APÉNDICE 9
Fuente: Cómo se preparó el Alzamiento. El General Mola y los carlistas, Tomás Echeverría, 1985, páginas 179 – 181.
[CAPÍTULO] 54
16 de Julio: otra carta de Fal Conde a Don Alfonso Carlos
También autógrafa, y que dice así:
«San Juan de Luz, 15 Julio 36.
Señor:
He recibido la gratísima y bondadosísima carta de V. M. del 10, y en estos días han cambiado radicalmente las cosas después de muchos incidentes.
Después del rompimiento de relaciones del negocio [con Mola para el Alzamiento], recibí una carta de Ocaña [General Sanjurjo], comprendiendo en su texto copia de la que en el acto ponía a Quintana [Mola], y de la cual mando copia literal aparte.
Mientras tanto, se estaba formando contra nosotros un ambiente hostil y de difamación, aunque nos manteníamos firmísimos en nuestra posición.
La carta de Ocaña [Sanjurjo] comprendí que podía dar un cambio radical a nuestro favor, y llamé a Don Francisco [Príncipe Javier], enviándole el coche rápido que, en otra ocasión, le llevó a Lisboa, y vino al punto. También llamé a Don Luis [Zuazola] a Madrid, que vino también con urgencia.
Por de pronto, envié a Quintana [Mola] el original de la carta dirigida a él [la había traído Lizarza de Lisboa], y encargué a nuestro amigo el emisario [Lizarza] que la había traído de Lisboa, que le dijera que contestaríamos si aceptábamos el proyecto de Ocaña [Sanjurjo]. Efectivamente, así lo hicimos, pero aquél [Mola] contestó que no aceptaba porque dudaba de la autenticidad [de la carta de Sanjurjo] y porque no estaba conforme con el contenido.
Ante esta actitud, quedamos totalmente distanciados. Pero, mientras eso ocurrió, había venido Don Tomás [Domínguez Arévalo, Conde de Rodezno] y metido tal cizaña, que sacó de sitio a la Junta [Regional Carlista navarra], que vino a verme con los otros compañeros de Don Tomás en la representación de Madrid. Tomás no vino.
El Presidente de la Junta [Regional Carlista navarra, Don Joaquín Baleztena], que antes estaba tan de acuerdo con nuestra actitud, y que había sido portador de mi última carta a Quintana [Mola], expresó la necesidad en que estaban de actuar fuese como fuese [colaborando con el Ejército en el Alzamiento], sin reparar en símbolos ni más que sacar ventajillas locales [que los Ayuntamientos navarros fuesen carlistas] para el futuro. Los seis que vinieron [Don Joaquín Baleztena, su hermano Ignacio, y los señores José Martínez Berasain, Luis Arellano, Isidro Arraiza y Fermín Sagüés] se comportaron en forma y lenguaje mal minorista, muy desagradable.
Don Francisco [el Príncipe Don Javier] y yo les contestamos que no podíamos acceder sin orden de V. M., y quedamos en consultar con V. M., pues ellos preguntaron que, si en los tres días inmediatos surgía algo de improviso, si podrían resolver ellos el asunto, y les dijimos que sí, siempre entendiendo que esa facultad no podría ser en contra de la norma general.
Pero, a la mañana siguiente, llegó providencialmente la carta de V. M., a la vista de la cual Don Francisco [el Príncipe Don Javier] escribió al Presidente de la Junta [Regional Carlista navarra, Don Joaquín Baleztena] una hermosísima carta, diciéndole que nada podrían hacer contra la norma general de toda la Comunidad [Comunión Tradicionalista], y que no tomaran encargo alguno.
Yo, por mi parte, encargué que se avisara a los alumnos más destacados [Jefes de los Requetés de Pamplona y sus alrededores], de un espíritu excelente, que se comprometiesen a no colaborar en la maniobra.
