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Tema: La mente colmena y la muerte de la religión

  1. #21
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Dejo tres noticias relacionadas con la tecnología:

    (1) Google trabaja en un implante subcutáneo para realizar análisis, menos invasivo que la extracción de sangre

    Con Google de por medio, hay que sospechar que esos "análisis" no sean del todo voluntarios y no se usen precisamente para mejorar nuestra salud.

    (2) Heek is a chatbot that can build you a website | TechCrunch

    La noticia en sí es una chorrada. Pero prueba que la Inteligencia Artificial también se está empleando para sustituir a los profesionales de la informática, en este caso los "webmasters". Si los mismos informáticos son sustituidos por máquinas, queda claro que en este proceso de automatización no hay ninguna profesión que sea invulnerable.

    (3) Ya se puede pedir de todo vía 'app', en Reino Unido incluso esperma - MIT Technology Review

    Copio la noticia completa:
    Ya se puede pedir de todo vía 'app', en Reino Unido incluso esperma

    El Banco de Esperma de Londres lleva su servicio de búsquedas al móvil, donde también permite crear una alerta cuando aparezca un donante con las características deseadas. Todo un avance

    Últimamente se puede pedir prácticamente cualquier cosa a través de una app: la cena, un servicio de coche y ahora, el esperma. Sí, ha leído bien.

    El Banco de Esperma de Londres, el más grande de Reino Unido, acaba de lanzar una app que podría modernizar el proceso de conectar los futuros padres con el material biológico que necesitan.

    En esencia la aplicación es simplemente una versión móvil de la función de búsquedas filtradas que ofrece de su página web. Pero algo tan sencillo como llevar sus servicios a los dispositivos móviles demuestra que el banco apuesta por normalizar las tecnologías reproductivas.


    Crédito: Stéphane Mussi (Flickr).

    Parece una evolución natural. Cuando yo fui concebida mediante la fecundación in vitro (FIV) en 1991, a mi madre se le entregó un archivador con donantes de esperma. Hace tiempo que las bases de datos se trasladaron a las páginas web, y ahora con las plataformas que se podrá llegar a más gente que nunca.

    El Banco de Esperma de Londres explica que los usuarios recibirán notificaciones en cuando haya nuevos donantes disponibles, algo que podría acelerar las cosas para los esperanzados padres. El camino hacia la concepción puede durar años para las personas que necesitan tecnologías reproductivas, así que acelerar cualquier parte del proceso representaría un ahorro de tiempo muy bien recibido.

    Pero el banco tiene más de 10.000 viales de esperma, así que la búsqueda, incluso con filtros, aún puede ser larga. Para combatir esto, la app también ofrece la función de lista de deseos que permite a los usuarios más centrados a predeterminar lo que buscan en un donante, y recibir una notificación cada vez que se vean cumplidos sus requisitos.

    El servicio móvil ha sido comparado con Tinder, pero realmente hay que deslizar el dedo. Su función de lista de deseos es más parecida a Anthology, una app que utiliza la gente que busca trabajo para encontrar su próximo cambio profesional.

    Una búsqueda rápida en la tienda de aplicaciones de iPhone demuestra que ya existen varios servicios móviles similares, pero este es el único con donantes sometidos a un cribado tan exhaustivo. Varias asociaciones médicas y la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología del Gobierno de Reino Unido apoyan la nueva app.

    Ese respaldo es vital para el éxito y fiabilidad de una app de este tipo. Para muchos padres potenciales, las características físicas juegan un importante papel a la hora de escoger un donante de esperma, pero comprobar el historial médico también es un prerrequisito crucial.

    La app es gratuita, y el coste de pedir esperma es el mismo que mediante el catálogo del Banco de Esperma de Londres, unos 1.000 euros por pedido. Para mantener la seguridad, las muestras serán enviadas únicamente a centros de fertilidad, no a particulares.

    Reino Unido está bien familiarizado con las tecnologías reproductivas pioneras. El primer bebé del mundo concebido mediante VIF, Louise Brown, nació en Inglaterra en 1978, con Estados Unidos pisándole los talones con el nacimiento de su primer bebé VIF en 1981. Desde entonces, las tecnologías reproductivas se han transformado y mejorado mucho más. La tasa de éxito de la VIF en 1978 rondaba el 5%, y actualmente esa cifra está entre el 40% y el 50%.

    Tiene sentido que a medida que evoluciona nuestra capacidad de ayudar a los padres a concebir, también evolucione la tecnología para encontrar los donantes de esperma.
    Nótese la crudeza con la que habla de "material biológico" y de "cribado genético exhaustivo" para seleccionar las características físicas del futuro hijo. Se encargan hijos como quien encarga la lista de la compra en el supermercado. Al final queda claro que las técnicas de reproducción asistida, complementadas en este caso por la informática, no son más que una forma discreta y privada de eugenesia. La cínica sociedad actual no condena estas aberraciones. La única que protesta es la Iglesia, pero incluso la Iglesia tiene muy abandonado este tema.
    Última edición por Kontrapoder; 06/10/2016 a las 21:09
    raolbo y Pious dieron el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

  2. #22
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Dejo una imagen impactante, premonitoria del futuro que nos espera si no embridamos el progreso tecnológico:



    La explicación de la imagen:

    Uber acosa al conductor con un ejército de drones para hacerse con Latino América

    Tras su fracaso en China, la compañía cree que será más fácil penetrar en América Latina y lo está intentando con aeronaves no tripuladas con carteles que critican a los conductores en un atasco

    Martes, 25 de octubre de 2016. Por Michael Reilly. Traducido por Teresa Woods

    Últimamente, los conductores atascados en Ciudad de México han visto abordados por una flota de drones con carteles. "¿Conduce sólo? Por eso ya nunca se ven los volcanes", rezaban algunos de ellos, una clara alusión a la niebla tóxica que a menudo cubre la megaciudad y oculta dos cumbres cercanas.

    Pero los drones no eran parte de una campaña a favor del medio ambiente. Eran una de las acciones promocionales del servicio UberPOOL, especializado en trayectos compartidos, y una de las estrategias de Uber para colarse en los mercados latinoamericanos. Como señala Bloomberg, Uber ya hace más negocios en Ciudad de México que en cualquier otra ciudad, y Brasil representa su tercer mayor mercado tras Estados Unidos e India. Uber percibe que los países latinoamericanos son objetivos por lo general más fáciles para la expansión que cualquiera de los otros dos.

    Tras la costosa guerra con Didi Chuxing en China que finalmente obligó a Uber a izar la bandera blanca, la empresa vuelve al ataque. Y parece ser que eso incluye acosar a los conductores atascados con una manada de drones.

    FUENTE:Uber acosa al conductor con un ejército de drones para hacerse con LatAm - MIT Technology Review
    Aparte del hecho tecnológico desmadrado, también se puede abordar en lo que supone de colonización comercial por parte de Estados Unidos, así como lo que yo llamo terrorismo comercial, cada vez más en auge.

    Aprovecho para pedirle a Donoso que cambie el título del hilo por alguno más descriptivo, por ejemplo:
    - Crítica del tecnonihilismo
    - Crítica del transhumanismo y del tecnonihilismo
    - Transhumanismo y culto nihilista de la tecnología
    - Deshumanización tecnológica y transhumanismo

    O por cualquier otro título que describa mejor el propósito general del hilo (soy muy malo para los títulos).
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas
    Última edición por Kontrapoder; 03/11/2016 a las 01:23
    raolbo, Disidencia y Pious dieron el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
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  3. #23
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Traslado al foro una entrevista a uno de los pocos informáticos que valora los saberes humanísticos. Fue publicada en el mismo dominical donde tiene una columna J. M. de Prada. Al margen de algún apecto cuestionable, dice cosas muy interesantes sobre ciencia, religión, informática, humanismo. Su propuesta de incluir asignaturas de humanidades en las carreras técnicas me parece muy necesaria.
    __________________


    David Gelernter: "Los informáticos están corrompidos por fantasías de poder"


    Este hombre es una auténtica estrella de la computación. Y da la voz de alarma. sus colegas están yendo demasiado lejos. La inteligencia artificial jamás logrará recrear la conciencia humana y en su consecución estamos asumiendo muchos riesgos. Por Romain Leick / Fotos: Getty Images y Cordon Press


    Este profesor de Yale, de 61 años, es uno de los grandes genios de la computación. Una especie de estrella del rock de la era digital. Hasta dicen que fue él quien acuñó la expresión «en la nube» para referirse a la capacidad de almacenar información en un espacio virtual.

    Sin embargo, este genio odia las computadoras. «Las detesto», confiesa. Y dice cosas como. «La informática nos da un poder increíble. Un buen programador puede crear una cantidad enorme de cosas y luego darles vida con un interruptor. Por eso, a los apasionados de la tecnología les encantan estas máquinas. Sus vidas se basan en ellas. Ansían que sean lo más potentes posible, porque en el fondo es una realización de sí mismos. Pretenden ser los amos de la mente».

    Este genio informático y filósofo -herido en 1993 por una de las cartas bomba del llamado Unabomber, el matemático psicópata que envió paquetes explosivos a varios científicos- explica en su último libro, Las mareas de la mente, por qué los ordenadores y la inteligencia artificial no podrán replicar las profundidades de la conciencia humana.

    XLSemanal. Para muchos es cuestión de tiempo que tengamos superordenadores lo suficientemente potentes como para ejecutar el programa ‘mente’; es decir, capaces de pensar por sí mismos.

    David Gelernter.
    Algún día tendremos ordenadores como esos, no cabe duda, pero el ordenador clásico nunca alcanzará una conciencia como la humana, no tendrá un modo consciente, no experimentará emociones, nunca estará en condiciones de vivir el mundo o de imaginar nada.

    XL. Entonces, ¿no podrán percibir el mundo y sentirlo como un ser humano?

    D.G.
    La simulación informática de la conciencia y los sentimientos es factible. Las personas pueden fingir emociones, los ordenadores pueden simular. Pero no debemos ser tan ingenuos como para confundir simulación y realidad. El actor que interpreta a Hamlet o a Fausto sigue siendo un actor, da igual lo magistral que sea su interpretación. Pero esa frontera se difumina para un científico informático. Los partidarios de la supermente informática se han corrompido intelectualmente, no por dinero, sino por fantasías de poder. Evidentemente, esto último se ve alentado por la cantidad de dinero que mueve el negocio del procesamiento de datos. El dicho de que el dinero es poder ha alcanzado una dimensión siniestra.

    “Es imposible reducir la felicidad a una serie de procesos bioquímicos o neurofisiológicos en el cerebro”
    XL. Pero no puede negar que la inteligencia artificial ha hecho grandes avances.

    D.G.
    La racionalidad es solo un segmento de la mente humana. El exterior. Cuando me sumerjo en los niveles inferiores hasta alcanzar la inconsciencia o el sueño, mi mundo interior cobra vida, pero digamos que mi pensamiento deja de ser del todo puro. Los científicos desprecian estos aspectos, no pueden hacer nada con el pensamiento estético o emocional. Cuando pretenden investigarlo, lo que acaban haciendo siempre es racionalizarlo. Pero es imposible explicar el sentido artístico mediante una serie de procesos bioquímicos o neurofisiológicos en el cerebro.

    XL. Pero ¿no es el pensamiento racional, como expresión de la inteligencia, lo que define a la mente humana? Emociones también tienen los animales.

    D.G
    . No, es la conciencia. Es decir, la capacidad autorreflexiva del intelecto. Un ordenador podrá superar millones de veces la capacidad intelectual humana, pero, desde un punto de vista filosófico, seguiría siendo un zombi. El ordenador no puede generar subjetividad; esto es. un mundo interior, una vida espiritual propia, un paisaje mental único por el que nadie más puede transitar. Le puedo preguntar a un robot. « Tienes conciencia?», y él me puede responder. «Por supuesto, qué te creías?». Pero no puedo hacerle feliz ofreciéndole un plato de fresas con nata. Sería algo estúpido. No tiene conciencia, por fortuna. No hay mente en la máquina, no hay presencia de ánimo. No hay nada. La verdadera cuestión es otra: ¿hasta qué punto nos dejamos engañar por las capacidades de un ordenador? ¿Sucumbimos a su magia?

    “La ciencias exactas se han convertido en la nueva religión, marginan a los no creyentes e imponen su dogma”
    XL. Sin embargo, las capacidades de la tecnología parecen infinitas… hasta el punto de que nos planteemos que la mente humana podría acabar capitulando ante la inteligencia artificial.

    D.G.
    La eficiencia de la máquina va más allá de nuestra imaginación. Pero lo mismo se puede decir de la potencia de los motores… Creemos que con la inteligencia artificial estamos ante la creación de una mente sobrenatural, que hemos dado con la piedra filosofal. En realidad, hoy seguimos sin entender qué es la conciencia. No podemos explicar la subjetividad, quizá no podamos hacerlo nunca.

    XL. Explicaciones metafísicas, espirituales o religiosas sí que las hay.

    D.G. Son totalmente insatisfactorias. Los sentimientos rigen la mente. Cuerpo y alma se reflejan el uno en el otro. La conciencia tiene dos ámbitos. uno externo y otro interno. El externo viene determinado por las percepciones, el interno por las vivencias y los recuerdos. La conciencia es a un tiempo lo visto y lo que ve, lo observado y el observador. Es como una habitación con vistas. Desde la habitación observamos tanto el mundo de fuera como el mundo privado que hay dentro. El problema es la peculiar posición que ocupamos en el interior del fenómeno que pretendemos entender.

    XL. ¿Qué papel desempeñan las humanidades en la investigación de la conciencia?

    D.G. La literatura, la poesía, el arte, pero también la filosofía y la psicología de Freud, son la llave de acceso al plano interno de la conciencia. En las universidades, cada vez se arrinconan más las disciplinas humanísticas. La presión cultural empuja a los jóvenes académicos hacia la parte científicamente objetiva, analítica, del espectro intelectual. La consecuencia es esa atrofia de la parte emocional de la existencia y del intercambio comunicativo que estamos pudiendo constatar en las redes sociales, pero también en el ámbito del arte y en el mundo del espectáculo. Antes, al ver un manuscrito o una carta, se podía apreciar fácilmente si era obra de un hombre o de una mujer. Hoy, la comunicación tiene lugar de una forma cada vez más impersonal.

    “Las emociones no se pueden mantener al margen de la comunidad. Si no, los populistas ponen voz a esos sentimientos”
    XL. Pero la humanidad ha llegado muy lejos gracias a la razón. La supremacía de la civilización occidental descansa en sus conocimientos científicos.

    D.G.
    Todo eso a lo que llamamos ‘progreso’ tiene lugar en el espectro racional de la mente. Sin embargo, hemos llegado a un punto en el que corremos el peligro de sacrificar el humanismo, que también es un logro del pensamiento occidental, en el altar de la tecnología y la devoción por la ciencia.

    XL. ¿Por eso Freud tiene tanta importancia para usted?

    D.G. Cuando era estudiante, me gustaba mucho leer a Freud. Nos mostró que podemos aprender lo que ocurre en nuestro cerebro enfrentándonos a nuestros sueños y pensamientos inconscientes. Además, Freud tenía una obsesión que a mí también me fascina. la religión.

    XL. Bueno, Freud era ateo.

    D.G. Era uno de esos ateos que no sienten indiferencia hacia Dios. El sentimiento más reprimido y ocultado en la vida pública del mundo occidental es la fe en Dios. Pero no se puede matar a Dios. En nuestro mundo mental, Dios es una concepción ampliamente extendida y al mismo tiempo reprimida. Lo que más les gustaría a los devotos de la ciencia sería eliminar a los devotos de Dios, al igual que al espectro racional de la mente lo que más le gustaría sería reprimir el espectro emocional.

    XL. Pero que tengamos el concepto de Dios no prueba la existencia de Dios.

    D.G. No, la presencia de Dios en la mente no tiene nada que ver con la existencia o no existencia de Dios. Dios no es una cosa ni una persona.

