Cita Iniciado por jasarhez Ver mensaje
Ahora, bien la cuestión que se me plantea es como construir después algo con alguien con personas con las que podamos coincidir en cuanto a la crítica al actual sistema, pero resulte imposible hacer algo constructivo con ellos luego... Y pongo un ejemplo, yo tengo un compañero de trabajo anarquista con el que he llegado a hacer un pequeño nivel de amistad y coincidimos en bastantes cosas a la hora de criticar al actual sistema e incluso a la hora de analizar la evolución política de España desde la muerte del Caudillo hasta nuestros días. Por extraño que resulte, en ocasiones el mismo y yo hemos coincidido en cosas de las que él siempre ha tenido la honradez de avisarme que ésto que ahora afirma de corazón coincidir conmigo, jamás se atrevería a decirlo en ninguna de las reuniones que el frecuenta. Pero ahí acaba la cosa, en el análisis coincidente de algunas cosas y poco más... Porque él es anarquista y yo no, porque él cree en la soberanía popular de su democracia asamblearia y yo no, porque él está a favor del aborto (por poner otro ejemplo) y yo lo prohibiría, etc, etc...

Y cuento ésto, para preguntar: ...Y después de haber encontrado identificación en el 1% (o en el 50%) de lo que aquél dice, y constatar que yo jamás podré aceptar alguna de las cosas que también afirma (sean el 99% o solo el 3%), ¿cómo construir algo que pudiera ser positivo con ellos?. A mi no me salen las cuentas...

No se si preguntaré una tonteria.....

Un saludo
En absoluto. No es una tontería, sino es mas o menos lo que nos pasa a todos los que nos desenvolvemos en ambientes de cierta inquietud política (Universidades, grupos de estudio, sindicatos, etc.) Este tipo de empatía que uno establece con alguna persona ajena a nuestras ideas se puede tomar como un primer punto de contacto. Lo que debes identificar es quién es verdaderamente antisistema y quien no. Los anarquistas, igual que los zurdos, o los indigenistas, se creen muy antis pero caen en los mismos conceptos que el marxismo cultural nos da de beber hace décadas: Voluntad popular, democracia, "derechos" para todo y para todos, igualdad, libertad, fraternidad.

No consideraría a este tipo de persona que nos cuentas como alguien con inquietud política "Extra-sistema" (Si, me encanta la expresión). Difícilmente se tendrá la oportunidad de establecer algún puente de cooperación o entendimiento con gente así, ya que implica que la persona cambie ya no de ideas, sino de principios. Las bases de cualquier movimiento que se rebele contra el orden actual deben ser, cuando menos: Espiritualidad, jerarquía, disciplina y sacrificio. Llevar a la práctica diaria esos principios es lo más revolucionario que alguien se puede plantear hoy en día. Dudo mucho que un marxista, demócrata o anarquista estén muy puestos a adoptarlos como propios, no sin que se replanteen todo su sistema de creencias, por mucho que critiquen la globalización, el imperialismo yanqui o los lobbys.

Saludos,