Re: ¿Cómo nos ven desde las Américas?

Iniciado por
Javier Irrizary
. Aparte del origen, de la sangre y de la fe, nos une el haber tenido invasores duraderos y peligrosos: ustedes, a los árabes islámicos; nosotros, a los estadounidenses.
Ambas situaciones son distintas, algo que cualquiera medianamente formado lo sabe o debería saberlo. Pero me refiero al grado de penetración de unos y otros. En España no hubo una homogeneidad y por poner un simil fue como la llegada de una ola a una playa y su retirada inmediata. Además, era un país poco poblado en buena parte del interior y en los primeros cien años en la mitad Norte no se produjeron asentamientos que puedan considerarse estables, ni tampoco hubo mestizaje apreciable. Y ello sin considerar que el número de invasores tampoco fue muy alto en esa primera etapa hasta el establecimiento más o menos consolidado de la frontera del Duero.
En cambio, en Puerto Rico tengo entendido que si se ha producido una fortísima aculturación. Hoy en día buena parte de los puertorriqueños son verdaderos gringos, no por su origen sino por su forma de vida, por el estilo de la isla, por las actividades cotidianas.
Hay otra diferencia importante, la invasión de la Península Ibérica fue un acción guerrera y de conquista por las armas, pero en Puerto Rico no se ha dado esa situación, salvo por lo que comenté antes acerca de la sustitución de la cultura autóctona por otra impuesta que llegó de fuera.
Espero algún día Puerto Rico haga con los estadounidenses lo mismo que España hizo con los árabes en el año 1492.
Sería deseable, pero no por las armas que es como se fue haciendo en España. Siendo pesimista, todavía no conozco ningún territorio que habiendo sido incorporado a la Unión, haya acabado por salirse de ella. No olvidemos que ni Cuba, ni Filipinas, fueron incorporados y Puerto Rico es Estado asociado y ese estatus es diferente.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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