tomás Echeverría, 1985, páginas 149 – 150.


    [CAPÍTULO] 43

    7 de Julio: Fal Conde daba cuenta a Don Alfonso Carlos de las incidencias ocurridas



    Con fecha 7 de Julio de 1936 Don Manuel Fal Conde dirigió al Caudillo carlista Don Alfonso Carlos la carta autógrafa que copiamos a continuación:

    «Señor:

    Vivamente deseamos que realizaran el viaje muy bien y que, ya tranquilos de los trabajos y preocupaciones, puedan empezar a descansar.

    Desde que se marcharon los señores, han ocurrido cosas muy interesantes que quiero referirle en los términos convenidos.

    El Sr. Quintana [General Mola] me mandó recado para que fuera a verle y así me lo propuso, pero surgieron tales dificultades de viaje que tuve que desistir y, entonces, habló aquél con mi sobrino Sanjuan [Zamanillo], al que dijo que era necesario que retirara yo mis condiciones, y, en especial, quiso imponer los tres colores [de la bandera] que ya le había dicho que no me gustan, y que Sanjuan [Zamanillo] repitió rotundamente.

    Esto motivó que Quintana [Mola] dijera a sus compañeros de claustro que, si no enviaba yo a mis chicos [los Requetés] él desistía de dar las vacaciones ofrecidas [organización del Alzamiento], y éste trajo en sus alumnos [Jefes y Oficiales del Ejército] el mayor disgusto, y que me culparan a mí del fastidio [del fracaso].

    Con tal motivo ha habido un enorme revuelo que ha determinado que se vean varios interesados [en el Alzamiento] y que yo llame a algunos parientes [Jefes militares y políticos] para exponerles el caso, y todos han coincidido en que no puedo acceder al absurdo, y que es incluso deshonroso [imposible] enviar a los chicos [los Requetés] para que los tomen como cabeza de turco, por lo que he puesto una carta fuerte a Quintana [Mola] poniendo en su punto la verdad –que han tergiversado incluso injuriándome– y ratificando punto por punto las mismas condiciones, y, al mismo tiempo, he enviado copia de los escritos cruzados a Ocaña [General Sanjurjo] para que esté informado, pues se ha dejado sorprender por uno de los profesores [¿se refiere a Don Raimundo García?] que le ha hablado.

    No tengo que decir las preocupaciones y disgustos ocasionados por todo esto, ni la satisfacción enorme que me ha producido ver la completa unanimidad de opinión de todos los parientes [varios Generales] y amigos, que están indignados del proceder tan feo que se sigue.

    Para mayor desdicha, he recibido la visita de Gil [Gil Robles], el desacreditado adhesionista, que está metido en todo, y que trae un enredo de mil demonios. Venía a complicarnos con sus fines particulares, y no hay que decir que salió con las orejas gachas.

    Esto es, en síntesis, el incidente de estos días, y que me ha impedido marchar, como pensaba, a pasar unos días con los niños. Tampoco ahora me atrevo a ir hasta ver cómo marchan las cosas.

    Aquí todos buenos, animados y trabajando sin parar. Don Francisco [el Príncipe Don Javier] vendrá tarde porque va a estar allí alguna temporada. Pero cuando llegue, se encontrará con las cosas muy adelantadas, gracias a Dios.

    Todos me encargan para la Señora sus respetos, y yo quedo, como siempre, a sus pies.

    Firmado: Lorenzo [o sea, Fal Conde].»


    Una nota que existe en el Archivo Carlista de Sevilla, confirmando, incluso ofreciendo detalles concretos, sobre extremos importantes que figuran en la carta cuyo contenido acabamos de ofrecer, dice así:

    «Los Jefes del Ejército que eran tradicionalistas, y que conocían las discrepancias con el General Mola, aconsejaron constantemente que se mantuvieran los puntos sustanciales que afirmaban la opinión carlista.

    Así lo hicieron el Teniente General Fernández Pérez, el General Villegas y el Coronel Varela.

    Más tarde declaró el General Queipo de Llano que él no había impuesto condición alguna para que se mantuviera la bandera tricolor.

    En cuanto al General Cabanellas, sólo podemos decir que, apenas iniciado el Alzamiento Nacional, se tocó públicamente con la boina roja.»

  2. #2
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    Re: Historia del Alzamiento del 18 de Julio

    APÉNDICE 6

    Fuente: Cómo se preparó el Alzamiento. El General Mola y los carlistas, Tomás Echeverría, 1985, páginas 115 – 117.


    [CAPÍTULO] 33

    8 de Julio: Fal Conde contesta «punto por punto» a Mola, razonando la postura de los carlistas que «no pueden colaborar porque se les pone condiciones imposibles»



    Como muy bien señala Don Antonio Lizarza en la página 119 de su repetido libro, «en aquellas vísperas de la explosión patriótica, Fal y Mola mantuvieron una casi diaria correspondencia, en su afán de limar asperezas y concretar los detalles de la colaboración entre Ejército y Comunión, que ambas partes, animadas del fervor patriótico, consideraban absolutamente imprescindible».

    Respuesta, fechada el día 8 de Julio, de Fal Conde al General Mola:

    «Muy señor mío y amigo:

    Contesto a las nueve de la mañana su carta de ayer, recibida anoche, a las once, y, para mayor claridad, punto por punto.

    1.º Conforme en que el movimiento ha de ser Nacional, y no en favor de partidos; pero el único medio de que no suceda esto último, a pesar de las rectas intenciones de ustedes, es la disolución de todos los partidos.

    Y como no pedimos excepción en favor del nuestro, no puede interpretar nuestra petición más que como una garantía, que podrá sustituirse con otra de que ha de irse a una reconstrucción orgánica, terminando con las banderas políticas.