    XL. ¿Se puede explicar la mente sin recurrir a Dios o a conceptos metafísicos?

    D.G. No lo sé. Pero tampoco puedo reducir la sensación de felicidad simplemente a una serie de procesos bioquímicos o neurofisiológicos en el cerebro. En el caso de la conciencia, la ciencia materialista siempre se queda corta, falla en lo esencial. Creo que tenemos que ampliar aún más nuestro pensamiento. En los últimos 50 o 60 años, las ciencias exactas se han convertido en la nueva religión. Están tan convencidas de sí mismas que, como en su día hiciera la religión, marginan a los no creyentes, y a los que dudan los tachan de herejes e imponen su dogma. Es la última ideología.

    XL. Pero defender una nueva forma de espiritualidad o de religiosidad… ¿no es traicionar el espíritu de la Ilustración?

    D.G. No se trata de eso. Retomar a la tradición europea de formación y educación humanística no sería un rechazo al racionalismo, sino un compromiso con la radicalidad de la razón, que concibe la vida como un todo. Si estuviera en mi mano, a los científicos en ciernes les impondría un curso condensado de humanidades antes de permitirles abrir un libro sobre neurofisiología o informática. En mis cursos en la universidad trabajo con ejemplos extraídos de la literatura y el arte; la mayoría de mis colegas cree que esas cosas no pintan nada en el campo de los ordenadores. Si pretendiera hablar del concepto de Dios o del alma, probablemente la mayor parte de mis alumnos saldría corriendo. Y sería una huida de la subjetividad.

    XL. ¿Las ciencias puras han provocado una edad de hielo emocional?

    D.G.
    El ser humano científico, obediente ante el frío lenguaje del pensamiento matemático, lógico, no tiene hogar porque ha perdido su contexto vital y con él la sensación de lo propio, su identidad. Junto con la fe en Dios, esa nostalgia probablemente sea el sentimiento privado más extendido del ser humano moderno, la añoranza de un jardín del edén, un hogar que ya no existe. Queremos sentir que pertenecemos a algún sitio, adquirir seguridad como parte de un todo.

    XL. Buscar un contexto que dote al ser humano de un sentido último… ¿no representa una asunción peligrosa?

    D.G. La sensación de falta de sentido no es menos peligrosa. El dolor, la ira y la frustración pueden ser muy saludables. El lado oscuro del espíritu no se puede suprimir durante mucho tiempo.

    “A los estudiantes les impondría un curso de humanidades antes de permitirles abrir un libro de informática”
    XL. La política, por otro lado, tampoco es un asunto puramente racional. Si alguien descompone un problema en un número interminable de pequeños pasos, pierde de vista el objetivo.

    D.G
    . No tienen visión. Los políticos tienen que transmitir una visión, sin ella no hay liderazgo. El éxito de ese tirano cruel que es Donald Trump en la precampaña norteamericana evidencia que los ciudadanos esperan emociones. No votan a un ordenador. Las emociones no pueden mantenerse al margen de la vida de la comunidad. Si no, populistas como Trump les ponen voz a esos sentimientos. Todas las noches, nuestra mente nos dice quiénes somos. Y por la mañana volvemos a olvidarlo.

    * * *

    Un hombre con una misión

    Gelernter alerta. «Hemos llegado a un punto en el que corremos el peligro de sacrificar el humanismo -que, como la razón, es también un logro del pensamiento occidental- en el altar de la tecnología y la devoción por la ciencia».

    Su lucha contra APPLE




    De familia judía, David Gelernter aprendió hebreo clásico, y él se hubiera dedicado a estudiar la Torá si un pasaje del Talmud no dijera que los judíos deben hacer algo práctico en la vida. Así que se doctoró en Informática siguiendo los pasos de su padre. «Fue una decisión tonta que tomé en un arrebato».

    Apple ha preferido llegar a un acuerdo por 25 millones de dólares antes de sentarse en el banquillo

    Sin proponérselo, también emulará un pasaje de la Biblia. la lucha entre David y Goliat, a saber, entre David (Gelernter), profesor de Yale; y Apple, el gigante de Cupertino. A diferencia del duelo bíblico, los contendientes firmaron tablas el pasado julio después de más de una década de litigios.

    ¿Cómo empezó la disputa?

    En los noventa, cuando las redes sociales aún no existían, Gelernter creó un software pionero que permitía a los usuarios navegar por sus historias en un orden cronológico similar a los hilos de Twitter y Facebook. En 2001 fundó Mirror Worlds, para comercializarlo. Steve Jobs se interesó e incluso envió un correo a sus directivos en el que hablaba de «conseguir una licencia lo antes posible». No hubo acuerdo. Y la empresa de Gelernter quebró en 2004. Un año más tarde, el profesor se quejó de que Apple había copiado su idea en tres programas. Aquello no pasó de una pataleta.

    Y arranca el juicio


    Sin embargo, en 2008, un fondo de capital riesgo especializado en comprar patentes en disputa y presentar demandas (lo que se conoce en la jerga como ‘un trol de patentes’) contactó con Gelernter, que vendió su participación a cambio de un pellizco del 2 por ciento de lo que el fondo pudiera sacar… Demandaron a Apple y ganaron. Era 2010 y un juez obligaba al gigante a pagar 625 millones de dólares. Hubo apelación, que ganó Apple. Y aquello quedó en agua de borrajas. Pero otro trol más grande y con mejores abogados compró al trol chico. Son muchos los que se dedican a pescar en río revuelto… Y esta vez Apple, al que le crecen los enanos que lo llevan a juicio, ha preferido llegar a un acuerdo por 25 millones, calderilla para ellos, antes que sentarse en el banquillo y generar más publicidad negativa.




    PARA SABER MÁS


    The tides of mind: uncovering the spectrum of consciousness, de David Gelernter (2016). En inglés.


    FUENTE: David Gelernter: "Los informáticos están corrompidos por fantasías de poder" - XL Semanal
    Última edición por Kontrapoder; 17/11/2016 a las 22:13
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    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
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  4. #24
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Muy interesante la entrevista. Desde luego no son opiniones que uno suela oír en facultades de ciencias o ingeniería. Una de las afirmaciones más interesantes es ésta:

    En los últimos 50 o 60 años, las ciencias exactas se han convertido en la nueva religión. Están tan convencidas de sí mismas que, como en su día hiciera la religión, marginan a los no creyentes, y a los que dudan los tachan de herejes e imponen su dogma. Es la última ideología


    Dejando de lado que yo no recomendaría usar el término "ciencias exactas" (ya en desuso y probablemente sólo aplicable a la matemática, y dando gracias) lo que afirma ahí Gelernter es una verdad impepinable. Aunque habría que matizar que no es que algunas ciencias se hayan convertido en una religión, que sería algo absurdo, sino que la sociedad en general ha pasado a concebirlas como una especie de sucedáneo religioso. El positivismo científico y tecnológico están a la orden del día, y muchas veces defendido por individuos que en el fondo no entienden nada de éstos temas. Por supuesto, luego dirán que las creencias religiosas son "irracionales", pero lo que han leído hace una hora en el libro de Hawking, Dawkins, o el que sea, es una verdad como un templo que no admite contestación. Y encima se creerán expertos.

    Por supuesto, reitero que las afirmaciones del entrevistado me parecen muy acertadas. Habla sin tapujos de acotar el progreso tecnológico (sin duda un tabú para esa religión cientificista) y da importancia a las humanidades, despreciadas por los cientificistas. Sin duda una postura bastante refrescante, teniendo en cuenta que viene del ámbito científico-técnico, en el que suele ser hegemónico todo lo contrario, como bien deja caer Kontrapoder en su introducción.

    Otro tema es el de incluir asignaturas de Humanidades en carreras científicas-técnicas, en mi opinión más debatible. Pienso que si se diera una formación sólida en estas materias en la educación pre-universitaria (reincorporando el latín) no sería necesario tratarlo más en la carrera. Y en las circunstancias actuales es del todo inviable debido al "Plan Bolonia", que ya ha eliminado mucho contenido de las titulaciones. De todos modos, me gustaría insistir en el hecho que considero las humanidades como algo primordial en el conocimiento humano y que aborrezco el desprecio con el que suelen tratarse por muchas personas denominadas (equivocadamente, en mi opinión) "de ciencias".

    Y ya por último, me gustaría mencionar, como curiosidad por si alguien no lo sabe, que el terrorista "Unabomber" (del que el estrevistado sufrió un atentado) escribió un manifiesto (del que no puedo opinar porque no he leído) en el que cargaba contra la industrialización y el progreso tecnológico. Sin obviar que se trata de un texto escrito por un perturbado, me pregunto si contendrá afirmaciones interesantes en relación a lo que tratamos aquí.
    Kontrapoder y Pious dieron el Víctor.

  5. #25
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Cita Iniciado por raolbo Ver mensaje
    Dejando de lado que yo no recomendaría usar el término "ciencias exactas" (ya en desuso y probablemente sólo aplicable a la matemática, y dando gracias) lo que afirma ahí Gelernter es una verdad impepinable. Aunque habría que matizar que no es que algunas ciencias se hayan convertido en una religión, que sería algo absurdo, sino que la sociedad en general ha pasado a concebirlas como una especie de sucedáneo religioso.
    Muy acertado el matiz que introduces.

    Otro tema es el de incluir asignaturas de Humanidades en carreras científicas-técnicas, en mi opinión más debatible. Pienso que si se diera una formación sólida en estas materias en la educación pre-universitaria (reincorporando el latín) no sería necesario tratarlo más en la carrera. Y en las circunstancias actuales es del todo inviable debido al "Plan Bolonia", que ya ha eliminado mucho contenido de las titulaciones.
    Tienes razón. Yo había pensado más bien en una asignatura de ética, que le podría venir muy bien a ingenieros, biólogos, médicos, etc. No me refiero a una asignatura de ética general, como la que se puede dar en los institutos, sino una asignatura que aborde los retos éticos que plantea cada profesión concreta. En el caso del médico se ve más claro el interés de esto, pero pienso que también sería bueno para los ingenieros, muy particularmente los de telecomunicaciones e informática. Naturalmente, todo esto sería bueno únicamente si imperase una concepción católica; ahora que impera una concepción utilitarista, igual sería hasta contraproducente implantar una asignatura así.

    Y ya por último, me gustaría mencionar, como curiosidad por si alguien no lo sabe, que el terrorista "Unabomber" (del que el estrevistado sufrió un atentado) escribió un manifiesto (del que no puedo opinar porque no he leído) en el que cargaba contra la industrialización y el progreso tecnológico. Sin obviar que se trata de un texto escrito por un perturbado, me pregunto si contendrá afirmaciones interesantes en relación a lo que tratamos aquí.
    Yo tampoco he leído el manifiesto de Unabomber. Sí he leído algún párrafo que ocasionalmente alguien ha pegado en los foros para apoyar su argumentación, y parece que dice cosas interesantes, pero con un toque de fanatismo propio del perturbado que no me anima mucho a leer su manifiesto, por el momento. Me parece que Unabomber va en una línea de anarquismo primitivista que en el fondo poco tiene que ver con la crítica humanista de la tecnolatría. Claro que esto realmente es opinar sin haberlo leído, por intuición, con lo que quizá tendría que leerlo para opinar con fundamento.
    raolbo y Pious dieron el Víctor.
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    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

  6. #26
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Yo tampoco llamaría a Unabomber (o Theodore Kaczynski, porque a fin de cuentas ese apodo se lo puso el FBI) perturbado. Era un hombre de grandísimo intelecto, un matemático superdotado, incomprendido por la sociedad. En su Manifiesto (que yo tampoco he llegado a leer nunca entero) hacía una hábil crítica al izquierdismo y su actitud infantiloide, así como a los conservadores. Aquí dejo un enlace para el que quiera leerlo:
    La Sociedad Industrial y su Futuro : Manifiesto de FC (Unabomber)

    Saludos en Xto.
    raolbo dio el Víctor.
    «¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
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  7. #27
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Cita Iniciado por ReynoDeGranada Ver mensaje
    Yo tampoco llamaría a Unabomber (o Theodore Kaczynski, porque a fin de cuentas ese apodo se lo puso el FBI) perturbado. Era un hombre de grandísimo intelecto, un matemático superdotado, incomprendido por la sociedad. En su Manifiesto (que yo tampoco he llegado a leer nunca entero) hacía una hábil crítica al izquierdismo y su actitud infantiloide, así como a los conservadores. Aquí dejo un enlace para el que quiera leerlo:
    La Sociedad Industrial y su Futuro : Manifiesto de FC (Unabomber)

    Saludos en Xto.
    Estoy, en parte, de acuerdo contigo ReynoDeGranada. Y es que Kaczynski siempre me ha despertado sentimientos contradictorios. Es evidente que es alguien que se enfrenta a algunos de los dogmas del mundo moderno, aunque en mi opinión derivando hacia un anarquismo primitivista (como dice Kontrapoder) debido, seguramente, a que no tuvo la misma base doctrinal que nosotros. Obviamente, también me inspira simpatía y admiración el hecho de que fuera, en su juventud, un matemático eminente.

    De todos modos, yo creo que sí es un perturbado. No es el primer matemático que se vuelve loco (tenemos antes de él los célebres casos de Gödel y Cantor, por ejemplo) y sospecho que tampoco será el último. No se puede justificar que mandara cartas bomba asesinando a tres personas e hiriendo a muchas más, por mucho que fuera un incomprendido. Ese argumento es peligroso, muchas veces se utiliza desde sectores progres para eximir a los delicuentes de afrontar las consecuencias de sus actos, diciendo que son una consecuencia de la sociedad. Aunque, obviamente, no es tu caso.

    Y respecto a su Manifiesto (que me propuse leer pero nunca he llegado a hacerlo), yo mismo he afirmado que quizá tenga cosas interesantes, aunque probablemente habrá que cogerlo con pinzas debido a que Kaczynski no tiene la cosmovisión que se defiende aquí.
    Kontrapoder dio el Víctor.

  8. #28
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Rescato un mensaje de Burbuja en el que se hace una crítica de la tecnolatría imperante. A veces en el fango se encuentra alguna perla. Aunque con un lenguaje informal, describe bien el sentimiento que algunos experimentamos y penetra en el fenómeno de la tecnolatría que conduce a la globalización:

    -----------------------


    Creo que los avances tecnológicos, aparte de por su utilidad, deben valorarse por lo que realmente aportan en términos de felicidad.

    Y con internet no podemos negar que se ha follado nuestro mundo a tantos niveles que parece que hayamos entrado de lleno en esas películas de apocalipsis futurista.

    En términos prácticos... la mejora de productividad supone una nueva forma de esclavitud digital, donde, por ejemplo, vas al médico y no te puede escuchar a la vez que teclea lo que le vas diciendo y acaba reventado y dándote una mierda de atención. Lo mismo para el 100% de los trabajadores que tienen delante una pantalla. ¿De verdad se ha mejorado la productividad? Llegan al trabajo, encienden, el brillo les hipnotiza, miran su correo y ya se les ha ido la pinza para el resto del día. El tiempo pasa a una velocidad de vértigo, leer y responder un email consume y cansa el triple que la breve llamada que se hacía antes, donde además se escuchaba a la otra persona, sus matices, se la saludaba, se bromeaba, se tejían lazos, se disfrutaba.

    Creo que nunca se va a valorar lo suficiente el daño que los ordenadores e internet han traído para quedarse para siempre en este sentido. La calidad de vida laboral ha caído al nivel de trabajos forzados. Si esto lo hubieran empezado a hacer los rusos con sus deportados a Siberia, el mundo entero clamaría conta la tortura que daña su salud y su mente. La cantidad de malestares y enfermedades que causa el pasar tanto tiempo sentado delante del ordenador tampoco hace falta decirlo. Se están forrando los oftalmólogos, los traumatólogos, los fisios, los otorrinos, los osteópatas, etc.

    A nivel económico, unos pocos se enriquecen como nunca al disponer de un mercado global, y la mayoría se empobrece al tener competidores en los 6.000 millones de humanos que trabajan por un cuenco de arroz. El nivel de estrés competitivo que esto causa tampoco es mesurable, es devastador. Al mundo se viene a ser feliz y vivir relajado, y tal estrés y tal competencia no hay quien los soporte. Se te ocurre una idea y ves que ya se le ha ocurrido a otros mil en Asia y que lo van a hacer mejor que tú porque están dispuestos a trabajar 24h al día por la centésima cantidad de dinero.

