La economía cubana en 2010 - II
Otro elemento que hace improbable el aumento del 2,1% del PIB en 2010 es que las importaciones de bienes disminuyeron nuevamente. En 2009 decrecieron en 37,0% respecto al año anterior. En 2010 la caída fue del 4,6%, pero si se considera que el valor unitario de las importaciones creció en un 55,0% según cálculos oficiales, en términos de volumen se redujeron en alrededor del 35,9%, lo cual explica las afectaciones productivas durante todo 2010 por la carencia de insumos vitales. Esto contribuyó también, al deterioro de la actividad comercial y la escasez de alimentos, medicinas y artículos de amplio consumo.
En 2010 las exportaciones de bienes crecieron 28,8%, según la ONE, debido fundamentalmente al incremento de los precios del níquel y de las limitadas cantidades de azúcar suministradas a China. Los alimentos, a partir de junio de 2010, tuvieron un crecimiento de precios extraordinario en el mercado internacional, particularmente el azúcar, que fue el producto líder en esa tendencia. En diciembre rebasó los 30 centavos/libra, y al cierre del año llegó a un índice de 398,4, tomando como promedio los precios del período 2002-2004, de acuerdo a análisis de la FAO.
Desde hace años, el azúcar mantiene altas cotizaciones, convirtiéndose en uno de los productos más valiosos a escala mundial. Además, la industria azucarera produce otros codiciados derivados como etanol, alimentos para el ganado, levaduras, resinas, material de construcción y otros. También genera importantes cantidades de energía eléctrica por encima de su consumo, las cuales son entregadas al sistema electro-energético con significativos beneficios financieros. Si Cuba hubiera mantenido su industria azucarera, aunque con niveles productivos modestos de alrededor de 5 millones de toneladas anuales, la situación de la economía no sería tan angustiosa. La destrucción de esta industria ha sido el error más grande cometido en la Isla.
El comercio exterior, en su conjunto, refleja un saldo comercial de bienes y servicios favorable en 3,6 miles de millones de pesos para un crecimiento del 92,8%, explicable -además de por los incrementos de precios de las exportaciones-, por la reducción de la importación de bienes, lo cual está afectando extraordinariamente el funcionamiento del país. Sin embargo, el factor determinante fue el engrosamiento de la exportación masiva de especialistas, fundamentalmente a Venezuela. Así continúa fortaleciendo la dependencia económica a ese país con toda la incertidumbre que esto crea. También debe haber contribuido de forma modesta el 5,5% de incremento de los ingresos por turismo en CUC, en lo que han incidido las visitas de miembros de la comunidad cubana residentes en el exterior, convertidos en la segunda fuente de visitantes después de Canadá.
Los datos oficiales no muestran el preocupante monto de la deuda externa, estimada en 19,8 miles de millones de dólares US en 2010 por The Economist -sin considerar la existente con los antiguos países socialistas- con un servicio a la deuda de 2 mil millones, de los cuales 796 millones corresponden al pago de intereses. El gobierno ha informado sin suficientes precisiones que está renegociando la deuda, y que ha alcanzado algunos acuerdos para efectuar los pagos con posterioridad a 2015. Muchos acreedores opinan que los problemas subsisten a pesar de algunos acuerdos y ciertos pagos de la deuda atrasada, incluido “el corralito” impuesto en 2008.
La llegada de turistas fue de 2,5 millones para un crecimiento del 2,9%, según datos de ONE, a lo que debieron contribuir decisivamente las visitas de personas provenientes de la comunidad cubana en el exterior, fundamentalmente de Estados Unidos. Los ingresos brutos llegaron a 2,2 miles de millones de CUC, para un crecimiento del 5,5%. Sin embargo, no se informa sobre los ingresos netos. Dados los bajos niveles productivos cubanos, las importaciones de artículos con destino al turismo deben haberse incrementado, por lo que la industria sin humo no está sirviendo de locomotora para la economía. Por el contrario genera enormes compras en el exterior de productos que perfectamente podrían producirse nacionalmente. En la práctica se benefician los agricultores norteamericanos y productores de otros lugares.
Llama la atención la caída de 15,9% en la tasa de ocupación internacional en el turismo, reportada por ONE. El pasado año alcanzó sólo 50,3% frente a 59.8% de 2009. Esto podría explicarse por el peso creciente de las llegadas de cubanos residentes en el exterior que se alojan en los hogares de sus familias y no utilizan capacidades hoteleras; también pudiera haber incidido el aumento del turismo de crucero, el cual pernocta en los navíos.
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