    ¿Qué garantías se nos da, supuesto que no sean esos consejeros, de que el Directorio acometerá con decisión y, sobre todo, con capacidad política, y tecnicismo, una política de auténtica reconstrucción sobre base orgánica y antidemocrática?

    2.º Para que el Directorio sea antiparlamentario, tiene que empezar por disolver los partidos, que sólo en el medio parlamentario tienen vida y razón de ser, y que se acabe con el sufragio liberal inorgánico. Pero, ¿esa «Asamblea Nacional» se fundará en el sufragio inorgánico que alude el «carnet electoral», o en el sufragio orgánico y corporativo?

    Y si fuera corporativo, ¿serán tenidas en cuenta para su regulación la condición que merece gozar en España la religión católica y la de aquellas regiones que tienen derecho foral?

    3.º De corazón nos congratula que no tenga concomitancias con esos políticos, que bien puede ser tengan, más que concomitancias, acuerdo con otros Generales; pero permítame que le diga que, por el natural desconocimiento de la cosa política en que están los militares, fatalmente, y pese a sus propósitos, acabarán entregándose a ellos, si previamente no disuelven los partidos, que haga posible utilizarlos, libres de trabas y compromisos partidistas, si como técnicos pueden servir.

    Por tanto, ¿qué piensan hacer con los partidos políticos?

    4.º No me negará usted que esa imposición del símbolo republicano por algunos colaboradores es muy sospechosa de que esos mismos, después, exijan como caso de honor militar que, consecuentemente con el hecho de haber ostentado ese símbolo y triunfado con él, se le deje adoptado, y, lo que es peor, que se respeten las esencias que esa bandera representa.

    ¿Se sacará, por tanto, la bandera tricolor, aunque no sea nada más que en el coche del General en Jefe o en los edificios públicos?

    Aunque se deje oculta esa bandera, ¿se mantienen los compromisos del Directorio de respetar el régimen republicano?

    5.º Si no podemos colaborar porque se nos ponen condiciones imposibles, no será nuestra culpa, sino de esas condiciones, que son imposibles de aceptar, ya que no por otras razones, por la gravísima de que nos debemos a una tradición de lealtad a unos principios, a una Monarquía y a unos símbolos, servidos durante un siglo y en varias guerras. Vea que, de todos ellos, sólo pedimos que se derribe esto, sin poner en su lugar sus mismas esencias políticas democráticas y liberales.

    6.º No puedo creer que sin nuestra colaboración haya de fracasar el movimiento, contándose con la de los que imponen la forma republicana. Yo ruego a usted que piense dónde está la intransigencia absurda: si en los que, de toda una suma de postulados seculares, sólo piden un mínimo esencial, y que, por primera vez en su historia, están dispuestos a ir a las armas sin llevar consigo a su Rey, o en aquéllos que, no obstante el fracaso de la República y de todos sus hombres y procedimientos, se obstinan en mantener una forma antiespañola por esencia, y odiosa a todo buen español, y, no contentos con esa actitud, todavía creen que debemos nosotros jugarnos la vida en una empresa que, sinceramente, no nos inspira confianza de que vaya a remediar el mal, porque, pese a las rectísimas intenciones y al admirable espíritu de ustedes, por falta de pericia en estas cosas no remediarán otra cosa que el orden externo, y por poco tiempo.

    7.º No paralicen nada en espera de nuestras contestaciones, que nunca ha dejado usted de tenerlas categóricas e inmediatas. No es ésta una actitud mía. Es actitud invariable de un partido monárquico, quiero decir, con una autoridad de la que sólo soy Delegado, y que no resuelve sin antes tomar amplios asesoramientos, que nunca como ahora han sido tan concordes y terminantes.

    No me cansaré de repetirle cuán grande es la tortura de esta discrepancia. Bien veo que no nos conoce, cuando nos cree capaces de miras partidistas; pero, aunque no nos conozca, sí sabe que somos comunidad de españoles de acción y amantes fervorosos del Ejército.

    No nos culpe a nosotros; culpe al proyecto de sumar más de lo necesario y de lo conveniente. La obra es más segura mientras más ideal le anime; y más incierta mientras más gente indeseable tenga en su seno.

    Todavía sería tiempo de rectificar; mas líbrenos Dios de proponerlo. No duden más. Manos a la obra, y, si por acaso hubiera un contratiempo, ya le dije que la retirada la cubrimos nosotros, para luchar sin desmayos, pero con todo nuestro ideal y con todo nuestro simbolismo.

    Suyo siempre affmo., amigo q.e.s.m.– M. FAL.»


    Los carlistas no podían colaborar incondicionalmente con el Ejército, que estaba dividido.– Declaraciones de Don Manuel Fal Conde, recogidas en el número 2 de los meses Julio-Agosto de 1971 de la publicación «Dossier-Mundo»:

    «Hay otra participación del carlismo [en el Alzamiento] desconocida, cuando no menospreciada: la de sus condiciones al Ejército para colaborar como tal fuerza político-militar.

    Habíamos aprendido, en la intentona de Agosto [de 1932], algo muy importante a costa de la sangre de los muertos en el asalto a Correos, Triana y San Miguel, brillantísimos miembros de nuestra Juventud de Madrid. Y en la frustración de Sevilla, algo tan amargo como la sangre de los héroes, como es el cruel desengaño.

    No se podía, pues, colaborar con el Ejército incondicionalmente. Porque estaba dividido. Aun antes de la República, la política militar de Alfonso XIII –alérgico a los partidos políticos, cuyo régimen constitucional había heredado y jurado– mangoneó cuanto pudo en el Ejército, engendrando hondas divisiones.

    Pero, además, como vimos en el manifiesto de Sanjurjo, aquél único día [Agosto del 32] de su «reinado» –cosa que había de confirmarse en los manifiestos de sublevación de varios Generales en Julio del 36–, esos toques de clarín están sobrados de amenazas como faltos de ideas políticas constructivas.

