Búsqueda avanzada de temas en el foro

Resultados 1 al 20 de 25

Tema: Frase inquietante en el Motu Propio

Vista híbrida

  1. #1
    Avatar de Cirujeda
    Cirujeda está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 06
    Ubicación
    A la vista del castillo de Gibralfaro.
    Mensajes
    617
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    Cura Barbero: Sinceramente, me ha parecido una buena respuesta.

    De todas formas, entrando de lleno en faena, me atrevo a preguntar: En la misa de Pablo VI, ¿qué es lo anticatólico? O, dicho más suavemente, ¿en qué se cede frente a los protestantes?

    Es que, verdaderamente, no consigo comprenderlo. ¿En la misa de Pablo VI se está cediendo? En los misales actuales, no veo por ninguna parte que se admitan ni el Sola Scriptura, ni el Sola Gratia ni el Sola Fides. Tampoco veo reflejo de la pesimista antropología protestante ni de su concepto negativo del sexo o resto de acciones humanas. No se ve ninguna discusión de la autoridad del Papa.

    Pienso que el Concilio Vaticano II, en vez de cambiar el sentido de las cosas, ha eliminado añadidos no fundamentales que se fueron incorporando a la Misa. Al haber menos elementos en la liturgia, hay también menos elementos de discusión, con protestantes o con quien sea.

    Si vamos a la Didajé, a San Justino o a San Ignacio de Antioquía, veremos que la misa actual se parece más a la de los Padres que la anterior al Concilio Vaticano II. ¿San Justino o San Ignacio de Antioquía eran herejes o católicos protestantizados?

    Estoy, repito, a favor de la liberalización de la Misa Tradicional, pero sin perder de vista lo que he apuntado aquí. Ya sé que hay foreros que no piensan para nada así y dicen que mi postura es "liberal" o "modernista". Sin embargo, lo que yo pretendo es colaborar para rescatar la más genuina Tradición de la Iglesia. La Iglesia no nació en el siglo XVI.
    Última edición por Cirujeda; 07/12/2007 a las 15:55
    "La Verdad os hará libres"

  2. #2
    Avatar de Gens Domitorum
    Gens Domitorum está desconectado Portae Inferi NON Praevalebunt
    Fecha de ingreso
    08 may, 07
    Ubicación
    Las Españas
    Mensajes
    162
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    Cita Iniciado por Cirujeda Ver mensaje
    De todas formas, entrando de lleno en faena, me atrevo a preguntar: En la misa de Pablo VI, ¿qué es lo anticatólico? O, dicho más suavemente, ¿en qué se cede frente a los protestantes?

    Es que, verdaderamente, no consigo comprenderlo. ¿En la misa de Pablo VI se está cediendo? Sin embargo, lo que yo pretendo es colaborar para rescatar la más genuina Tradición de la Iglesia. La Iglesia no nació en el siglo XVI.
    ¿Que qué es lo anticatólico? La ambigüedad lo es y profundamente, porque conduce al error.

    ¿En qué se ha cedido? En el destierro del carácter sacrificial de la Santa Misa, en el pretendido tinte asambleario que se le intenta dar, en el olvido del significado del Sacerdocio ministerial, en la exclusión de toda alusión a la necesidad de las buenas obras unidas a la Fe y de una vida según el Evangelio, en las referencias manifiestamente ecuménicas, en la degradación de la Confesión a la que se hace parecer inútil, etc. etc. Esto unido a irreverencias y excesos de todo tipo: Comunión de pie y en la mano, participación de los fieles hasta límites insospechados, cantos/decoraciones sacrílegos y una larga lista... Esto no pretende ser una enumeración exhaustiva, ni mucho menos. Ya existen análisis muy certeros y detallados al respecto. No pretendo añadir nada nuevo. Sólo poner de relieve lo que salta a la vista.

    La Tradición es "entrega", no "borrón y cuenta nueva" ni siquiera saltos en el vacío. Requiere un respeto humilde, no una prepotencia injustificada, por parte de quienes recogen este testigo. Ahora, de pronto, nos creemos con la habilidad de conocer, con todo lujo de detalle, lo que hacían los primeros cristianos y con el poder de calificarlo como "más puro", ajeno a "superficialidades". ¡Al traste con siglos y siglos de TRADICIÓN eclesiástica!

    Repito, la Misa Tridentina nunca ha necesitado de liberalización alguna. Está en un plano infinitamente superior a que alguien pueda estar a favor o en contra. Esto no es una democracia, aquí nadie vota. Es simplemente irrelevante lo que piense el común de los que se consideran "Católicos" de nuestros días.

    La Iglesia no nació en el siglo XVI pero, por lo visto, para algunos, hoy sólo "subsiste", hasta cierto punto.
    "Praedica verbum, insta opportune, importune, argue, increpa, obsecra in omni longanimitate et doctrina. Erit enim tempus, cum sanam doctrinam non sustinebunt, sed ad sua desideria coacervabunt sibi magistros prurientes auribus, et a veritate quidem auditum avertent, ad fabulas autem convertentur. Tu vero vigila in omnibus, labora, opus fac evangelistae, ministerium tuum imple". (Tim. 4, 1-5)


    "La civilización atea se apoya en la autonomía de la razón y conduce a la servidumbre.
    La civilización cristiana se apoya en la obediencia y termina en la libertad". (Vázquez de Mella)



  3. #3
    Avatar de Hyeronimus
    Hyeronimus está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    16 ene, 07
    Mensajes
    20,843
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    ATRACTIVO DE LA MISA TRIDENTINA
    por el Cardenal Alfons M. Stickler



    LA MISA TRIDENTINA O LITURGIA DE SAN PÍO V
    La Misa Tridentina es el rito de la Misa fijado por el Papa Pío V a solicitud del Concilio de Trento y promulgado el 5 de diciembre de 1570. Este Misal contiene el antiguo rito Romano, del que fueron eliminados varios agregados y alteraciones. Cuando se la promulgó, se preservaron otros ritos que habían existido por lo menos durante 200 años. Por lo tanto, es más correcto llamar a este Misal la liturgia del Papa San Pío V.
    FE Y LITURGIA
    EL SACRIFICIO DE LA MISA, CENTRO DE LA LITURGIA CATÓLICA
    Desde el comienzo mismo de la Iglesia, la fe y la liturgia han estado íntimamente conectadas. Una clara prueba de esto puede hallarse en el propio Concilio de Trento. Este Concilio declaró solemnemente que el sacrificio de la Misa es el centro de la liturgia Católica, en oposición a la herejía de Martín Lutero, quien negaba que la Misa fuese un sacrificio. Sabemos, a partir de la historia del desarrollo de la Fe, que esta doctrina ha sido fijada con autoridad por el Magisterio en la enseñanza de papas y concilios. También sabemos que en la totalidad de la Iglesia, y especialmente en las iglesias orientales, la Fe fue el factor más importante para el desarrollo y la formación de la liturgia, particularmente en el caso de la Misa. Existen argumentos convincentes en este sentido desde los primeros siglos de la Iglesia. El Papa Celestino I escribió a los obispos de la Galia en el año 422: Legem credendi, lex statuit supplicandi; lo que en adelante se expresó comúnmente por la frase lex orandi, lex credendi (la ley de la oración es la ley de la fe). Las iglesias ortodoxas conservaron la Fe a través de la liturgia. Esto es muy importante porque en la última carta que escribió el Papa hace siete días dijo que la Iglesia Latina debe aprender de las iglesias de Oriente, especialmente sobre la liturgia...
    DECLARACIONES CONCILIARES:
    DOCTRINALES Y DISCIPLINARIAS
    Un tema a menudo descuidado lo constituye los dos tipos de declaraciones y decisiones conciliares: las doctrinales (teológicas) y las disciplinarias . En la mayoría de los concilios hemos tenido ambas, doctrinales y disciplinarias.
    En algunos concilios no ha habido declaraciones o decisiones disciplinarias; y a la inversa, ha habido algunos concilios sin declaraciones doctrinales, con declaraciones solamente disciplinarias. Muchos de los concilios de Oriente después del de Nicea trataron sólo cuestiones de fe.
    El Segundo Concilio de Tolón, del año 691, fue un concilio estrictamente oriental, para declaraciones y decisiones exclusivamente disciplinarias, porque las iglesias de Oriente habían sido dejadas de lado en los concilios precedentes. Esto actualizó la disciplina para las iglesias orientales, especialmente para la de Constantinopla.
    Esto es importante porque en el Concilio de Trento tenemos claramente ambas : capítulos y cánones que pertenecen exclusivamente a la fe y, en casi todas las sesiones, después de los capítulos teológicos y cánones, cuestiones disciplinarias. La diferencia es importante. En todos los cánones teológicos tenemos la declaración de que cualquiera que se oponga a las decisiones del Concilio queda excluido de la comunidad: anatema sit .
    Pero el Concilio nunca declara anatema por razones puramente disciplinarias; las sanciones del Concilio son sólo para las declaraciones doctrinales .
    EL CONCILIO DE TRENTO Y LA MISA
    Todo esto es importante para nuestras reflexiones actuales. Ya hemos señalado la conexión entre fe y oración (liturgia) y especialmente entre fe y la forma más elevada de la liturgia, el culto común. Esta conexión tiene su expresión clásica en el Concilio de Trento, que trató el tópico en tres sesiones: la decimotercera de octubre de 1551, la vigésima de julio de 1562 y, especialmente, la vigésimo segunda en septiembre de 1562, que produjo los capítulos y cánones dogmáticos del Santo Sacrificio de la Misa.
    Existe, además, un decreto especial concerniente a aquellas cuestiones que deben ser observadas y evitadas en la celebración de la Misa. Esta es una declaración clásica y fundamental, autorizada y oficial, del pensamiento de la Iglesia sobre el tema.
    El decreto considera primero la naturaleza de la Misa. Martín Lutero había negado de forma clara y pública su misma naturaleza declarando que la Misa no era un sacrificio. Es verdad que, para no perturbar al fiel común, los reformadores no eliminaron inmediatamente aquellas partes de la Misa que reflejaban la verdadera Fe y que se oponían a sus nuevas doctrinas. Por ejemplo, mantuvieron la elevación de la Hostia entre el Sanctus y el Benedictus.
    Para Lutero y sus seguidores, el culto consistía principalmente en la prédica como medio de instrucción y edificación, mezclado con oraciones e himnos. Recibir la Santa Comunión era sólo un episodio secundario. Lutero todavía mantenía la presencia de Cristo en el pan en el momento de su recepción, pero negaba firmemente el Sacrificio de la Misa. Para él el altar nunca podía ser un lugar de sacrificio. A partir de esta negación, podemos entender los errores consiguientes en la liturgia protestante, que es completamente diferente de la de la Iglesia Católica. También podemos entender por qué el Concilio de Trento definió aquella parte de la Fe Católica que concierne a la naturaleza del Sacrificio Eucarístico: es una fuerza salvadora real . En el sacrificio de Jesucristo el sacerdote substituye a Cristo mismo . Como resultado de su ordenación él es un verdadero alter Christus . Mediante la Consagración, el pan se transforma en el Cuerpo de Cristo y el vino en Su Sangre. Esta realización de Su sacrificio es la adoración de Dios.
    El Concilio especifica que éste no es un nuevo sacrificio independiente del sacrificio único de Cristo sino el mismo sacrificio, en el que Cristo se hace presente en forma incruenta, de manera tal que Su Cuerpo y Su Sangre están presentes en substancia permaneciendo bajo la apariencia de pan y vino. Por lo tanto, no existe un nuevo mérito sacrificial; más bien, el fruto infinito del sacrificio cruento de la Cruz es efectuado o realizado por Jesucristo constantemente en la Misa.
    De esto se deriva que la acción del sacrificio consiste en la Consagración. El Ofertorio (por el cual el pan y el vino se preparan para la Consagración) y la Comunión son partes constitutivas de la Misa, pero no son esenciales. La parte esencial es la Consagración, por la cual el sacerdote, in persona Christi y de la misma manera, pronuncia las palabras consagratorias de Cristo.
    De esta manera, la Misa no es y no puede ser la simple celebración de la Comunión, ni una simple persona la que represente a Cristo y, del mismo modo, pronuncie las palabras de consagración de Cristo.
    En consecuencia, la Misa no es y no puede consistir simplemente en una celebración de Comunión, o en un simple recuerdo o memorial del sacrificio de la Cruz, sino en hacer verdadero y presente este mismo sacrificio de la Cruz .
    Razón por la cual podemos entender que la Misa es una renovación efectiva del sacrificio de la Cruz. Es esencialmente una adoración a Dios, ofrecida sólo a Él. Esta adoración incluye otros elementos: alabanza, acción de gracias por todas las gracias recibidas, dolor por los pecados cometidos, petición de las gracias necesarias. Naturalmente, la Misa puede ser ofrecida por una o por todas estas distintas intenciones. Todas estas doctrinas fueron establecidas y promulgadas en los capítulos y cánones de la Sesión 22ª del Concilio de Trento.
    ANATEMAS DEL CONCILIO DE TRENTO
    De esta naturaleza teológica fundamental de la Misa derivan varias consecuencias. En primer lugar, el Canon Missae.
    En la liturgia Romana, siempre ha habido un único Canon, introducido por la Iglesia hace varios siglos. El Concilio de Trento estableció expresamente en el capítulo 4, que este canon está libre de error, que no contiene nada que no sea pleno de santidad y de piedad y nada que no eleve a los fieles a Dios. Está compuesto sobre la base de las palabras de Nuestro Señor mismo, la tradición de los apóstoles y las normas de los papas santos. El canon 6 del capítulo 4 amenaza con la excomunión a aquellos que sostengan que el Canon Missae contiene errores y por lo tanto, deba ser abolido.
    En el Capítulo 5 el Concilio estableció que la naturaleza humana requiere de signos exteriores para elevar el espíritu a las cosas divinas. Por tal razón, la Iglesia ha introducido ciertos ritos y signos: la oración silenciosa o hablada, las bendiciones, las velas, el incienso, las vestiduras, etc. Muchos de estos signos tienen su origen en prescripciones apostólicas o en la tradición.
    A través de estos signos visibles de fe y piedad se acentúa la naturaleza del sacrificio. Los signos fortalecen y estimulan a los fieles a meditar sobre los elementos divinos contenidos en el sacrificio de la Misa. Para proteger esta doctrina, el Canon 7 amenaza con la excomunión a aquel que considere que estos signos exteriores inducen a la impiedad y no a la piedad. Esto es un ejemplo de lo que traté más arriba: esta clase de declaración, con el canon de sanciones, tiene mayormente un significado teológico y no solamente un sentido disciplinario.
    En el Capítulo 6 el Concilio destaca el deseo de la Iglesia de que todos los fieles presentes en la Misa reciban la Santa Comunión, pero establece que si sólo el sacerdote que celebra la Misa recibe la Santa Comunión esta Misa no debe ser denominada privada y, por ello, criticada o prohibida. En este caso, los fieles reciben la Comunión espiritualmente y, además, todos los sacrificios ofrecidos por el sacerdote como ministro público de la iglesia se ofrecen por todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo. En consecuencia, el Canon 8 amenaza con excomunión a todos aquellos que digan que tales Misas son ilícitas y por lo tanto deben ser prohibidas (otra aseveración teológica).
    TRENTO Y EL LATÍN. EL SILENCIO
    El Capítulo 8 está dedicado al lenguaje particular del culto en la Misa. Se sabe que en el culto de todas las religiones se emplea un lenguaje sagrado. Durante los primeros tres siglos de la Iglesia Católica Romana, el idioma era el griego, que era la lengua más comúnmente empleada en el mundo latino. A partir del siglo IV el latín se transformó en el idioma común del Imperio Romano. El latín permaneció durante siglos en la Iglesia Católica Romana como la lengua para el culto. Muy naturalmente, el latín era también el idioma del rito Romano en su acto fundamental del culto: la Misa. Así permaneció incluso después de que el latín fuera reemplazado por el lenguaje vivo de las distintas lenguas romances.
    Y llegamos a la cuestión: ¿por qué el latín y no otra alternativa? Respondemos: la Divina Providencia establece aun las cuestiones secundarias. Por ejemplo, Palestina (Jerusalén) es el lugar de la Redención de Jesucristo. Roma es el centro de la Iglesia. Pedro no nació en Roma, él fue a Roma. ¿Por qué? Porque era el centro del entonces Imperio Romano, es decir, del mundo. Este es el fundamento práctico de la propagación de la Fe por el Imperio Romano, sólo una cuestión humana, una cuestión histórica, pero en la que ciertamente participa la Divina Providencia .
    Un proceso semejante puede verse incluso en otras religiones. Para los musulmanes , la vieja lengua árabe está muerta y, no obstante, sigue siendo el lenguaje de su liturgia, de su culto. Para los hindúes , lo es el sánscrito .
    Debido a su obligada conexión con lo sobrenatural, el culto naturalmente requiere su propio lenguaje religioso, que no debe ser uno "vulgar".
    Los padres del Concilio sabían muy bien que la mayoría de los fieles que asistían a la Misa ni entendían el latín ni podían leer traducciones. Generalmente eran analfabetos. Los padres también sabían que la Misa contiene una parte de enseñanza para los fieles.
    No obstante, ellos no coincidieron con la opinión de los protestantes de que era necesario celebrar la Misa sólo en la lengua vernácula. Para instruir a los fieles, el Concilio ordenó que la vieja costumbre del cuidado de las almas mediante la explicación del misterio central de la Misa, aprobada por la Santa Iglesia Romana, madre y maestra de todas las iglesias, se mantuviera en todo el mundo.
    El Canon 9 amenaza con la excomunión a aquellos que afirmen que el lenguaje de la Misa debe ser sólo en la lengua vernácula . Es notable que tanto en el capítulo como en el canon del Concilio de Trento se rechaza sólo la exclusividad del lenguaje "vulgar" en los ritos sagrados. Por otro lado, debe tenerse en cuenta una vez más que estas distintas normativas conciliares no tienen sólo carácter disciplinario. Se basan en fundamentos doctrinales y teológicos que involucran la Fe misma.
    Las razones de esta preocupación pueden verse, primeramente, en la reverencia debida al misterio de la Misa. El decreto siguiente sobre lo que debe observarse y evitarse en la celebración de la Misa establece: "La irreverencia no puede separarse de la impiedad". La irreverencia siempre implica impiedad . Además, el Concilio deseó salvaguardar las ideas expresadas en la Misa, y la precisión de la lengua latina protege el contenido contra malentendidos y posibles errores basados en la imprecisión lingüística.
    Por estas razones la Iglesia siempre ha defendido la lengua sagrada e incluso, en época más reciente, Pío XI declaró expresamente que esta lengua debía ser non vulgaris .
    Por estas mismas razones, el Canon 9 establece la excomunión de quienes afirmen que debe ser condenado el rito de la Iglesia Romana en el cual una parte del Canon y las palabras de consagración sean pronunciadas silenciosamente. Incluso el silencio tiene un trasfondo teológico .
    LA VIDA Y EL EJEMPLO DE LOS MINISTROS DEL CULTO
    Finalmente, en el primer canon del decreto de la reforma, en la sesión vigésimo segunda del Concilio de Trento, hallamos otras normativas que tienen un carácter parcialmente disciplinario pero que también completan la parte doctrinaria, puesto que nada es más adecuado para orientar a los participantes del culto a una comprensión más profunda del misterio, que la vida y el ejemplo de los ministros del culto. Estos ministros deben modelar sus vidas y conducta en torno a este fin, que debe reflejarse en su vestimenta, su compostura, su lenguaje . En todos estos aspectos deben verse dignificados, humildes y religiosos. También deben evitar incluso las faltas leves, puesto que en su caso éstas deberían considerarse graves. Los superiores deben exigir a los ministros sagrados vivir fundamentalmente de acuerdo a toda la tradición de comportamiento clerical apropiado.
    LA MISA DE SAN PÍO V Y LA DE PABLO VI