    Y a nivel social, pues qué decir. El apocalipsis. La vida, el centro de la vida, se ha desviado de la realidad a la pantalla. No me extiendo más porque ya está explicado y sabido. No sé si la vida volverá a ser igual, si la capacidad de abstraerse del móvil, la mensajería y comunidades virtuales volverá alguna vez o el presente será siempre un segundo plato comparado con lo que ofrece el aparato. Creo que se va a redefinir la vida, lo que es correcto, lo que es aceptable, lo que es normal. No sé cómo van a acabar las parejas en las que ellas son totalmente adictas y se van a aburrir siempre con sus novios y maridos los dos solos. Y ellos también, pero algo menos. La adicción de las chicas es alucinante. Y los cabreos y piques que generan, las rupturas de relaciones, increíble. Se lo llevan todo por delante. A esto no le veo solución sino al revés, evolucionará a más, habrá mayor integración de las redes sociales a través de implantación en el propio cuerpo, lentillas, etc. Me gustaría vivir lo suficiente para saber en qué acaba esta historia de la adicción a las redes sociales. Y

    Y otra cosa importante que se ha cargado es la ilusión que antes suponía viajar. Era esa sensación de aventura, de escape, de que podías cambiar tu vida si te ibas a un país nuevo del que sabías muy poco. Esa sensación era acojonante, maravillosa (si era voluntaria, no por emigración por necesidad). Ahora el mundo no tiene misterios. Ni siquiera el idioma. Es el bostezo, ir a un parque temático de cartón piedra. Yo viví unas aventuras que hoy ya son imposibles.

    Todo esto ha ido restando felicidad en muchos aspectos. Es algo de lo que nunca se va a hablar, yo solo digo que se era más feliz en 1985 que ahora. Y que este factor, el de la felicidad, nunca va a estar en las ecuaciones sobre la rentabilidad e interés de la informática e internet.

    FUENTE: Burbuja.info - Foro de economía - Ver Mensaje Individual - Sociedad: ¡Devolvednos nuestro futuro! La música Alt-Right

    -----------------------

    Me parece muy interesante la parte que he resaltado en negrita. Efectivamente, Internet crea un mercado global donde tenemos que competir con cualquier persona de cualquier país que tenga ordenador (y a día de hoy casi todos los trabajos se hacen con ordenador); pronto con los mismos ordenadores, alimentados por la inteligencia artificial que obtienen de nuestras acciones on-line, que en el fondo constituyen un trabajo no remunerado.

    Los movimientos políticos que están contra la globalización, ya sean de izquierdas o de derechas, no tratan este problema. Al contrario, suelen ser muy entusiastas de Internet y hasta le otorgan un papel redentor. Pero la realidad es que Internet está intrínsecamente ligada al fenómeno de la globalización. No es coherente clamar contra la globalización mientras uno presume de comprar cacharritos chinos --y pronto hasta el dentífrico-- en Amazon, o mientras vuelca toda su actividad política en redes sociales estadounidenses que atentan contra nuestra soberanía y no pagan ningún impuesto en España. Estos movimientos antiglobalización deberían empezar a tratar estos problemas y no quedarse en las cuatro consignas superficiales.
    raolbo, Trifón y Pious dieron el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

  9. #29
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Exconectados: ¿algo más que una moda?

    Publicado el 18 noviembre, 2016 por Pepe Boza

    Beatrice, nos manda un artículo de Irene Hernández Velasco en El Mundo que no tiene desperdicio y que conecta perfectamente con nuestro post anterior: «Desconectados: la nueva tribu urbana que abandona internet para abrazar la vida real». Se trata de unos cuantos “autistas” que han decidido dejar de serlo. De unos cuantos “ciberzombies” que han resucitado.

    En apariencia no deja de ser uno de esos reportajes de “tendencias” relacionadas con la moda o el modo de vivir que es la moda aplicada a la vida, pero está lleno de aciertos en su lenguaje y en su planteamiento, en forma y en fondo; y constituye a mi juicio –en este caso sí– una tendencia, un indicio de que las cosas están cambiando, de que surgen voces discrepantes al ciberoptimismo hegemónico, de que la realidad puede finalmente ganarle la partida al márquetin y el hombre a la máquina. Un síntoma de una enfermedad social, de un cansancio ante una opresión que puede llegar a ser agobiante, de una búsqueda de alternativas vitales y físicas a la nanidad virtual de muchas de nuestras conexiones. Existen personas reales, jóvenes, que han nacido ya con la tecnología –ya saben: los mal llamados nativos digitales– como las citadas en el artículo que «voluntariamente, han decidido poner freno a la vorágine de internet y hacerle un corte de mangas a eso de la hiperconectividad. Unos marcianos que han resuelto aparcar la vida virtual para dedicarse a vivir la vida real». Hablamos, dice la periodista de personas que «sentían que estaban perdiéndose la vida de verdad, ésa que tiene lugar fuera de la pantalla. Veían como los tentáculos de la web y de las redes sociales les estaban arrastrando a la adicción, y decidieron echar el freno antes de que fuera demasiado tarde. Hablamos de gente de entre 25 y 49 años, de la clase alta, universitarios, que se movían como pez en el agua por la web y que un buen día decidieron salir de Facebook y de Twitter y limitar su uso de internet al mínimo y a aspectos muy concretos» y prácticos.

    ¿Por qué?


    Primero: No les gusta el tipo de relación que la red y las redes imponen
    «Cuando paso por una terraza y veo a dos personas sentadas la una frente a la otra mirando cada uno su móvil me pongo malo. Estamos perdiendo las conversaciones, las relaciones cara a cara, lo auténtico, lo natural. Nos venden que gracias a las redes sociales estamos cada vez más conectados pero mi sensación es la contraria: creo que nos aíslan, nos hacen cada vez más individualistas».

    Segundo: el navegar muy a menudo nos lleva a naufragar y, además está vigilando el Gran Hermano:

    «Me conecto lo justo. Consulto lo que me interesa y basta, no pierdo el tiempo saltando de una página web a otra. Además, le doy mucha importancia a la protección de mis datos. Todos sabemos que en internet hay un inmenso negocio con los datos de los usuarios»

    Tercero: no pasa nada. Se puede vivir conectándose pero sin estar conectado

    «Mis amigos saben que no tengo redes sociales ni Whatsapp, así que cuando quieren contactar conmigo me llaman. No es tan difícil». « Al revés: la gran paradoja es que los desconectados sienten que reconectan con el mundo real»

    Cuarto: la cosa se estaba convirtiendo en una adicción superficial e inútil:

    « Sentía que internet me estaba esclavizando, que era una relación parasitaria que afectaba a mi dinámica familiar. Sentía saturación tras horas y horas navegando a la deriva, saltando de una página a otra sin ton ni son, viajando de un hipervínculo a otro, en apariencia haciendo de todo pero en el fondo no haciendo absolutamente nada, porque con mucha frecuencia la información que obtenemos después de un día pegados a la pantalla es dispar, en ocasiones contradictoria y no tardamos en olvidarla»

    Quinto: la red te enreda.

    Hace tan sólo 10 años, Internet era una herramienta de consulta. Uno se hacía una pregunta y sólo después buscaba la respuesta en la red. Pero hoy la dinámica ha cambiado por completo. El tiempo vacío se ha llenado de paja. Muy a menudo es internet quien formula las preguntas, robándole al individuo nuevos marcos de referencia. Internet es omnipresente porque está activo siempre y en todas partes. Al ocupar gran parte de nuestra vida, hace que con frecuencia descuidemos a las personas a nuestro alrededor”.

    Sexto: la obsesión por mantener un perfil, puede llegar a bloquear tu vida

    Soy la chica que lo tuvo todo y quiero decirte que tenerlo todo en las redes sociales no significa nada en tu vida real. He dejado que se me definiera por los números y lo único realmente me hacía sentir bien era conseguir más seguidores, más megustas, más repercusión y visitas. Nunca era suficiente“. (Essena O’Neill, una bloguera australiana que contaba con 500.000 seguidores en Instagram, 20.000 en Snapchat y 250.000 en YouTube y que, el año pasado, decidió acabar con la obsesión de perfección que marcaba su vida)

    Séptimo: compartir es trabajar gratis para otro que es el que gana dinero.

    «Cuando el usuario medio abre su teléfono o su navegador, todo responde a la misma lógica subyacente: enviar información a no se sabe muy bien quién y recibir información de no se sabe muy bien quién. Compartir. Pero cuando compartimos somos trabajadores sin salario para un jefe anónimo, generamos contenido para las plataformas y, por tanto, tráfico y visitas. Esa vorágine engancha». «La nueva red ya no es una herramienta al servicio de la humanidad, sino un sistema que pone a la humanidad a su servicio».


    (Los testimonios son de David Marcian, cineasta y Enric Puig Punyet, Doctor en Filosofía y escritor, autor de La gran adicción. Cómo sobrevivir sin internet y no aislarse del mundo (Editorial Arpa) un libro que acaba de ver la luz –y que nos aparesuraremos a leer y reseñar aquí– y en el que relata los casos de varias personas que, como él, han decidido desconectarse de la red no por romanticismo, sino por salud mental y calidad de vida. También tiene una web que se dedica a estudiar el fenómeno de la red y sus efectos relacionales: Instituto Internet)

    Referencias
    Artículo de El Mundo completo
    Institut Internet | Institut per la normalització social d'internet i les noves tecnologies
    La Gran Adicción, Enric Puig, Arpa editorial

    FUENTE (Blog muy recomendable en general): Exconectados: ¿algo más que una moda? | Medioambiente simbólico
    Hyeronimus, raolbo, brua y 1 otros dieron el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

  10. #30
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Bendito progreso técnico...

    Los trenes de mercancías tardan tres horas más que hace un siglo en enlazar Zaragoza y Valencia

    El abandono de la línea, de vía única y con velocidad limitada, y la falta de plantilla eternizan los trayectos.

    Jorge Alonso. Zaragoza
    Actualizada 12/12/2016 a las 10:29

    Un tren de vapor, a punto de partir de la estación de Teruel en 1935. ATAF

    Los trenes de mercancías tardan hasta tres horas más en cubrir el trayecto entre Zaragoza, Teruel y Valencia que cuando se completó el trazado de la línea en 1933. Si el viaje más rápido en una locomotora de vapor duraba entonces 7 horas y 23 minutos, el trayecto se alarga ahora a 10 horas y 23 minutos para los convoyes cargados de coches de General Motors (GM) que se dirigen al puerto. Las severas restricciones de explotación y las limitaciones de velocidad por el deplorable estado de conservación de la línea se unen a las esperas para los preceptivos cambios de maquinistas, lo que explica que los viajes se eternicen en la actualidad.

    El puerto de Valencia lamenta el grave problema de competitividad que afecta al corredor ferroviario, ya que a los prolongados horarios se unen "las probabilidades de que los mercancías se vean obligados a parar si llueve porque patinan". En este sentido, señalaron que asegurar la fiabilidad en la cadena logística es imprescindible para atraer carga al ferrocarril, como también destaca la DGA.

    En la actualidad, dos compañías explotan servicios de mercancías por la línea de Teruel. Renfe se encarga dos días a la semana de llevar vehículos de la factoría de GM al puerto de Valencia, un viaje que comienza en Grisén a las 8.10 y acaba a orillas del Mediterráneo a las 18.33. El estado de la línea y las propias características del convoy limitan su velocidad máxima a 80 kilómetros por hora, un inconveniente que se suma al de las largas esperas: el tren está parado 212 minutos en Teruel para el cambio de maquinistas y otros 27 minutos repartidos por otras terminales de la línea para dejar pasar a los viajeros, que tienen prioridad a tratarse de una vía única.

    Ni siquiera cuando sube vacío consigue ser mucho más rápido, ya que tarda nueve horas y catorce minutos. En este caso, la parada en Teruel para el cambio de maquinistas se reduce a 68 minutos, pero la que tiene que hacer en Caminreal para que pueda pasar un regional se alarga 124 minutos. Y aún tiene que perder otros 31 minutos en otras estaciones para apartarse y dejar expedita la vía única para los pasajeros.

    Por su parte, Continental Rail transporta una vez a la semana contenedores entre los puertos de Bilbao y Valencia, con parada en Plaza. Esta compañía, al no cambiar de maquinistas, logra hacer el trayecto desde la plataforma logística a Silla (Valencia) en 6 horas y 52 minutos. Eso sí, no se libra de las paradas para dejar pasar a los convoyes de viajeros. En esas esperas pierde 43 minutos. Los efectos de los recortes

    Los recortes del Ministerio de Fomento han afectado directamente a la línea. Y no solo por el hecho de reducir a la mínima expresión las obras conservación, sino por cerrar estaciones para ahorrar personal. Esto provoca una importante limitación horaria que condiciona aún más el tráfico de los mercancías. Como no cuenta con un sistema de control de tráfico centralizado (CTC), la circulación se regula desde las terminales que se mantienen abiertas. Y como solo hay dos turnos de trabajo, los trenes deben acomodarse a esta realidad: solo pueden pasar de seis de la mañana a las diez de la noche.

    Tras años de reivindicaciones, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) adjudicó la pasada primavera el sistema de comunicaciones tren-tierra para el tramo pendiente, los 182 kilómetros que separan Zaragoza y Teruel, lo que permitirá gobernar toda la línea desde el Portillo.

    Esto hará más operativa la línea al suprimirse los largos tramos de vía única (cantones) en los que no pueden cruzarse trenes por el hecho de que las estaciones estén cerradas, sin personal. Pero aún habrá que esperar hasta finales de 2017 para que se haga realidad.

    La política de ahorro también llevó a Renfe a cerrar la residencia de maquinistas de mercancías de Teruel hace más de seis años, lo que también tiene consecuencias directas en la explotación: los profesionales de Zaragoza llevan los trenes cargados de coches hasta Teruel y se vuelven en un regional, mientras que los compañeros que deben acabar el trayecto hasta el puerto tienen que llegar en otro regional desde Valencia. Con los horarios existentes, las demoras se alargan hasta lograr que un convoy del siglo XXI tarde más que una locomotora de vapor en el primer tercio del siglo pasado.

    FUENTE: Los trenes de mercancÃ*as tardan tres horas más que hace un siglo en enlazar Zaragoza y Valencia | Noticias de Aragón en Heraldo.es
    Última edición por Kontrapoder; 12/12/2016 a las 20:50
    raolbo y Pious dieron el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
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  11. #31
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Una vida libre de tecnologías de la información y la comunicación (TIC)

    15 diciembre, 2016 de Tania

    Tendréis que pasar cerca de las sirenas que encantan a cuantos hombres se les acercan. ¡Loco será quién se detenga a escuchar sus cánticos pues nunca festejaran su mujer y sus hijos su regreso al hogar! Las sirenas les encantarán con sus frescas voces. Pasa sin detenerte después de taponar con blanda cera las orejas de tus compañeros, ¡qué ni uno solo las oiga!. Tu solo podrás oírlas si quieres , pero con los pies y las manos atados y en pie sobre la carlinga , hazte amarrar al mástil para saborear el placer de oír su canción.
    La Odisea.



    Va siendo necesario empezar a crear espacios y relaciones libres de móviles, redes sociales, “me gustas”, fotos e internet. Ello quizá suponga estigmatizar el uso de TIC como si de consumo de heroína en público se tratara. Al igual que hay casas okupas que ponen aquello de “espacio libre de drogas” habrá que crear “espacios libres de TIC”. Bien, eso hay que ponerlo sobre la mesa. Empezar a exigir a las amistades que cuando estén con nosotros no miren el móvil ni contesten mensajes. Explicar a la gente que eso es una falta de cortesía y de educación. Sí, que son unos maleducados (o bien educados en el capitalismo actual). Hay que volver a las buenas costumbres de la soledad reflexiva y la compañía enriquecedora que estos dispositivos y redes nos han robado. Nos han robado la convivencia y sin convivencia no hay nada. Es la muerte del yo y del colectivo, la muerte de la psique y de la comunidad.

    Como ratones en una jaula, adictos a un nuevo fármaco o droga en experimentación, así estamos.