    José Antonio [Primo de Rivera] vivía una desconfianza total: militarada. Nosotros pretendíamos curar la natural desconfianza mediante condiciones. Tales fueron las mínimas que pusimos a Mola, cuyos documentos ya son públicos, y que Sanjurjo aprobó.

    Su última finalidad pueda juzgarla cualquiera: misión del elemento militar, todo lo tocante al orden; y pronta restitución a la sociedad civil de lo que la compete por institución social misma.

    Y, en previsión de posibles frustraciones, aquel magnífico plan de los Tenientes Coroneles Baselga, por los carlistas, y Cuerda, por Sanjurjo, de seguir en guerra de guerrillas en típica y pura carlistada.»

  3. #3
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    Re: Historia del Alzamiento del 18 de Julio

    APÉNDICE 7

    Fuente: Cómo se preparó el Alzamiento. El General Mola y los carlistas, Tomás Echeverría, 1985, página 176.


    [CAPÍTULO] 52

    15 de Julio: orden de Fal Conde a los carlistas para que se sumasen al Alzamiento Nacional


    MEDIANTE CLAVE CURSADA A ZAMANILLO, DELEGADO NACIONAL DE REQUETÉS, Y QUE ÉSTE TRANSMITIÓ A TODA ESPAÑA


    El día 15 de Julio de 1936 Don Manuel Fal Conde, como máximo dirigente nacional, ordenó a los carlistas que se sumasen al Alzamiento Nacional. Lo hizo mediante un comunicado que cursó en clave a Don José Luis Zamanillo, entonces Delegado Nacional de Requetés, para que éste transmitiera a toda España la orden, que decía así:

    «Obtenidas las prudentes garantías posibles sobre el futuro político, se ha acordado nuestra colaboración, por lo que, en plazo brevísimo de contadas horas, dispondrá de todo lo necesario para que prestemos ahí esa colaboración del modo más eficaz, ajustándose a las siguientes normas, y supliendo cuanto sea necesario en cada sitio para el mejor éxito:

    1.º Estamos a la obediencia del Ejército, y aceptaremos cuantos objetivos nos encarguen, allí donde sus unidades inicien o secunden el movimiento.

    2.º Cuando actuemos encuadrados en unidades militares, no se consentirá que vaya otra bandera que la bicolor o ninguna.

    3.º Cuando actuemos separados, en unidades nuestras, llevaremos nuestra bandera, nuestros símbolos, vivas, organización y jerarquía.

    4.º En este caso, cuando ya se esté actuando, se consagrarán al Sagrado Corazón de Jesús, y, según sea posible, se harán aquellos actos de piedad o de práctica de Sacramentos que se pueda.

    5.º La orden de actuar la darán los elementos militares con quienes ya están en relación, y ellos indicarán el movimiento a realizar, y, en el caso de que tarden, procurarán estimularles a que se decidan.

    6.º Si en algún sitio fracasara la empresa, nosotros hemos de quedar actuando, concentrándonos donde y como deben tener prevenido.

    7.º Apenas se triunfe, procurarán permanecer en armas, en actitud expectante para, en lo posible, esperar orden especial para rendirlas todas a la vez solemnemente ante el nuevo Gobierno.»

  4. #4
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    Re: Historia del Alzamiento del 18 de Julio

    APÉNDICE 8

    Fuente: Cómo se preparó el Alzamiento. El General Mola y los carlistas, Tomás Echeverría, 1985, páginas 177 – 178.



    [CAPÍTULO] 53

    15 de Julio: orden de movilización del Inspector Jefe Militar de los Requetés navarros


    EL DÍA 17 DIO LA DE LEVANTAMIENTO


    El Inspector Jefe Militar de los Requetés navarros era el Teniente Coronel Don Alejandro Utrilla, y las instrucciones para la movilización de los requetés de la Provincia fueron éstas:

    «COMUNIÓN TRADICIONALISTA
    REQUETÉS DEL REINO DE NAVARRA
    INSPECTOR JEFE MILITAR.– PAMPLONA

    Sr. Jefe del Requeté de Navascués, don Amadeo Marco.

    La Comunión Tradicionalista, sintiendo el vivo dolor de España, sin renunciar, antes por el contrario, con afirmación de los principios contenidos en el noble cuatrilema de Dios, Patria, Fueros y Rey, secundará con todo entusiasmo estas órdenes para la realización de su compromiso de honor.

    De la discreción de los Jefes de Requetés encargados de recibirlas y ejecutarlas depende el éxito de ellas; el enemigo de la Patria acecha, y cualquier indiscreción pudiera destruir lo que es afán de nuestra vida entera de carlistas. A vuestra lealtad está confiado el triunfo.

    Para ello, se atendrán a las instrucciones siguientes:

    I. Tan luego sea declarado el estado de guerra en el Reino de Navarra y reciba de ello comunicación, ese Requeté marchará a Leiza, destacando un Piquete a Goizueta y otro a Betelu, e incorporándose a su mando dos Requetés de esta zona.

    Misión: impedir que tropas o agrupaciones políticas enemigas de la Patria o individuos que no acrediten su lealtad, penetren en Navarra. Para su cumplimiento se armarán con los elementos que posean y existen en las localidades, previa requisa; e inmediatamente, y en el mismo día, les será entregado el armamento correspondiente.

    II. Previamente a la concentración, los Jefes de Requetés procederán a la detención y sustitución de las autoridades locales no adictas al Movimiento, siendo sustituidas por personas de reconocida lealtad y honorabilidad, e incautándose, al mismo tiempo, de los elementos de transporte necesarios para los desplazamientos que se le ordene a su unidad.