    El Cardenal Stickler celebrando la misa de siempre, el rito tridentino.
    Ahora podemos apreciar y entender mejor el trasfondo y el fundamento teológicos de las discusiones y normativas del Concilio de Trento respecto de la Misa como culminación de la sagrada liturgia. Es decir, el atractivo teológico de la Misa Tridentina se puede comprender por contraposición y como respuesta al grave desafío del Protestantismo, y no solamente en relación a este período especial de la historia sino como una pauta de referencia para la Iglesia y frente a la reforma litúrgica del Vaticano II.
    En primer lugar, tenemos que determinar aquí el significado correcto de esta última reforma, como lo hicimos en el caso de la Misa Tridentina, destacando la importancia de saber precisamente qué se entendía por la Misa del Papa San Pío V, que cumplía con los deseos de los padres del Concilio en Trento.
    Empero, debemos destacar que el nombre correcto que debe darse a la Misa del Concilio Vaticano II es el de Misa de la comisión litúrgica posconciliar. Una simple ojeada a la constitución litúrgica del Segundo Concilio Vaticano ilustra de inmediato que la voluntad del Concilio y la de la comisión litúrgica están a menudo en desacuerdo e incluso son evidentemente opuestas.
    Examinaremos brevemente las diferencias principales entre las dos reformas litúrgicas así como la forma en que podríamos definir su atractivo teológico.
    Primeramente, frente a la herejía protestante, la Misa de San Pío V enfatizaba la verdad central de la Misa como un sacrificio , basada en las discusiones teológicas y las normas específicas del Concilio. La Misa de Paulo VI (también llamada así porque la comisión litúrgica para la reforma después del Vaticano II trabajó bajo la responsabilidad última de ese Papa) enfatiza, más bien, la Comunión, con el resultado de que el sacrificio queda transformado en lo que podría denominarse una comida. La gran importancia dada a las lecturas y a la prédica en la nueva Misa, e incluso la facultad dada al sacerdote para agregar palabras personales y explicaciones , es otro reflejo de lo que podría denominarse una adaptación a la idea protestante del culto.
    El filósofo francés Jean Guitton dice que el Papa Paulo VI le reveló que había sido su intención (la del Papa) la de asimilar tanto como fuera posible la nueva liturgia católica al culto protestante.
    Dentro de esta misma línea podemos tratar de comprender la nueva posición del altar y del sacerdote. De acuerdo con los bien fundados estudios de Monseñor Klaus Gamber respecto de la posición del altar en las antiguas basílicas de Roma y otros lugares, el criterio para la anterior posición no era que debían mirar a la asamblea que rinde culto sino, más bien, mirar hacia el Este, que era el símbolo de Cristo como sol naciente a quien se debía rendir culto. La posición completamente nueva del altar y del sacerdote mirando a la asamblea, algo previamente prohibido, hoy expresa a la Misa como un encuentro comunitario.
    En segundo lugar, en la vieja liturgia el Canon es el centro de la Misa como sacrificio. De acuerdo con el testimonio del Concilio de Trento, el Canon reconstruye la tradición de los apóstoles y estaba substancialmente completo en la época de Gregorio el Grande, en el año 600.
    La Iglesia Romana nunca tuvo otros cánones . Incluso respecto del Mysterium fidei en la fórmula de la Consagración, tenemos evidencias desde Inocencio III, explícitamente, en la ceremonia de investidura del Arzobispo de Lyon. No sé si la mayoría de los reformadores de la liturgia conocen este hecho. Santo Tomás de Aquino, en un artículo especial, justifica este Mysterium fidei . Y el Concilio de Florencia confirmó explícitamente el Mysterium fidei en la fórmula de la Consagración.
    Ahora bien, este mysterium fidei fue eliminado de las palabras de la consagración originadas en la nueva liturgia. ¿Por qué? También se autorizan nuevos cánones. El segundo de ellos, que no menciona el carácter sacrificial de la Misa, por su mérito de ser el más breve prácticamente ha suplantado al antiguo Canon Romano en todas partes.
    De aquí que se haya perdido el profundo discernimiento teológico otorgado por el Concilio de Trento .
    El misterio del Sacrificio Divino es actualizado en cada rito, si bien de manera diferente. En el caso de la Misa Latina este misterio fue enfatizado por el Concilio Tridentino con la lectura silenciosa del Canon en Latín. Esto ha sido descartado en la nueva Misa por la proclamación del Canon en voz alta.
    Tercero, la reforma del Vaticano II destruyó o cambió el significado de gran parte del rico simbolismo de la liturgia (si bien se mantiene en los ritos orientales). La importancia de este simbolismo fue destacada por el Concilio de Trento ...
    Este hecho fue deplorado incluso por un psicoanalista ateo muy conocido, quien llamó al Segundo Concilio Vaticano el "Concilio de los tenedores de libros".
    VULGARIZACIÓN DE LA MISA
    EL LATÍN DEBE CONSERVARSE
    Hay un principio teológico completamente destruido por la reforma litúrgica pero confirmado tanto por el Concilio de Trento como por el Concilio Vaticano II, después de una larga y sobria discusión (yo asistí y puedo confirmar que las claras resoluciones del texto final de la Constitución del Concilio lo reafirmaban sustancialmente). El principio: el latín debe preservarse en el Rito Latino.
    Como en el concilio de Trento, también en el Vaticano II los padres del Concilio admitieron la lengua vernácula pero sólo como una excepción.
    Pero para la reforma de Paulo VI la excepción se tornó en la regla exclusiva . Las razones teológicas establecidas en ambos Concilios para mantener el latín en la Misa pueden verse ahora justificadas a la luz del uso exclusivo de la lengua vernácula introducida por la reforma litúrgica. La lengua vernácula a menudo ha vulgarizado la Misa misma, y la traducción del latín original ha resultado en errores y malentendidos doctrinales graves .
    Además, antes la lengua vernácula no estaba siquiera permitida para las personas iletradas o completamente diferentes entre sí. Ahora que los pueblos católicos de distintas tribus y naciones pueden emplear diferentes lenguas y dialectos en el culto, viviendo próximos en un mundo que se torna cada día más pequeño, esta Babel del culto común resulta en una pérdida de la unidad externa de la Iglesia Católica en todo el mundo, otrora unificada en una voz común.
    Además, en numerosas ocasiones, se ha vuelto causa de desunión interna incluso en la propia Misa, que debería ser el espíritu y el centro de la concordia interna y externa entre los católicos de todo el mundo. Tenemos muchos, pero muchos ejemplos, de este hecho de desunión causada por la lengua vulgar.
    Y otra consideración ... Antes, cada sacerdote podía decir en el mundo entero la Misa en Latín para todas las comunidades, y todos los sacerdotes podían entender el latín. Hoy, desafortunadamente, ningún sacerdote puede decir Misa para todos los pueblos del mundo. Debemos admitir que, sólo unas décadas después de la reforma de la lengua litúrgica, hemos perdido aquella posibilidad de orar y cantar juntos, aun en los grandes encuentros internacionales, como los Congresos Eucarísticos o, incluso, durante los encuentros con el Papa, el centro de la unidad de la Iglesia. Ya no podemos, actualmente, cantar ni rezar juntos.
    http://www.statveritas.com.ar/Liturg...er_Misa-01.htm
    Pious dio el Víctor.

