Re: Respuesta: Una duda sobre la predestinación.

Iniciado por
Nicus
Por eso yo prefiero seguir la interpretación tomista-agustiniana de la predestinación, que es la más tradicional y ortodoxa.
¿Interpretación "tomista-agustiniana? Las diferencias entre San Agustín y Santo Tomás están ahí precisamente, que Sto Tomás no acepta la "teoría" de la predestinación:
"El hombre posee el libre albedrío porque sin él serían vanos los consejos, exhortaciones, preceptos, prohibiciones, recompensas y castigos. (...) Luego necesariamente, siendo el hombre un ser racional es, por lo mismo, libre en su albedrío. Suma teológica (C.83, a. 1.)
Y como dice Julio BONATTO en Religión y Moral Texto aprobado por la Sagrada Congregación del Concilio (Vaticano I), Edit. Litúrgica Española, 1934, en las páginas 124 y 125:
"Para enderezar nuestros actos al último fin nos ha dado Dios el libre albedrío (...) La libertad es el fundamento necesario de la moralidad de los actos. Negaron el libre albedrío los maniqueos. Y en los tiempos modernos, entre otros muchos filósofos marcadamente materialistas, Lutero, Calvino y Jansenio.
La ética tomista gira precisamente sobre la la libertad de elección --libre albedrío--, contradiciendo la teoría de la predestinación.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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