    Las necesidades que suplen son reales, son evolutivas: la necesidad de aceptación del grupo, de estatus, de reconocimiento y de comunicarnos con el otro. Pero al igual que la llamada de teléfono no puede sustituir al hablar cara a cara, el mensaje de WhatsApp no puede sustituir a la capacidad de concretar una cita hablando. No estamos adaptados para este tipo de comunicación que crea enfrentamientos artificiales de las maneras más tontas y malos entendidos. Son, pues, herramientas que crean conflictos en lugar de solucionarlos.

    Hay que empezar a decir con valentía “No, no tengo facebook”, “No, no tengo WhatsApp” e incluso los más atrevidos y revolucionarios “No, no tengo teléfono móvil” o “No, no tengo internet en casa, solamente en el trabajo”. Porque de eso se trata, si hay que usarlos en el trabajo, se usan durante el horario laboral, pero, ¿cómo es posible que hayamos dejado entrar a la empresa en casa y en nuestras relaciones sociales? Esto es una revolución pendiente. Un proceso de descolonización y de desintoxicación en toda regla, con su respectivo combate y síndrome de abstinencia. Prepárate para atarte al mástil, como Ulises frente a las sirenas. Y que no te seduzcan ni las grandes compañías de telecomunicaciones ni las falsas alternativas que pretenden usar el móvil para todo, incluso para la “autogestión”, la “participación” y la “transparencia”. Alguna sirena que otra pensará: “Sí, sí, rebeláos, organizad hasta vuestra propia moneda alternativa virtual, vuestras asambleas, vuestros espacios comunales. Eso sí, el móvil con internet usadlo, usadlo mucho”.

    Prepárate para la incomprensión.

    Yo, me declaro en guerra, en primer lugar conmigo misma, con la mujer adulta de 36 años adicta a estas tecnologías y que ha perdido la capacidad de vivir sin ellas, como hizo hasta los 20 años de edad. ¿Cómo es posible que nos hayan engañado tanto? ¿Es que acaso antes la vida no existía? ¿Es que acaso antes no éramos capaces de quedar un grupo de amigos para vernos? Claro que sí, nos llamábamos unos a otros y hablábamos para citarnos a una hora y en un lugar. Cada tecnología te roba algo que antes eras capaz de hacer sin ella. Y cuando digo “roba” es que hay una parte de tu cerebro, de tu forma de pensar y sentir, de tu corazón y pensamiento, que ya no usas o, peor aún, usas de una forma diferente. Lo que no se usa se atrofia. Así que sí, te estás convirtiendo en un robot y ni siquiera te has dado cuenta. Adiós, ser humano. Bienvenida, pequeña máquina estandarizada conectada en red.

    FUENTE [comentarios igualmente muy interesantes]: Una vida libre de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) | Las Interferencias
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  12. #32
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Rusia y Estados Unidos entorpecen la prohibición de los robots asesinos

    Las delegaciones de las dos mayores potencias militares muestran reticencias acerca de la creación de un grupo de expertos gubernamentales para establecer la hoja de ruta que impida el desarrollo y despliegue de los sistemas letales autónomos.

    15 diciembre 2016, 00:35



    José Bautista
    redaccion@lamarea.com

    GINEBRA// Los dos países más pesados del tablero geopolítico, EEUU y Rusia, no tienen prisa por prohibir las armas capaces de matar sin tutela humana. Este miércoles se celebró el encuentro informal y de carácter técnico que debía decidir las fechas, financiación y forma en que los estados firmantes de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales sentarán las bases legales acerca de las armas autónomas letales, coloquialmente conocidas como robots asesinos. Faltan dos días para que acabe la cita y, de momento, sigue el vaivén de delegaciones, reuniones y debates.



    Al inicio de la semana, los 123 países ratificantes de la Convención -incluida España- mostraron sus posturas oficiales acerca de esta polémica tecnología militar y su futura situación legal, fuera del limbo actual a falta de regulación y prohibición internacional. Ningún país reconoce abiertamente haber utilizado robots armados y autónomos sobre el campo de batalla, pero las potencias con posiciones más ambiguas son al mismo tiempo las más punteras en materia de tecnología militar: Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia, además de Israel, Corea del Sur e India. Washington sí ha desplegado sistemas armados capaces de operar de forma autónoma en Afganistán y Pakistán -no está probado que los haya programado para matar sin autorización humana-, mientras que Israel habría desarrollado una aeronave autónoma capaz de localizar y estrellarse contra su objetivo.

    Las organizaciones bajo el paraguas de la Campaña para detener los robots asesinos (Campaing to Stop Killer Robots) y otras instituciones independientes abogan por la prohibición absoluta de estos sistemas de matar, que debe consumarse en un Grupo de Expertos Gubernamentales (GEE) que construya la base jurídica y conceptual necesaria. La mayoría de las delegaciones se muestra a favor de este primer paso, pero a las potencias mencionadas se suma un pequeño grupo de países que prefieren posponer el debate o, a lo sumo, crear un GEE descafeinado.

    Durante la discusión sobre el borrador del texto, financiación, rango y calendario para el GEE, Estados Unidos presentó enmiendas y Egipto mostró reticencias, mientras que Rusia se mostró desde el principio reacia a esta idea. China acepta crear el GEE, pero le resta ambición y no quiere prisas. Reino Unido le quita peso y ve innecesario crear nuevas normas para unas armas que “quizás nunca existan”.

    “Es más fácil parar algo antes de que pase que tratar de lidiar con las consecuencias posteriores”, dijo a La Marea Jody William, galardonada con el Nobel de la Paz por su lucha para la prohibición de minas antipersona y bombas de racimo, quien además forma parte de la Campaña para detener los robots asesinos. Una fuente diplomática conocedora del plan de Rusia explica que Moscú está tratando de construir una idea propia sobre los robots asesinos de acuerdo a sus propios académicos y expertos. La lista de 19 países totalmente opuestos al desarrollo de robots asesinos creció en la tercera jornada de esta semana -se unieron Argentina, Panamá y Perú, 13 latinos en total-, y hubo intervenciones directas de Cuba y Nicaragua para definir un calendario concreto en el acto.

    Este jueves los corrillos y reuniones bilaterales seguirán dando forma al acuerdo final, mientras la agenda oficial trata de, entre otros temas, prohibir el uso de ciertas bombas en zonas con alta densidad poblacional. En paralelo, por cuarto día consecutivo, más de treinta representantes de organizaciones independientes y centros de investigación seguirán informando a las delegaciones sobre los riesgos éticos, jurídicos y técnicos de las armas autónomas.

    Este viernes las delegaciones publicarán el documento consensuado que pondrá fin a la Quinta Conferencia de Examen de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales, nombre oficial de la cita.

    La Marea
    puede cubrir este evento desde Ginebra gracias a las personas suscritas a este medio 100% propiedad de sus lectores y trabajadores. Súmate a este proyecto y recibe su revista mensual. Más información aquí.

    FUENTE: Rusia y Estados Unidos entorpecen la prohibición de los robots asesinos | lamarea.com
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  13. #33
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Interesante artículo sobre las redes sociales y cómo han propiciado la transformación de Internet en algo parecido a la telebasura, solo que personalizada. Ruego a los lectores que se abstraigan de las menciones a Trump o al cuestionable término de "posverdad". Este autor iraní ya hablaba así de Internet mucho antes de que Trump se presentase a las elecciones; las críticas que formula son muy acertadas y coinciden con lo que mismo vengo comentando desde hace años. No es un cantamañanas que se haya cabreado con Internet porque haya salido Trump. El artículo menciona a Neil Postman, un sociólogo ya fallecido cuya lectura recomiendo (aquí podeis encontrar fragmentos de alguna de sus obras).
    __________________



    Las redes sociales se han vuelto una mala versión de la tele que nos impide pensar

    Internet cambió mucho en los seis años que pasé en la cárcel. Ahora los contenidos se basan en las emociones, no en la crítica. Están diseñados para entretenernos, no para que nos cuestionemos nada.


    Hossein Derakhshan, 20/12/2016

    Si le digo que las redes sociales ayudaron a Donald Trump durante las elecciones, puede que le vengan a la mente las noticias falsas de Facebook. Pero incluso aunque Facebook arreglara los algoritmos que promueven las historias falsas, hay otro factor en juego: la televisión tiene el predominio absoluto sobre otros medios de comunicación en las noticias que aparecen en redes sociales.

    Llevo advirtiendo de esto desde noviembre de 2014, cuando fui liberado tras seis años de encarcelamiento en Teherán (Irán), un castigo que me fue impuesto por mi activismo en línea en Irán. Antes de ingresar en la cárcel, escribía mucho sobre sobre lo que ahora llamo la web abierta: un concepto descentralizado, enfocado en el formato texto y repleto de enlaces a materiales fuentes y un rico contexto. La web abierta fomentaba la diversidad de opiniones. Estaba relacionada con el mundo de los libros.

    Entonces me desconecté durante seis años. Pero cuando salí de la cárcel y volví conectarme a internet, me encontré un mundo muy distinto. Facebook y Twitter habían reemplazado a los blogs y convertido internet en una especie de televisión: centralizado y enfocado en imágenes, con contenidos incrustados en fotos y sin enlaces.


    Crédito: Sarah Mazzetti.


    Al igual que la tele, ahora internet nos entretiene e incluso potencia nuestros ideales y hábitos, incluso más que en su día lo hacía la caja tonta. Más que pensar, internet nos hace sentir, y nos reconforta más de lo que estimula nuestra autocrítica. El resultado es una sociedad profundamente fragmentada, impulsada por emociones y radicalizada por la falta de contacto y de refutaciones externas. Por eso el Diccionario Oxford seleccionó el término "posverdad" como la palabra del año 2016. Este adjetivo "se refiere a circunstancias en las que los hechos objetivos son menos influyentes a la hora de dar forma a la opinión pública que las apelaciones a las emociones".

    Neil Postman proporcionó algunas pistas sobre esto en su revelador libro de 1985, Amusing Ourselves to Death: Public Discourse in the Age of Show Business (Entreteniéndonos hasta la muerte: El discurso público en la era del mundo del espectáculo). Este académico experto en medios de comunicacion de la Universidad de Nueva York (EEUU) ya observó entonces cómo la televisión transformaba el discurso público en un intercambio de emociones volátiles que los encuestadores confunden regularmente con opiniones. Uno de los resultados más terroríficos de esta transición, escribió Postman, es que la televisión acababa convirtiendo todas las noticias en desinformación.

    "La desinformación no significa informaciones falsas, sino informaciones engañosas. Son informaciones fuera de lugar, irrelevantes, fragmentadas o superficiales... Informaciones que generan la ilusión de conocer algo pero que de hecho le aleja a uno del conocimiento.... El problema no es que la televisión nos presente temas entretenidos sino que todos los temas son presentados como entretenidos".

    Y, como argumentó Postman, cuando las noticias se construyen como forma de entretenimiento, inevitablemente pierden su función para una democracia sana. El experto continúa:

    "Esto es mucho más grave que solo ser privados de informaciones auténticas. Estoy diciendo que estamos perdiendo nuestra comprensión de lo que significa estar bien informados. La ignorancia siempre es corregible. Pero, ¿qué haremos si confundimos la ignorancia con el conocimiento?".

    El problema con el internet actual, con menos textos e hipertextos (enriquecidos con hipervínculos), no solo es que comparta muchos de los males de la televisión sino además introduce otros males nuevos. La diferencia entre la televisión tradicional y la forma de televisión que se ha reencarnado como redes sociales es que este última es un medio personalizado. La televisión tradicional aún conlleva cierto elemento de sorpresa. Lo que se ve en las noticias televisivas aún es definido por profesionales humanos, y aunque ha de resultar entretenido para justificar su cara producción, aún tiene probabilidades de hacer que nos cuestionemos algunas de nuestras opiniones (es decir, emociones).

    Las redes sociales, en cambio, emplean algoritmos para fomentar la comodidad y la complaciencia, puesto que su modelo de negocio al completo está construido para maximizar el tiempo que pasen los usuarios en ellas. ¿A quién le gustaría quedarse en un espacio donde todos parezcan mostrar actitudes negativas, antipáticas y de desaprobación? El resultado es una proliferación de emociones, una radicalización de esas emociones y una sociedad fragmentada. Esto es muchísimo más peligroso para la idea de una democracia fundada sobre la noción de la participación informada.

    ¿Qué se puede hacer ahora? Desde luego, el alza de Trump no se explica solo por una tecnología o un argumento centrado en los medios de comunicación. El fenómeno tiene raíces en más aspectos; los medios y la tecnología no crean nada, sólo tergiversan, desvían e interrumpen. Sin la creciente desigualdad, la menguante clase media y los empleos amenazados por la globalización no habría ni Trump, ni Berlusconi, ni Brexit. Pero tenemos que dejar de pensar que cualquier evolución de la tecnología es inevitable y natural y por tanto beneficiosa. Para empezar, necesitamos que haya más textos que vídeos para seguir siendo animales racionales. La tipografía, como describe Postman, es mucho más capaz de comunicar mensajes complejos que provoquen la reflexión. Esto significa que deberíamos escribir y leer más, hacer más hipervínculos, ver menos television y menos vídeos, y pasar menos tiempo en Facebook, Instagram y YouTube.

    Si no podemos resistirnos, y si los algoritmos no nos ofrecen opiniones diferentes o contrarias, deberíamos buscarlas activamente. Podemos seguir a personas o páginas que no aparezcan en nuestras sugerencias. También podemos confundir sus algoritmos al darle un "Me gusta" a lo que nos disgusta, para que disponer de flujo de informaciones más diverso. Podemos instar a las redes sociales para que divulguen algunas características de sus algoritmos para hacerlos personalizables. Y debemos empezar a reaccionar a los contenidos con la mente y no con el corazón. Lo que necesitamos no son botones de Me gusta/No me gusta, sino opciones de Estoy de acuerdo/No estoy de acuerdo o Confío/Sospecho.

    Nuestros hábitos y emociones nos están matando a nosotros y a nuestro planeta. Resistámonos a su atractivo letal.

    *Hossein Derakshan es autor, analista de medios y artista de interpretación iraní-canadiense que vive en Teharán (Irán). Puede encontrar su último proyecto, una exploración de la intersección del arte escénico y el periodismo en @talkingtagsart

    FUENTE: Las redes sociales se han vuelto una mala versión de la tele que nos impide pensar - MIT Technology Review
    Última edición por Kontrapoder; 21/12/2016 a las 22:41
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    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    ‘Phono sapiens’, enganchados al móvil

    Javier SalasMás de 10 min.

    En 2007, Steve Jobs deslumbró al mundo con un aparato llamado iPhone. Una década después, los teléfonos inteligentes se han propagado por el globo. Más de un cuarto de la población mundial se conecta a Internet a través del móvil. La existencia del ‘Phono sapiens’ es un hecho. Algunos han empezado a “desintoxicarse”. Muchos no pueden dejarlo.

    Sábado 24 de diciembre de 2016

    DE PRONTO, la pequeña mano de mi hija, que aún no había cumplido dos años, golpeó con rabia mi teléfono. No recuerdo si tecleaba un e-mail de trabajo o un tuit irrelevante, pero no noté que se acercaba con sus pasos inseguros hasta que le dio un manotazo al móvil, mirándolo con furia. Había hecho una torre con piezas de madera y ese cacharro se interponía entre su creación y el aplauso de su padre. En ese instante, me atravesó un sentimiento de culpa, de bochorno. ¿Cómo he sido capaz? ¿En qué momento he perdido el norte? Desde entonces, me propuse hacer dieta de smartphone estando en familia, una dieta que he observado con el rigor que imaginan. Seguramente, casi cualquiera de los 2.000 millones de usuarios de móviles que hay en el planeta puede contar una anécdota similar, donde la víctima de la falta de atención sea uno mismo o su pareja, un padre, los colegas de clase o hasta el jefe.

    Hace poco, la revista médica ‘The lancet’ definió la ‘whatsappitis’: una dolencia en muñecas y pulgares

    Nos llegan noticias de países que instalan señales luminosas en el suelo para evitar los atropellos y las caídas a los andenes de los usuarios de móviles que andan mirando hacia la pantallita. Problemas de cuello por doblarlo hacia el aparato e incluso una nueva dolencia en muñecas y pulgares, reseñada en la revista médica The Lancet como whatsappitis. Otros trabajos muestran que cada vez ejercitamos menos la memoria, que los jóvenes están perdiendo atención, que ya no sabemos orientarnos porque nos dejamos en manos de Google Maps. Que nos llevamos el aparato a la cama y, con sus luces, torturamos al cerebro perjudicando el ciclo natural del sueño. Pero, más allá de las noticias, ¿estamos enganchados al móvil? ¿Son solo problemas personales puntuales o nos está afectando como sociedad?

