No Martín, no tiene nada que ver subvencionar los precios de todo un sector de la economía (en este caso la construcción), con la enorme cantidad de miles de millones de euros que eso supondría, y que vendrían directamente de la creación artificial y a gran escala de liquidez (darle a la maquinita); que aumentar el poder adquisitivo bajando los impuestos. Por la sencilla razón, de que el dinero de los impuestos YA ESTÁ EN la economía real, y va ligado a la producción, y al nivel de empleo, el otro NO.

Es algo evidente, que el exceso de financiación de la burbuja inmobiliaria, no sólo venía del lado de la oferta, sino también de la demanda; de hecho si no fuera así, NO hubiera existido tal burbuja, sencillamente a la gente no le hubieran concedido hipotecas para comprar casas. Por el contrario, se concedieron sin ningún tipo de control (para responsabilidad directa del Banco de España), aquí y en muchos países, el resultado de tal despropósito es por todos conocido.

Si empezáramos a subvencionar a todos los constructores y promotores que había en 2008, con la excusa de que se moderen los precios, estaríamos echando leña al fuego, inflando la burbuja mucho más, dándole dinero a esos especuladores (como el "Pocero" y todos los demás), el exceso de viviendas que crearían sería aún mucho mayor, sin entrar en las implicaciones morales que eso conlleva. En Irlanda, llegaron incluso a destruir viviendas, con tal de destruir el imponente exceso que existía. Vería yo más interesante, si hay una demanda considerable, que el estado pusiera a disposición de la gente terrenos de los Ayuntamientos, a precio barato, construidos por el Ministerio, como hace 50 años, y desde luego calculando MUCHO cuántas se construyen, para no incurrir en gastos descontrolados.

Por último, si piensas que aumentar la masa monetaria (y más a estos niveles tan grandes) no tiene porqué aumentar los precios, te recomiendo que examines la historia económica; en concreto, por ejemplo el caso de Chile en tiempos de Salvador Allende cuando nacionalizó la banca y gran parte de las empresas, subvencionó muchos precios y provocó un desabastecimiento bestial, y a la larga una inflación (oficial del 353%) con un mercado negro que lo inundaba todo.