Brasil no tiene política agresiva. Su política territorial es el mantenimiento del status quo. Nuestro territorio es basicamente el mismo desde el tiempo colonial. Argentina, en cambio, planeó la invasión de Chile (Operación Soberanía). Estanislao Zeballos planeó la ocupación de Rio de Janeiro con 50000 soldados, y por muy poco no tuvimos una guerra. Afortunadamente, no hubo conflicto militar. Yo pienso que la unión es el mejor y no sectarismos. El Sur de Brasil tiene una importante influencia africana (quizás mayor que en el Norte de Brasil). Una gran parte tiene herencia europea, pero mezclada con indígenas y africanos. Y no es tan diferente del Nordeste de Brasil, por ejemplo. Es solamente una cuestión de grados. En el Nordeste de Brasil también la herencia genética Europea es la predominante (a la excepción tal vez de Bahia), solamente el grado de influencia africana es algo mayor que en el Sur, y existe influencia indígena también. Argentina también no está libre de aporte africano, y el aporte indígena aún no tán importante como en Chile, Mexico o Peru, es algo significativo. Predominantemente europea en ancestralidad y cultura, sin duda. Y aunque Argentina fuera un pais 100% europeo, sudamérica no lo es, y en esa conyuntura mantenir un pais 100% europeu sería algo imposible. Esa es nuestra realidad. Una cloaca colonial. Pero con potencial. Tenemos muchos recursos, y largo territorio. Nuestro problema es la falta de desarrollo tecnológico. Y eso no es por falta de capacidad, en mi opinión. Existe una sabotaje muy grande. El mundo anglo y los europeos no tienen interese en desarrollo económico y tecnológico en Latinoamérica. Vea México y su industria o su Fuerza Aérea, por ejemplo. Brasil solo puede contar con sus vecinos. Con la cooperación con Argentina y otros vecinos, podríamos desarrollar y tener una defensa efectiva de nuestros recursos y potencial. Hoy estamos como los nuestros indígenas estabán delante los Españoles y Portugueses: muy vulnerables. El mundo anglo es muy unido, y cooperán estrechamente entre ellos, incluso en el militar. Su política hacia nosotros es alimentar la rivalidad. Con Argentina, y otros, Brasil podría desarrollar cohetes, armas nucleares, para que lo que acontecio a los indígenas no vuelvese a acontecer. Sin cooperación no tenemos ninguna posibilidad. Ellos cooperan bastante entre ellos. Y otros tienen "powerful international connections", como los Israelíes, que tienen un sofisticado arsenal nuclear hace mucho tiempo. Como persona interesada en nuestra historia esas son algunas de mis conclusiones. Los Portugueses no permitían que los indígenas de São Paulo manejasen el hierro (Taunay in "São Paulo no século XVI"). Los Argentinos lucharon contra los Ingleses con armas en gran parte desarrolladas por otros. Mi intención es solamente cumpartir algunas ideas. He pensado mucho sobre eses asuntos.
Cuanto al movimiento en cuestión, no tiene ninguna importancia. El sur de Brasil es mezclado, y liberal. Nuestro único senador de veras identificado con la causa "afro", Paulo Paim, es de Rio Grande do Sul, y fue elegido por los gaúchos. Y el se identifica como "negro", aunque obviamente no es africano geneticamente, como la mayor parte de nuestros "negros": tiene mezcla africana, lo que es diferente (mezcla presente en toda Latinoamérica, aunque en algunos rincones ella no sea tán perceptible, pero que ella existe existe). En São Paulo y en el Nordeste de Brasil existen movimientos también por la independencia de esas otras regiones. Como el movimiento del Sur, no tienén ninguna importancia, la mayor parte de la población incluso ignora su existencia. En el pasado, hubieron varios movimientos por la independencia no solamente en el Sur, pero también en el Nordeste y en el Sudeste. La lengua común portuguesa, y nuestra herencia común, hablaron más alto en el final. Antonio de Sousa Neto, el caudillo farrapo era descendiente de los bandeirantes, como gran parte de la población del Sur de Brasil. Y la sangre en común habló más alto. Getúlio Vargas, nuestro gran presidente del Sur de Brasil, también era descendiente de las principales familias bandeirantes, y, como los políticos del Sur, fue uno de nuestros mayores nacionalistas.
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