Anoche han vuelto los comisionados [de la Junta Regional Carlista navarra, hermanos Baleztena, etc.], diciendo que ya estaban comprometidos con Quintana [Mola] sin condiciones, con su promesa de darles ventajillas futuras a la Provincia [que los Ayuntamientos fuesen carlistas], y cuando estaba en este punto la visita, llegó mi comisionado [ante Sanjurjo y Mola, Don Antonio Lizarza] que, delante de ellos [los de la Junta Carlista navarra], y con la mayor emoción, dio cuenta de que dos subalternos de Quintana [Mola] le habían dado la noticia del acuerdo [de Mola] con la Junta [Regional Carlista navarra]; que él [el comisionado Lizarza] les había dicho que [los carlistas navarros] no obedecerían a la Junta [Regional Carlista navarra] y que, ante esto, y ante la enorme provocación que supone el suceso de Madrid [asesinato de Calvo Sotelo], habían aquéllos [los subalternos de Mola] requerido a Quintana [Mola], y recabado palabra de honor de éste, de someterse a la carta de Ocaña [Sanjurjo], y que si nosotros aceptábamos se firmaría un compromiso por las dos partes.
Puede comprobarse cuál fue la derrota de los de la Junta [Regional Carlista navarra], y el fracaso de su procedimiento traidor e indisciplinado.
¿Qué hacer en tal momento? Se nos dijo que el asunto [el Alzamiento] se realizaría en esta semana, seguramente y posiblemente en sólo horas.
Hemos mirado mucho el contenido de la carta [de Sanjurjo a Mola y a Fal Conde]. Representa la garantía que esa persona [Sanjurjo] nos merece, puesto que él precisamente será el Presidente. Miramos, además, que el contenido tiene un plan muy hermoso, y, sobre todo, se arroga una misión provisional. Consideramos que Ocaña [Sanjurjo], cuando entregó la carta a nuestro comisionado [Lizarza], le dijo que su propósito era dar paso al Régimen definitivo con todas nuestras esencias, y que, en cuanto a la persona, él jamás consentiría a los romanos [alfonsinos], a cuyo Jefe [Alfonso XIII] detesta, y que para él no había más persona [Rey] en su día que quien fuera nuestro Jefe [Rey], porque así era justo ante el fracaso de los romanos [la Monarquía de Alfonso XIII].
En una palabra, que, si no hemos de negarnos a ayudar a salir del caos presente, esa carta contiene una fórmula de honor para nuestra comunidad [Comunión Tradicionalista], y que nos permite, como haremos, declarar que colaboraremos sin pérdida de un puesto de nuestra aspiración, y nos concede el derecho de exigir que se cumpla el programa comprometido, al par que salvamos la gravedad del momento.
Pero, además, nos mandan a decir los amigos de Quintana [Mola] que sólo habrá [para la bandera] los dos colores, para todos y desde el principio. Tanto él [Mola] como Ocaña [Sanjurjo] son antirromanos [antialfonsinos], y si aceptan ese símbolo… a mucho se obligan.
En síntesis, hemos mandado un documento firmado comprometiendo nuestra colaboración, a condición de que se firme el compromiso de sujetar la futura dirección al programa de la carta.
Hoy 16.
En este estado, la carta se quedó sin poner en correo, en espera de la noticia, que no llegó hasta muy de noche, y tan incompleta que hasta hoy no sabemos qué va a pasar, y si se trata de cosa inminente [el Alzamiento], de sólo horas, según dicen.
La contestación [de Mola] es muy confusa, y no la tengo por suficiente, pero como veo la catástrofe que llega, no veo otro recurso que conseguir que Ocaña [Sanjurjo] firme el compromiso, y tras eso vamos, pues, al efecto, sale uno [enviado] para allá [Lisboa] volando.
Ahora bien, si el suceso [el Alzamiento] se precipita, no veo posibilidad de dar el paso atrás. La preocupación nos tiene aterrados, aunque creo firmemente que Dios está llevando las cosas, y no me remuerde la conciencia haber aflojado un ápice.
Como dice Don Luis [Zuazola], el de Madrid, lo más grave es defender el honor de la Comunidad [Comunión Tradicionalista], y eso está muy alto.
Pero, si la cosa tarda [el Alzamiento] habrá tiempo de hacer las cosas más perfeccionadas.
¡Cuánto siento mi malísima letra! Perdóneme. Hasta nuevas noticias, queda, como siempre, a los RR. PP. de V. M.
Firmado: VAZQUEZ [o sea, Fal Conde].»
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