    Hablar de un adicto al móvil es un asunto muy controvertido. En la última versión del reconocido DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, no se ha admitido como trastorno la adicción a Internet, menos aún la del teléfono inteligente, a pesar de que existen profesionales que lo diagnostican y lo tratan.

    2.000 millones de usuarios en el mundo están conectados a Internet a través del teléfono móvil

    “Todavía no podemos hablar de adicción, que se limita a las sustancias químicas, con la única excepción del juego con apuestas”, puntualiza Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco. Algunos especialistas sortean este problema terminológico hablando de uso abusivo, que se definiría por la pérdida del control sobre la conducta, con consecuencias indeseadas graves. “Para mí, esa es la prueba del algodón de un problema de carácter psicopatológico”, resume Echeburúa, que es de quienes creen que es “indudable” que hay un uso inadecuado que a veces reclama que intervengan los especialistas. Reconoce que no hay suficiente investigación en este campo como para hablar de porcentajes de población afectada, ya que los estudios hasta ahora no abarcan grandes muestras ni cuentan con definiciones consensuadas del problema. “Empezamos a ver abuso tanto en adultos como en jóvenes, pero nos centramos más en estos porque preocupa que no tienen un desarrollo cerebral, emocional y vital completo”. “Con una vida inestable, en formación, hay más riesgo”, señala el catedrático.

    Los estudios que tratan de identificar la gravedad y el tamaño del problema hablan de cuadros de ansiedad en estudiantes que pasan horas y horas atrapados por la atención del cacharro. De adolescentes con síntomas depresivos cuando se les veta el acceso a su mundo digital. De jóvenes que abandonan sus estudios y cuya dependencia psicológica hacia el aparato provoca deterioro familiar. De problemas de agresión, fobia, trastornos del sueño, soledad y aislamiento social. En la revista pediátrica JAMA, de la Asociación Médica de EE UU, se publicó hace poco un estudio que alertaba de los trastornos de sueño que provoca el hábito de casi todos los adolescentes de dormir junto al móvil sin desconectar: insomnio, trastornos alimenticios, bajas defensas. Muchos de estos estudios se hacen en Asia, donde la tecnología tiene una presencia más intensa. Como en España, que está a la cabeza en cuota de penetración de smartphones en el mundo: gracias a la predisposición de la gente y a una política comercial muy favorable, casi 9 de cada 10 móviles españoles son inteligentes. Y en España se ha realizado alguno de los estudios sobre este problema, como el publicado este verano y centrado en alumnos de la ESO de Barcelona, que atribuía uso problemático de Internet al 13,6% de la muestra y al 2,4% respecto del smartphone. En este trabajo participó Xavier Carbonell, de la Universitat Ramon Llull, especialista en este asunto, pero muy escéptico sobre la prisa que tenemos por señalar adicciones. “Es imposible ser adicto a un aparato, solo a una conducta, como el juego patológico: lo que pasa con los smartphones es que la conducta es más accesible y así el refuerzo se produce antes”, asegura Carbonell. Y desarrolla una metáfora para explicarse: “Puedes consumir heroína por la nariz o en vena. Si te la pinchas, el refuerzo es más intenso, pero el problema no está en la jeringa”. Muchos de los casos graves que se están encontrando en las consultas tienen que ver con jóvenes que se pinchan apuestas online con el móvil. Carbonell es crítico con el papel desempeñado por los medios en la difusión de supuestas adicciones. Pero sí reconoce que hay que tomar “medidas higiénicas y de psicoeducación” para aprender a usar bien los móviles dentro de unas pautas saludables. Y señala una paradoja importante: la misma sociedad que reprocha el exceso de pantallas es la que nos empuja a usarlas. Y cita una vivencia que le contó un alumno: “Cuando estoy con mi madre, me echa en cara que pase todo el rato atendiendo el móvil. Cuando estoy fuera de casa, enseguida se alarma si tardo en responder a sus mensajes”.

    El grado de empatía entre universitarios ha caído por la pérdida del contacto cara a cara

    Conviene recurrir a la psicología social para dar contexto. Cada nueva tecnología, desde la imprenta hasta la televisión, ha generado un rechazo previo que tiende a considerar un trastorno el cambio de hábitos que genera. Es gracioso observar ahora que ya se empezaba a agitar el miedo de la adicción a los móviles (incluso en estudios científicos) hace una década, cuando los rocosos Nokia solo servían para mandar SMS. ¿Quién se cree que aquellos ladrillos pudieran crear adicción? Hasta Sócrates consideraba la escritura un hábito malsano porque debilitaba la memoria y el pensamiento. El Quijote se reía de los trastornos que podía provocar el exceso de lectura, del mismo modo que la serie británica Black Mirror nos advierte de las distopías que podrían estar descargándose desde nuestros dispositivos. Pero también es cierto que, a lo largo de la historia, muy pocas veces hemos estado tan apegados a un objeto. Concentra innumerables fuentes de ocio, de placer, de obligaciones laborales y sociales. Es una versión reducida de nosotros, de nuestras relaciones y aspiraciones. Proyectamos tal atención sobre el aparato que llegamos a sentir que vibra en nuestro bolsillo. Varios estudios han analizado cómo respondemos a la privación del móvil: cuando se nos encomienda una tarea y el móvil está recibiendo notificaciones sin que podamos consultarlas, somos incapaces de concentrarnos en condiciones por culpa de la ansiedad que nos provoca, e incluso se han descrito síntomas de hiperactividad. Es normal, dado que el 90% no nos separamos del dispositivo más de un metro en todo el día. El tic de nuestra era es desbloquear el móvil sin motivo: lo hacemos entre 80 y 150 veces al día, cada muy pocos minutos. En los semáforos, ya nadie se hurga la nariz: miramos el móvil para ver si hay alguna novedad desde la anterior parada. No hace falta que nos implanten un chip, como en las pelis futuristas, porque somos cíborgs baratos: ya nos encargamos nosotros de no separarnos del chip sin necesidad de intervención para clavarlo bajo la piel.

    El tic de nuestra era es desbloquear el móvil: lo hacemos de 80 a 150 veces al día

    Poco después del manotazo de mi hija, The New York Times publicó un revelador artículo de Sherry Turkle, investigadora del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT): era un alivio saber que hay especialistas dedicados a analizar cómo está afectando el abuso de móviles en aspectos menos tangibles que un episodio de ansiedad, pero quizá más permanentes. El artículo de Turkle era un resumen de su último libro, En defensa de la conversación, que acaba de publicarse (disponible en España en febrero de 2017, editado por Ático de los Libros) y que es una llamada de atención tras tres décadas empleadas en conocer cómo nos afecta la tecnología, reseñando investigaciones propias y ajenas: “El más inquietante para mí es el estudio que mostraba una caída del 40% en la empatía entre los estudiantes universitarios en los últimos 20 años, medida con pruebas psicológicas estándar; una disminución que sus autores atribuían a que tienen menos contacto directo cara a cara los unos con los otros”, escribe Turkle. En el libro se plantea la importancia de ese contacto entre los humanos para desarrollarnos en plenitud, algo esencial en el crecimiento de los menores. En sus trabajos, la investigadora del MIT descubre que los chavales que más tiempo dedican a sus móviles han perdido capacidad de empatizar porque no reconocen los matices en la cara de una persona: los sentimientos nos hacen mostrar en el rostro una riqueza de expresiones que algunos adolescentes ya no saben descifrar. La buena noticia es que estos mismos jóvenes recuperan esa capacidad innata después de un campamento sin móviles. Ya sabemos lo malo que es para el desarrollo de los niños crecer sin que se les hable a la cara, sin escuchar permanentemente voces que les apelan, que les llenan el cerebro de expresiones faciales y orales. Y también relata cómo está perjudicando a las relaciones personales, acostumbrados a mantener conversaciones de baja intensidad mientras toqueteamos el smartphone, por culpa del multitasking. El silencio incómodo que obligaba a pensar qué decir a un desconocido está a punto de desaparecer para siempre de nuestras vidas: basta con sacar el móvil. Según Turkle, vivimos en un tiempo paradójico: “Tratamos a las máquinas casi como si fueran humanas y desarrollamos hábitos que nos hacen tratar a los seres humanos casi como máquinas. Regularmente ponemos a las personas en pausa en medio de una conversación con el fin de revisar nuestros teléfonos. Y cuando charlamos con individuos que no nos prestan atención, es una especie de preparación para hablar con máquinas que no comprenden. Como la gente nos da menos, hablar con las máquinas no parece tanta pérdida”.

    Según el CIS, el 90% de los españoles usan este dispositivo que ha cambiado la vida cotidiana del país para el 46% de los encuestados. El año pasado se convirtió por fin en el principal modo de acceso a Internet en España. Y generalmente lo hacemos por medio de las 30 aplicaciones que tenemos de media en nuestros smart*phones, según el último informe de la Fundación Telefónica.

    ¿Qué hacen estas apps por nosotros y qué nos obligan a hacer? Al margen del beneficio que obtienen de nuestros datos, la economía de la atención diseña estas herramientas para reclamar nuestro tiempo con trucos de tragaperras. Cada vez que miramos el móvil se está produciendo un fenómeno muy conocido en psicología denominado refuerzo intermitente. “Hay experimentos en ratas que nos muestran cómo funciona. Si cada vez que aprietan una palanquita reciben comida, se produce el refuerzo de ese comportamiento. Así, cada vez que se encuentren una palanca, se sentirán impelidas a presionarla de manera automática, sin capacidad para modificar el comportamiento”, explica Helena Matute, catedrática de Psicología Experimental de la Universidad de Deusto. “Si se introduce el azar y no sabemos exactamente qué sorpresa vamos a recibir, el refuerzo es mucho mayor. Eso engancha todavía más. Es lo que sucede con las tragaperras”. Y es exactamente el principio en el que se basa el vicio del móvil: cada vez que lo miramos hay algo. Puede ser bueno (un me gusta) o mejor (que te haya pedido amistad alguien que te interesa). Cada vez que entramos en una app estamos tirando de la palanca para ver qué nos toca: un e-mail de trabajo, un chiste simpático en Twitter, una foto de la persona que nos atrae en Snapchat. Como dicen los especialistas, ya no se trata de ganar, sino de seguir en la “zona de la máquina”, una especie de vórtice que nos atrapa en un bucle hipnótico sin fin. Así es como nos enganchamos al móvil, con el mismo truco que activa la ludopatía: incluso con el sonido de las notificaciones, como antaño las máquinas de juego, que son un condicionamiento digno del perro de Pávlov.

    “El ‘smartphone’ ha desdibujado la frontera entre ocio y trabajo”


    “Es comida basura tecnológica”, resume Tristan Harris, un extrabajador de Google embarcado en la misión de romper el círculo vicioso de la economía de la atención. Harris ha lanzado la iniciativa Tiempo Bien Empleado (Time Well Spent) para que los desarrolladores de aplicaciones dejen de “aprovechar las vulnerabilidades psicológicas de la gente”. ¿Cuántas veces cogemos el móvil para hacer una cosa útil y cuando lo soltamos ha pasado media hora y no hemos hecho lo que íbamos a realizar? Cada vez que tiramos de la palanca en Facebook perdemos 20 minutos, pero las monedas caen en la bandeja de Mark Zuckerberg. Esa es precisamente la función primordial de todas las aplicaciones, retenernos en contra de nuestra voluntad para ganar dinero, y Harris niega que se trate de una responsabilidad personal, cuando “hay mil personas al otro lado dedicadas a quebrarnos la voluntad”. Su objetivo: que los programadores firmen una especie de juramento hipocrático que les obligue a dejar de usar trucos de psicología para manipular a la gente.

    Hacemos muchas cosas con el móvil, pero este también nos obliga a realizar muchas más. La tecnología nunca es neutra”, resume Amparo Lasén, socióloga de la Universidad Complutense que trabaja en cómo las nuevas tecnologías influyen en los afectos y las relaciones. “Se ha generado un apego porque lo necesitamos. Si nos genera ansiedad dejarlo en casa es porque nuestra madre nos puede llamar o porque es fundamental para nuestro trabajo”, añade. Hay un reproche social por estar todo el día conectados, pero es bastante común recibir un e-mail de trabajo a las diez de la noche de un domingo. Y lo que es peor: un 25% de los españoles reconocen usar WhatsApp para cuestiones laborales, según un CIS reciente. Con la doble confirmación azul de esta aplicación es más difícil ignorar una ocurrencia extemporánea del jefe. “Mucho del estrés extremo, del que provoca incluso muertes por trabajo, está causado por los móviles”, advierte Carbonell. La oleada de suicidios provocados por la presión empresarial ha obligado a plantear el “derecho a la desconexión digital” en la contestada reforma laboral francesa. Además, en muchas empresas es fundamental que los trabajadores sean habilidosos en redes sociales o que cuenten con una legión de seguidores para vampirizarla. Según Lasén, “se ha desdibujado por completo la frontera entre ocio y trabajo”. Y el móvil es el pasapurés en el que se prepara esa papilla.

    Nueve de cada diez españoles con 'smartphone' no se alejan de sus teléfonos más de un metro en todo el día


    Eric Schmidt, de Google, expresó su propia preocupación al señalar que ya ni en los aviones podía leer tranquilo porque ahora tienen wifi. “*Schmidt hizo este comentario al mismo tiempo que promocionaba su libro, que celebra, incluso en su subtítulo, cómo la tecnología va a remodelar a la gente”, critica Turkle. Las ideas de Harris de respetar el tiempo y la atención de los usuarios no cuajaron en las plantas nobles del buscador cuando se las planteó a sus jefes. Por eso, Turkle insiste en su libro: “Ten presente el poder de tu teléfono. No es un accesorio. Es un dispositivo psicológicamente poderoso que cambia no solo lo que haces, sino quién eres”. Hace una década, Steve Jobs aseguró que ese aparato que blandía, el iPhone, iba a cambiarnos para siempre. Pienso en que tenía mucha razón mientras consulto la app de la guardería para saber si mi hija ha dormido siesta. Cuando no la duerme es más probable que se ponga como una fiera. Es importante que lo mire.

    FUENTE: 'Phono sapiens', enganchados al móvil | Documentos | EL PAÃS Semanal
    Última edición por Kontrapoder; 26/12/2016 a las 01:09
    raolbo y Pious dieron el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Agresividad, hiperactividad, déficit de atención o mal humor: efectos de las pantallas en los niños - ReL

    Prestigioso neuropsicólogo infantil: "Es imposible que la televisión no atonte"
    Prestigioso neuropsicólogo infantil: “Es imposible que la televisión no atonte”

    Nacho Calderón, neuropsicólogo con casi 25 años de experiencia, que ha tratado a miles de niños en España y EEUU, advierte del peligro que para el equilibrio del pequeño representa la televisión, internet y los dispositivos móviles.

    El neuropsicólogo Nacho Calderón / Youtube
    El neuropsicólogo infantil Nacho Calderón, con casi 25 años de experiencia, advierte de los perniciosos efectos que los teléfonos móviles y tabletas tienen sobre los niños. Desde un aumento de la agresividad a la hiperactividad.

    A continuación, reproducimos la entrevista realizada por Javier Lozano en Religión en Libertad:

    – Hay un gran debate en torno a las tablets, móviles y sobre el abuso que se hace de las pantallas, ¿regalando estas Navidades dichos dispositivos estamos haciendo bien o en realidad estamos perjudicando a los niños?


    Si el niño tiene menos de 14 años al regalarle un dispositivo digital de pantalla ya sea tablet o móvil estamos creando un perjuicio y si no lo medimos puede ser grave. Yo les insisto mucho a los niños cuando me vienen antes de los 14 años que lo que más importante para el desarrollo cerebral y neurológico es el juego, es lo que mejor desarrolla el sistema nervioso. Y cuando están delante de una pantalla están perdiendo tiempo de juego y les hago darse cuenta de que cuando cumplan 14 años, aunque no existieran móviles o no existieran pantallas, ya no van a jugar más.

    Jugamos muy poco tiempo de nuestra vida. Si ese poco tiempo que tienen para jugar que es vital para su desarrollo neurológico lo pierden delante de una pantalla no lo van a poder recuperar nunca. ¡Es una perdida tan grave la que están sufriendo los niños hoy en día por culpa de las pantallas en cuanto al tiempo de juego! Es gravísimo el perjuicio que les estamos haciendo.

    – Pero, ¿por qué es tan importante que los niños jueguen? ¿Qué perderían al no jugar?



    – El juego es importante porque permite desarrollar habilidades y relaciones entre los elementos que luego van a necesitar en su vida adulta. En el juego un niño tiene que desarrollar habilidades de solución de problemas. Por ejemplo, tengo un palo y una cuerda, ¿qué puedo hacer? Estoy jugando al pilla-pilla y tengo que encontrar a mis amigos, ¿qué estrategia voy a seguir? En el juego simbólico voy a imaginarme que soy un vaquero, que soy un enfermero, son formas de relacionarme con aquello que me estoy imaginando. Si me quitas esto me vas a hacer llegar a la edad adulta sin haber puesto en práctica determinadas formas de relación y determinadas resoluciones de problemas cuya única forma de alcanzarlas es mediante el juego.


    – ¿Por qué cree usted que existe este boom por las pantallas no solo en las familias sino también entre los pedagogos?



    – Por una razón muy sencilla, porque tienen enormes posibilidades educativas…Pero lo que ocurre es que esas posibilidades si tuviéramos un poco de paciencia e imaginación serían muy fácil que las desarrolláramos sin esos elementos. Es más fácil y más rápido recurrir a la tablet. Yo no digo que tengamos que prohibirlas del todo, sobre en centros educativos. Debe ser un elemento más pero no el único elemento. Como elemento aislado puede ser útil pero de vez en cuando. Lo que no podemos hacer es solamente enseñar a leer a través de la literatura sino que hay que hacer muchos juegos, no puedes enseñar matemáticas solamente con una calculadora. Por eso, no puedes enseñar únicamente ahora con un dispositivo electrónico de pantalla porque entonces estás arruinando la educación.


    – A tenor de su experiencia y sin ir a los casos más extremos, ¿qué efectos reales puede tener este abuso de las pantallas?


    – Efectos reales que estamos notando en la clínica en niños considerados sanos: niños que han tenido una infancia más o menos normal cuando aparece una tablet o un móvil en su vida dejan el juego y comienzan a ser más agresivos hacia el entorno y más agresivos contra sus padres. Punto uno. Pierden la capacidad de juego y por tanto pierden empatía. Cambia mucho el humor. Punto dos.

    Tienen dificultades para conciliar el sueño. Las tablets y los móviles emiten una luz llamada ‘luz azul’ que tiene un efecto similar al de la cafeína en el sistema nervioso y hace que aumenten los tiempos de vigilia. Los niños tardan más en conciliar el sueño, duermen menos y consecuentemente tienen menos atención porque lo que más afecta a la atención es la falta de sueño.

    Además la luz azul provoca un nivel de estimulación al sistema nervioso tan alto que el niño va a requerir ese tipo de luz para mantener la atención. De tal forma que cuando el niño esté delante del profesor, al no emitir éste esa luz azul le va a costar atenderle, va a estar a otras cosas y se va a distraer con más facilidad. Los móviles y tablets están generando déficit de atención con hiperactividad.


    – Y yendo a los casos más extremos…



    – Yendo a los casos más extremos llegaríamos por supuesto a problemas graves de conducta, muy muy graves de agresividad, de aislamiento social, niños que ya solo saben vivir a través de la pantalla. En casos en los que hay una patología previa como puede ser el autismo se pueden dar casos graves donde la desconexión con el ambiente es máxima y problemas de aislamiento muy muy graves.


    -El abuso de las pantallas, ¿acentúa los síntomas de un síndrome o puede provocar uno?


    -Buena pregunta. No, la pantalla no te va a crear un síndrome de Asperger o te va a hacer autista sino que va a agravar los síntomas de esos síndromes. Pero en personas que a priori no son diagnosticables de nada, que no tienen una patología determinada sí va a generar problemas de conducta que en su grado máximo sí van a ser diagnosticables de aislamiento social, agresividad…


    – ¿Cómo se puede revertir esta situación?



    – La forma de conseguirlo es educando a los padres en el perjuicio que estos elementos están creando para que así sepan racionalizarlos. ¿Cuál es el nivel racional? El nivel racional es el uso de pantallas tipo tablet o móvil exclusivo para educación y hasta entonces nada más, eso es lo racional.

    Frente a esa postura existe la posición de que estos dispositivos están en la sociedad, y no puedes prohibirlo porque el niño va a convertirse en un niño raro. Entonces a lo que nos están enfrentando es: ¿usted que quiere tener, un niño raro o un niño mediocre? Si por raro se entiende un niño que no ve la pantalla y que lee, que no ve la pantalla y que juega, que no está absorto en la pantalla y tiene una relación normal con los demás yo quiero que mis hijos sean raros porque si ser normal es ser mediocre yo esto es lo último que quiero para mis hijos.


    – Usted trabaja entre Estados Unidos y España. ¿Existen diferencias significativas entre países o es muy similar a nivel global?



    – Existen diferencias muy significativas entre distintos países. En EEUU el uso de las pantallas ha alcanzado unas proporciones absolutamente increíbles. Aquí un niño está de promedio, según las estadísticas, dos horas y media delante de la pantalla. En EEUU superan las cuatro horas y media diarias. En México es raro que un niño de 6 años no tenga su propia tablet. Hablo de todos los niños, también en los niveles socioeconómicos tienen tablet a los 6 años. Son introducidos en la pantalla mucho antes y abusan de ella mucho más por su cercanía con EEUU.

    En España nos estábamos salvando. Los padres hasta hace poco tenían muy claro que los niños antes de los 14 años no debían tener móvil. Hoy en día desgraciadamente el teléfono móvil y la tablet están siendo el regalo estrella en la primera comunión, con ocho o nueve años, y me temo que incluso la edad está bajando.


    – Pasamos ahora a la televisión. ¿Es cierto el dicho de que la televisión atonta?



    Sí, claro. Es imposible que la televisión no atonte. La televisión siempre se la ha llamado la caja tonta y no porque la caja sea tonta sino que los tontos son los que están delante. Hace muchos años cuando tenía 12 años vi un programa en la televisión que se llamaba ‘La Clave’ y el programa trataba sobre la televisión, sobre sus beneficios y perjuicios, hablo de 1978. Llevaron a un filósofo que no recuerdo su nombre y no tenía televisión. Le preguntaron por qué no tenía televisión. Y dijo: ‘porque me quita mucho más de lo que me da’.

    Esa frase sigue siendo cierta hoy con todos estos dispositivos. Y es muy importante pensar qué nos da la televisión y que nos está quitando…


    – Llegan los Reyes Magos y se bombardea a los niños con regalos, ¿qué opinión le merece como experto?



    – Llevo años con una campaña intentando convencer a los Reyes Magos de que el número máximo de regalos que puede soportar un niño de una manera sana son cinco en total en todas las navidades. Si superas el máximo de cinco regalos en total, incluyendo los regalos que dejan en casa de los abuelos, en casa de los padrinos, que dejan en nuestra casa, el niño va a desarrollar un síndrome que es el síndrome de lo “merezco todo”. Este síndrome genera niños que son bastante difíciles de soportar. Es muy grave porque los niños en general son deliciosos, muy agradables y divertidos pero cuando generan el síndrome de me lo merezco todo porque los Reyes les han traído más de cinco regalos ya no son tan divertidos, ya no son tan simpáticos, ya no son tan agradables. Es una lástima.


    – La colección de sus libros se llama ‘Educar con sentido’ al igual que su blog. ¿Qué es para usted educar con sentido?



    – Dejamos el nombre abierto abierto, sin cerrarlo. Lo que quiero es que los padres respondan a qué sentido quieren dar a la educación de sus hijos, que piensen qué sentido doy al educar. Yo cuando escribí los libros pensaba en educar con sentido católico, con sentido crítico, con sentido del humor, con sentido de futuro… pero cada padre debe decidir que cuando educo qué sentido doy a la educación de mis hijos.


    – ¿Y el sentido común dónde lo dejamos?



    – Desde mi punto de vista hoy en día no existe. Podíamos hablar de sentido común hace 40 o 50 años cuando la sociedad era una sociedad muy homogénea. Cuando un niño bajaba a la calle y hacia algo que estaba mal le podía regañar el portero, el quiosquero, le podía llamar la atención cualquiera porque había un sentido común y los padres agradecían esa labor.
    Hoy en día la sociedad es tan heterogénea, está tan mezclada de diferentes visiones que ya no hay algo que podamos llamar común, por eso no hablamos de sentido común.


    – En sus libros insiste en el respeto y las normas en la educación pero en la actualidad ambas palabras no están muy de moda. ¿Cree que este hecho está creando pequeños dictadores?



    – Claro. Lo que ocurre es lo siguiente: el niño al nacer en pocos meses va a descubrir que hay normas, que hay cosas que puede hacer y que no puede hacer y si intenta meter los dedos en el enchufe sus papás le van a decir “no” y si intenta a hacer algo que pueda poner en peligro su vida sus papás le van a decir “no”.

    Pero llevas razón en que hoy en día a parte de esas cosas apenas se dice que no a los niños. El niño cuando descubre que hay cosas que se pueden hacer o no se pueden hacer va a intentar enseñar a los padres que es lo que pueden hacer ellos y lo que no pueden hacer. Va a intentar él poner sus normas. Si los padres son demasiado laxos en las normas o les da miedo educar, el niño se va a ocupar de hacerlo. Yo siempre digo que en los primeros seis años de vida alguien va a quedar educado. Lo adecuado es que al final de los seis años de vida el niño esté educado pero si el niño no ha sido educado los padres van a ser muy obedientes.
    Kontrapoder, raolbo y Pious dieron el Víctor.

    Todo el mundo moderno se divide en progresistas y en conservadores. La labor de los progresistas es ir cometiendo errores. La labor de los conservadores es evitar que esos errores sean arreglados. (G.K.Cherleston)

  16. #36
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Un caso real en relación con lo que veníamos comentando sobre la automatización de los trabajos:



    En Japón la inteligencia artificial comienza a hacer el trabajo de los oficinistas



    Hasta ahora la automatización de procesos de fabricación había sido protagonista en la introducción de máquinas en segmentos industriales y empresariales, pero ahora los robots y la inteligencia artificial han comenzado a hacer su entrada en trabajos "no manuales".
    Es el caso de la empresa de seguros Fukoku Mutual Life Insurance, que comenzará a utilizar la plataforma "IBM Watson Explorer" este mes para sustituir la labor de 34 administrativos que escaneaban documentación de registros hospitalarios para establecer pagos y posibles fraudes.

    La IA, a la conquista del trabajo en oficinas

    La empresa se gastará 1,7 millones de dólares en instalar el sistema y además pagará 128.000 dólares en mantenimiento, un gasto elevado que no obstante le permitirá ahorrar 1,1 millones de dólares en salarios gracias al uso del software de IBM. En dos años esperan por tanto haber rentabilizado esta inversión.


    Ese retorno económico no será la única ventaja del sistema de inteligencia artificial, que según los responsables de la implantación permitirá incrementar la productividad en un 30%. El sistema de IBM ya se había utilizado incluso para analizar la reacción de los clientes ante un sistema de atención al cliente automatizado como este, pero ahí era donde la inteligencia artificial aprendía y se adaptaba para mejorar esa atención.
    Este tipo de proyectos para reemplazar trabajadores "de cuello blanco" (que no hacen trabajo manual más típicos de cadena de montaje, sino trabajos más administrativos) por sistemas automatizados se están haciendo cada vez más populares. Otras tres empresas de seguros japonesas están evaluando estos sistemas, y una firma Israelí, Lemonade, ha invertido 60 millones de dólares para "sustituir a los brokers y el papeleo con robots y aprendizaje máquina".

    https://www.xataka.com/robotica-e-ia...os-oficinistas
    --------------

    Lo que llama más la atención es que la sustitución se ha llevado a cabo en un trabajo no manual, cuando la idea generalizada que tienen algunos es que las máquinas sólo pueden sustituir a los que realizan trabajos manuales. Nadie está exento, por lo que vemos.

    Por lo demás, supongo que cada vez oíremos hablar más de eso de la "Renta Básica Universal", porque algún sustento necesitarán darles a las masas de desocupados crónicos que se van a generar. Y, a la vez, éstos se creerán afortunados por recibir esos "regalos" (clientelismo puro) por lo que su fidelidad al orden establecido será (aún más) perruna. Dos pájaros de un tiro, me parece a mí...
    Kontrapoder y Pious dieron el Víctor.

  17. #37
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    ¿Cómo hemos pasado de la persuasión publicitaria a la manipulación a través de la red?

    La persuasión publicitaria ha dejado paso a la manipulación mediante la Red. Foto: Shutterstock.

    José Manuel Pérez Tornero, 1 enero, 2017

    A mediados del siglo XX, cuando Vance Packard escribió su influyente libro Los Persuasores ocultos (1954), casi nadie podía esperar que sesenta años después la persuasión publicitaria iba a ser prácticamente irrelevante. Y que lo decisivo sería la manipulación través de la red.

    De poco sirvió que la industria publicitaria llegara a desarrollar las técnicas de persuasión más sofisticadas. Ni que llegara a convertirse en uno de los fundamentos más sólidos del sistema capitalista y de la sociedad de consumo. Nada iba a impedir que, a principios del siglo XXI, la persuasión publicitaria dejara paso a la época de la manipulación de la vida cotidiana mediante la Red.

    Cambio de escenario

    En poco tiempo, hemos pasado de un escenario en el que las personas estaban asediadas por el discurso publicitario a otro en el que la persona vive inmersa plenamente en una burbuja tecno-mediática en la que todas sus acciones, además de ser monitorizadas constantemente, pueden ser manipuladas. Veníamos de un contexto de persuasión extrema y llegamos a otro de manipulación intensiva.

    En este nuevo escenario convergen dos factores decisivos: a) la instalación de un sistema de supervigilancia y de captación de datos privados de enorme potencia y de alcance planetario; y b) un desarrollo invasivo de la inteligencia artificial que utiliza el análisis de una enorme cantidad de datos para influir en nuestra conducta.

    Esta transformación radical del escenario nos obliga a replantearnos tanto la tradición del pensamiento crítico en relación con la persuasión publicitaria como la pedagogía crítica que depende de ella. Para hacerlo, vale la pena tratar de conocer el contexto del cambio que estamos viviendo.

    La época de la hegemonía del discurso publicitario

    Durante el siglo XX y después la segunda guerra mundial, el desarrollo económico capitalista se organizó en torno a dos procesos: la producción industrial masiva, por un lado, y la inducción hacia el consumismo mediante la persuasión publicitaria. Ambos procesos iban de la mano, se complementaban y se realimentaban.

    Los señores de la producción, aplicando sistemáticamente la división industrial del trabajo y los principios del fordismo, lograron crear una enorme cantidad de bienes a precios relativamente bajos. Pero para hacerlos consumir por las masas necesitaban cambiar la vida cotidiana de millones de personas y reformar su imaginario.Esta doble función fue cumplida a la perfección por un discurso publicitario cada vez más invasivo y cada vez más sofisticado en sus métodos de persuasión. La operación fue descrita, entre otros, por Stuart Ewen en su famoso Captains of Consciousness: Advertising and the Social Roots of the Consumer Culture (1976), Henri Lefevbre, con su famosa demolición crítica de la vida moderna, y Jean Baudrillard, con su análisis de la sociedad de consumo.

    Para consolidar este discurso publicitario, la industria aprovechó los conocimientos adquiridos en la psicología –especialmente el conductismo y los estudio sobre las masas– el psicoanálisis, las técnicas de comunicación subliminal y hasta las prácticas estéticas y artísticas más de vanguardia, entre otros. De este modo, los mensajes publicitarios se hicieron cada vez más seductores y la maquinaria persuasiva se hizo más eficaz.

    El discurso publicitario se consolidó universalmente y se instaló firmemente en los hábitos sociales. Durante años, los creativos publicitarios se dedicaron a construir mensajes persuasivos. Y los ciudadanos se acostumbraron a ese discurso y empezaron a asumirlo de un modo dócil y obediente.

    Vida mediática y vida real


    Pero la instalación del discurso publicitario se hizo sobre un principio normativo y práctico: la clara distinción entre la vida mediática –es decir, la que dedicaba a los medios de comunicación– y la vida real, en la que actuaba con su entorno físico y social, sin apenas mediación tecnológica.

    La primera, la vida mediática, tenía que ver con el discurso, la comunicación y con el imaginario. La segunda, la vida real, con la vida práctica y la acción.

    El discurso publicitario se configuró, así, como el espacio del sentido en el que los mensajes y la capacidad de persuasión o seducción eran esenciales. Tan esenciales como la capacidad de interpretación dócil o crítica por parte del destinatario.La acción, por su lado, se relacionaba con el ámbito de la conducta autónoma, la no mediada, la que sucedía en el mundo real. Esta distinción era la norma y la práctica. La publicidad se admitía porque solo se ejercía en la vida mediática. Y la que hacía “aceptable” el discurso publicitario era que no llegaba a manipular o condicionar físicamente la acción práctica. Se admitía, pues, aunque fuera de mala gana, que el receptor era libre y autónomo y que podía, o no, aceptar las propuestas de la publicidad.

    Aceptando esa división, era lícito que los mensajes publicitarios –según los intereses de la industria publicitaria– se insertaran, del mejor modo posible, en el ámbito de los medios y del discurso. En ese contexto, las técnicas de persuasión eran decisivas. Consistían en mecanismos de comunicación y de construcción de sentido, es decir, en un trabajo semiótico. Los mensajes publicitarios tenían la función de sostener, mediante argumentación o emoción, determinadas propuestas que modificarían la mente de las personas. Y esa modificación tenía que actualizarse posteriormente –es decir, dar lugar a ciertos comportamientos– en la vida real. Pero la publicidad no debía violentar en ningún caso las conductas fácticas de las personas, no era, de hecho, más que persuasión. La persuasión, el discurso, era una cosa, y la determinación de la vida práctica, otra bien distinta. La determinación de la conducta por procedimientos más expeditivos estaba así proscrita del sistema.

    La crítica de la publicidad

    Instalada así la persuasión publicitaria masiva, los críticos del consumismo y de la publicidad se ocuparon en tratar de discernir y desvelar los sistemas de persuasión de los mensajes persuasivos publicitarios. Se centraron, pues, en el discurso. Trataban de denunciar las falsedades, mentiras, o errores que pudiesen contener. Pero, sobre todo, intentaban desvelar los mecanismos ocultos o subliminales que utilizaban para comunicar valores o estructuras de sentido.

    A esta tarea se dedicó buena parte de la semiótica crítica y del análisis del discurso. Esta fue la base de la crítica estructural a la publicidad de Roland Barthes y Umberto Eco, con sus críticas a la mitología consumista, o a los mensajes subliminales, por parte de Erving Goffman y otros.

    La pedagogía crítica del discurso


    En el aspecto educativo, el pensamiento crítico ante la publicidad derivó en una pedagogía crítica del discurso publicitario. Esta pedagogía invitaba a los estudiantes a practicar la lectura crítica de los anuncios y mensajes publicitarios. Y les proponía leer de modo alternativo. Es decir, a descubrir no solo el mensaje propuesto explícitamente por el anunciante, sino a desvelar lo no dicho, su sentido oculto, sus estrategias persuasivas y sus trampas.

    Era, pues, una pedagogía basada en la lógica de la argumentación, pero también en la semiótica narrativa. Sobre todo, era un análisis crítico de los valores consumistas. El ideal de esa pedagogía era habilitar en los estudiantes la capacidad crítica ante los mensajes persuasivos, su capacidad de discernimiento y su resistencia ante los discursos imperativos.En este contexto se aprovecharon todos los avances de la teoría crítica de la recepción y los estudios culturales defendida por Stuart Hall entre otros.

    Pero, pese a sus buenas intenciones y metodologías, la industria publicitaria siempre se mostró más poderosa, más eficaz y más determinante que cualquier esfuerzo crítico y que cualquier pedagogía crítica. De nada valió el esfuerzo sostenido, la más de las veces, por el voluntarismo de los académicos y del profesorado. Y poco ayudó, por supuesto, la incomprensión –o abandono– de las autoridades políticas y su interés en desregular en todo lo posible el discurso publicitario.

    El resultado fue una industria publicitaria cada vez más poderosa y un público cada vez más sometido, a veces, de modo dócil y complaciente, a la publicidad.

    El momento de ruptura

    Pero a finales del siglo XX se empezó a consumar el proceso de instalación de un nuevo escenario: el de la manipulación intensiva de la conducta.

    Con la llegada de la sociedad de la información, se empezaron a producir algunas rupturas decisivas que iban a socavar no solo la función de la publicidad tradicional, sino la del sistema crítico que se había organizado ante ella. Rupturas que habría de favorecer la instalación de un nuevo sistema de organización de la economía capitalista: la manipulación directa de la vida cotidiana a través de la red.

    La primera gran ruptura se produjo mediante una operación de envergadura: la sistemática confusión entre vida mediática y vida real.

    Conforme aumentaba el tiempo de vida dedicado a los medios –un proceso que se experimenta desde finales de siglo XX–, la vida real se fue reduciendo. Y, de hecho, tienden a confundirse realidad y virtualidad. Se inicia, prácticamente, una auténtica ocupación de lo real por lo virtual. Muchas de las experiencias reales –no artificiales– se van traspasado al mundo en red: las relaciones sociales, las compras, la educación, etc. El movimiento no ha hecho más que empezar.

    Primera consecuencia: el mundo virtual es más manipulable y programable y las defensas del ciudadano ante sus recursos son más débiles. El mundo virtual, constituido por el predominio de la Red, empieza a incidir directamente en la vida de las personas.

    Paralelamente, el discurso, la comunicación, en sí misma, empieza a perder sentido. El aumento del tiempo de vida mediático y la enorme explosión de los canales de información trabajan para rebajar el valor de cada mensaje. A más tiempo mediático, más saturación informativa. Y los mensajes singulares valen menos, tienen menos efecto. Se produce, así, una minusvaloración de los mensajes: cuanta más información y más canales, más facilidad tiene el sujeto individual de zafarse de la publicidad y más peso pierde el discurso publicitario en su conjunto.

    De la homogeneización masiva a la personalización universal

    La segunda gran ruptura: el paso de la homogeneización a la personalización. Se trata de un cambio cualitativo que tiene su origen en las diversas interacciones que permiten los distintos sistemas comunicativos.Si el sistema masivo solo consintió discurso verticales, centralizados y unidireccionales, la red, en cambio, dio paso a la posibilidad de la comunicación reticular e individualizada. Esto significó que en la dimensión social se pudo pasar de la estrategia de homogeneización masiva –que fue la propia del sistema de comunicación de masas– a la personalización universal –más específica de la comunicación en Red–.

    El cambio es sustancial. Durante la época del fordismo la masificación se basó en la homogeneización de los productos y de los comportamientos: todo igual para iguales. Pero en la sociedad de la información, las masas se constituyen a través de la estandarización de la diversidad: todo personalizado masivamente para individuos diversificados homogéneamente.

    Cuando la persuasión no fue suficiente

    En este nuevo contexto una cosa estaba clara: la persuasión clásica ya no bastaba. Ni siquiera como paso intermedio en el proceso de determinación de la conducta. Prácticamente, se iba convirtiendo en inútil. La industria, si quería seguir siendo masiva y global, tenía que dar el paso hacia la manipulación directa de los comportamientos.

    Y para ello, la Red ofrecía innumerables posibilidades. Podía sumergir, literalmente, a la persona humana en un escenario totalmente programado. Se le podía llevar a comprar en un entorno de precios modificables y personalizados, que cambiarían y se encarecerían según el comportamiento del consumidor. Se le podía insertar en juego programados donde la realidad cambia artificialmente. Se le podía también introducir en una especie de cámaras comunicativas en el que la persona solo se encontrara con personas que piensan o sienten como ella. En definitiva, se le pueden proponer mundos virtuales cada vez más alejados del real.De aquí la enorme expansión alcanzada por los nuevos sistemas de manipulación del comportamiento centrados en la red. De aquí el enorme avance de la mediatización de la vida y la intensidad con que se está traspasando las acciones de la vida real a la Red. Una Red que ya no distingue entre vida real y virtual y una Red en la que toda acción del ser humano es registrada, deja huella y permite establecer un estado de supervigilancia planetario. Y, por ende, permite la manipulación universal.

    Si a todas estas nuevas condiciones de la red se le suma el más gigantesco proceso de oligopolización empresarial a que ha dado lugar la Red, está claro que queda expedito el paso hacia la construcción de un nuevo escenario para el consumo capitalista: el de la manipulación de la conducta a través de la Red.

    El escenario de la manipulación consumista

    Una buena representación del mundo que la tecnología nos está deparando en el siglo XXI fue la ya emblemática película El show de Truman o La historia de una vida (1998).

    En la citada ficción los productores del serial crearon un mundo virtual para el protagonista sin que este lo advierta. Pues bien, la industria tecnológica de nuestros días trata de construir un mundo enteramente virtual y en Red para cada uno de nosotros, pero sin que nosotros podamos tampoco advertirlo.

    Es un mundo construido como una caja negra –Frank Pasquale, The Black Box Society–, del cual ignoramos su funcionamiento y cuyos algoritmos son secretos. Un mundo hecho a nuestra medida –mediante burbujas personales– y transparente, sin que podamos percibirlo. Un mundo en el que los nuevos depredadores, en palabras de Bacon, reúnen cualquier dato o experiencia que asegure que todo lo hagamos sea a través de Internet, y que, por tanto, todo nuestros comportamientos puedan ser determinados a través de la creación de experiencias virtuales producidas por ellos. Un contexto en el que la misma adicción a Internet es una pulsión básica. Y en el que la verdad empieza a dejar de tener sentido.

    Un Gran Hermano

    Como en la película citada, los productores de la Red saben todo lo que hacemos –es lo que se denomina la supervigilancia– y pueden inducir todos nuestros consumos y gran parte de nuestros comportamientos. Los algoritmos de Google –mediante la lectura de nuestros correos, el análisis de nuestras conversaciones y amistades, y el conocimiento de nuestras posiciones– son capaces de anticiparse a nuestros deseos y nuestras decisiones. Las propuestas de Amazon construyen, cada vez con más eficacia e intensidad, un mundo cerrado de opciones tentadoras. Del mismo modo que Spotify nos construye automáticamente nuestra atmósfera sonora. O Facebook ha encontrado el sistema de construirnos emociones. Del mismo modo, los nuevos sistemas de inteligencia artificial escudriñan nuestras formas de aprender, de jugar, de emocionarnos ante los hechos o las noticias tratando siempre de sacar provecho económico de todo ello.

    Los dueños de la Red no necesitan ya persuadirnos de nada. Simplemente, les basta con construirnos el mundo en el que vivimos. Les basta con saber crearnos experiencias virtuales más intensas que la propia realidad. De hecho, caminamos hacia la construcción de parques temáticos virtuales en los que desarrollaremos nuestra existencia.

    Salirnos de la “experiencia” virtual

    Estamos ya en el escenario de la manipulación intensiva de la vida –cada vez más virtual, como la de Truman–. Y en ese contexto un pensamiento y una pedagogía críticos exclusivamente centrados en proponer resistencias a la persuasión ya no bastan. Necesitamos cambiar de paradigma.

    El nuevo paradigma crítico ante el mundo consumista tiene que basarse en el distanciamiento y en el descubrimiento de las reglas y programas que gobiernan el nuevo mundo virtual.

    Como Truman, que adivinó el encierro virtual en que se encontraba a partir del discernimiento de algunos indicios del engaño, solo seremos críticos ante esta manipulación inducida por la supervigilancia tratando de descubrirla y denunciarla. Sólo si las personas y los jóvenes son capaces de descubrir que están viviendo en un mundo de experiencias artificiales podrán lograr la autonomía.

    Y solo tratando de evadirnos de ese mundo virtual y artificial, lograremos un nuevo sentido de la realidad.
    De aquí que la nueva tarea del pensamiento critico ante el consumismo sea no solo la crítica del discurso, sino la decodificación sistemática de los programas y reglas que gobiernan nuestro comportamiento. Y, al mismo tiempo, la construcción real de alternativas ligadas no solo al mundo virtual, sino al real. Internet ya no basta.

    Una nueva pedagogía crítica

    En este contexto, cobra sentido una pedagogía crítica hacia las redes y el mundo virtual, ante los algoritmos ocultos que gobiernan las redes sociales. En general a todo lo que supone el que vivamos controlados por una especie de caja negra de la que nos cuesta conocer cualquier cosa.

    Una pedagogía centrada en la defensa de nuestra intimidad y vida privada. Contraria por tanto, a los experimentos de aceptación dócil de la invasión y retransmisión de la vida íntima, al estilo Gran Hermano y sucedáneos. Centrada en la recuperación de la autonomía frente al dominio de otro vigilante, sumisa ante los likes y la falsa fama. Contraria a los dictados del branding personal que, lejos de darnos autonomía, nos hace más sumisos. Rebelde ante los dictados subliminales de una virtualización de la vida que presume que no hay diferencia entre vivir virtualmente y vivir en la realidad.

    En definitiva, una nueva pedagogía crítica ante la programación virtual de la experiencia que sea capaz de revelar las inconsistencias e inconvenientes de este nuevo mundo de ficción alienadora. Una pedagogía que ayude a recuperar el sentido de la realidad.

    José Manuel Pérez Tornero

    FUENTES:

    Última edición por Kontrapoder; 13/01/2017 a las 23:01
    DOBLE AGUILA, raolbo y Pious dieron el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

  18. #38
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Un artículo que puede ampliar el anterior que colgué. La negrita es mía:


    Los robots impulsan la renta básica

    Silicon Valley y muchos expertos tecnológicos señalan la renta básica como solución a la automatización y a los cambios del mundo del trabajo

    "Las compañías tecnológicas se llevan a casa los beneficios y afrontan cada vez menos presión para pagar un salario que dé para vivir", dice Jathan Sadoswi
    Con la robotización el empleo no desaparecerá pero sí habrá un proceso traumático para muchos trabajadores, advierten los expertos



    En unos años puede que una máquina haga su trabajo, que un robot conteste el teléfono de atención al cliente o que se dedique a hacer la contabilidad de una empresa. Esa revolución tecnológica que avanza imparable y que transformará el mundo del trabajo es la que impulsa ahora una idea que algunos sectores han reivindicado con fuerza en los últimos años: la implantación de una renta básica para todos los ciudadanos.


    La cuna de esa revolución, Silicon Valley, está llevando a cabo un proyecto piloto para comprobar los efectos de la renta básica. ¿Bajo qué premisa? "La motivación que hay detrás de este proyecto es empezar a explorar alternativas a la red de seguridad social que existe. Si la tecnología destruye empleos o los empleos siguen convirtiéndose en cada vez menos seguros, un número cada vez mayor de personas serán incapaces de vivir con las ganancias de sus empleos", explicó la investigadora Elizabeth Rhodes, directora del proyecto, impulsado por Y Combinator, un famoso acelerador de compañías tecnológicas.

    Y Combinator está dando un ingreso fijo y no sujeto a ninguna condición de entre 1.000 y 2.000 dólares a cien personas en Oakland, California. El sector quiere estudiar cómo reacciona la gente: cómo gestionan sus tiempos, cómo evoluciona su bienestar, sus finanzas, si siguen trabajando o no, si realizan voluntariado, si se mudan a otro lugar, en definitiva, cuál es el efecto de una renta básica en las personas.

    Son varios e influyentes los expertos que han señalado a la renta básica como solución a los cambios tecnológicos y al nuevo mundo del trabajo. Uno de ellos, Andrew McAfee, ya decía en 2013 que cada vez veremos "más cosas que se parecen a la ciencia ficción y cada vez menos cosas que se parecen a un empleo". McAfee cree que la renta básica es una de las medidas que pueden ayudar a sostener la clase media en un momento en que la automatización y las nuevas reglas laborales la amenazan.


    Sin embargo, que la élite del emprendimiento tecnológico se apunte al carro de la renta básica también levanta sospechas. El experto en ética de la tecnología Jathan Sadowski advertía en The Guardian que la renta básica vendría a funcionar como un Estado del bienestar propio del capitalismo. "Se convierte en un premio de consolación para aquellos cuyas vidas se ven afectadas. Los beneficios siguen recayendo sobre los diseñadores y propietarios de la tecnología, pero ahora con menos culpa sobre los daños colaterales", dice.

    El economista de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), Florentino Felgueroso, constata que sectores considerados más "de derechas" se muestran ahora interesados en la renta básica: "Se considera que es más simple burocráticamente que el sistema de protección actual. Esa es una de las cuestiones si se habla de renta básica. ¿Sustituiría nuestro sistema actual? ¿Desaparecerían las prestaciones por desempleo?".



    Jathan Sadowski asegura que la renta básica permitiría que más gente condujera para Uber o trabajara para empresas similares con salarios bajos porque esta ayuda funcionaría como una especie de subsidio para las empresas. "Las compañías tecnológicas se llevan a casa los beneficios y afrontan cada vez menos presión para pagar un salario que dé para vivir a sus empleados que no consideran como tal".

    La economista Lina Gálvez subraya algo parecido e insiste en que una de las claves está en cómo se van a repartir los trabajos y los beneficios de la productividad. Ha habido otros momentos de cambio tecnológico potente, dice, como la mecanización del campo. "Eso no significa necesariamente la desaparición del trabajo, aunque sí un proceso traumático por el que mucha gente pasa a ocuparse en otros sectores".

    Gálvez añade otra variable: "Se tiene que tener en cuenta el trabajo de cuidados: tenemos una cantidad ingente de horas de trabajo no remunerado hecho sobre todo por mujeres que es susceptible de ser profesionalizado. Al mismo tiempo, en un mercado laboral con condiciones deleznables una renta básica puede desincentivar a mucha gente a entrar en él. Esa gente serán sobre todo mujeres, que tienen las peores condiciones. Si no tenemos en cuenta eso, la renta básica puede convertirse en una paguita para mujeres que sigan haciendo un trabajo que no se remunera y que desincentive su participación laboral".
    Un robot, un cotizante

    Más allá de la renta básica, la robotización del trabajo suscita otros debates. El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, lanzó hace unas semanas una idea: que las empresas coticen por las máquinas que han sustituido a los trabajadores. Se trata de una propuesta genérica que tendría que ser concretada. Por ejemplo, cómo se calcularía esa cotización, quién la pagaría o qué pasaría cuando un robot tuviera que ser reparado. Álvarez señaló que debería ser el Pacto de Toledo el que dilucide cómo hacerlo.
    Para Florentino Felgueroso, se trata de un debate que hay que abordar. Avisa, no obstante, de que no se trataría de una cotización a la Seguridad Social propiamente dicha. "En el sistema actual tienes algo a cambio de tu cotización: desempleo, bajas... El robot no tendría derecho a nada". Sería, por tanto, más correcto hablar de un "impuesto a las máquinas". "Hablemos de esto, de subir los impuestos al capital, pero o lo hacemos todos o las máquinas se irán a otro lugar".


    También Lina Gálvez ve imprescindible abordar este debate al mismo tiempo que otros, como la ingeniería fiscal que hacen muchas empresas: "Tampoco hay que frenar el progreso. Vamos a hablar de todo, del reparto de los beneficios, de los trucos fiscales. Si no hacemos eso y solo gravamos las máquinas podemos desincentivar la tecnología".
    En cualquier caso, las predicciones sobre lo que ocurrirá con el empleo son aún cambiantes y, en opinión de estos economistas, demasiado pesimistas. "Revoluciones tecnológicas ya ha habido unas cuantas y en todas se ha sustituido trabajo, el empleo no ha dejado de crecer. Hay destrucción por una parte, pero creación por otra. Lo que hay que hacer es analizar e incentivar los sectores que pueden crearlo ahora", dice Felgueroso.


    El experto señala que la preocupación debe ser más sobre cómo van a ser los empleos y la relación entre empresa y trabajador. "La tendencia es que cada vez haya menos asalariados y más autónomos". Y eso también tiene consecuencias para las arcas de la Seguridad Social: cotizaciones más bajas, menos ingresos.



    Los robots impulsan la renta básica
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    Si alguien tiene moral para seguir, tengo otro. Este no describe una situación tan a largo plazo, sino que detalla un "experimento" que se va a efectuar este 2017 en Finlandia en relación con la renta básica universal. Como nota curiosa, el artículo señala que el gobierno finlandés es conservador:


    Finlandia, laboratorio mundial de la renta básica universal

    El país nórdico será el primer país del mundo en experimentar en 2017 esta forma de retribución



    La automatización de la fuerza laboral crece a toda velocidad en el siglo XXI. Y la primera consecuencia es dramática: pérdida de empleos tradicionales que ahora, por un coste laboral cero, son desempeñados por máquinas, como por ejemplo los lavacoches o los camareros que toman la orden en un restaurante. Finlandia ha decidido empezar a prepararse para el futuro, experimentando con nuevas redes de seguridad. El país nórdico será en 2017 el laboratorio mundial de lo que se ha bautizado como la renta básica universal. Es decir, recibir una cantidad de dinero al mes porque sí. Se tenga empleo o no. En un programa piloto que durará dos años, 2.000 ciudadanos recibirán a partir de enero 560 euros al mes solo por existir.

    “Para revolucionar algo tan grande, tan tradicional y tan fundamental como son las retribuciones hay que experimentar primero”, señala Roope Mokka, cofundador de Demos Helsinki, el primer think tank independiente de los países nórdicos. En un país calvinista en el que la cultura de la responsabilidad se respira en cada esquina, esta remuneración adicional es vista por expertos, políticos y ciudadanos no como un regalo, sino como una oportunidad para engrasar la economía y animar a la población a iniciar negocios, explica este joven finlandés durante una mesa redonda en Slush, un evento que congrega cada año a centenares de sturt-ups, compañías e inversores mundiales y que se ha convertido en un acontecimiento clave para la economía finlandesa que hoy por hoy continúa luchando por salir de una profunda recesión.

    Pero aún con un horizonte difícil —la Comisión Europea le augura un crecimiento del 0,9% del PIB para el año que viene—, el Gobierno conservador finlandés es pionero mundial en implantar la renta básica. Una selección de 2.000 ciudadanos recibirán a partir del próximo enero, y durante dos años, 560 euros al mes. “Los análisis más fiables tardarán en llegar al menos seis años más”, predice el experto. En Oakland (EE UU) serán mil familias las que recibirán 500 euros mensuales y Utretch, en Países Bajos, experimentará también ésta fórmula en 2017. Eso sí, Finlandia es de los pocos países en la Unión Europea (UE) que no goza de un salario mínimo interprofesional, al igual que los países escandinavos. Su PIB per cápita, en cambio, es de los más altos de la Unión incluso en tiempos convulsos: 38.200 euros en 2015 (año en el que el déficit alcanzó el 2,8% del PIB) frente a los 23.200 de España, según la página web datosmacro.

    Empleos más caros

    Para que la idea de renta básica que a muchos les puede parecer utópica se convierta en realidad lo que se necesita es financiación. El experto sostiene que lo primero que las empresas y los Gobiernos deberían hacer es asegurar que “los trabajos se paguen caro”, además de llevar a cabo una reforma en el sistema impositivo que grave aún más a las rentas altas. “La propiedad inutilizada, bienes, deficiencia energética, edificios... hay muchas cosas a las que se le pueden aplicar más impuestos”, enumera Mokka de forma improvisada aunque con un gran conocimiento de lo que habla.

    De lo contrario, y como ocurre por ejemplo en España —donde el Gobierno de Mariano Rajoy (PP) acaba de subir el salario mínimo a 707,6 euros, la mitad que en Francia, según Eurostat—, seguir trabajando y recibir este complemento salarial “no compensaría” y fomentaría la desocupación, un argumento que a Mokka no le convence. Sí cree, sin embargo, que ahí se sitúa una de las claves para el buen funcionamiento de la renta básica universal: “Hay que empezar a asumir que no todo el mundo puede tener un trabajo porque estamos compitiendo contra las máquinas, y ellas siempre ganarán”. El director de Tekes, la agencia pública que invierte en innovación en este país de poco más de cinco millones de personas, Jukka Häyrynen, sostiene que la seguridad en el trabajo es algo que se está perdiendo a nivel global, lo que él ve con cierto positivismo: "Esto es un ingrediente para emprender", señala.


    Un estudio que la Universidad de Oxford elaboró en enero de 2016, el 57% de la fuerza de trabajo humana en los países de la OCDE está en riesgo de desaparecer por la automatización y los avances tecnológicos. “Tenemos la necesidad de integrar a toda la gente desocupada en nuestra sociedad y en lugar de subsidios por desempleo, la renta básica suena como una buena idea”, defiende Juhana Aunesluoma, director de investigación de estudios europeos en la Universidad de Helsinki desde una sala en el Ministerio de Exteriores. Algo que no le pareció a Suiza el pasado junio cuando rechazó mediante referéndum esta iniciativa.

    Pero los Gobiernos —especialmente los del sur de Europa— están hasta cierto punto “obsesionados”, dice Mokka, con llegar al pleno empleo en detrimento de la búsqueda de alternativas para que el dinero entre en los hogares (y en el sistema) y para que los desempleados por la automatización del trabajo se mantengan ocupados y reinviertan su tiempo.

    Finlandia, laboratorio mundial de la renta básica universal | Economía | EL PAÃS
    -------------------------

    Resumiendo, en el futuro, nada de trabajos fijos: a la renta básica le añadimos unos cuantos trabajos itinerantes para Über u otros intermediarios tecnológicos que nos de lo justo para ir tirando; es decir: comida, alquiler, teléfono móvil último modelo (que no falte, por supuesto, ni que sea a plazos), etc. De poder mantener una familia, hablamos otro día. Podemos y otros bufones de la burguesía mayosesentaiochista, de mamporreros, como siempre.

    En fin, nada nuevo y esto se va al garete.
    Kontrapoder y DOBLE AGUILA dieron el Víctor.

  19. #39
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Las empresas de Silicon Valley vienen haciendo campaña a favor de la Renta Básica Universal. Lo gracioso es que quieren que se hagan cargo de esta renta los Estados, en vez de ellas mismas, que son las que detraen toda esa riqueza del ciudadano. No contentos con no pagar impuestos y con saquear la economía productiva haciendo de intermediarios universales, quieren que los Estados asuman esta RBU, de forma que los parados y los trabajadores precarios que generan estas empresas puedan seguir comprando sus gadgets electrónicos. En definitiva, quieren cargarse los Estados y hacerse ellas con el mando. A eso tendemos.

    Recientemente, el tecnolátra Enrique Dans imaginaba un futuro utópico en el que todos nuestros objetos cotidianos estarían conectados a Internet (desde el cepillo de dientes hasta la cama):
    Conectando lo insospechado » Enrique Dans

    En la mente de estos tecnólatras, el Estado debe pagarnos una RBU para que, una vez en el paro, podamos conectar la cama a Internet, cuestión imprescindible para que estas empresas puedan controlar también nuestro sueño.
    DOBLE AGUILA, raolbo y Pious dieron el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

  20. #40
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    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    Prada ha hablado recientemente de algunas cuestiones aquí tratadas en su columna de El Semanal. Pego su artículo y resalto en negrita las partes que guardan mas relación con este hilo, aunque todo el artículo es sensacional y merece una lectura atenta. Habrá que leer al ensayista que recomienda, Esteban Hernández, del que creo que ya hablado en más de una ocasión.
    ___________


    Un capitalismo sin límites
    Juan Manuel de Prada

    Con frecuencia, cuando tratamos de defender o impugnar un determinado régimen político, en lugar de referirnos a lo que ese régimen político realmente es en la situación presente, nos elevamos -por obcecación ideológica, por seguidismo ambiental, por pura candidez- a un terreno ideal de principios tan rimbombantes como vacuos. Algo semejante nos ocurre cuando tratamos de enjuiciar el capitalismo, que sus defensores presentan idílicamente como un sistema económico en el que agentes libres concurren en un mercado libre. Si el capitalismo fuese tal cosa, sus detractores seríamos fácilmente caricaturizables como partidarios de la esclavitud, detractores de la propiedad privada y defensores de la confiscación de los medios de producción. Tal caricaturización, que gusta mucho a quienes defienden un capitalismo de fantasía o ciencia-ficción, resulta menos sencilla cuando probamos a hacer una descripción del capitalismo fundada en realidades cotidianas, y no en bellas entelequias.

    Esto es, precisamente, lo que hace, con resultados óptimos, Esteban Hernández en su lucidísimo ensayo, Los límites del deseo (Clave Intelectual, 2016). Esteban Hernández nos muestra el funcionamiento del capital nómada, la proliferación de productos financieros altamente especulativos, la emergencia de un nuevo capitalismo global que exige reglas diferentes que borren las fronteras, que eliminen todas las trabas, que anulen la mediación entre el cliente y la empresa; y que, por supuesto, santifiquen un nuevo modo de contratación en el que intervengan estrictamente las dos partes implicadas, sin mediación sindical ni institucional alguna. Por un lado, corporaciones transnacionales que operan en las condiciones más beneficiosas imaginables, a veces tributando en paraísos fiscales; por el otro, el postulante del puesto de trabajo, a menudo empujado por el estado de necesidad y dispuesto a trabajar en las condiciones más infrahumanas.

    Esteban Hernández analiza, por ejemplo, la proliferación de un nuevo tipo de empresas, encarnación predilecta de este nuevo capitalismo, que actúan a modo de «contenedores», arrasando los tejidos empresariales autóctonos. Empresas que no tienen que abonar salarios ni seguros sociales, que apenas deben pagar gastos de mantenimiento (puesto que los bienes con los que comercian no son suyos) ni impuestos (que corren a cargo de quien presta el servicio). Empresas que -a cambio de un porcentaje- se limitan a poner en contacto (a través de interné o de una aplicación de teléfono móvil) a autónomos en situación de necesidad que ofertan un servicio de precio reducido (transporte o alojamiento, por ejemplo) con sus clientes potenciales. Mientras el taxista o el dueño de un hostal tienen que pagar impuestos por el desempeño de su actividad, la empresa que funciona al modo de un «contenedor» puede salvar todo tipo de controles institucionales, que en todo caso recaerán sobre el autónomo que trampea oficiando a salto de mata de chófer u hospedero, sin ningún tipo de garantía laboral.

    También analiza Hernández la nueva estratificación laboral favorecida por el capitalismo hodierno, donde se tiende a crear una ingente clase de parias (a los que, sin embargo, se les exigen idiomas y conocimientos informáticos), a la vez que los trabajadores más cualificados y expertos son despedidos y se forman unas élites directivas, cada vez más distanciadas (blindadas, en realidad) del resto de la plantilla. Y todo ello en un entorno empresarial en el que los órganos de administración imponen criterios sobre los profesionales que conocen su oficio. Ya no se trata de fabricar productos consistentes, sino de producir de forma barata y rápida; ya no se trata de alcanzar y mantener un prestigio, sino de ofrecer valor inmediato al accionista o al fondo de inversión. No hay que consolidar la empresa, sino generar beneficios a corto plazo.

    Y este capitalismo desembridado que degrada el trabajo, arrasa el tejido empresarial autóctono y adultera ámbitos de la vida social que hasta ahora habían permanecido indemnes a su contaminación (el mundo de la cultura y la universidad, por ejemplo), puede desenvolverse cada vez más fácilmente en un marco normativo que autoriza los más diversos enjuagues y componendas, que permite la evasión de impuestos mientras estrangula cada vez más al trabajador y al pequeño empresario. Hernández nos lo explica, con una clarividencia que es capaz de penetrar en las mayores complejidades, en Los límites del deseo, un libro altamente recomendable para quienes deseen conocer mejor la realidad del capitalismo, no los capitalismos de fantasía que nos venden los obcecados ideológicos y los apóstoles de la ciencia-ficción.

    FUENTE: Un capitalismo sin límites - XL Semanal
    raolbo y Pious dieron el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

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