  4. #4
    Avatar de Hyeronimus
    Hyeronimus está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    16 ene, 07
    Mensajes
    20,843
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    Summorum Pontificum es un engaño ...



    Pero no, no nos estamos refiriendo a la Carta Apostólica de Su Santidad Benedicto XVI levantando las fantasmales, pero largamente efectivas, restricciones sobre la Misa Tradicional. Aludimos a la traducción del importantísimo párrafo 5º, § 1º del motu proprio, en el cual se ordena a los párrocos acceder a las peticiones para la celebración regular del Rito Extraordinario en ciertas condiciones.
    ¿En qué condiciones, realmente? Según algunos, diz que dice el motu proprio, cuando exista un “grupo estable” de fieles. Razón por la cual, un hombre nada sospechoso de ser adherente a, ni simpatizante con las “formas litúrgicas anteriores”, monseñor Camile Perl, a quien siempre hemos considerado un poco fiel secretario de la Comisión Ecclesia Dei, al condenar con vehemencia y con toda razón a los obispos y episcopados desobedientes que se niegan a cumplir esta disposición pontificia o se toman el atrevimiento de limitarla, sostuviera pocas horas atrás que «abbiamo ricevuto la facoltà di preparare questa nota per la definizione di alcuni aspetti del Motu Proprio papale quale, ad esempio, quello del gruppo stabile. Dovremo cioè chiarire per gruppo stabile cosa si intende, quante persone precisqamente dovranno chiedere al proprio parroco di celebrare con il rito pre-conciliare» (hemos recibido la facultad de preparar esta nota para la definición de algunos aspectos del Motu Proprio papal, por ejemplo, lo referido al grupo estable. Deberemos aclarar que se entiende por grupo estable, y cuántas personas deberán solicitar al párroco la celebración con el rito pre-conciliar)
    Cuando hace unos meses llegaban a nuestra mesa de trabajo (¡si las mesas hablaran!) borrador tras borrador del futuro motu proprio, veíamos con sumo agrado que S. S. el Papa se negaba a poner un número mínimo de fieles como requisito para crear la obligación del párroco. ¿Será que ahora, por vía de interpretación de un órgano inferior al autor que creó la Carta Apostólica, se creará una exigencia que fue desechada y que, por consiguiente, no existe en el texto? Veamos qué hay detrás de todo esto. Porque ...
    ¡Nada es lo que parece!


    (A partir de aquí, se han tomado algunos textos de la página del P. John Zuhlsdorf)
    El problema proviene de las versiones que existen en línea en Internet. Principalmente, en las copias del Motu propio que se pueden encontrar en la website de la USCCB, la Conferencia de Obispos católicos de EE. UU. Pero las dudas se agravan al nivel de sospecha, cuando se observa que en dicha página, donde inexplicablemente coexisten dos versiones latinas distintas entre sí, sólo una de ellas ha sido tomada como base para todas las traducciones al castellano, y que se trata justamente de aquella que no es oficial de la Santa Sede.
    Veamos qué dice el texto oficial de la Santa Sede y cuál sería su traducción posible:
    Art. 5, § 1. In paroeciis, ubi coetus fidelium traditioni liturgicae antecedenti adhaerentium continenter exsistit, parochus eorum petitiones ad celebrandam sanctam Missam iuxta ritum Missalis Romani anno 1962 editi, libenter suscipiat.
    Nuestra Traducción: En las parroquias donde hubiere continuamente un grupo de fieles adheridos a la tradición litúrgica previa, reciba el párroco con largueza las peticiones para celebrar la Santa Misa según el Rito del Misal Romano editado en 1962.
    Existen algunos términos en latín que son engañosos o difíciles de traducir a las lenguas modernas, no obstante su semejanza fonética o morfológica con vocablos parecidos. Por ejemplo: no está claro que extensión tenga el término coetus. Ni tampoco, pensamos, que exsistit pueda interpretarse alternativamente como emergente o existente, pues podría ser ambas cosas.
    El término latino continenter es un adverbio y, por lo tanto, se aplica y corresponde como modo propio únicamente al verbo de la oración; y el verbo es exsistit. Por lo tanto, el adverbio no puede ser aplicado a coetus, o grupo, por que gramaticalmente no corresponde hacerlo en ningún caso: coetus es un substantivo y el adverbio, por definición, modula la acción verbal. Luego, “grupo estable” no se corresponde de ninguna manera con coetus continenter exsistit, lo cual sucede por que no se está traduciendo correctamente el texto del artículo 5º, § 1 del motu proprio, y de consiguiente se altera en su misma substancia la aplicación de esta parte tan determinante de la Carta Apostólica.
    Por eso nos llama tanto la atención que un funcionario de cierto nivel de la Comisión Ecclesia Dei pueda decir que, por orden pontitificia, se estaría preparando un documento explicativo sobre una regla jurídica que, en realidad, es inexistente.
    El caso es que la traducción tendenciosa se ha repetido hasta el infinito arrojando dudas sobre la aplicación de la regla del art. 5º, por la imposibilidad de fijar el concepto de “grupo estable” que, en la realidad, no existe en el texto original. Si se piensa que “grupo estable” podría significar que el grupo de fieles que soliciten la Misa Tradicional deberían ser parroquianos, o bien, que acaso implique que el grupo no deba cambiar en alguna característica; o, tal vez, que el grupo debería estar formado en tiempo previo a formularse la petición, se comprenderá mejor el propósito de esta fea maniobra. La alteración del adverbio continenter por el adjetivo “estable” aplicado al sustantivo coetus, en reemplazo del correspondiente a la acción verbal exsistit, ha introducido una importante alteración en el sentido de toda la frase.
    Pero veamos la causa probable, y después, resuelva Ud. mismo la incógnita, si puede y lo dejan.
    Art. 5, § 1. In paroeciis, ubi coetus fidelium traditioni liturgicae antecedenti adhaerentium stabiliter existit, parochus eorum petitiones ad celebrandam sanctam Missam iuxta ritum Missalis Romani anno 1962 editi, libenter suscipiat.
    Está claramente anotada la diferencia con el texto anterior, proporcionado por la Santa Sede y, leído a la ligera por quienes tienen conocimientos superficiales de latín, pareciera que encajaría mejor con aquello de “grupo estable” (que es la forma mentis instroducida machaconamente ...), pese a que stabiliter, por ser también un adverbio, debería aplicarse igualmente al verbo de la oración y no a un sustantivo.
    ¿Sorprendidos? Este texto modificado se puede encontrar en el sitio de la conferencia de Obispos católicos de los Estados Unidos ... junto al texto oficial de a Santa Sede ¿Quién les habrá dado permiso para modificarlo y, sobre todo, para publicar uno junto al otro en aparente paridad jurídica...?
    Santa Sede página oficialUSCCB (Conferencia EE.UU.) pdf en líneaArt. 5, § 1. In paroeciis, ubi coetus fidelium traditioni liturgicae antecedenti adhaerentium continenter exsistit, parochus eorum petitiones ad celebrandam sanctam Missam iuxta ritum Missalis Romani anno 1962 editi, libenter suscipiat.Art. 5, § 1. In paroeciis, ubi coetus fidelium traditioni liturgicae antecedenti adhaerentium stabiliter exsistit, parochus eorum petitiones ad celebrandam sanctam Missam iuxta ritum Missalis Romani anno 1962 editi, libenter suscipiat.
    Ahora conocemos el probable origen de todas las traducciones castellanas erróneas que circulan por ahí.
    ¿Cuál es el resultado práctico de todo esto? Dos cosillas a nuestro entender, quedarían aquí comprometidas, a saber: La primera, que si la Carta Summorum Pontificum no ha puesto ninguna restricción de tipo cuantitativo ni temporal a la posibilidadad de pedir y obtener la celebración parroquial de la Misa Tradicional, no deberían ponérselas aquellos que solamente estan concernidos a obedecerla sin interpretarla ni condicionarla; Monseñor Ranjith ha dicho de ellos que son ni más ni menos como instrumentos del demonio. Segundo: Otra vez, se pone de manifiesto el peligro diabólico que acecha siempre a toda iniciativa pontificia, o de cualquier otra autoridad eclesiástica, ordenada a la restauración plena de la Iglesia, en peligro de desaparición por los conatos de autodemolición, o sea, destrucción interna o desde dentro iniciados con febril locura desde el Concilio Vaticano II, como recordada S. S. Paulo VI. Y pensamos que algunos obispos desobedientes, están sirviendo al demonio todavía mejor de lo que cree Monseñor Ranjith.

    http://elultimoalcazar.blogspot.com/

  5. #5
    Avatar de el cura y el barbero
    el cura y el barbero está desconectado blanco-hombre-hetero-español-
    Fecha de ingreso
    16 nov, 07
    Mensajes
    98
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    Cita Iniciado por Cirujeda Ver mensaje
    Cura Barbero: Sinceramente, me ha parecido una buena respuesta.

    De todas formas, entrando de lleno en faena, me atrevo a preguntar: En la misa de Pablo VI, ¿qué es lo anticatólico? O, dicho más suavemente, ¿en qué se cede frente a los protestantes?

    Es que, verdaderamente, no consigo comprenderlo. ¿En la misa de Pablo VI se está cediendo? En los misales actuales, no veo por ninguna parte que se admitan ni el Sola Scriptura, ni el Sola Gratia ni el Sola Fides. Tampoco veo reflejo de la pesimista antropología protestante ni de su concepto negativo del sexo o resto de acciones humanas. No se ve ninguna discusión de la autoridad del Papa.
    Todo eso son postulados filosóficos y antropológicos del protestantismo, a los que en los ritos de las “eucaristías” protestantes no se hace referencia en absoluto, tal como en la Misa católica tampoco hay exposiciones filosóficas o antropológicas de teorías específicamente católicas.
    Pero no hace falta asentir a todos esos postulados, ni tampoco conocerlos, para que, en la práctica, se llame protestante a todo el que asiste a oficios y misas protestantes o simpatice con esos ritos.

    Pienso que el Concilio Vaticano II, en vez de cambiar el sentido de las cosas, ha eliminado añadidos no fundamentales que se fueron incorporando a la Misa. Al haber menos elementos en la liturgia, hay también menos elementos de discusión, con protestantes o con quien sea.
    Lutero y los protestantes se limitaron, también, a “eliminar añadidos no fundamentales” (…los que a ellos no les gustaban, claro) que (según ellos) se fueron incorporando a la Misa”.
    Tal “eliminación” desconoce la Tradición Católica; es querer hacer borrón y cuenta nueva, y es desconocer y despreciar la permanente asistencia del Espíritu Santo sobre la Iglesia.
    No olvidemos que la defensa contra las herejías (¿“los añadidos no fundamentales”?) forma parte del Depósito de la Fe, en tanto ha contribuído a la fijación y definición de Dogmas por el Magisterio de la Iglesia.

    Si vamos a la Didajé, a San Justino o a San Ignacio de Antioquía, veremos que la misa actual se parece más a la de los Padres que la anterior al Concilio Vaticano II. ¿San Justino o San Ignacio de Antioquía eran herejes o católicos protestantizados?

    Repito que eso es desconocer la Tradición, y que esa es la misma disculpa a que apelaban Lutero y el protestantismo.
    En tiempos de “la Didajé, de San Justino o de San Ignacio de Antioquia” no había protestantes que negaran abiertamente los Dogmas sobre la Misa como Sacrificio, que quedaron definidos en Trento varios siglos más tarde de la época de San Justino.
    Pero, de haber habido protestantes en aquel entonces, Trento se hubiera adelantado muchísimos siglos.
    Ahora bien, ya en estas épocas modernas, habiendo constancia de la negación de ese y otros muchos Dogmas por los protestantes, ya no hay marcha atrás, en el sentido de que querer retrotraerse anacrónicamente al inicio del cristianismo no pasa de ser una forma de ocultación, disimulación, o de hacer tabla rasa de muchos Dogmas que Concilios posteriores definieron.
    Y esa es la falacia que denunciamos los católicos.

    Sin embargo, lo que yo pretendo es colaborar para rescatar la más genuina Tradición de la Iglesia.

    Precisamente el concepto de Tradición implica que NO haya una Tradición que sea “más genuina” que otra Tradición.
    La Tradición, que es una y única, puede compararse a un organismo vivo: el cual atraviesa por fases distintas permaneciendo idéntico y el mismo en todas ellas.
    La Iglesia NO era más auténtica en aquella época que en ésta.
    Nadie es más auténtico con 5 años que con 40: nadie necesita recortarse un metro de estatura y vestirse de niño para ser más auténtico.
    Tu yo actual no pasa a ser más “auténtico” aunque te disfraces de niño.

    La Iglesia no nació en el siglo XVI.

    Eso mismo suelen decir los que sobreentienden que nació en 1962.






  6. #6
    Avatar de Cirujeda
    Cirujeda está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 06
    Ubicación
    A la vista del castillo de Gibralfaro.
    Mensajes
    617
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    El cura y el barbero: No pretendo hacerte la pelota, pero la verdad es que me agrada que haya foreros que sepan argumentar sus posiciones, y tú eres uno de ellos. La verdad es que empezaba a estar cansado de argumentos de autoridad y juridicismos, que es lo más que algunos llegan a hacer.

    Confieso que no soy experto en estos temas, lo que no me impide atreverme a opinar según mi más leal saber y entender.

    Sigo pensando que no hay cesión ante los protestantes. Que se hayan eliminado añadidos no quiere decir que se haya cedido ni que la intención sea la misma que la de los evangélicos.

    Lutero, ciertamente, eliminó añadidos, pero con desconocimiento de las fuentes. Lutero leía los evangelios y a San Pablo e imitaba lo que ponía en dichos escritos, pero se quedaba corto por no saber de dónde proviene la misa. Así, por ejemplo, desconocía el seder pascual de los judíos, que era lo que Jesucristo estaba celebrando la noche de la Última Cena.

    Ha sido necesario el trabajo de muchos profesionales durante muchos años para comprender las fuentes de este sacramento. Lutero, en el siglo XVI, no tenía acceso a esos estudios. Eliminó elementos a ciegas.

    Ahora, sabemos mucho más que en aquellos tiempos. De ese saber nace la inquietud por mostrar cuál es el sentido primigenio y más auténtico de la misa. Estoy hablando del Misterio de Pascua de Jesús. Sí, eso que tan mal suena a varios foreros.

    Lutero desconocía la potencia de la Pascua. De hecho, su "teologia crucis" se queda corta, casi no pasa de la Cruz. Deja la Resurrección muy en la sombra. La mejor respuesta a Lutero es, precisamente, recuperar el Misterio Pascual en la Eucaristía. Los añadidos no eran malos, pero ocultaban la mayor grandeza del sacramento. Se trata de realzar lo principal eliminando lo secundario. Porque esos elementos secundarios, siendo importantes, tapaban a lo principal.

    Durante cuatro siglos fue necesario. Se habían perdido de vista las fuentes y era necesario, además, "blindarse" contra las herejías. Se trataba, al fin y al cabo, de un período muy crítico de la Cristiandad.

    Pero la Cristiandad desapareció. Estamos en un contexto pagano. Y de un paganismo creciente. La misa de San Pío V ha sido un tesoro para la Iglesia, igual que el latín, pero no olvidemos, insisto, que la Cristiandad ya no existe. Si la Iglesia quiere ser misionera, tendrá que cambiar los medios para transmitir el mismo mensaje de siempre que, como entiendo que dices, va a más pero no a menos.

    En este contexto, ¿qué será el ecumenismo? Pues, sinceramente, creo que es el intento de recuperar algo propio de la Cristiandad: la unanimidad de fe, pensamientos, tradiciones, sentires... No es un cambiar para contentar a otros, sino la recuperación de la unanimidad. Lo que pasa es que, para convencer a otros de la Verdad, hay que saber cómo dirigirse a ellos. En la situación social actual, en que la Iglesia no pincha ni corta ni en las legislaciones ni en las costumbres de la mayoría, se hace necesario que sepamos adaptarnos a la situación si de verdad queremos ser fieles a la misión que se nos ha encomendado por Jesucristo. No podemos contentarnos con nuestra salvacioncita personal.

    En fin, he sido un poco desordenado en la exposición y no dispongo de más tiempo en este momento. Un saludo en Cristo.
    Última edición por Cirujeda; 10/12/2007 a las 17:51
    "La Verdad os hará libres"

  7. #7
    Avatar de el cura y el barbero
    el cura y el barbero está desconectado blanco-hombre-hetero-español-
    Fecha de ingreso
    16 nov, 07
    Mensajes
    98
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    Cita Iniciado por Cirujeda Ver mensaje
    Sigo pensando que no hay cesión ante los protestantes. Que se hayan eliminado añadidos no quiere decir que se haya cedido ni que la intención sea la misma que la de los evangélicos.
    - ¿Podrías citarme algún “añadido” que haya sido “eliminado” lícitamente?
    Me temo que muchos de esos “añadidos eliminados” pertenecen a la Tradición, y en ese sentido su eliminación nunca puede haber sido lícita.
    - Por otra parte, sí se ha cedido ante los protestantes, en cuanto sabemos que la intención de Pablo VI fue “podar” la Misa Católica para hacerla tragable y asumible por los protestantes.
    La pena (o la risa) es que estos llevan 40 años sin tragar (y nunca tragarán); se destroza el catolicismo para convertir protestantes y no se ha converido (ni se convertirá) ninguno. Pero ¿para qué se habrían de convertir? ¡¡si es Roma la que parece haberse hecho protestante!!

    el sentido primigenio y más auténtico de la misa. Estoy hablando del Misterio de Pascua de Jesús. Sí, eso que tan mal suena a varios foreros.
    -¿Hay algún documento del Magisterio que defina la Misa como “Misterio de la Pascua de Jesús” o que desarrolle esa teoría? ¿Quién es el autor?
    Me temo que eso suena más bien a tema de “eucaristía moderna”, o de alguna encíclica de las de Juan Pablo II.
    Pero da igual, sea lo que sea, esa teoría no es dogmática y en caso de conflicto de documentos del Magisterio, siempre prevalecería el dogma. Y el dogma da una única definición: la que dio el Concilio de Trento, que además ordenó codificar el rito romano, (el mismo rito que ya usaba, p.ej, el papa San Gregorio Magno en el siglo VI) por cuanto era el que con más nitidez y precisión fijaba el carácter sacrificial de la Misa.
    Desde aquel entonces todo católico está vinculado, lo sepa o no, a ese rito y a esa definición, en virtud de la condena que recae desde entonces a quien niegue el carácter sacrificial de la Misa.





  8. #8
    Avatar de Cirujeda
    Cirujeda está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 06
    Ubicación
    A la vista del castillo de Gibralfaro.
    Mensajes
    617
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    Es una pena que un debate que podría ser teológico se convierta en debate jurídico.
    "La Verdad os hará libres"

  9. #9
    Avatar de Gens Domitorum
    Gens Domitorum está desconectado Portae Inferi NON Praevalebunt
    Fecha de ingreso
    08 may, 07
    Ubicación
    Las Españas
    Mensajes
    162
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    Cita Iniciado por Cirujeda Ver mensaje
    Es una pena que un debate que podría ser teológico se convierta en debate jurídico.
    No llego a entender todas las implicaciones de esa afirmación... A mi modo de ver una dimensión no excluye a la otra.
    Lo que no se puede hacer, de ningún modo, es pretender inventar Teología. Eso desde luego que no.
    Tengo curiosidad por saber de dónde proviene esa "definición" del SACRIFICIO de la Santa Misa como "Misterio de la Pascua de Jesús".
    "Praedica verbum, insta opportune, importune, argue, increpa, obsecra in omni longanimitate et doctrina. Erit enim tempus, cum sanam doctrinam non sustinebunt, sed ad sua desideria coacervabunt sibi magistros prurientes auribus, et a veritate quidem auditum avertent, ad fabulas autem convertentur. Tu vero vigila in omnibus, labora, opus fac evangelistae, ministerium tuum imple". (Tim. 4, 1-5)


    "La civilización atea se apoya en la autonomía de la razón y conduce a la servidumbre.
    La civilización cristiana se apoya en la obediencia y termina en la libertad". (Vázquez de Mella)



  10. #10
    Avatar de Cirujeda
    Cirujeda está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 06
    Ubicación
    A la vista del castillo de Gibralfaro.
    Mensajes
    617
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    Las dimensiones jurídica y teológica no tienen que ser necesariamente excluyentes entre sí. Lo malo es que algunos estimados foreros tienden muchísimo a utilizar argumentos de autoridad, invocando continuamente textos definitorios, pero sin pretender profundizar en la comprensión de la naturaleza del sacramento. Más o menos diciendo: “Esto es así en virtud de la autoridad de quien lo ha dicho”.

    No podemos olvidar que, cuando un Papa o un Concilio han dicho algo, lo han dicho por algo. Nunca es una arbitrariedad, sino una decisión cargada de lógica y fundada en una tradición precedente. Un argumento es válido o no en función de su contenido más que en función de la persona que lo enuncia. Naturalmente, no estoy discutiendo ni restando valor a las declaraciones dogmáticas. Aún los dogmas tienen tal valor porque han formado parte de la fe de la Iglesia antes de su proclamación. La Inmaculada Concepción, por ejemplo, siempre ha sido algo cierto, independientemente de que se haya explicitado en un dogma concreto en fecha determinada. Y, cuando se enunció por Pío Nono, ya se creía en lo que dicho dogma significa.

    Por eso, no podemos limitarnos a los dogmas enunciados y punto. La Iglesia tiene que investigar y hacer un esfuerzo continuo de comprensión de la propia fe.

    La Misa tiene un sentido sacrificial, ciertamente. Es un elemento fundamental del sacramento. Pero el Misterio Pascual también es sacrificio. Es el paso de la muerte a la vida a través de la cruz. Cristo ha muerto y, precisamente por eso, ha podido resucitar. No sólo se ha sacrificado por nosotros, sino que ha vencido a la muerte. Éste es el contenido de la primera predicación de los apóstoles. La Resurrección da pleno sentido al sacrificio de Cristo en la cruz.

    Los protestantes, como ya he citado, ponen el acento más en la cruz que en la Resurrección, que queda en la sombra. La Resurrección parece, para ellos, una especia de añadido que demuestra que Dios es Todopoderoso, pero sin reconocerle valor redentor. Recuperar el sentido del Misterio Pascual en la Misa es, precisamente, reforzar su catolicidad y oponerse a la equivocada teología luterana.

    Evidentemente, cuando después de un mal trago, las cosas terminan bien, el espíritu se alegra. Por eso, aunque en la Misa hay sacrificio, está también presente el sentido festivo. Jesús murió, fue sepultado y, al tercer día, RESUCITÓ. La Redención no termina en la cruz. Si leemos el Génesis, veremos que la paga del pecado es la muerte (“El día que comieres de él, morirás sin remedio”). Sin embargo, en el momento en que la muerte es derrotada por Jesús, tenemos acceso al perdón de los pecados. Ahí tenemos uno de los significados profundos de la Resurrección de Jesús: Los pecados están perdonados. Ahora, sólo queda que tú te abras a la gracia y el Espíritu Santo produzca fruto en ti. Ahora, puedes realizar las buenas obras que Dios, de antemano, dispuso que practicáramos. Viendo tus obras, sabremos si tienes fe. Si no tienes buenas obras, no tienes fe.

    Por tus obras, sabremos si estás redimido. Sabremos si has vencido a la muerte. Sabremos si te hundes o no en las aguas, como san Pedro. Veremos cómo reaccionas ante el sufrimiento.

    Todo esto está presente en la Misa. Siempre lo ha estado, pero han llegado a ser tanto los añadidos (añadidos previstos por la Divina Providencia, eso no lo he discutido nunca), que era difícil verlo.

    Saludos en Cristo.
    "La Verdad os hará libres"

  11. #11
    Gothico está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    17 abr, 06
    Ubicación
    Madrid
    Mensajes
    952
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    Cita Iniciado por Cirujeda Ver mensaje
    Las dimensiones jurídica y teológica no tienen que ser necesariamente excluyentes entre sí. Lo malo es que algunos estimados foreros tienden muchísimo a utilizar argumentos de autoridad, invocando continuamente textos definitorios, pero sin pretender profundizar en la comprensión de la naturaleza del sacramento.
    ¿Desde cuándo un Dogma es algo “jurídico” y no “teológico”?
    ¿Desde cuándo llamar “jurídico” a lo que es una mera forma de Magisterio?
    ¿Es que un católico no ha de creer los dogmas y rechazar lo que se les opone?
    ¿La autoridad de los Papas acaso no es argumento en el catolicismo?
    ¿Los Papas y los Concilios para qué definen, entonces; para que otros sigan indagando por su cuenta ignorando a los papas; para luego darnos explicaciones de por qué no es lo que los Papas dicen, y les tengamos que creer a ellos al margen de los Papas?
    ¿O sea que hemos de aceptar las teorías que tú nos das porque no son “argumentos”; no tienen “autoridad” y tampoco “definen” nada?
    ¿Y crees que eso las hará más creíbles, en general?
    Un argumento es válido o no en función de su contenido más que en función de la persona que lo enuncia. Naturalmente, sin perder de vista las declaraciones dogmáticas. De todas formas, aún los dogmas tienen tal valor porque han formado parte de la fe de la Iglesia antes de su proclamación. La Inmaculada Concepción, por ejemplo, siempre ha sido algo cierto, independientemente de que se haya explicitado en un dogma concreto en fecha determinada.
    Luego ya lo estás diciendo tú mismo:
    La Misa en cuanto Sacrificio “tiene tal valor porque ha formado parte de la fe de la Iglesia antes de su proclamación. “La Misa en cuanto Sacrificio”, por ejemplo, siempre ha sido algo cierto, independientemente de que se haya explicitado en un dogma concreto en fecha determinada”….
    Completamente de acuerdo. Sí, en el Concilio de Trento en el siglo XVI.
    Entonces ¿por qué ese interés especial de considerar la Misa como “Misterio pascual”?
    ¿Por qué a ti (y a otros muchísimos) te gusta o te convence?
    A nosotros nos convencen sólo los Papas y los concilios que poseen en exclusiva el Magisterio de la Iglesia; no teorías elaboradas por no se sabe ni quién ni cuándo.

    En fin, como es suficientemente obvio que a él no se le va a convencer, por lo menos aprovecho para que se saque de estos debates algo positivo en el contexto del foro, y para que los demás saquen argumentos prácticos.
    (Porque mucho se habla del modernismo y de San Pío X en el Foro, pero si, a la hora de la verdad, no detectamos modernismo en lo que se escribe en el foro ¿de qué nos vale San Pío X?)
    Podrían servir tanto la encíclica “Pascendi como la “Lamentabili sine exitu”; pero al ser ésta de más sencillo calado y concreción me ceñiré solo a la “Lamentabili”.
    Pueden leerse las proposiciones condenadas por San Pío X y compararlas posteriormente con el sentido y trasfondo de las afirmaciones. Lógicamente, no pueden coincidir estrictamente las frases, pero es innegable su sentido y su trasfondo con las proposiciones condenadas por San Pío X, en el sentido de infravaloración de los dogmas, y de que los dogmas vienen, en definitiva a quedar subordinados a posteriores estudios o comprensiones que los exegetas e investigadores y estudiosos van aportando con el paso del tiempo.
    Seguiré detectando más gazapos en futuros mensajes…, porque esto continuará, seguro. Por lo menos que nos sea útil a todos.

    invocando continuamente textos definitorios, pero sin pretender profundizar en la comprensión de la naturaleza del sacramento.

    Un argumento es válido o no en función de su contenido más que en función de la persona que lo enuncia.

    Por eso, no podemos limitarnos a los dogmas enunciados y punto. La Iglesia tiene que investigar y hacer un esfuerzo continuo de comprensión de la propia fe.

    Éste es el contenido de la primera predicación de los apóstoles.

    Recuperar el sentido del Misterio Pascual en la Misa


    Comparar estos textos con las proposiciones condenadas en el Decreto del santo Oficio Lamentabili:


    LAMENTABILI SINE EXITU
    DECRETO DEL PAPA SAN PÍO X SOBRE
    LOS ERRORES DEL "MODERNISMO"

    …2. La interpretación de los Libros Sagrados hecha por la Iglesia no es ciertamente despreciable, pero está sometida al más exacto juicio y corrección de los exegetas.
    3. De los juicios y censuras eclesiásticas contra la exégesis libre y más elevada, puede colegirse que la fe propuesta por la Iglesia contradice a la historia, y que los dogmas católicos no pueden realmente conciliarse con los más verídicos orígenes de la religión cristiana.
    4. El Magisterio de la Iglesia no puede determinar el sentido genuino de las Sagradas Escrituras, ni siquiera por medio de definiciones dogmáticas.
    …6. En la definición de las verdades, la Iglesia discente y la docente colaboran de tal modo que a la Iglesia docente no le corresponde sino sancionar las opiniones comunes de la discente.
    …22. Los dogmas que la Iglesia presenta como revelados no son verdades descendidas del Cielo, sino una cierta interpretación de hechos religiosos que la inteligencia humana ha logrado mediante un laborioso esfuerzo.
    …24. No se ha de condenar al exegeta que sienta premisas, de las cuales se sigue que los dogmas son históricamente falsos o dudosos, con tal que directamente no niegue los dogmas mismos.
    …39. Las opiniones sobre el origen de los sacramentos, en que estaban imbuidos los Padres de Trento y que influyeron sin duda en sus cánones dogmáticos, están muy alejadas de las que con razón dominan ahora entre los historiadores del cristianismo.
    54. Los dogmas, los sacramentos y la jerarquía, tanto en su noción como en su realidad, no son sino interpretaciones y evoluciones de la inteligencia cristiana,…
    65. El catolicismo actual no puede conciliarse con la verdadera ciencia, si no se transforma en un cristianismo no dogmático, es decir, en protestantismo amplio y liberal.

    http://www.mercaba.org/PIO%20X/pio-x-01.htm
    Última edición por Gothico; 13/12/2007 a las 01:49

  12. #12
    Avatar de Cirujeda
    Cirujeda está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 06
    Ubicación
    A la vista del castillo de Gibralfaro.
    Mensajes
    617
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    Cita Iniciado por Gothico Ver mensaje
    ¿Desde cuándo un Dogma es algo “jurídico” y no “teológico”?
    ¿Desde cuándo llamar “jurídico” a lo que es una mera forma de Magisterio?
    ¿Es que un católico no ha de creer los dogmas y rechazar lo que se les opone?
    ¿La autoridad de los Papas acaso no es argumento en el catolicismo?
    ¿Los Papas y los Concilios para qué definen, entonces; para que otros sigan indagando por su cuenta ignorando a los papas; para luego darnos explicaciones de por qué no es lo que los Papas dicen, y les tengamos que creer a ellos al margen de los Papas?
    ¿O sea que hemos de aceptar las teorías que tú nos das porque no son “argumentos”; no tienen “autoridad” y tampoco “definen” nada?
    ¿Y crees que eso las hará más creíbles, en general?

    Luego ya lo estás diciendo tú mismo:
    La Misa en cuanto Sacrificio “tiene tal valor porque ha formado parte de la fe de la Iglesia antes de su proclamación. “La Misa en cuanto Sacrificio”, por ejemplo, siempre ha sido algo cierto, independientemente de que se haya explicitado en un dogma concreto en fecha determinada”….
    Completamente de acuerdo. Sí, en el Concilio de Trento en el siglo XVI.
    Entonces ¿por qué ese interés especial de considerar la Misa como “Misterio pascual”?
    ¿Por qué a ti (y a otros muchísimos) te gusta o te convence?
    A nosotros nos convencen sólo los Papas y los concilios que poseen en exclusiva el Magisterio de la Iglesia; no teorías elaboradas por no se sabe ni quién ni cuándo.

    En fin, como es suficientemente obvio que a él no se le va a convencer, por lo menos aprovecho para que se saque de estos debates algo positivo en el contexto del foro, y para que los demás saquen argumentos prácticos.
    (Porque mucho se habla del modernismo y de San Pío X en el Foro, pero si, a la hora de la verdad, no detectamos modernismo en lo que se escribe en el foro ¿de qué nos vale San Pío X?)
    Podrían servir tanto la encíclica “Pascendi como la “Lamentabili sine exitu”; pero al ser ésta de más sencillo calado y concreción me ceñiré solo a la “Lamentabili”.
    Pueden leerse las proposiciones condenadas por San Pío X y compararlas posteriormente con el sentido y trasfondo de las afirmaciones. Lógicamente, no pueden coincidir estrictamente las frases, pero es innegable su sentido y su trasfondo con las proposiciones condenadas por San Pío X, en el sentido de infravaloración de los dogmas, y de que los dogmas vienen, en definitiva a quedar subordinados a posteriores estudios o comprensiones que los exegetas e investigadores y estudiosos van aportando con el paso del tiempo.
    Seguiré detectando más gazapos en futuros mensajes…, porque esto continuará, seguro. Por lo menos que nos sea útil a todos.







    Comparar estos textos con las proposiciones condenadas en el Decreto del santo Oficio Lamentabili:


    http://www.mercaba.org/PIO%20X/pio-x-01.htm
    ¡Ufff...! Ciertamente habilidoso.

    En fin, rápidamente:

    - El dogma es teológico, pero es posible intentar hacer de él una interpretación juridicista e, incluso, fundamentalista. No podemos "martillearlo" para adaptarlo a nuestras posiciones de partida.
    - El católico acepta los dogmas y trata de comprenderlos, además. Sabe que son un dato cierto pero, por amor a la Verdad, quiere profundizar en ellos.
    - La autoridad de los Papas es argumento, pero argumento de autoridad. A mí me valen, pero no a un no creyente. Y yo, como todos los misioneros católicos, intento llegar a los no creyentes. No le puedo decir a un hindú que no ha oído ni hablar de Jesucristo "esto es así porque lo estableció de forma definitiva tal Papa".
    - No estoy diciendo que se rechacen las definiciones dogmáticas, sino que no pueden ser un único argumento, pues estaríamos "reduciendo" la teología.
    - No he discutido ni discuto la “Lamentabili sine exitu". No puede aplicárseme ninguna de las proposiciones condenadas que citas.
    - La Iglesia, siempre, ha hecho un esfuerzo teológico y exegético. Siempre. Ese esfuerzo, con la inspiración del Espíritu Santo, ha cristalizado en una cada vez mayor concreción del Dogma. La inspiración del Espíritu Santo "baja del Cielo", sin duda. Pero a través de unos medios determinados. El cristianismo no es ningún espiritismo. No hace falta entrar en trance para que un Papa o un Concilio definan un dogma. Esto no contradice a la “Lamentabili sine exitu".

    Entonces, si lo que pretendo es, precisamente, comprender el dogma, defenderlo, explicitarlo, ¿a qué viene que se me califique poco menos que como protestante?

    ¿Es que acaso los católicos no podemos vencer a los protestantes en el terreno bíblico y teológico? Sí, podemos. Lo que no podemos hacer es darles la razón cuando dicen que consideramos a la Escritura explicación del Magisterio y no al revés. Eso es falso, pero parece que algún forero no lo entiende.
    "La Verdad os hará libres"

  13. #13
    Avatar de Lizcano de la Rosa
    Lizcano de la Rosa está desconectado Miembro graduado
    Fecha de ingreso
    22 oct, 07
    Mensajes
    273
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    Cita Iniciado por Cirujeda Ver mensaje
    Cita:
    Empezado por Gothico

    ¡Ufff...! Ciertamente habilidoso.

    En fin, rápidamente:

    - El dogma es teológico, pero es posible intentar hacer de él una interpretación juridicista e, incluso, fundamentalista. No podemos "martillearlo" para adaptarlo a nuestras posiciones de partida.
    - El católico acepta los dogmas y trata de comprenderlos, además. Sabe que son un dato cierto pero, por amor a la Verdad, quiere profundizar en ellos.
    - La autoridad de los Papas es argumento, pero argumento de autoridad. A mí me valen, pero no a un no creyente. Y yo, como todos los misioneros católicos, intento llegar a los no creyentes. No le puedo decir a un hindú que no ha oído ni hablar de Jesucristo "esto es así porque lo estableció de forma definitiva tal Papa".
    - No estoy diciendo que se rechacen las definiciones dogmáticas, sino que no pueden ser un único argumento, pues estaríamos "reduciendo" la teología.
    - No he discutido ni discuto la “Lamentabili sine exitu". No puede aplicárseme ninguna de las proposiciones condenadas que citas.
    - La Iglesia, siempre, ha hecho un esfuerzo teológico y exegético. Siempre. Ese esfuerzo, con la inspiración del Espíritu Santo, ha cristalizado en una cada vez mayor concreción del Dogma. La inspiración del Espíritu Santo "baja del Cielo", sin duda. Pero a través de unos medios determinados. El cristianismo no es ningún espiritismo. No hace falta entrar en trance para que un Papa o un Concilio definan un dogma. Esto no contradice a la “Lamentabili sine exitu".

    Entonces, si lo que pretendo es, precisamente, comprender el dogma, defenderlo, explicitarlo, ¿a qué viene que se me califique poco menos que como protestante?

    ¿Es que acaso los católicos no podemos vencer a los protestantes en el terreno bíblico y teológico? Sí, podemos. Lo que no podemos hacer es darles la razón cuando dicen que consideramos a la Escritura explicación del Magisterio y no al revés. Eso es falso, pero parece que algún forero no lo entiende.
    En primer lugar, uno cree por don infuso, pero ¿en qué y por qué? Fácil. Uno cree, gracias a la virtud (fortaleza) de la fe, en aquello que Dios ha dicho y porque Dios lo ha dicho. Sin ese principio de autoridad la fe se vacía, se seca. No en vano Lutero es lo que persiguió, minar y destruir el principio de autoridad. En segundo lugar, y en base a ese principio de autoridad, la Iglesia militante es dogmática, no puede ser de otra manera. El misterio pascual es una nueva teología, una innovación que se enfrenta y destruye la Tradición de la Iglesia desde dentro, es la infección modernista, el cáncer metastasiado.

    No está mal, es además obligado, sustentar el dogma en la razón, pero no se debe confundir coherencia racional con comprensión. Así, Santo Tomás da un armazón filosófico a la posibilidad de que dos naturalezas coexistan en una sola permaneciendo las dos intactas. La esencia y la existencia. Pero eso no hace comprensible el misterio de la Encarnación. No es lo mismo profundizar, o si se quiere explicitar, que escudriñar.

    Todo el misterio pascual no es más que la negación de la transustanciación por la significación, para convertir el sacrificio en una comida fraterna. Se puede adornar y disimular, en esto los camaleones modernistas son auténticos sofistas, lo que se quiera pero la realidad, que supera a la mente enfermiza de la filosofía racionalista, es que sólo hay que darse una vuelta por los altares de las iglesia y ver qué es lo que ocurre. Esos son los hechos, y "el no esto, no era esto", ya nos lo conocemos. Claro que no era no eso, pero eso y no otra cosa son los frutos del misterio pascual. "Tronos a las ideas, y cadalsos a las consecuencias", ya nos lo sabemos también.

  14. #14
    Gothico está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    17 abr, 06
    Ubicación
    Madrid
    Mensajes
    952
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    Cita Iniciado por Cirujeda Ver mensaje
    Lo malo es que algunos estimados foreros tienden muchísimo a utilizar argumentos de autoridad, invocando continuamente textos definitorios, pero sin pretender profundizar en la comprensión de la naturaleza del sacramento. Más o menos diciendo: “Esto es así en virtud de la autoridad de quien lo ha dicho”.
    Así, pues, no sirven los “argumentos de autoridad” de Trento ni los “textos definitorios” de Trento.
    Sin embargo, existe una “profundización en la comprensión de la naturaleza del sacramento”, que es ésta (según tú):
    Evidentemente, cuando después de un mal trago, las cosas terminan bien, el espíritu se alegra. Por eso, aunque en la Misa hay sacrificio, está también presente el sentido festivo. Jesús murió, fue sepultado y, al tercer día, RESUCITÓ. La Redención no termina en la cruz. Si leemos el Génesis, veremos que la paga del pecado es la muerte (“El día que comieres de él, morirás sin remedio”). Sin embargo, en el momento en que la muerte es derrotada por Jesús, tenemos acceso al perdón de los pecados. Ahí tenemos uno de los significados profundos de la Resurrección de Jesús: Los pecados están perdonados. Ahora, sólo queda que tú te abras a la gracia y el Espíritu Santo produzca fruto en ti. Ahora, puedes realizar las buenas obras que Dios, de antemano, dispuso que practicáramos. Viendo tus obras, sabremos si tienes fe. Si no tienes buenas obras, no tienes fe.

    Por tus obras, sabremos si estás redimido. Sabremos si has vencido a la muerte. Sabremos si te hundes o no en las aguas, como san Pedro. Veremos cómo reaccionas ante el sufrimiento.

    Muy bien. Y yo pregunto:
    ¿Esa es la única “profundización” o podría haber otras (incluso muy diferentes)?
    ¿Es divinamente inspirada, acaso, para que tengamos a esa teoría una especial consideración?
    ¿Tú crees que esa parrafada tiene que gustar, o convencer, forzosamente, a los católicos?
    Si no nos gusta, o no nos convence o no hacemos caso a ese argumento, ¿seremos, acaso, ignorantes o “integristas” por rechazarlo?
    Y ya puestos, ¿por qué, mejor, no inventarnos cada alguna teoría para nuestra “profundización” particular?
    Y, en fin, si esa “profundización” no es Dogma de Fe (que me parece que no lo es) ni proviene del Magisterio infalible ¿por qué o para qué, habríamos de creerla?
    Más bien, por contra, a todo católico le obligan las palabras de Pío IX y de San Pío X, previniendo contra las “profundizaciones” :
    “NO escudriñar la PROFUNDIDAD de los Misterios de Dios, SINO reverenciarlos pía y humildemente» (Pascendi, 16)

    (se puede decir más alto, pero no más claro)
    Aunque, cómo ese es un “argumento jurídico”… para ti y los modernistas ya sabemos que no sirve…
    ¡¡Y a los católicos sólo les deben servir tus argumentos y los de los modernistas!! ¿no?

    Y prosigues:
    Todo esto está presente en la Misa. Siempre lo ha estado, pero han llegado a ser tanto los añadidos (añadidos previstos por la Divina Providencia, eso no lo he discutido nunca), que era difícil verlo.

    Es decir, que hubo ocultación de lo esencial por añadidos, olvido etc...:
    Ya existía esa herejía, ¿la conocías?, tiene más de dos siglos:
    Errores del Sínodo de Pistoya
    [Condenados en la Constit. Auctorem Fidei, de 28 de agosto de 1794]
    [A. Errores sobre la Iglesia]
    Del oscurecimiento de las verdades en la Iglesia
    [Del Decr. de grat. § 1]
    1. La proposición que afirma: que en estos últimos siglos se ha esparcido un general oscurecimiento sobre las verdades de más grave importancia, que miran a la religión y que son base de la fe y de la doctrina moral de Jesucristo, es herética.

    …Del orden conveniente que ha de guardarse en el culto
    [Ibid. § 6]
    33. La proposición del Sínodo por la que manifiesta desear que se quiten las causas por las que en parte se ha introducido el olvido de los principios que tocan al orden de la liturgia, volviéndola a mayor sencillez de los ritos, exponiéndola en lengua vulgar y pronunciándola en voz alta —como si el orden vigente de la liturgia, recibido y aprobado por la Iglesia, procediera en parte del olvido de los principios por que debe aquélla regirse—, es temeraria, ofensiva de los piadosos oídos, injuriosa contra la Iglesia y favorecedora de las injurias de los herejes contra ella.
    http://www.mercaba.org/FICHAS/IGLESI...iglesia_09.htm
    Última edición por Gothico; 15/12/2007 a las 16:39

  15. #15
    Avatar de Cirujeda
    Cirujeda está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 06
    Ubicación
    A la vista del castillo de Gibralfaro.
    Mensajes
    617
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    Sinceramente, me ha faltado tiempo para dedicarme a responder con cierta profundidad, por lo que he recurrido a personas mucho más preparadas que yo para que sean ellos quienes contesten.

    Copia la respuesta que he recibido por correo electrónico, con la esperanza de que sirva para comprender que no hay razones para la confrontación en la renovación litúrgica del Vaticano II, sino más bien para la alegría de los amantes de la Tradición:


    El P. Fuentes me ha delegado responder a su consulta.

    Ciertamente, las definiciones del Concilio de Trento sobre la Misa
    tienen carácter dogmático, y precisamente han sido recogidas como
    tales por el Concilio Vaticano II, como puede leerse en la
    Presentación de la Ordenación General del Misal Romano (Misal de Pablo
    VI), que transcribo a continuación para responder a su consulta:

    INTRODUCCIÓN

    1. El Señor, cuando iba a celebrar la cena pascual con sus discípulos
    en la que instituyó el sacrificio de su Cuerpo y de su Sangre, mandó
    preparar una sala grande, ya dispuesta (Lc 22,12). La Iglesia se ha
    considerado siempre comprometida por este mandato, al ir estableciendo
    normas para la celebración de la Eucaristía relativas a la disposición
    de las personas, de los lugares, de los ritos y de los textos. Tanto
    las normas actuales, que han sido promulgadas basándose en la
    autoridad del Concilio Ecuménico Vaticano II, como el nuevo Misal que
    en adelante empleará la Iglesia de Rito romano para la celebración de
    la Misa, constituyen una nueva demostración de este interés de la
    Iglesia, de su fe y de su amor inalterable al sublime misterio
    eucarístico, y testifican su tradición continua y homogénea, a pesar
    de algunas innovaciones que han sido introducidas.

    Testimonio de fe inalterada

    2. El Concilio Vaticano II ha vuelto a afirmar la naturaleza
    sacrificial de la Misa, solemnemente proclamada por el Concilio de
    Trento en consonancia con toda la tradición de la Iglesia (CONC. ECUM.
    DE TRENTO, Sesión XXII, deI 17 de septiembre de 1562: DS 1738-1759);
    suyas son estas significativas palabras acerca de la Misa: "Nuestro
    Salvador, en la última Cena, instituyó el sacrificio eucarístico de su
    Cuerpo y de su Sangre, con el cual iba a perpetuar por los siglos,
    hasta su vuelta, el sacrificio de la cruz y a confiar así a su Esposa,
    la Iglesia, el memorial de su muerte y resurrección".
    Lo que enseña el Concilio, aparece continuamente en las fórmulas de la
    Misa. En efecto, la doctrina que el antiguo Sacramentario Leoniano
    expresaba en la fórmula: "Cada vez que se celebra el memorial de este
    sacrificio, se realiza la obra de nuestra redención", aparece de modo
    claro y preciso en las Plegarias eucarísticas; en ellas, el sacerdote,
    a la vez que realiza la "anámnesis", se dirige a Dios en nombre de
    todo el pueblo, le da gracias y le ofrece el sacrificio vivo y santo,
    a saber: la oblación de la Iglesia y la Víctima por cuya inmolación el
    mismo Dios quiso devolvernos su amistad; y pide que el Cuerpo y Sangre
    de Cristo sean sacrificio agradable al Padre y salvación para todo el
    mundo.'
    De este modo, en el nuevo Misal, la lex orandi de la Iglesia responde
    a su perenne lex credendi, la cual nos recuerda que, salvo el modo
    diverso de ofrecer, constituyen un mismo y único sacrificio el de la
    cruz y su renovación sacramental en la Misa, instituida por el Señor
    en la última Cena con el mandato conferido a los Apóstoles de
    celebrarla en su conmemoración; y que, consiguientemente, la Misa es
    al mismo tiempo sacrificio de alabanza, de acción de gracias,
    propiciatorio y satisfactorio.

    3. El misterio admirable de la presencia real de Cristo bajo las
    especies eucarísticas, reafirmado por el Concilio Vaticano II y otros
    documentos del Magisterio de la Iglesia' en el mismo sentido y con los
    mismos términos que el Concilio de Trento lo declaró materia de fe,'
    se ve expresado también en la celebración de la Misa por las palabras
    de la consagración que hacen presente a Cristo por la
    transubstanciación, y, además, por los signos de suma reverencia y
    adoración que tienen lugar en la Liturgia eucarística. Tal es el
    motivo de impulsar al pueblo cristiano a que ofrezca especial tributo
    de adoración a este admirable Sacramento en el día del Jueves Santo y
    en la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.

    4. La naturaleza del sacerdocio ministerial, propia del Obispo y del
    presbítero, que in persona Christi, ofrecen el sacrificio y presiden
    la asamblea del pueblo santo, queda esclarecida en la disposición del
    mismo rito por la preeminencia del lugar reservado al sacerdote y por
    la función que desempeña. El contenido de esta función se ve expresado
    con particular claridad y amplitud en el prefacio de la Misa crismal
    del Jueves Santo, día en que se conmemora la institución del
    sacerdocio. En dicho prefacio se declara la transmisión de la potestad
    sacerdotal por la imposición de las manos, enumerándose cada uno de
    los cometidos de esta potestad, que es continuación de la de Cristo,
    Sumo Pontífice del Nuevo Testamento.

    5. Pero hay algo distinto y muy digno de estima que se capta a partir
    de esta naturaleza del sacerdocio ministerial: es el sacerdocio real
    de los fieles, cuya ofrenda espiritual se consuma en la unión con el
    sacrificio de Cristo, único Mediador, por el ministerio del Obispo y
    de los presbíteros. La celebración eucarística, en efecto, es acción
    de la Iglesia universal, y en ella habrá de realizar cada uno todo y
    sólo lo que de hecho le compete conforme al grado en que se encuentra
    situado dentro del pueblo de Dios. De aquí la necesidad de prestar una
    particular atención a determinados aspectos de la celebración que en
    el decurso de los siglos no han sido tenidos muy en cuenta. Se trata
    nada menos que del pueblo de Dios, adquirido por la Sangre de Cristo,
    congregado por el Señor, que lo alimenta con su palabra; pueblo que ha
    recibido el llamamiento de presentar a Dios todas las peticiones de la
    familia humana; pueblo que, en Cristo, da gracias por el misterio de
    la salvación ofreciendo su sacrificio; pueblo finalmente que por la
    Comunión de su Cuerpo y Sangre se consolida en la unidad. Y este
    pueblo, aunque sea santo por su origen, sin embargo, crece de continuo
    en santidad por la participación consciente, activa y fructuosa en el
    misterio eucarístico.

    Una tradición ininterrumpida

    6. Al establecer las normas a seguir en la revisión del Ordinario de
    la Misa, el Concilio Vaticano II determinó, entre otras cosas, que
    algunos ritos "fueran restablecidos conforme a la primitiva norma de
    los santos Padres"," haciendo uso de las mismas palabras empleadas por
    san Pío V en la Constitución Apostólica Quo primum al promulgar en
    1570 el Misal Tridentino. El que ambos Misales Romanos convengan en
    las mismas palabras puede ayudar a comprender cómo, pese a mediar
    entre ellos una distancia de cuatro siglos, ambos recogen una misma
    tradición. Y si se analiza el contenido interior de esta tradición, se
    ve también con cuánto acierto el nuevo Misal completa al anterior.

    7. En aquellos momentos difíciles, en que se ponía en crisis la fe
    católica acerca de la naturaleza sacrificial de la Misa, del
    sacerdocio ministerial y de la presencia real y permanente de Cristo
    bajo las especies eucarísticas, lo que san Pío V se propuso en primer
    término fue salvaguardar los últimos pasos de una tradición atacada
    sin verdadera razón, y, por este motivo, sólo se introdujeron
    pequeñísimos cambios en el rito sagrado. En realidad, el Misal
    promulgado en 1570 apenas se diferencia del primer Misal que apareció
    impreso en 1474, el cual, a su vez, reproduce fielmente el Misal de la
    época de Inocencio III. Se dio el caso, además, de que los códices de
    la Biblioteca Vaticana sirvieron para corregir algunas expresiones,
    pero esta investigación de "antiguos y probados autores" se redujo a
    los comentarios litúrgicos de la Edad Media.

    8. Hoy, en cambio, la "norma de los santos Padres", que trataron de
    seguir aquellos que propusieron las enmiendas del Misal de san Pío V,
    se ha visto enriquecida con numerosísimos trabajos de investigación.
    Al Sacramentario llamado Gregoriano, editado por primera vez en 1571,
    han seguido los antiguos Sacramentarios Romanos y Ambrosianos,
    repetidas veces publicados en edición crítica, así como los antiguos
    libros litúrgicos de España y de las Galias, que han aportado
    muchísimas oraciones de gran belleza espiritual, ignoradas
    anteriormente.
    Hoy, gracias al hallazgo de tantos documentos litúrgicos se conocen
    mejor las tradiciones de los primitivos siglos, anteriores a la
    constitución de los ritos de Oriente y de Occidente.
    Además, con los progresivos estudios de los santos Padres, la teología
    del misterio eucarístico ha recibido nuevos esclarecimientos,
    provenientes de la doctrina de los más ilustres Padres de la
    antigüedad cristiana, como san Ireneo, san Ambrosio, san Cirilo de
    Jerusalén, san Juan Crisóstomo.

    9. Por tanto, la "norma de los santos Padres" pide algo más que la
    conservación del legado transmitido por nuestros inmediatos
    predecesores; exige abarcar y estudiar a fondo todo el pasado de la
    Iglesia y todas las formas de expresión que la fe única ha tenido en
    contextos humanos y culturales tan diferentes entre sí, como pueden
    ser los correspondientes a las regiones semíticas, griegas y latinas.
    Con esta perspectiva más amplia, hoy podemos ver cómo el Espíritu
    Santo suscita en el pueblo de Dios una fidelidad admirable en
    conservar inmutable el depósito de la fe en medio de tanta variedad de
    ritos y oraciones.


    Acomodación a una situación nueva

    10. El nuevo Misal, que testifica la lex orandi de la Iglesia Romana y
    conserva el depósito de la fe transmitido en los últimos Concilios,
    supone al mismo tiempo un paso importantísimo en la tradición litúrgica.
    Es verdad que los Padres del Concilio Vaticano II reiteraron las
    afirmaciones dogmáticas del Concilio de Trento; pero tuvieron que
    hablar en un momento histórico muy distinto, y por ello hubieron de
    aportar planes y orientaciones pastorales totalmente imprevisibles
    hace cuatro siglos.

    11. El Concilio de Trento ya había caído en la cuenta de la utilidad
    del gran caudal catequético de la Misa; pero no le fue posible
    descender a todas las consecuencias de orden práctico. De hecho,
    muchos deseaban, ya entonces, que se permitiera emplear la lengua del
    pueblo en la celebración eucarística. Pero el Concilio, teniendo en
    cuenta las circunstancias que concurrían en aquellos momentos, se
    creyó en la obligación de volver a inculcar la doctrina tradicional de
    la Iglesia, según la cual el sacrificio eucarístico es, ante todo,
    acción de Cristo mismo, y, por tanto, su eficacia intrínseca no se ve
    afectada por el modo de participar seguido por los fieles. En
    consecuencia, se expresó de modo firme y moderado con estas palabras:
    "Aunque la Misa contiene mucha materia de instrucción para el pueblo,
    sin embargo, no pareció conveniente a los Padres que, como norma
    general, se celebrase en lengua vulgar". Condenó, además, al que
    juzgase "ser reprobable el rito de la Iglesia Romana por el cual la
    parte correspondiente al canon y las palabras de la consagración se
    pronuncian en voz baja; o que la Misa exige ser celebrada en lengua
    vulgar". Y, no obstante, si por un motivo prohibía el uso de la lengua
    vernácula en la Misa, por otro, en cambio, mandaba que los pastores de
    almas procurasen suplirlo con la oportuna catequesis: "A fin de que
    las ovejas de Cristo no padezcan hambre..., manda el santo Sínodo a
    los pastores y a cuantos tienen cura de almas que frecuentemente en la
    celebración de la Misa, bien por sí, bien por medio de otros, hagan
    una exposición sobre algo de lo que en la Misa se lee, y, además,
    expliquen alguno de los misterios de este santísimo sacrificio,
    principalmente en los domingos y días festivos".

    12. El Concilio Vaticano II, congregado precisamente para adaptar la
    Iglesia a las necesidades que su cometido apostólico encuentra en
    estos tiempos, prestó una detenida atención al carácter didáctico y
    pastoral de la sagrada Liturgia, lo mismo que el Concilio de Trento.
    Aunque ningún católico negaba la legitimidad y eficacia del sagrado
    rito celebrado en latín, no obstante, se encontró en condiciones de
    reconocer que "frecuentemente el empleo de la lengua vernácula puede
    ser de gran utilidad para el pueblo", y autorizó dicho empleo. El
    interés con que en todas partes se acogió esta determinación fue muy
    grande, y así, bajo la dirección de los Obispos y de la misma Sede
    Apostólica, ha podido llegarse a que se realicen en lengua vernácula
    todas las celebraciones litúrgicas en las que el pueblo participa, con
    el consiguiente conocimiento mayor del misterio celebrado.

    13. Aunque el uso de la lengua vernácula en la sagrada Liturgia es un
    instrumento de suma importancia para expresar más abiertamente la
    catequesis del misterio contenida en la celebración, el Concilio
    Vaticano II advirtió también que debían ponerse en práctica algunas
    prescripciones del Tridentino no en todas partes acatadas, como la
    homilía en los domingos y días festivos" y la posibilidad de
    intercalar moniciones entre los mismos ritos sagrados.
    Con mayor interés aún, el Concilio Vaticano II, consecuente en
    presentar como "el modo más perfecto de participación aquél en que los
    fieles, después de la Comunión del sacerdote, reciben el Cuerpo del
    Señor consagrado en la misma Misa", exhorta a llevar a la práctica
    otro deseo ya formulado por los Padres del Tridentino: que para
    participar de un modo más pleno "en la Misa no se contenten los fieles
    con comulgar espiritualmente, sino que reciban sacramentalmente la
    Comunión eucarística".

    14. Movido por el mismo espíritu y por el mismo interés pastoral del
    Tridentino, el Concilio Vaticano II pudo abordar desde un punto de
    vista distinto lo establecido por aquél acerca de la comunión bajo las
    dos especies. Al no haber hoy quien ponga en duda los principios
    doctrinales del valor pleno de la comunión eucarística recibida bajo
    la sola especie de pan, permitió en algunos casos la comunión bajo
    ambas especies, a saber, siempre que por esta más clara manifestación
    del signo sacramental los fieles tengan ocasión de captar mejor el
    misterio en el que participan.

    1 5. De esta manera, la Iglesia, que conservando "lo antiguo", es
    decir, el depósito de la tradición, permanece fiel a su misión de ser
    maestra de la verdad, cumple también con su deber de examinar y
    emplear prudentemente "lo nuevo" (cf. Mt 13, 52).
    Así, una parte del nuevo Misal presenta unas oraciones de la Iglesia
    más abiertamente orientadas a las necesidades actuales: tales son,
    principalmente, las Misas rituales y por diversas necesidades, en las
    que oportunamente se combinan lo tradicional y lo nuevo. Mientras que
    algunas expresiones provenientes de la más antigua tradición de la
    Iglesia han permanecido intactas, como puede verse por el mismo Misal
    Romano, reeditado tantas veces, otras muchas expresiones han sido
    acomodadas a las actuales necesidades y circunstancias, y otras, en
    cambio, como las oraciones por la Iglesia, por los laicos, por la
    santificación del trabajo humano, por la comunidad de naciones, por
    algunas necesidades peculiares de nuestro tiempo, han sido elaboradas
    íntegramente, tomando ideas y hasta las mismas expresiones muchas
    veces de los recientes documentos conciliares.
    Al hacer uso de los textos de una tradición antiquísima, teniendo
    también en cuenta la nueva situación del mundo, según hoy se presenta,
    se han podido cambiar ciertas expresiones sin que aparezca como
    menosprecio a tan venerable tesoro, con el fin de acomodarlas al
    lenguaje teológico actual y a la presente disciplina de la Iglesia.
    Por ejemplo, han sido modificadas algunas de las relativas a la
    consideración y uso de los bienes terrenos, otras que se refieren a
    cierta forma de penitencia corporal, propias de otros tiempos.
    Se ve, pues, cómo las normas litúrgicas del Concilio de Trento han
    sido en gran parte completadas y perfeccionadas por las del Vaticano
    II, que condujo a término los esfuerzos para conseguir un mayor
    acercamiento de los fieles a la Liturgia, esfuerzos realizados a lo
    largo de cuatro siglos, y sobre todo en los últimos tiempos, debido
    principalmente al interés por la liturgia que suscitaron san Pío X y
    sus sucesores.


    Hasta aquí el extenso texto, cuya atenta lectura dará respuesta a sus
    dudas. Si bien es cierto que no todas las definiciones del Vaticano II
    son de carácter dogmático (pero Lumen Gentium, Dei Verbum y Gaudium et
    Spes sí lo son), la estrecha relación entre liturgia y fe (dogma),
    expresada en el principio lex orandi lex credendi, hace que no pueda
    ser herética la Misa celebrada según un Misal aprobado por un Papa, a
    instancias de un Concilio; herético sería, más bien, sostener algo
    semejante. Como sostiene Pío XII en la Mediator Dei (cuya lectura le
    recomiendo), ?toda la liturgia tiene, pues, un contenido de fe
    católica, en cuanto atestigua públicamente la fe de la Iglesia?.

    La Iglesia tiene derecho de regular en materia litúrgica, y puede
    cambiar aquello que crea oportuno conservando siempre la sustancia del
    rito. Si la Iglesia hubiere fijado el Canon de manera inamovible para
    siempre, entonces se seguiría que los otros ritos de la Iglesia que no
    utilizan el Canon Romano, no celebrarían válidamente. El hecho que la
    Iglesia haya declarado inmune de error el Canon Romano (Concilio de
    Trento, Dz 953), no significa que sea la única plegaria que pueda
    utilizarse, aunque tenga un lugar de privilegio. De hecho, el Nuevo
    Misal, con algunos mínimos cambios, la ha mantenido, y, precisamente
    por eso, quienes llevaron a cabo la reforma litúrgica prefirieron
    crear nuevas plegarias, tomando incluso del tesoro de las oraciones de
    la tradición de la Iglesia, incluso más antiguas que el mismo Canon
    Romano (como es el caso de la plegaria II, que sigue sustancialmente
    el llamado Canon de Hipólito).

    En cuanto a la ?fijación? de la Misa, hay que decir que el Misal de
    1570, no obstante la voluntad de S. Pío V de que el rito romano allí
    establecido se observe ?ne in posterum perpetuis futuris temporibus in
    omnibus Christiani orbis...? (Bula Quo Primum), ha sido modificado
    con las sendas ediciones típicas que le sucedieron. Así, Clemente VIII
    (1604-Cum Sanctissimum); Urbano VIII (1634-Si quid); León XIII (1884),
    S. Pío X (1911-Divino Afflatu) Benedicto XV (1920) y Juan XIII (1962).
    El mismo Pío XII, hizo una importante reforma de la Semana Santa. Lo
    interesante es que los mencionados Pontífices utilizan fórmulas
    similares, incluso iguales para expresar la voluntad de perpetuidad,
    previendo penas canónicas análogas.

    En la Missale Romanum (Bula de promulgación del Nuevo Misal, del
    3/4/69), Pablo VI concluye así: ?Nostra haec autem statuta et
    praescripta nunc et in posterum firma et efficacia esse et fore
    volumus, non obstantibus quatenus opus sit, Constitutionibus et
    Ordinationibus Apostolicis a Decessoribus Nostris editis, ceterisque
    praescriptionibus etiam, peculiari mentione et derogatione dignis.?

    De todos modos rige otro principio superior: es la misma la autoridad
    de un Papa que de otro Papa, pues la fuente es la misma: la "autoridad
    apostólica". En la jerga romana se dice: ?un Papa bolla e l? altro
    sbolla? (?un Papa emite una bula y el otro la suprime?). Si uno tiene
    autoridad para reformar, unificar y codificar un rito, la tuvo también
    su antecesor y la tiene su sucesor. Por eso nunca se puede invocar la
    autoridad de un Papa para rebajar o poner en duda el ejercicio de la
    autoridad por parte de otro Papa, pues si éste último no la tiene,
    tampoco la tuvo el primero. Lo mismo vale para los Concilios
    ecuménicos convocados bajo la autoridad del Sumo Pontífice.

    De que la sana renovación litúrgica es obra del Espíritu Santo, no
    pueden quedar dudas. De que muchos han utilizado la renovación
    litúrgica para sembrar confusión y hacer de la liturgia una propia
    creación, totalmente arbitraria (haciendo el caldo gordo al demonio),
    tampoco caben dudas, pero debemos saber distinguir las cosas. (Puede
    leer la Exhortación Post-sinodal Sacramentum Caritatis).

    El uso ordinario del rito romano es no sólo totalmente válido y
    ortodoxo, sino también el uso propiciado por la autoridad de la
    Iglesia y el más acorde a los tiempos en que vivimos, para una
    participación más activa, fructuosa y consciente del Santo Sacrificio
    de la Misa.

    Cuente con mis oraciones y estamos a su disposición. Aprovecho la
    ocasión para desearle un santo 2008.

    En Cristo y María.

    P. Jon Mikel de Arza Blanco, IVE.
    __________________________________________

    El Teólogo Responde
    Responsable: P. Miguel Ángel Fuentes, IVE
    Instituto del Verbo Encarnado
    El Chañaral 2699 - San Rafael (Mza)
    Argentina
    mail: teologoresponde@ive.org



    Teologo Responde <teologoresponde@ive.org> ha escrito
    "La Verdad os hará libres"

  16. #16
    Gothico está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    17 abr, 06
    Ubicación
    Madrid
    Mensajes
    952
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    publicado el 7-I-08 en el blog GLADIUM ET SPES http://gladiumetspes.blogspot.com/




    En Hispanismo.org, muy buen foro de internet vinvulado a una organización política católica española, catalana en particular, uno se encuentra con barbaridades, no del foro ni producto del mismo, como la que a cotinuación vamos a comentar. Movido de buena voluntad, un forista recurre, al verse limitado en sus conocimientos sobre una discusión acerca del Motu Proprio, a una fuente externa teológica. Bien es verdad que es preferible, hoy en día, la respuesta del místico a la del teólogo en cuestiones de dogmática, pero sea como sea, nunca está de más saber que la "nouvelle teologie" domina el espectro de la Iglesia de la publicidad.



    Empieza la contestación del neoteólogo:



    Si bien es cierto que no todas las definiciones del Vaticano II son de carácter dogmático (pero Lumen Gentium, Dei Verbum y Gaudium et Spes sí lo son),..



    Vamos a ver, ¿cómo que no todas las definiciones del Vaticano II? Un Concilio ecuménico, por ser ecuménico (universal, que no pancristiano o interrreligioso como se suele entender por mito del lenguaje este vocablo), es infalible y, por tanto, cuando define lo hace con carácter de dogma, a no ser que el Concilio no sea ecuménico, o que se renuncie expresamente al carácter dogmático, y si eso se hace, se hace con todo, no con la parte. Y, ya que, S.S. Paulo VI precisó, en discurso en la audiencia general del 12 de enero de 1966, y en el discurso de clausura del propio Concilio, que: "el Concilio Vaticno II evitó dar definiciones dogmáticas solemnes, que empeñasen la infalibilidad del magisterio eclesiástico", está claro que el Concilio Vaticano II es magisterio ordinario no infalible, y por ello, no libre del error en todo aquello que sea nuevo o no concuerde con la enseñanza de la Tradición. Es más, en la propia página del Vaticano, http://www.vatican.va/, las constituciones conciliares "Dei Verbum", "Lumen Gentium", "Sacrosanctum Concilium" y "Gaudium et Spes", que antes aparecían con el título de "Constituciones Dogmáticas", ahora aparecen con la denominación única de "Constituciones".



    ...la estrecha relación entre liturgia y fe (dogma), expresada en el principio lex orandi lex credendi, hace que no pueda ser herética la Misa celebrada según un Misal aprobado por un Papa, a instancias de un Concilio; herético sería, más bien, sostener algo semejante.



    ¿Qué hace que lo declarado como dogma no sea erróneo, si no es precisamente el carácter dogmático? Es de perogrullo, pero encierra un sofisma, y es que el Misal de Paulo VI no fue aprobado por el Concilio, sino que fue la mala aplicación, o la aplicación ambigua y modernista, de la Constitución "Sacrosanctum Concilium". Al efecto valgan las protestas de Ottaviani, a la sazón nada más y nada menos que el Prefecto del Santo Oficio, sobre el susodicho misal. Si bien el misal de Paulo VI no pueda considerarse herético, nada obsta para que no pueda declararse libre de error, con lo que si bien es válido no prueba ser legítimo. Y a más redundancia, no olvidar que los misales posteriores al Concilio Vaticano II, antes de 1965, recogían las aspiraciones de la Constitución conciliar (y así se expresaba en el nihil obstat correspondiente) que significaba la supresión del Confíteor de los fieles en el rito de la comunión. Asimismo, insistir, que la modificación del Ordinario, recomendación conciliar, para nada incluía la variación del tiempo litúrgico que fue lo que apareció con el nuevo misal, por lo tanto, no es el misal lo que la instancia del Concilio recogía.



    Como sostiene Pío XII en la Mediator Dei (cuya lectura le recomiendo), ?toda la liturgia tiene, pues, un contenido de fe católica, en cuanto atestigua públicamente la fe de la Iglesia?



    Por supuesto, y ahí está el quid, que al cambiar la liturgia, para acercar el culto a los protestantes, en famoso apotegma "ver lo que nos une y no lo que nos separa" (error condenado en Mortalium Animos), es donde se atenta contra el dogma.



    La Iglesia tiene derecho de regular en materia litúrgica, y puede cambiar aquello que crea oportuno conservando siempre la sustancia del rito.



    Obviamente, y así fue en una historia dos veces milenaria, pero la sustancia, la esencia es la que es contrariada en el nuevo misal de S.S. Paulo VI. La forma ha sido tan modificada que a comprometido la esencia, eso y no otra cosa es la crisis conciliar litúrgica.



    Si la Iglesia hubiere fijado el Canon de manera inamovible para siempre, entonces se seguiría que los otros ritos de la Iglesia que no utilizan el Canon Romano, no celebrarían válidamente.



    Hipótesis falsa, pues lo otros ritos, los de más de 200 años que adquirían derecho por la costumbre, como el ambrosiano, el mozárabe, etc., nunca fueron suprimidos, se está hablando del rito romano, no de los otros. La comparación no ha lugar, es una trinchera sofista.



    El hecho que la Iglesia haya declarado inmune de error el Canon Romano (Concilio de Trento, Dz 953), no significa que sea la única plegaria que pueda utilizarse, aunque tenga un lugar de privilegio.



    Otra hipótesis falsa, por comparación igualitaria entre desiguales, como si el hecho de ser canonizado un misal, como lo hizo San Pío V, fuera baladí. Ojalá tuviera esa canonización el misal de S.S. Paulo VI, cosa que no tiene y con la cual podría ser legítma la comparación de la hipótesis.



    De hecho, el Nuevo Misal, con algunos mínimos cambios, la ha mantenido,



    Mentira. ¿Cómo que mínimos cambios? El examen crítico del Novus Ordo de Ottaviani y Bacchi demuestra que de mínimos nada, sustanciales y no formales, pues, no lo olvidemos nunca, el fin de esa nueva liturgia era el acercamiento forzado, dejando de un lado a Dios, con las sectas protestantes, el "ut sint unum" con los medios humanos.



    y, precisamente por eso, quienes llevaron a cabo la reforma litúrgica prefirieron crear nuevas plegarias, tomando incluso del tesoro de las oraciones de la tradición de la Iglesia, incluso más antiguas que el mismo Canon Romano (como es el caso de la plegaria II, que sigue sustancialmente el llamado Canon de Hipólito).



    Las nuevas plegarias no son fruto de un rescate de la Tradicion, del cristianismo auténtico que sólo el Concilio Vaticano II y la "nouvelle teologie" son capaces de ver y del que se jactan descubridores, sino de ese arqueologismo condenado ya por S.S. Pío XII.



    En cuanto a la ?fijación? de la Misa, hay que decir que el Misal de 1570, no obstante la voluntad de S. Pío V de que el rito romano allí establecido se observe ?ne in posterum perpetuis futuris temporibus in omnibus Christiani orbis...? (Bula Quo Primum), ha sido modificado con las sendas ediciones típicas que le sucedieron. Así, Clemente VIII (1604-Cum Sanctissimum); Urbano VIII (1634-Si quid); León XIII (1884), S. Pío X (1911-Divino Afflatu) Benedicto XV (1920) y Juan XIII (1962). El mismo Pío XII, hizo una importante reforma de la Semana Santa. Lo interesante es que los mencionados Pontífices utilizan fórmulas similares, incluso iguales para expresar la voluntad de perpetuidad, previendo penas canónicas análogas.



    En efecto. Y hasta San Pío V no hizo otra cosa que codificar, no inventó nada. Y las ediciones típicas del Misal nunca, nunca, supusieron ir contra la esencia del rito, sino sólo un cambio formal legítimo.



    En la Missale Romanum (Bula de promulgación del Nuevo Misal, del 3/4/69), Pablo VI concluye así: ?Nostra haec autem statuta et praescripta nunc et in posterum firma et efficacia esse et fore volumus, non obstantibus quatenus opus sit, Constitutionibus et Ordinationibus Apostolicis a Decessoribus Nostris editis, ceterisque praescriptionibus etiam, peculiari mentione et derogatione dignis.?



    Bien, ¿y qué? Anotemos que el "posterum" del misal de S.S. Paulo VI no es el "posterum perpetuis futuris temporis in omnibus Christiani orbis", es decir, San Pío V está comprometiendo su infalibilidad canonizando el misal.



    De todos modos rige otro principio superior: es la misma la autoridad de un Papa que de otro Papa, pues la fuente es la misma: la "autoridad apostólica". En la jerga romana se dice: ?un Papa bolla e l? altro sbolla? (?un Papa emite una bula y el otro la suprime?).



    ¡Toma ya! Modernismo en estado puro. Así, por ejemplo, la Inmaculada Concepción de María, dogma promulgado por una Bula, puede ser quitado por otro Papa con otra Bula. Pues, no. La infalibilidad no está en la categoría del documento, como quiere hacer ver aquí el neoteólogo (con ignorancia o mala fe, ni lo sé ni lo juzgo en eso), sino en la enseñanza que contiene y lo que la misma compromete. Hay que recordar el magisterio ex cathedra (siempre infalible), el magisterio ordinario infalible (cuando se reafirma en verdades creídas por todos en todo tiempo), y el magisterio ordinario no infalible (la condena de la Acción Francesa por S.S. Pío XI, v.g.).



    Si uno tiene autoridad para reformar, unificar y codificar un rito, la tuvo también su antecesor y la tiene su sucesor. Por eso nunca se puede invocar la autoridad de un Papa para rebajar o poner en duda el ejercicio de la autoridad por parte de otro Papa, pues si éste último no la tiene, tampoco la tuvo el primero.



    "Lo que atares en la tierra será atado en los cielos, y lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos." Esta promesa de Nuestro Señor a Pedro, no significa que se pueda atar y desatar una misma cosa, así hoy es blanco, mañana es egro, sino en la acción distinta (atar y desatar) sobre distintas cosas. Lo otros es el absurdo del evolucionismo dogmático. Lo que se invoca no es la autoridad del Papa como sujeto, sino la infalibilidad de la Iglesia en el curso de la historia.



    Lo mismo vale para los Concilios ecuménicos convocados bajo la autoridad del Sumo Pontífice.



    Aquí vale lo dicho al principio por S.S. Paulo VI, sobre el compromiso dogmático del Concilio Vaticano II.



    De que la sana renovación litúrgica es obra del Espíritu Santo, no pueden quedar dudas. De que muchos han utilizado la renovación litúrgica para sembrar confusión y hacer de la liturgia una propia creación, totalmente arbitraria (haciendo el caldo gordo al demonio), tampoco caben dudas, pero debemos saber distinguir las cosas. (Puede leer la Exhortación Post-sinodal Sacramentum Caritatis).



    Pues sí que quedan dudas, porque la infalibilidad no está comprometida, y es más, la filosofía modernista incapaz de afirmar más allá del existencialismo es, por esa incapacidad, ciega para ver las causas que ella misma niega. Sólo ve hechos funestos y malvados, pero se niega a reconocer las causas de los efectos, el hombre es desposeído, en aras del racionalismo, de toda capacidad intelectual y es sometido a la superstición y la superchería. ¿Tenemos que creer en lo irracional de las premisas porque así lo dice el Papa? pues no, eso es servilismo no obediencia.



    El uso ordinario del rito romano es no sólo totalmente válido y ortodoxo, sino también el uso propiciado por la autoridad de la Iglesia y el más acorde a los tiempos en que vivimos, para una participación más activa, fructuosa y consciente del Santo Sacrificio de la Misa.



    De que es válido el Novus Ordo Missae de S.S. Paulo VI, no nos cabe ninguna duda. De que sea ortodoxo, nos caben muchas dudas que no son más que las apuntadas en ese breve examen crítico por los cardenales Ottaviani y Bacchi. Sobre la participación más activa y fructosa, ahí están los frutos y la participación en los mismos: defección de la Fe, adulteración de la doctrina, la falta de vida y coherencia evangélica de los fieles y sacerdotes, en definitiva, la "autodemolición" de la Iglesia que sufre "dolores de parto". En resumen, se ha cambiado sustancialmente la lex orandi y se ha contaminado, prostituido, la lex credendi, aquí y en Roma. Son hechos, y el que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga.



    Cuente con mis oraciones y estamos a su disposición. Aprovecho la ocasión para desearle un santo 2008.



    Rezaré para su conversión y para que diga las cosas como son, no como le gustaría que fueran.



    En Cristo y María.

    P. Jon Mikel de Arza Blanco, IVE.

    El Teólogo Responde

    Responsable: P. Miguel Ángel Fuentes, IVE

    Instituto del Verbo Encarnado

    El Chañaral 2699 - San Rafael (Mza)Argentinamail: teologoresponde@ive.org



    Publicado por F. L. de la Rosa en 11:05 0 comentarios
    Última edición por Gothico; 07/01/2008 a las 19:56

  17. #17
    Avatar de el cura y el barbero
    el cura y el barbero está desconectado blanco-hombre-hetero-español-
    Fecha de ingreso
    16 nov, 07
    Mensajes
    98
    Post Thanks / Like

    Re: Frase inquietante en el Motu Propio

    Cita Iniciado por Cirujeda Ver mensaje
    Es una pena que un debate que podría ser teológico se convierta en debate jurídico.
    Sigues sin darnos ningun ejemplo de los "añadidos" que fueron lícitamente "eliminados" por la Iglesia católica.

    Danos alguno, ¡¡por favor!!

Información de tema

Usuarios viendo este tema

Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)

Temas similares

  1. El alma de las Américas y el Hispanismo
    Por Ordóñez en el foro Hispanoamérica
    Respuestas: 3
    Último mensaje: 11/05/2016, 06:11
  2. En busca de la verdad: el verdadero origen de Cristobal Colón
    Por Lo ferrer en el foro Historia y Antropología
    Respuestas: 26
    Último mensaje: 29/03/2014, 01:17
  3. Balmes
    Por Cavaleiro en el foro Biografías
    Respuestas: 9
    Último mensaje: 01/04/2008, 04:20
  4. España Mozárabe
    Por Ordóñez en el foro Historiografía y Bibliografía
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 13/10/2005, 19:12
  5. Los Fueros de Sepúlveda
    Por Ordóñez en el foro Historia y Antropología
    Respuestas: 1
    Último mensaje: 04/08/2005, 16:22

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •