Re: Por qué en España es imposible hacer política... Y cómo solucionarlo...
No voy a expresarme en nombre de los foristas de este sitio, pues cada cual tiene su propia voz, pero si quiero mencionar someramente en qué consiste lo que nos une. Cuando decimos que somos católicos no estamos hablando por hablar, sino con total y plena convicción moral de ello. No nos referimos sólo a la fe que tenemos, la cual es individual, sino a que se produce una "común-unión" en torno a la Palabra de Jesucristo, a su Mensaje de esperanza y salvación. Quizás por eso nos sentimos cómodos en este sitio y hasta con quienes tenemos nuestras diferencias, éstas no son mayores al final que un dedo meñique. Y es que no necesariamente hemos de ver las cosas del mismo modo, pero si somos conscientes del nexo único que hay entre todos.
Por eso, la belicosidad, los argumentos a favor de una hipotética alianza con Rusia y sus divisiones terrestres, "la conversión" del mundo en dos bloques antagónicos condenados a una guerra total y final, no interesan. Nosotros tenemos la plena convicción y la fe total en las promesas de Nuestro Señor Jesucristo expresadas en Los Evangelios y confirmadas en la doctrina de los Santos Padres, de que todo será redimido. No necesitamos, pues, conductores, ni líderes que unan las fuerzas "patrióticas" en una especie de única cruzada contra todo enemigo que se oponga. Eso es delirante, nunca, jamás, habrá tal unidad, ésta sólo puede venir de la fe en Dios y aún así en el último momento y pese a la demostración de su Poder que se nos ha prometido, habrá muchos que no estarán.
Para que en España se pueda hablar de política no hay que formar coaliciones "patrioteras", sino tener educación, cultura y respeto, y eso se debería enseñar a los niños en casa desde recién nacidos y con continuidad en los centros educativos, y no se hace, sino más bien todo lo contrario. O son campos de batalla de los padres entre sí, cuando no se suman los abuelos, o molestan continuamente. En los centros educativos o los hacen más tontos de lo que pueden llegar a ser, o dejan que crezcan como auténticos salvajes. Nada de lo que es bueno se enseña, nada de lo que es bueno se permite. Pero todo esto está escrito, está profetizado, y no en un sólo punto de Los Evangelios, sino que hay advertencias en ellos por todas partes, da la sensación de que quienes los escribieron tuvieron la oportunidad de ver como sería el mundo en este tiempo.
Luego, tantas soluciones pretendidas para nada, no ya porque son irrealidades manifiestas, sino porque muchos otros han precedido con lo mismo y con idénticas pretensiones. Discursos como los que se pueden leer en algunas partes de este hilo huelen a naftalina desde el XIX. Eso si que es no salir a la calle o, si se prefiere, eso si que es "saliendo" a la calle ir a través del tiempo a lo que queda en los museos de la paleontología ideológica, hasta Gramsci huele a polvo de pirámide ideológica.
La pretendida solución no existe, y caso de que algo se pudiese hacer, que sería poco, tendría que empezar en la educación en valores religiosos y sociales. Pero ¿quién puede hacerlo si la sociedad de hoy está totalmente des-valorizada? Al "nene" no le hables de Dios o de Patria -que van indisolublemente asociados-, háblale de la mierda del MP3, o de las hez de la discoteca, que bastante tiene con ser un primitivo tecnificado. Y al papá ni le menciones más de lo mismo, que ya tiene bastante con sus problemas para pagar la hipoteca, el coche nuevo, el frigorífico, la lavadora, la "superteledigitalplana" que le sirve para casi todo en su ausente existencia de su inane mente. Y además, bastante tiene con aguantar a su jefe, a su parienta, a su suegra, y aunque no se dé cuenta, a si mismo.
De modo que de qué sirve hablarle de España, porque no le interesa, no le importa, no la entiende, no la quiere, y le da igual si continua entera o si los "putos" catalanes o vascos se quieren largar por ahí... "pues que lo hagan y nos dejen en paz". Mientras que aquí, si duelen las cosas, pero sabemos que la fuerza y la violencia no son soluciones. Sabemos muy bien que esas son sólo tentaciones verbales, pero que no pasan de rabietas momentáneas. Así que, tal como indique desde un comienzo, lo que si nos interesa en Dios Nuestro Señor, la Iglesia Católica, nuestra fe y España sola no necesitará de operaciones quirúrgicas de ningún tipo cuando los españoles recuperen la fe en Cristo y la fe en si mismos como españoles. Y tales objetivos sólo se logran abriendo los ojos y aceptando sus realidades individuales.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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