Estimado Juan Vergara:
Te aseguro que, a mí por lo menos, me ha sido útil tu aportación, pues me estimula a profundizar en el tema. Mi actitud no tiene nada que ver con los del "sota, caballo y rey" que no saben más que repetir lo mismo y están totalmente cerrados a una cada vez mejor comprensión y explicitación de la Fe.
No sé qué les pasa a algunos, sinceramente. ¿Parece acaso que estoy haciendo teatro? ¿Tengo pinta de troll que sólo busca tirar de la lengua? ¿No expongo acaso unas inquietudes lógicas? ¿Me tengo que conformar con lo primero que me digan?
Puedo hacerme interrogantes que ya han sido respondidos, pero eso ocurre porque o bien no conozco la respuesta, o bien no la he comprendido, o bien no la comparto.
Entonces, ¿eso es atacar la Tradición? ¿La Tradición no puede ser interpretada? ¿Hay que considerarla una especie de Corán? ¿No ha habido antes de la Tradición realidades históricas que la han conformado? ¿Podemos pretender conocer todas esas realidades de forma cerrada y excluyente?
Gracias nuevamente por tus palabras.
"La Verdad os hará libres"
Este es el problema. En primer lugar la Fe no es un conocimiento evidente de la verdad revelada y es del todo inaccesible a él por la razón, aún siendo razonable. En segundo lugar, no todo conocimiento racional puede ser alcanzado por todos los seres humanos. No todos entienden ni comprenden las cinco vías de Santo Tomás, por ejemplo, que demuestran que la existencia de Dios es algo que se alcanza con la sola razón humana. Por eso la Fe se propone, y se impone, con palabras sencillas que todo el mundo entiende, hasta que llegó el liberalismo y el modernismo, que no es más que vocablos encadenados pedantes y presuntuosos que no dicen nada.
Y en tercer lugar y más importante. Explicar y ahondar en el misterio no significa escudriñar el misterio, como advirtiera San Pío X, y esa explicación no puede llegar a ser tal que contradiga a lo que se pretende explicar o ya ha sido explicado. La libertad religiosa presentada en Dignitatis Humanae, por ejemplo, contradice de plano el Syllabus. Contradecir no es ahondar en la explicación, es decir lo contrario. Por ejemplo, tomar la Comunión en la boca y de rodillas es una evolución verdadera; la liturgia hasta Pío XII era una evolución verdadera; porque no deja de ser curioso que todos los que se pretenden amigos del progreso y de la evolución no hacen más que para imponer sus tesis retroceder hasta los tiempos de "los primeros cristianos". Contradicción que es el sello del liberalismo y que todo hombre con sentido común y honestidad intelectual es capaz de advertir. En cambio, el liberal no hace más que pedigüeñar "caridad", para evitar el revolcón, pero con la sinvergonzonería de enrocarse siempre en sus mitos lingüísticos: apertura, progreso, libertad....
Por entender que tiene relación con el tema, copio algunos fragmentos de la Mediator Dei, de Pío XII:
7. Bien sabéis, Venerables Hermanos, que hacia finales del siglo pasado y comienzos del actual se despertó un singular entusiasmo por los estudios litúrgicos, bien por el esfuerzo de algunos particulares, bien, sobre todo, por la celosa y asidua diligencia de varios monasterios de la ínclita Orden benedictina; y así, no sólo en muchas regiones de Europa, sino también al otro lado del mar, se desarrolló un apostolado útil, digno de toda alabanza. Las saludables consecuencias de este intenso apostolado fueron visibles tanto en el terreno de las ciencias sagradas, donde los ritos litúrgicos de la Iglesia occidental y oriental fueron más amplia y profundamente estudiados y conocidos, como en la vida espiritual y privada de muchos cristianos.II. Ocasión de la EncíclicaA) RENOVACIÓN LITÚRGICA
8. Las augustas ceremonias del Sacrificio del Altar fueron mejor conocidas, comprendidas y estimadas; la participación en los Sacramentos, mayor y más frecuente; las plegarias litúrgicas, más suavemente gustadas; y el culto de la Sagrada Eucaristía considerado -como es en realidad- fuente y centro de la verdadera piedad cristiana. También ha llegado a entenderse más y más cómo todos los fieles constituyen un único y compacto cuerpo, cuya Cabeza es Cristo, así como el deber del pueblo cristiano de participar debidamente en los ritos litúrgicos.
13. No crean, sin embargo, los pusilánimes que tienen nuestra aprobación porque reprendamos a los que yerran y pongamos freno a los audaces; ni los imprudentes se crean alabados cuando corregimos a los negligentes y perezosos.
66. La Jerarquía eclesiástica ha empleado siempre este su derecho en materia litúrgica, instruyendo y ordenando el culto divino y enriqueciéndole con esplendor y decoro siempre renovados para gloria de Dios y bien de los hombres. Tampoco ha dudado, por otra parte, salvo la sustancia del Sacrificio Eucarístico y de los Sacramentos, en cambiar lo que no creía apropiado y añadir lo que mejor parecía contribuir al honor de Jesucristo y de la Santísima Trinidad y a la instrucción y saludable estímulo del pueblo cristiano.IV. Progreso y desarrollo de la LiturgiaA) OBJETO
67. La Sagrada Liturgia, en efecto, consta de elementos humanos y de elementos divinos: estos últimos, habiendo sido instituidos por el Divino Redentor, evidentemente no pueden ser alterados por los hombres; pero aquellos, en cambio, pueden sufrir varias modificaciones, aprobadas por la Sagrada Jerarquía, asistida del Espíritu Santo, según las exigencias de los tiempos, de las circunstancias y de las almas. De aquí nace la, estupenda variedad de los ritos orientales y occidentales, de aquí el desarrollo progresivo de particulares costumbres religiosas y prácticas de piedad, de las que apenas se tenía un leve conocimiento en tiempos anteriores; a esto se debe que con cierta frecuencia sean nuevamente empleadas y renovadas piadosas instituciones, borradas por el tiempo. Todo esto testimonia la vida de la Inmaculada Esposa de Jesucristo durante tantos siglos; expresa el lenguaje empleado por ella para manifestar a su Divino Esposo su fe y amor inagotables y los de los pueblos a ella encomendados; demuestra su sabia pedagogía para estimular y acrecentar de día en día en los creyentes el «sentido de Cristo».
68. No pocas, en verdad, son las causas por las que se despliega y desenvuelve el progreso de la Sagrada Liturgia durante la larga y gloriosa historia de la Iglesia.B) CAUSAS
Así, por ejemplo, una más cierta y amplia exposición de la doctrina católica sobre la Encarnación del Verbo Divino, sobre el Sacramento y Sacrificio Eucarístico, sobre la Virgen María Madre de Dios, ha contribuido a la adopción de nuevos ritos, por medio de los cuales la luz más espléndidamente refulgente del magisterio eclesiástico se refleja mejor y con más claridad en las acciones litúrgicas para llegar más fácilmente a la inteligencia y al corazón del pueblo cristiano.
69. El ulterior desarrollo de la disciplina eclesiástica en la administración de los Sacramentos, por ejemplo, del Sacramento de la Penitencia; la institución y después la desaparición del catecumenado, la comunión eucarística bajo una sola especie en la Iglesia latina, han contribuido no poco a la modificación de los antiguos ritos y a la adopción gradual de otros nuevos y más adecuados para las nuevas disposiciones.
74. Por esto, sólo el Sumo Pontífice tiene derecho de reconocer y establecer cualquier costumbre del culto, de introducir y aprobar nuevos ritos y de cambiar aquellos que estime deben ser cambiados; los Obispos, después, tienen el derecho y el deber de vigilar diligentemente para que las prescripciones de los Sagrados Cánones relativos al Culto divino sean puntualmente observadas.C) ¿QUIEN DIRIGE ESTE PROGRESO?
75. Ciertamente, la Iglesia es un organismo vivo, y por esto crece y se desarrolla también en aquellas cosas que atañen a la Sagrada Liturgia, adaptándose y conformándose a las circunstancias y a las exigencias que se presentan en el transcurso del tiempo, dejando a salvo, sin embargo, la integridad de su doctrina.D) VERDADERA DOCTRINA1) La Iglesia, organismo vivo.
83. Hágase, por tanto, todo en la necesaria unión con la Jerarquía eclesiástica. Nadie se arrogue el derecho de ser su propia ley y de imponerla a los otros por su voluntad. Sólo el Sumo Pontífice, en su calidad de sucesor de Pedro, a quien el Divino Redentor confió su rebaño universal y los Obispos, que bajo la dependencia de la Sede Apostólica «han sido constituidos por el Espíritu Santo... para apacentar la Iglesia de Dios», tiene el derecho y el deber de gobernar al pueblo cristiano. Por esto, Venerables Hermanos, todas aquellas veces que defendéis Vuestra autoridad -en ocasiones también con saludable severidad-, no sólo cumplís Vuestro deber, sino que defendéis la voluntad del mismo Fundador de la Iglesia.E) RECAPITULACIÓN
"La Verdad os hará libres"
Ya sé que Pío XII, en la Mediator Dei, habla negativamente de la transformación del Altar en mesa y del arqueologismo litúrgico. Pero lo que me interesa destacar es que una renovación litúrgica no es mala sólo por el hecho de ser renovación.
"La Verdad os hará libres"
Sinceramente, no me convence. Y creo que entiendo el argumento pero, repito, no me convence.
Le aseguro que no estoy mentalmente cerrado, sino completamente abierto a entenderle y aprender.
¿Hasta qué punto es innovador rescatar algunos -sólo algunos- elementos de la primitiva liturgia cristiana que parecían olvidados? Tengamos en cuenta que el contexto social de la posguerra ya no era cristiano, sino más crecientemente pagano, asemejándose poco a poco al que tuvo que vivir la Iglesia primitiva.
No podemos centrarnos en la situación de España. Gracias a Dios, Franco ganó la guerra civil. Pero en el este y centro-norte de Europa casi no había catolicismo, al menos manifestado públicamente. El contexto era pagano.
Entonces, ¿tan sacrílego es renovar la liturgia que resultó perfectamente válida durante siglos de Cristiandad, una vez que dicha Cristiandad ya no existía? La Iglesia, como sabemos -y sabía perfectamente Mons. Levfebre- es misionera. La oveja perdida tiene preferencia, conforme a las palabras del Señor.
Yo no he estado nunca de acuerdo con la prohibición de la misa tridentina, pero tampoco he visto mal que se renueve la liturgia manteniendo la esencia. Creo que cada persona es un mundo y hay que conducirla de distinta manera para que llegue al conocimiento de Dios. Repito: manteniendo la esencia. Sin contradicción.
"La Verdad os hará libres"
Última edición por Lizcano de la Rosa; 19/02/2009 a las 20:09 Razón: errata Fe por fe
Porque hubo unos papas que pusieron por testigo al Espíritu Santo de que esas innovaciones en liturgia, en pastoral etc eran ajenas a la Fe Católica y provenían de sus enemigos.
Y los papas siguientes, los juan pablos, innovaron temerariamente con lo que estaba condenado, contradicendo a los papas anteriores.
Ante el conflicto entre unos papas y otros NOSOTROS nos quedamos con los que comprometieron su infalibilidad, poniendo por Testigo al Espíritu, Santo frente a los últimos papas (que tú defiendes), que no se atrevieron a ponerlo por Testigo y apelan a cambalaches lingüisticos que a su vez estaban también condenados.
Que hayan sido los últimos no indica ni que haya habido "evolución" ni que hayan de tener razón.
Juan Vergara: al pie del cañón y a tus órdenes.
De hecho, los insanos arqueologistas (según Pío XII) y sus amigos protestantes no conservaron los elementos de la primitiva liturgia cristiana, sino unos pocos añadidos medievales; los elementos realmente antiguos de la Misa los conserva la tradicional. No así la de Pablo VI, en la que no queda prácticamente nada. Los "expertos" V-II son risibles para cualquier estudioso de la Antigüedad tardía.
Gracias a Dios, la Cruzada de Liberación (que no "guerra civil") la ganó España. No el General Franco, sumado a última hora, quien se encargaría de pervertir la Victoria.
Generalización abusiva que desconoce la historia contemporánea del catolicismo. El contexto no era, ni es, pagano (¡ojalá!): es neopagano, que no es lo mismo, ni parecido. Conviene leer a los apologetas y a los Padres, para saber qué es, y qué no es, el paganismo.
[Off the record, por no tener nada que ver con el hilo]
También los viñadores que se sumaron a la última hora recibieron el mismo sueldo que los de la primera. A veces se pervierte una Victoria, y a veces una guerra, o tres, a base de "reconocenteros". En la historia hay unos que nunca han podido ganar la guerra y otros que no han sabido ganar la paz, así es la vida.
Con total sinceridad: Tienen ustedes una formación que me abruma. Para responderles, tendría que informarme largamente.
Les cuento lo que me pasa: Ha sido tan grande la ayuda que, en lo personal, matrimonial y familiar, he recibido de la Iglesia (la que ustedes llaman anti-tradicional), que siento una enorme gratitud hacia ella. Le tengo concedido un plus de credibilidad.
Todo lo que me han anunciado se ha cumplido. La iluminación que he recibido sobre mi historia y el autoconocimiento de mí mismo han sido sorprendentes. He aprendido a amar a la Iglesia, a obedecer al Papa, a disfrutar con los Santos Padres, a ayudarme con la Biblia.
Y he descubierto, al mismo tiempo, que aún teniendo una naturaleza herida por el pecado, he sido hecho bueno por Dios, por lo que conservo un principio de bien. Cada vez estoy más convencido del error protestante consistente en considerar corrupta a la naturaleza humana. Creo que, sin obras, no hay Fe.
He aprendido a valorar los sacramentos, que antes me parecían tonterías. Y, entre esos sacramentos, el matrimonio, que ya saben ustedes que para los protestantes no es sacramento.
Considero que la Tradición es fundamental. Sin una tradición previa, no habría sido posible, por ejemplo, determinar el canon bíblico. La Biblia no es un Corán que da inicio a una fe; la Biblia ha venido después de la fe, después de la vivencia, después de la Tradición.
Y eso lo he aprendido en la Iglesia que ustedes miran tan mal.
Por eso, cuando esta Iglesia recibe ataques, mantengo la confianza en sus pastores y pienso que todo tendrá su explicación.
Muchas gracias por todo.
"La Verdad os hará libres"
Estimado Cirujeda:
Muy bueno tu nuevo avatar! Entiendo muy bien todo lo que dices con respecto a la ayuda que has recibido de la Iglesia.
Pero ten en cuenta que esto también te hubiera ocurrido si no hubiera existido el V.II y todo lo que vino después.
Aclaro que he querido, quiero, y con la gracia de Dios, espero seguir queriendo a nuestra Santa Madre Iglesia. Y que si bien, como está anunciado en el Evangelio, en los últimos tiempos la apostasía será generalizada, tenemos la promesa que las puertas del infierno no prevalecerán.
También considero que gran parte de sus miembros, tanto sus sacerdotes como fieles actúan de buena fe y tratan de hacer lo que mejor pueden. Lo cual no nos exime de alertar a tiempo y a destiempo como nos insta san Pablo contra lo que predican los falsos doctores y a retener la sana doctrina que es desviada por aquellos.
Como decía el Apóstol san Juan “Todo el que se extravíe y no permanece en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en la doctrina, ese tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros y no lleva esa doctrina, no le recibaís en casa ni lo saludéis, pues el que le saluda comunica en sus malas obras” (S.Juan 2-9).
Espero que no me tomes como un cátaro, cuáquero o maniqueo. Lejos estoy de esas herejías o aberraciones.
En la viña del Señor quién mas, quién menos todos somos pecadores. Lo que ocurre es que nos han tocado unos maestros que nos han enseñado la importancia de los valores perennes y con dolor hemos visto lo que ocurre cuando ellos son dejados de lado.
Por otra parte, como lo reconoce incluso Su Santidad estamos en la crisis mas grave en la historia de la Iglesia, y -si somos buenos hijos- debemos procurar que dicha situación se revierta y para ello hay que volver al rescate de nuestras raíces, tanto religiosas como políticas y culturales.
Obviamente que también coincido contigo en que la naturaleza humana es buena pues fue creada por Dios, aunque se encuentra herida por el pecado, que a su vez puede alcanzar su curación gracias a la Encarnación, Pasión y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
De mas está decir que comparto que la Fe sin obras es una Fe muerta.
Espero que no te sientas mal si alguna vez se me va la lengua en demasía. Atribúyelo solo a la pasión que pongo en estas cuestiones, y rescato tu buena predisposición para informarte sobre esta temática.
Un abrazo.
Juan Vergara
Estimado Cirujeda:
Tal como J. Vergara, no puedo dudar de tu buena fe. Sólo Dios sabe cuántas almas conservan la Fe a pesar de encontrarse entrampadas dentro de las tinieblas modernistas. Sin embargo, no nos corresponde escrutar la inefable Divina Providencia (que siempre vela por los suyos), ni menos aventurarnos por el Misterio de Iniquidad, razón última de la crisis sin precedentes que padece el Cuerpo Místico de Nuestro Señor.
Bien puedes haber recibido innumerables gracias, como las que has descrito. Sin embargo, eso no es un signo de santidad de la “Iglesia” conciliar. El bien que has recibido son las reliquias del catolicismo que subsiste dentro de ella. Pero con procesos más o menos intensos, son remanentes condenados a desaparecer. Y lo están porque todo el ensamblaje doctrinal modernista se basa en el respecto irrestricto a la libertad de la persona humana, que ha usurpado así el puesto que sólo le corresponde a Dios. Así lo establece "Gaudium et Spes" (12,1): "Todo sobre la tierra debe estar ordenado al hombre como a su centro y a su cima”.
Por algo la blasfemia de Paulo VI:
“¿Nosotros también... más que ninguno tenemos el culto del hombre!" (Discurso de Pablo VI para clausurar el CV II: 7/12/65, nº 8).
Secundada por otra no menor de Juan Pablo II:
"Nosotros también, escribía Pablo VI (el 7/12/1965) en nombre de todos los Padres del Concilio Ecuménico del cual yo mismo era miembro, nosotros más que ninguno tenemos el culto del hombre!" (Carta de J.P. II al Cardenal Casaroli el 20/9/1982, con motivo de la fundación del Consejo Pontificio para la cultura). "La religión del Dios que se hizo hombre se ha encontrado con la religión (porque tal es) del hombre que se hace Dios... Vosotros, humanistas modernos, que renunciáis a la trascendencia de las cosas supremas, sabed reconocer nuestro nuevo humanismo…”
El error modernista es de tal calibre que admite sostener dos sentencias contradictorias sin advertir la violencia intelectual cometida. Así los Papas conciliares han sostenido simultáneamente la Fe Católica y los errores no sólo opuestos sino condenados por la Iglesia.
La sana Doctrina es una e incontaminada, asegurada por la Infalibilidad Pontificia prometida por Nuestro Señor. No podemos conformarnos con una “fe” diluida, materialmente correcta en unos puntos, poco clara en otros y perversa en los más eminentes que por más espirituales se advierten menos. Por algo la tenacidad plurisecular de nuestra Santa Madre la Iglesia en conservar integérrimo el depósito de la Fe, sin importar el costo. Sin la Fe no es posible agradar a Dios.
Me despido en Cristo Rey y en María Reina.
Este es un ejemplo de otro gran handicap siempre implícito pero nunca debatido que dificulta la Tradición.
Las amistades con el párroco de toda la vida, el que le casó a uno, el que nos dio la catequesis, el ambientillo y amistades de las actividades parroquiales, la propia familia de cada uno desinformada del tema. etc hacen que cada uno de nosotros seamos poco menos que tenidos por sectarios y o algo parecido, y que el paso social que habría que dar para romper con eso frene a muchísimos. No es que no conozcan la Tradición; es que no quieren entenderla ni les conviene.
¿Como reconocer uno que todo eso que ha amado ...está inficionado por el Anticristo o Lucifer, según esos lefebvristas?No... no puede ser...
Y se quedan donde están.
Tristemente el ambiente social en que se desenvuelve la Tradición semeja las sectas, con toda esa carga de desprestigio.
Última edición por Gothico; 21/02/2009 a las 14:14
Totalmente injusto.
¿Acaso no expongo inquietudes? ¿Acaso no pregunto? ¿Acaso no propongo cuestiones a debatir? ¿Acaso no reconozco que hay cosas que no sé pero que quiero entender? Sólo busco la verdad y lo que no hago es conformarme con cuatro palabritas. Creo que todo argumento tiene una réplica. ¿Eso es no querer entender?
Yo sé que la Fe no es cuestión de sentimientos. No se trata de ser amigo del cura de toda la vida. No se trata de sentir calor humano en los grupos de catequesis.
Se trata de que he invocado el Nombre del Señor y me ha escuchado. Se trata de que la Palabra de Dios se cumple. Se trata de que las tentaciones se combaten con la oración, el ayuno y la limosna. Se trata de que la vida cambia realmente con la ayuda de los Sacramentos. Se trata de educar a los hijos en la Fe. Se trata de tener los hijos que Dios te quiera dar, sin recurrir a anticonceptivos ni al crimen del aborto. Se trata de no murmurar. Se trata de denunciar las injusticias. Se trata de corregir al hermano. Se trata de perdonar las ofensas. Se trata de amar al enemigo (lo que no excluye combatirlo; cuestión de discernimiento).
Creo que ahora menos que nunca desde el V.II. Y gracias a Benedicto XVI.
Última edición por Cirujeda; 21/02/2009 a las 16:34
"La Verdad os hará libres"
Cristián y Juan Vergara:
Muchas gracias.
"La Verdad os hará libres"
[quote=Cirujeda;50461] Pero lo que me interesa destacar es que una renovación litúrgica no es mala sólo por el hecho de ser renovación.[/quote]
Estimado Cirujeda:
Éramos pocos y mi parió mi abuela!! (Dicho criollo)
No hubo una renovación litúrgica, sino una destrucción del sagrado culto agapístico. El nuevo culto pergeñado con posterioridad al V. II por un conjunto de pastores protestantes y ciertos "teólogos" de un inaceptable modernismo, transformó el Santo sacrificio de la Misa en algo muy semejante a una cena protestante.
Desde hace siglos, sobre todo a partir de la reforma luterano-calvinista el objetivo principal de la contra-iglesia fue la destrucción, tergiversación y el vaciamiento de la la Misa codificada por San Pio V. De esto hay pruebas irrefutables y lo vienen diciendo también desde hace siglos eminentes teólogos, e incluso santos.
Hay muy valiosos documentos al respecto que no pueden ser ignorados o silenciados. Si quieres o no los conoces en un hilo próximo te indicaré algunos de ellos que demuestran irrefutablemente lo que te estoy diciendo.
Y no solo se atentó impiadosa e inmisericordemente contra el sagrado culto litúrgico del Sacrificio de la Misa, sino que también se cambiaron las formulas de los Sacramentos como el Bautismo, la Confirmación y la Extremaunción. La antitradición sabe muy bien de qué se trata, y a esta altura de los acontecimientos entiendo que nosotros no podemos andar con medias vueltas ni queriendo no ver lo que es manifiesto.
No giremos más en la calesita porque corremos el riesgo de perder el eje y el timón de la Tradición.
Aquí no se trata de alguna modificación del rito para enriquecerlo, por el contrario se lo ha pulverizado y con todo ello se permite llegar a esas parodias de misas como las que celebra el pérfido cardenal arzobispo de Viena…
Amigo Cirujeda: No seas tan inocente.
Un abrazo.
Juan Vergara.
Realmente excelente Juan Vergara, muchas gracias por el tiempo que has invertido.
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
De la Agencia FARO.
Pamplona, 16 febrero 2009. El número 602 del quincenal navarro católico Siempre p'alante publica varios artículos acerca de la revocación de las excomuniones de los obispos de la Hermandad de San Pío X y del complot modernista contra el Papa que con tal ocasión se ha manifestado. Entre los artículos, este del profesor José Miguel Gambra, colaborador habitual de la revista y miembro de la Secretaría Política de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón.
EXCOMUNIONES Y SERVILISMO
Desde el 21 de enero, el Santo Padre ha levantado la excomunión que pesaba sobre los obispos de la Hermandad de San Pio X, fundada por Mons.Lefebvre. Eso, unido al motu proprio de septiembre del 2007, rehabilita oficialmente al tradicionalismo católico en el seno de la Iglesia. Palabras como "Lefebvre", "Misa Tridentina" y "Hermandad de San Pío X" ya no pueden provocar el escalofrío de aversión que hasta ahora producían en tantos fieles y pastores.
Del Concilio a esta parte, la Iglesia ha tenido -–y sigue teniendo-- mucho siervo oficioso, similar al que abofeteó a Nuestro Señor y provocó la única respuesta casi airada de toda su humillante pasión. Mucho servidor que se ha complacido en endurecer la vida de los católicos tradicionales más allá de cualquier obligación. Durante más de cuarenta años, un número incontable de sacerdotes que, dentro y fuera de la Hermandad, querían celebrar el rito de San Pío V, ha sufrido toda clase de vejaciones. ¡Cuántos recuerdo que tuvieron que decir misa a escondidas hasta la muerte! ¡Cuántos fallecieron entristecidos y aherrojados, en el más completo abandono, por mantener las doctrinas llamadas preconciliares! Profesores prestigiosos apartados de la docencia, fieles a los que se negaron los sacramentos por simpatizar con la Hermandad, o la comunión por arrodillarse, intelectuales mencionados desde el púlpito, con nombres y apellidos, como pecadores públicos, sacerdotes privados de sus emolumentos. Hasta sé de alguno que ha tenido que recoger cartones por la noche para sobrevivir. Pero ¿qué le voy a contar a la dirección de Siempre p'alante sobre tales sufrimientos?
Sea por convicción modernista, sea por abyecto servilismo o por escrúpulo indiscreto, la crueldad por cuenta propia de que han hecho gala muchos eclesiásticos con el catolicismo tradicional no puede describirse. Y tampoco voy a intentarlo. Porque, aparte de tener un recuerdo agradecido de los sacrificios que han propiciado el tenue resplandor que supone la nueva situación, lo que deseo es destacar otra cosa.
El ensañamiento gratuito con el caído lacera a éste y envilece al que lo ejecuta. Nada más conocerse la decisión papal, los voluntarios perseguidores de la tradición religiosa han emprendido una campaña, en parte para mitigar los efectos de esa decisión, en parte, para ocultar su propia vergüenza. Y la ocultan como les es propio: con hipócrita obsequiosidad. Como los "murmuradores más finos y venenosos" de que habla San Francisco de Sales, empiezan por celebrar dicha decisión, pero inmediatamente afirman que el Papa ha levantado las excomuniones porque en su poder está ejercer tan bondadosa generosidad, y dejan suponer, sin decirlo a las claras, que se trata de una medida arbitraria e injustificada. La envoltura elogiosa oculta mal la gravedad del reproche. El Santo Padre no ha dejado sin efecto las excomuniones porque el 21 se levantara de buen humor y tuviera un capricho de soberano absoluto. Si lo ha hecho es, bien porque las excomuniones no eran válidas, como muchos mantienen, bien porque actualmente no halla en los obispos ni la intención de cisma que algunos les achacan, ni ninguna otra desviación que merezca tal sanción. Decir otra cosa es lo mismo que calificar al Papa de déspota, benevolente sin duda, pero déspota.
La pusilanimidad de tales discursos contrasta con la magnanimidad de la respuesta dada por la Hermandad ante la noticia: primero agradece la decisión del Pontífice, pues la justicia, con ser obligada, no es menos digna de alabanza, sino más, cuando se hace contra un sentir común. Pero, luego, no se interesa por la mejoría de su situación, ni por las ventajas y prebendas que de ello pudieran seguirse, sino sólo por la posibilidad que se le abre de entablar conversaciones que conduzcan a la reforma de la Iglesia. Los humanos nunca merecen ciega adhesión sin examen. Pero, de momento, sólo cabe exclamar ¡chapeau!
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
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