    III. Los Requetés, desde ese momento, vestirán, y en toda ocasión, su uniforme, cuantos lo posean, usando, los que carezcan, un brazal blanco sobre el que se colocará la Cruz Roja de San Andrés, distintivo del Requeté, y procurando llevar todos la boina encarnada.

    Tan luego –hasta entonces discreción– sea declarado el estado de guerra, se debe estimular el celo de todos los carlistas, abrirles los brazos y traerlos a nuestras filas, donde está el camino del honor. Que la vieja lealtad navarra, que es nuestro orgullo, sea digna del triunfo que siempre sigue al que tiene fe en Dios y confianza en los altos destinos de la Patria.

    Vuestro Inspector Jefe,

    A. UTRILLA.»


    Lizarza, en las páginas 139 y 140, de su libro, escribe a este respecto:

    «El día 15 de Julio, Utrilla dio las instrucciones correspondientes del levantamiento, que llevaban este colofón: «Esta Orden se cumplimentará en virtud de lo que disponga otra que se comunicará en momento oportuno».

    La anunciada orden que Utrilla firmó el día 17 en la Capitanía [General de Pamplona], sobre la misma mesa de trabajo de Mola, tiene sabor espartano y reciamente castrense: “Cúmplase la orden del día 15. Mañana en Pamplona, a la seis”.»
    donjaime dio el Víctor.

  5. #5
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    Re: Historia del Alzamiento del 18 de Julio

    APÉNDICE 9

    Fuente: Cómo se preparó el Alzamiento. El General Mola y los carlistas, Tomás Echeverría, 1985, páginas 179 – 181.



    [CAPÍTULO] 54

    16 de Julio: otra carta de Fal Conde a Don Alfonso Carlos


    También autógrafa, y que dice así:

    «San Juan de Luz, 15 Julio 36.

    Señor:

    He recibido la gratísima y bondadosísima carta de V. M. del 10, y en estos días han cambiado radicalmente las cosas después de muchos incidentes.

    Después del rompimiento de relaciones del negocio [con Mola para el Alzamiento], recibí una carta de Ocaña [General Sanjurjo], comprendiendo en su texto copia de la que en el acto ponía a Quintana [Mola], y de la cual mando copia literal aparte.

    Mientras tanto, se estaba formando contra nosotros un ambiente hostil y de difamación, aunque nos manteníamos firmísimos en nuestra posición.

    La carta de Ocaña [Sanjurjo] comprendí que podía dar un cambio radical a nuestro favor, y llamé a Don Francisco [Príncipe Javier], enviándole el coche rápido que, en otra ocasión, le llevó a Lisboa, y vino al punto. También llamé a Don Luis [Zuazola] a Madrid, que vino también con urgencia.

    Por de pronto, envié a Quintana [Mola] el original de la carta dirigida a él [la había traído Lizarza de Lisboa], y encargué a nuestro amigo el emisario [Lizarza] que la había traído de Lisboa, que le dijera que contestaríamos si aceptábamos el proyecto de Ocaña [Sanjurjo]. Efectivamente, así lo hicimos, pero aquél [Mola] contestó que no aceptaba porque dudaba de la autenticidad [de la carta de Sanjurjo] y porque no estaba conforme con el contenido.

    Ante esta actitud, quedamos totalmente distanciados. Pero, mientras eso ocurrió, había venido Don Tomás [Domínguez Arévalo, Conde de Rodezno] y metido tal cizaña, que sacó de sitio a la Junta [Regional Carlista navarra], que vino a verme con los otros compañeros de Don Tomás en la representación de Madrid. Tomás no vino.

    El Presidente de la Junta [Regional Carlista navarra, Don Joaquín Baleztena], que antes estaba tan de acuerdo con nuestra actitud, y que había sido portador de mi última carta a Quintana [Mola], expresó la necesidad en que estaban de actuar fuese como fuese [colaborando con el Ejército en el Alzamiento], sin reparar en símbolos ni más que sacar ventajillas locales [que los Ayuntamientos navarros fuesen carlistas] para el futuro. Los seis que vinieron [Don Joaquín Baleztena, su hermano Ignacio, y los señores José Martínez Berasain, Luis Arellano, Isidro Arraiza y Fermín Sagüés] se comportaron en forma y lenguaje mal minorista, muy desagradable.

    Don Francisco [el Príncipe Don Javier] y yo les contestamos que no podíamos acceder sin orden de V. M., y quedamos en consultar con V. M., pues ellos preguntaron que, si en los tres días inmediatos surgía algo de improviso, si podrían resolver ellos el asunto, y les dijimos que sí, siempre entendiendo que esa facultad no podría ser en contra de la norma general.

    Pero, a la mañana siguiente, llegó providencialmente la carta de V. M., a la vista de la cual Don Francisco [el Príncipe Don Javier] escribió al Presidente de la Junta [Regional Carlista navarra, Don Joaquín Baleztena] una hermosísima carta, diciéndole que nada podrían hacer contra la norma general de toda la Comunidad [Comunión Tradicionalista], y que no tomaran encargo alguno.

    Yo, por mi parte, encargué que se avisara a los alumnos más destacados [Jefes de los Requetés de Pamplona y sus alrededores], de un espíritu excelente, que se comprometiesen a no colaborar en la maniobra.

    Anoche han vuelto los comisionados [de la Junta Regional Carlista navarra, hermanos Baleztena, etc.], diciendo que ya estaban comprometidos con Quintana [Mola] sin condiciones, con su promesa de darles ventajillas futuras a la Provincia [que los Ayuntamientos fuesen carlistas], y cuando estaba en este punto la visita, llegó mi comisionado [ante Sanjurjo y Mola, Don Antonio Lizarza] que, delante de ellos [los de la Junta Carlista navarra], y con la mayor emoción, dio cuenta de que dos subalternos de Quintana [Mola] le habían dado la noticia del acuerdo [de Mola] con la Junta [Regional Carlista navarra]; que él [el comisionado Lizarza] les había dicho que [los carlistas navarros] no obedecerían a la Junta [Regional Carlista navarra] y que, ante esto, y ante la enorme provocación que supone el suceso de Madrid [asesinato de Calvo Sotelo], habían aquéllos [los subalternos de Mola] requerido a Quintana [Mola], y recabado palabra de honor de éste, de someterse a la carta de Ocaña [Sanjurjo], y que si nosotros aceptábamos se firmaría un compromiso por las dos partes.

    Puede comprobarse cuál fue la derrota de los de la Junta [Regional Carlista navarra], y el fracaso de su procedimiento traidor e indisciplinado.

    ¿Qué hacer en tal momento? Se nos dijo que el asunto [el Alzamiento] se realizaría en esta semana, seguramente y posiblemente en sólo horas.

    Hemos mirado mucho el contenido de la carta [de Sanjurjo a Mola y a Fal Conde]. Representa la garantía que esa persona [Sanjurjo] nos merece, puesto que él precisamente será el Presidente. Miramos, además, que el contenido tiene un plan muy hermoso, y, sobre todo, se arroga una misión provisional. Consideramos que Ocaña [Sanjurjo], cuando entregó la carta a nuestro comisionado [Lizarza], le dijo que su propósito era dar paso al Régimen definitivo con todas nuestras esencias, y que, en cuanto a la persona, él jamás consentiría a los romanos [alfonsinos], a cuyo Jefe [Alfonso XIII] detesta, y que para él no había más persona [Rey] en su día que quien fuera nuestro Jefe [Rey], porque así era justo ante el fracaso de los romanos [la Monarquía de Alfonso XIII].

    En una palabra, que, si no hemos de negarnos a ayudar a salir del caos presente, esa carta contiene una fórmula de honor para nuestra comunidad [Comunión Tradicionalista], y que nos permite, como haremos, declarar que colaboraremos sin pérdida de un puesto de nuestra aspiración, y nos concede el derecho de exigir que se cumpla el programa comprometido, al par que salvamos la gravedad del momento.

    Pero, además, nos mandan a decir los amigos de Quintana [Mola] que sólo habrá [para la bandera] los dos colores, para todos y desde el principio. Tanto él [Mola] como Ocaña [Sanjurjo] son antirromanos [antialfonsinos], y si aceptan ese símbolo… a mucho se obligan.

    En síntesis, hemos mandado un documento firmado comprometiendo nuestra colaboración, a condición de que se firme el compromiso de sujetar la futura dirección al programa de la carta.

    Hoy 16.

    En este estado, la carta se quedó sin poner en correo, en espera de la noticia, que no llegó hasta muy de noche, y tan incompleta que hasta hoy no sabemos qué va a pasar, y si se trata de cosa inminente [el Alzamiento], de sólo horas, según dicen.

    La contestación [de Mola] es muy confusa, y no la tengo por suficiente, pero como veo la catástrofe que llega, no veo otro recurso que conseguir que Ocaña [Sanjurjo] firme el compromiso, y tras eso vamos, pues, al efecto, sale uno [enviado] para allá [Lisboa] volando.

    Ahora bien, si el suceso [el Alzamiento] se precipita, no veo posibilidad de dar el paso atrás. La preocupación nos tiene aterrados, aunque creo firmemente que Dios está llevando las cosas, y no me remuerde la conciencia haber aflojado un ápice.

    Como dice Don Luis [Zuazola], el de Madrid, lo más grave es defender el honor de la Comunidad [Comunión Tradicionalista], y eso está muy alto.

    Pero, si la cosa tarda [el Alzamiento] habrá tiempo de hacer las cosas más perfeccionadas.

    ¡Cuánto siento mi malísima letra! Perdóneme. Hasta nuevas noticias, queda, como siempre, a los RR. PP. de V. M.

    Firmado: VAZQUEZ [o sea, Fal Conde].»

  6. #6
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    Re: Historia del Alzamiento del 18 de Julio

    APÉNDICE 10

    Fuente: Cómo se preparó el Alzamiento. El General Mola y los carlistas, Tomás Echeverría, 1985, página 182.


    [CAPÍTULO] 55

    25 de Julio: Carta de Don Alfonso Carlos aprobando la actuación de Fal Conde


    Escrita en la capital de Austria, y dirigida a Fal Conde, decía lo que sigue:

    «Viena, 25 de Julio de 1936

    Mi muy querido Fal Conde:

    Conociendo mi gran cariño para España, podrás figurarte qué grande es mi pena al tener conocimiento de la situación en que se halla nuestra querida Patria.

    Antes de todo debe salvarse la Religión, el País y la Patria. Agradezco en el alma a ti y a nuestros heroicos Requetés por haberse unido a las tropas de España para batir al comunismo y te doy infinitas gracias, querido Fal, por haber, siguiendo mis indicaciones, ordenado en el momento decisivo que nuestros Requetés apoyen el Movimiento Salvador.

    En momentos como los actuales, no debe mirarse a cuestiones personales o de partidos, sino tratar de salvar todos juntos la Religión y la Patria.

    Estoy seguro que, en el día de hoy, el gran Santo peleará a la cabeza de ese Ejército de cruzados al grito de ¡Viva España!

    Nuestra Patria fue siempre el Caudillo de la Religión Católica y de las ideas generosas, y acaba de demostrar, una vez más, su vitalidad y su gran Tradición, levantándose tan admirablemente contra los enemigos de Dios y de España, que la quieren subyugar.

    Felicito a nuestras provincias carlistas, a nuestra Comunión Tradicionalista-Carlista y a nuestro heroicos Requetés, y reconozco los grandes sacrificios de éstos dando su sangre y sus vidas por Dios y por nuestra Patria, y te ruego les hagas saber mi profundo agradecimiento, entusiasmo y admiración.

    Que Dios te guarde, querido Don Manuel Fal Conde, y, con nuestras más cariñosas memorias, quedo de corazón tu afectísimo.

    ALFONSO CARLOS.»

  7. #7
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    Re: Historia del Alzamiento del 18 de Julio

    APÉNDICE 11

    Fuente: Cómo se preparó el Alzamiento. El General Mola y los carlistas, Tomás Echeverría, 1985, páginas 277 – 282.



    [CAPÍTULO] 71

    Testimonio de Zamanillo sobre el General Mola


    EL QUE FUE JEFE NACIONAL DE LOS REQUETÉS SE OCUPA DE LAS ENTREVISTAS QUE MANTUVIERON AMBOS


    Como sabemos, Don José Luis Zamanillo, entonces Jefe Nacional de los Requetés, fue el primero que, en nombre de la Comunión Tradicionalista, se entrevistó con Mola para tratar de la posible intervención de los carlistas en el Alzamiento colaborando con el Ejército.

    Después, sustituyendo a Fal Conde, que no pudo desplazarse desde San Juan de Luz, se reunió nuevamente con el General.

    Y más tarde, iniciado el Alzamiento, volvieron a encontrarse Zamanillo y Mola.

    Pues bien, existe constancia de esas entrevistas, y constancia valiosísima, porque es directa, porque está formulada por uno de los actores, por uno de los que tomaron parte en las mismas. Resulta que Don José Luis Zamanillo –¡persona ejemplar!; una de las mejores que hemos conocido en este pícaro mundo–, accediendo amablemente a nuestro ruego, formalizó una declaración por escrito relatando lo más importante que trató en las principales entrevistas que mantuvo con Mola, cuya declaración está rubricada en todas las hojas y firmada al final por el interesado. La publicamos en fotocopia a continuación:




    MIS ENTREVISTAS CON EL GENERAL MOLA


    Aparte de numerosos encuentros circunstanciales y breves, recuerdo bien tres reuniones con el General, de mayor importancia.



    PRIMERA

    A principios del mes de julio de 1936, el 1 ó el 2, si no recuerdo mal, me reuní con Mola en la casa familiar de Esteban Ezcurra, en Echauri, próximo a Pamplona. Quince días antes, el General se había entrevistado con Fal Conde, en el Monasterio de Irache, para discutir las condiciones de nuestra participación en el Alzamiento proyectado. Sin llegar, ni mucho menos, a un acuerdo, se clarificaron bastante las posiciones de ambos, que se habían adelantado en repetidas y anteriores notas escritas.

    Como Fal residía entonces en San Juan de Luz para huir de la persecución del Gobierno republicano, especialmente de Casares Quiroga, su Jefe, y pasaba la frontera con mucha dificultad y peligro, me encargó le representara en la siguiente entrevista con Mola.

    Acudí a ella animado, pero con pocas esperanzas de éxito. Le entregué una nota, concretando nuestras dos últimas peticiones. La primera era la facultad de designación de dos Consejeros, por la Comunión Tradicionalista, para velar por la recta dirección política del Movimiento. La segunda, verdadero caballo de batalla, se refería al restablecimiento de la bandera bicolor. A esto se oponía Mola con su característica tenacidad y poco simpática firmeza.

    Y no lo hacía, me dijo, porque fuera partidario de la tricolor, sino porque ésta era, entonces, la enseña legal, presente en los cuartos de banderas y estandartes de todos los regimientos del Ejército. Más adelante, decía, triunfante el Alzamiento, se haría el cambio, sin riesgo alguno.

    Le contesté diciendo que comprendía sus razones, pero que comprendiera él, también, las nuestras. Nos habíamos pasado los cinco años de la República combatiendo la bandera tricolor; las mayores ovaciones en nuestros actos públicos se producían al recordar la bicolor. Sobre todo, al citar los versos de Pemán:

    “Yo tenía una bandera
    hecha de sangre y de sol.
    Me dicen que no la quiera.
    Yo ya no soy español,
    soy de una tierra cualquiera”.

    El teatro se venía abajo. ¿Cómo, le dije, vamos a sacar a los requetés con ese trapo?.

    – Ustedes –me replicó– tienen mucho ascendiente sobre su gente.

    – Tenemos ascendiente –concreté– siempre que vayamos, en lo fundamental, por el camino recto; de lo contrario, no. Si usted –añadí– me convenciera en esto, iríamos del brazo, pero detrás de mí no vendría nadie.

    La discusión se fue acalorando. Al final, ya de malhumor, exclamó:

    – La culpa la tengo yo, a estas alturas, por fiarme de los políticos.

    – Está usted equivocado –le contesté–. Se ve que no nos conoce. Nosotros no somos de esos políticos a que usted se refiere. Por lo que a mí hace, no tengo inconveniente en comprometerme, ante notario, a no aceptar ningún cargo, ni de concejal de mi pueblo.

    Así terminó la reunión, con visible disgusto de ambos.

    Como es sabido, se sometió la cuestión a Sanjurjo, que nos dio, por completo, la razón.

    Dos meses después, aún recordaba Mola el mal rato pasado, al despedirse de la siguiente.



    SEGUNDA

    Según iban avanzando las tropas nacionales, Mola, General Jefe del Ejército del Norte, adelantaba su Cuartel General. Primero lo tuvo en Burgos; después en Valladolid, en el Ayuntamiento; y tomado Toledo, lo estableció en Talavera de la Reina.

    A fines de agosto nuestra Junta Nacional nos encargó a Lamamié de Clairac, a Valiente y a mí que fuéramos a ver a Mola, en Valladolid. Allí nos fuimos una tarde de septiembre del 36. El objeto de la visita no era otro que no perder contacto con él, y hablar de temas generales, sin nada concreto.

    Nos recibió de buen talante. Estaba, en aquel atardecer, esperando los partes de las operaciones del día. Tenía ganas de hablar.

    Así surgió, planteado por él, el tema del divorcio. Nos dijo que creía había que implantarlo.

    – Conste –dijo– que me llevo muy bien con mi mujer y no pienso en divorciarme; pero cuando fracasa un matrimonio, etc., etc.

    Todos los consabidos y vulgares argumentos divorcistas.

    Nos opusimos los tres. Especialmente le rebatió Valiente, buen abogado civilista.

    Terminó Mola diciendo:

    – Bueno, está bien, no habrá divorcio.

    Bien claro quedó que todo había sido una conversación intranscendente. Ni él ni nosotros teníamos autoridad, en aquel momento, para decidir nada sobre el tema.

    Nos acompañó hasta la puerta de la escalera. Al despedirse, señalándome, les dijo a Lamamié y a Valiente:

    – Este hombre me puso, hace dos meses, en trance de pegarme un tiro.

    – Bueno, mi general –le repliqué en broma–, pero no se lo pegó usted.

    – No –contestó–, yo no me pego tiros.



    TERCERA

    En el mes de noviembre siguiente, fui a verle en Talavera, para pedirle el destino de varios jefes del Ejército al Requeté.

    Uno de ellos, el Comandante de Artillería Don Hermenegildo Tomé Cabrero, fue designado, poco después, Director de la Academia de Oficiales del Requeté, que se quedó en mero proyecto, como es sabido. Sin embargo, en su hoja de servicios militar figuró dicho destino.

    De la conversación con Mola aquel día, recuerdo bien una frase suya:

    – Zamanillo, esto se alarga, y no hay más remedio que quemar las naves.

    – Mi general –le contesté–, nosotros las quemamos el primer día.

    Encajó bien mi respuesta, dicha con sencillez, sin jactancia alguna. Indudablemente, había cambiado mucho, favorablemente, su concepto de nosotros.

    Conmigo estaba muy amable, dentro de lo que su carácter, más bien hosco, le permitía.

    Poco sociable y bastante introvertido, no daba mucha confianza.

    Desde luego, ni yo ni ninguno de nosotros comimos nunca con él, como reciente y públicamente se ha dicho.


    MADRID, abril de 1980.


    Firmado: JOSÉ LUIS ZAMANILLO GONZÁLEZ-CAMINO

  8. #8
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    Re: Historia del Alzamiento del 18 de Julio

    ACOTACIONES FINALES


    Me gustaría añadir unas breves aclaraciones con respecto a una de mis anteriores notas, así como en relación a la versión de los hechos acontecidos entre el 14 y el 16 de Julio escrita por Antonio Lizarza, versión que éste mantuvo en las sucesivas ediciones de su libro (la última edición fue de 1969).

    Acerca del primer asunto, quisiera matizar lo que escribí en mi segunda nota a pie del capítulo del libro de Lizarza titulado "DE SAN JUAN DE LUZ A PAMPLONA Y VUELTA A SAN JUAN DE LUZ". En esa nota escribí que Don Javier, tras la reunión con la sedicente e indisciplinada Junta Regional navarra habida el 12 de Julio, escribió ese mismo día a Don Alfonso Carlos y recibió la respuesta al día siguiente. Lo cierto es que no está del todo claro si Don Javier llegó o no a escribir finalmente a Don Alfonso Carlos, pero lo que sí es correcto es que se recibió el 13 Julio una carta de Don Alfonso Carlos, la cual era la contestación a aquélla que Fal Conde le había enviado el 7 de Julio (reproducida en Apéndice 5).

    Esta carta de Don Alfonso Carlos recibida el 13 de Julio decía así (los textos entre corchetes son míos para aclarar el significado de las palabras cifradas en el mensaje):


    Fuente: Don Javier, una vida al servicio de la libertad, María Teresa de Borbón Parma, Josep Carles Clemente y Joaquín Cubero Sánchez, Editorial Plaza & Janés, Barcelona, 1997, página 275.



    Viena, 10 Julio 1936.


    Querido D. Lorenzo Vázquez [Fal Conde]:

    Con el mayor gusto acabo de recibir tu buenísima e interesantísima carta de fecha 7 del presente, que de todo corazón te agradezco.

    Nada me sorprende el resultado del negocio comercial [la negociación para el Alzamiento] con Quintana [General Mola], sabiendo su modo de pensar; más vale así y estar libres de esa compañía de comercio, que no nos hubiera favorecido en nada.

    De ningún modo nuestros alumnos [los Requetés] hubieran podido, ni debido, obedecer a semejante maestro [militar]. Gran consuelo me causa oír que todos los compañeros [dirigentes regionales y provinciales de la Comunión] piensan exactamente como tú y yo en este punto. No se debe ceder ni un ápice.

    Siento que este asunto retrase tu ida a veranear [sublevarse]; pero espero pueda ser en muy pocos días o semanas.

    Me alegro que con esta declaración de Quintana [General Mola] se haya evitado que nuestros chicos [los Requetés] fueran a servir de cabeza de turco: eso jamás; era mi temor.

    Me parece que con este incidente el negocio [la negociación para el Alzamiento] quedará por de pronto suspendido, por ahora.

    Nosotros hicimos feliz viaje, llegando a ésta el jueves a las 8 de la noche; estamos muy contentos de hallarnos en casa.

    Vimos a Blanca, que siente mucho no se hayan publicado sus dos cartas, porque dice que así el público cree que ella aprueba la conducta de los disidentes [1].

    Puede que en Agosto vayamos por 4 semanas a nuestra casa de campo, donde el aire en verano es mucho más agradable que el de ésta.

    Quisiera alargarme, pero me falta tiempo.

    Al llegar aquí supimos acababa de morir una prima hermana de Nieves, una santa, que pasó 14 años en un carrito de manos, por estar paralítica. Una Princesa Löwenstein casada con un Príncipe Starenberg.

    También murió en Esberveyer mi antiguo ayuda de cámara Félix [ilegible], que me sirvió 55 años y estaba con [ilegible].

    Nieves y yo te mandamos los más cariñosos recuerdos, y quedo de corazón querido Fal Conde tu affmo.

    A. C.



    [1] Nota mía. Los “disidentes” a los que se refiere Don Alfonso Carlos son los llamados “octavistas”, partidarios de Don Carlos Pío de Habsburgo, hijo de Doña Blanca de Borbón.


    Como consecuencia de la recepción de esta carta, es por lo que Don Javier escribe, a continuación, la suya a Joaquín Baleztena. (Véase ésta en este otro hilo).


    En segundo lugar, con respecto a la versión de los hechos ocurridos entre los días 14 y 16 Julio, se habrá podido observar en la carta de Fal Conde a Don Alfonso Carlos del día 16 de Julio (reproducida en Apéndice 9) que existen algunas diferencias, al relatar los acontecimientos de esos días, frente a la versión dada por Lizarza.

    Por consiguiente, hemos estado comprobando la Memoria presentada por Fal Conde a la Asamblea de Insúa, así como también las Actas de dicha Asamblea en las que se recogen las intervenciones de los distintos participantes en la solemne reunión: en concreto, las intervenciones correspondientes a Fal Conde y Lamamié de Clairac habidas en la Sesión de la mañana del día 14 de Febrero del ´37 (quien quiera echarles un vistazo, se pueden ver los documentos en el Archivo de Don Javier de Borbón Parma, del Archivo Histórico Nacional, y que recientemente se han puesto de nuevo a disposición del público en el portal digital de PARES).

    Esta versión contenida en las susodichas Memoria y Actas posee cierta divergencia en relación a la que sostuvo Lizarza en las sucesivas ediciones de su libro. Recordemos, primeramente, el resumen de los hechos que da Lizarza al final del capítulo titulado "LA CONFORMIDAD DE MOLA":

    La carta de Sanjurjo la traje el día 11. Mola dio su conformidad el día 14, por medio de los capitanes, a quienes yo había sugerido tal solución. Y, como consecuencia de aquella carta y de esta conformidad, la Comunión, el día 15, dio la orden para el levantamiento general.

    Sin embargo, en la segunda versión que traigo ahora, los hechos ocurridos entre el 14 y el 16 de Julio fueron, de manera resumida, los siguientes:

    1) El 14 de Julio, Antonio Lizarza, a través de su gestión con los capitanes, consigue del General Mola su palabra de honor de suscribir la carta del General Sanjurjo. Por lo tanto, cuando Lizarza llegó al cuartel general de San Juan de Luz (encontrándose con la escena conocida de la reunión entre Don Javier y la rebelde Junta Regional de Navarra), la noticia que entregó fue una promesa verbal del General Mola, y no un documento autógrafo.

    2) Como consecuencia de esta promesa verbal, es por lo que Don Javier y Fal Conde suscriben en la noche del 14 al 15 de Julio el documento que empieza con las palabras: "La Comunión Tradicionalista se suma con todas sus fuerzas...". (Véase su texto en el Capítulo del libro de Lizarza titulado "LA CONFORMIDAD DE MOLA"). Este documento habría de presentársele al General Mola para que también lo suscribiera, de conformidad con su promesa verbal.

    3) El día 15 de Julio, por la mañana, Félix Maíz recoge el documento en cuestión para llevárselo al General Mola.

    4) Ese mismo día 15 de Julio, por la tarde, en el cuartel general de San Juan de Luz se recibe la llamada telefónica en la que se confirma que el General Mola ha suscrito el documento.

    5) En consecuencia, en la noche del 15 de Julio, se da la orden de movilización de los requetés (Documento reproducido en el Apéndice 7).

    6) El día 16 por la mañana se recibe en el cuartel general el documento suscrito por el General Mola, pero éste no es el que envió la Comunión, sino otro que decía así:

    "ME COMPROMETO A SEGUIR LAS INSTRUCCIONES QUE EN SU DÍA DÉ, COMO PRESIDENTE DEL GOBIERNO, EL GENERAL SANJURJO.– EMILIO MOLA".

    7) La Comunión, entonces, decide fletar un avión para que lleve a Antonio Lizarza a Lisboa con el documento que empieza con las palabras: "La Comunión Tradicionalista se suma con todas sus fuerzas...", para que lo suscriba el General Sanjurjo.

    El resto es historia.
    Última edición por Martin Ant; 27/12/2018 a las 11:59

Información de tema

Usuarios viendo este tema

Actualmente hay 2 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 2 visitantes)

Temas similares

  1. La llegitimidad del Alzamiento Nacional.
    Por Valmadian en el foro Política y Sociedad
    Respuestas: 1
    Último mensaje: 04/10/2018, 10:13
  2. Breve historia interna del fallido Alzamiento de 1860
    Por Martin Ant en el foro Historia y Antropología
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 29/04/2018, 18:39
  3. El camino al 18 de julio, la historia se puede repetir
    Por Valmadian en el foro Política y Sociedad
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 22/03/2016, 14:05
  4. Il Requeté e l'Alzamiento - 75º anniversario
    Por Hyeronimus en el foro Italiano
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 05/10/2011, 18:26
  5. El Vaticano y el reconocimiento del Alzamiento
    Por Miquelet Chaira en el foro Historiografía y Bibliografía
    Respuestas: 9
    Último mensaje: 18/09/2008, 02:03

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •