Revista FUERZA NUEVA, nº 6, 18-Feb-1967
DECLARACIONES DE BLAS PIÑAR AL DIARIO “PUEBLO”
“Nos proponemos servir a España desde su ordenamiento constitucional”
El diario “Pueblo”, de Madrid, ha publicado el día 4 de los corrientes una entrevista con el presidente de la Junta de fundadores de FUERZA NUEVA, don Blas Piñar. Dado el interés que sus declaraciones tienen para nuestros lectores, las reproducimos íntegramente, añadiendo la pregunta referente a la audiencia concedida por el Caudillo a Blas Piñar y que, seguramente por necesidades de ajuste, no aparece en el texto de “Pueblo”.
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- ¿Qué es FUERZA NUEVA?
-Una empresa bajo la forma jurídica de Sociedad Anónima, inscrita en el Registro de Empresas Periodísticas del Ministerio de Información y Turismo. Tiene como objeto social: las publicaciones periódicas, la edición de libros y folletos, la agencia de colaboraciones y la actividad distribuidora. Como las cosas para hacerlas bien es preciso hacerlas despacio, de momento se cubre sólo la primera parte del objeto social, con el lanzamiento de FUERZA NUEVA como semanario.
-¿Es, además de una revista, un partido político?
-No es ni quiere ser un partido político. Los partidos políticos no existen. Ni queremos que existan de acuerdo. Con la doctrina política del movimiento. Fuerza nueva como semanario. Y la Junta de fundadores que. Ideológicamente, le respalda. Dentro del espíritu del 18 de julio. De nuestro derecho constitucional. Y de la Ley Orgánica del Estado. De un modo más concreto. ¿Aspira? Dentro de. la concurrencia. de pareceres lícitos. A estimular la Unión sin perjuicio. De la necesaria diversidad.
-¿Cuál es su filiación política, señor Piñar? No la de la revista, sino la suya propia.
-Yo, personalmente, no estoy en la prehistoria del Movimiento, en los ríos caudalosos que concurrieron a su fuente, sino en su resultado. Yo soy un español del 18 de Julio, con toda su carga política integradora, en la que creo que caben las nobles aportaciones de los que en esa fecha coincidieron con la doctrina y con las armas para construir una España mejor.
LOS “FASCISTAS”
-El rumor popular asegura que se trata de un grupo de fascistas que hacen una revista fascista. ¿Me podría usted decir en qué línea política está FUERZA NUEVA?
-Que haya todavía quien hable de fascistas como título invalidador -si es que se le da tal sentido- sólo produce sospecha. De fascistas fueron acusados por las checas los tribunales marxistas y las pandillas de la F.A.I., sus víctimas innumerables de la zona roja entre 1936 y 1939. Ese calificativo, con el tono apuntado, lo pueden emplear tan solo los que simpaticen con quienes lo esgrimieron para tal fin homicida, o los que habiendo sido no sólo fascistas, sino nazis de pensamiento y de acción, hoy tratan de arrancarse ese marchamo queriendo vestir con él a otros, confundiendo de esta manera a la opinión. Por supuesto, que quien ahora habla con usted tuvo que sufrir las reservas y objeciones de los que eran fascistas y nazis en la época en que algunos de ellos -hoy en la oposición al Régimen y fuera del Movimiento- intentaron manejarlo a su gusto y en exclusiva.
La línea política de FUERZA NUEVA ha sido expuesta al responderle antes con toda claridad.
-¿Cómo llama usted FUERZA NUEVA a algo que tiene ya muchos años de vida?
-¿Cuándo ha visto usted la partida de nacimiento de FUERZA NUEVA? La pregunta encierra un equívoco. Una cosa son las ideas y otras las fuerzas que las hacen suyas, las viven y dinamizan. Aquí, lo único que no es nuevo son las ideas, es decir, las 18 de julio, capaces de seguir estimulando a la nación. De esas ideas somos servidores en la nueva contextura política española, y ello desde la calle, de abajo hacia arriba, al margen de la Administración, de las ayudas oficiales y del Gobierno. Por eso mismo podremos expresarnos con mayor libertad, haciéndonos naturalmente responsables de nuestros puntos de vista.
LAS FINANZAS DE “FUERZA NUEVA”
-¿Quién pierde el dinero de FUERZA NUEVA?
-Si FUERZA NUEVA es no sólo un semanario, sino una sociedad, sus resultados económicos repercuten para bien o para mal en el patrimonio de los socios. Si hay pérdidas, las pérdidas, por tanto, las sufren los socios, aunque en este caso lo que nos importa, fundamentalmente, a los que suscribimos la escritura de constitución, es España y no el dinero. Los que pueden sufrir esas pérdidas, si se producen, figuran en el Registro Mercantil y en el de empresas periodísticas, y ambos son públicos.
A nosotros nos gustaría saber si las restantes publicaciones españolas tienen, como la nuestra y como fuente de financiación, sólo y únicamente el capital aportado por sus socios.
-Señor Piñar, ¿qué es usted, un notario o un político con pretensiones ministeriales?
-Profesionalmente soy notario, católico de religión y español de nacionalidad. Como católico y como español tengo el deber de servir a mi Patria, unas veces aceptando cargos, otras presentando la dimisión y otras rechazándolos. Todo ello, y según las ocasiones, es una forma de colaborar. Mi profesión de notario tiene con el quehacer público la misma relación que la de otros profesionales, sean médicos, periodistas, profesores o metalúrgicos, que intervienen también, sín menoscabo de su oficio en la vida política.
“HIPÓCRITAS”
-Señor Piñar: toda España recuerda aquel artículo suyo, verdaderamente excepcional, publicado en “ABC”, titulado “Hipócritas”, creo, en el que usted, siendo director general de Cultura Hispánica, atacaba muy directamente a los norteamericanos o, por mejor decir, a su forma de actuar. ¿Cuál es la historia de aquel artículo? ¿Cuáles fueron sus consecuencias?
Yo nunca fui director general, sino simplemente director de Cultura Hispánica, organismo autónomo, a cuyo frente hay un patronato que, como fundación de Derecho Público, preside el ministro de Asuntos Exteriores.
En aquel artículo yo no atacaba a los norteamericanos, sino a la Administración norteamericana y, en especial, a la de aquel momento. El pueblo norteamericano merece para mí todos los respetos. Por otra parte, en aquel artículo se hablaba también de la política de otras grandes naciones occidentales.
En cuanto a su historia es muy breve. Mentalmente lo concebí en el vuelo de regreso de Filipinas, luego de asistir al Centenario de Rizal. Lo escribí con rapidez, como todo lo que se lleva dentro y a uno le bulle con fuerza; lo envié al periódico, pasó por la censura y se publicó. Sus consecuencias son conocidas: mi dimisión anterior, presentada por otros motivos, fue entonces aceptada con rapidez: recibí miles de cartas de felicitación de España y del extranjero, y hasta me dieron, más tarde, una de las primeras medallas de oro de Radio España por votación popular. Tuve también unos días amargos: la actitud del Gobierno, algunos artículos en la prensa de todos los matices, nacional y extranjera, que prefiero no recordar. De todo ello doy muchas gracias a Dios, aunque confieso que pase una temporada difícil.
-¿Continúa usted en su misma postura?
- ¿Habría motivos para variarla, tanto en actitud como en el valor para aceptar sus consecuencias?
EL FUTURO
-¿Ha cambiado algo en usted después de la guerra civil? En lo político quiero decir.
Para mí, y de acuerdo con la tesis de la Pastoral colectiva del Episcopado español y del propio Franco, no puede calificarse de civil la guerra española. Porque intenté vivirla como Cruzada en lo político no he hecho otra cosa que madurar y confirmar la tesis de que no hay otra España, a partir del 18 de Julio, que la alumbrada entonces con dolor y con sangre.
-¿Cómo ve el inmediato futuro político de España?
-Con optimismo realista. Los grupos que se mueven tratando de oscurecer los sentimientos del país nos aturden en ocasiones, pero no hacen más que rozar la superficie. Ello impone a la minoría dirigente una grave responsabilidad. Lo que el pueblo piensa y quiere acaba de decirlo en el Referéndum. Sólo los huidizos, que se comprometieron antes, y los oportunistas, preparados para cualquier futuro, se permiten porque se les tolera, jugar con el porvenir político de España.
-¿Qué le dijo el Caudillo el otro día, cuando fue a visitarle con el ejemplar, según suponemos, de su revista?
Una elemental corrección impide que yo haga público, sin autorización previa, los términos de un diálogo en el que mi interlocutor fue nada menos que el Jefe del Estado. Pero puedo decirle que quien quiera que vaya a ver a Franco para ofrecerle su esfuerzo, con desinterés y con riesgo si fuera preciso, para dar vigencia continuada a los principios del 18 de Julio, tendría la misma acogida cordial y estimulante que a mí me ha dispensado.
Por supuesto que le entregue el número cero de FUERZA NUEVA, porque nunca se me ha ocurrido hacer nada en el orden político que pueda tener aspecto de clandestinidad, ni me he refugiado en el seudónimo, ni buscado las columnas de periódicos extranjeros, ni hecho viajes de tal signo, y cara al futuro político de España, más allá de nuestras fronteras. He podido y puedo equivocarme, pero asumo la responsabilidad de mis actos.
PROBLEMAS ACTUALES
-En su editorial del número cero habla usted de que a ciertos sectores la aparición de la revista no será grata… ¿A quién se refiere concretamente?
-A los desertores, a los pusilánimes, a los acomodaticios, a los que molesta la luz, a los que hablaron y se comportaron ayer en forma que hoy les avergüenza, a los que quieren la dispersión y el choque permanente porque creen con acierto en el antiguo lema: “divide y vencerás”. Y ni qué decir tiene a los enemigos del Movimiento.
-“FUERZA NUEVA”, ¿no tendrá problemas de censura?
-Nosotros nos proponemos servir a España desde su ordenamiento constitucional. Esperamos que la legislación de Prensa, con el espíritu que nos mueve, no tenga que desgranar su juego correctivo sobre nuestro semanario. Sólo en casos excepcionales acudiremos a la consulta previa, porque estamos convencidos de que la doctrina política que confesamos con toda claridad y sin reservas constituye una brújula suficiente para no equivocar el camino. Si alguna vez, a pesar de ello, surgiera el conflicto con la Administración, sería contra nuestro propósito y nuestra voluntad.
-¿Cree usted en la monarquía?
-Mi generación, en su inmensa mayoría, y por factores muy diversos, entre los que ha de contarse el escepticismo sobre las formas de gobierno de fuerzas muy conocidas de la prehistoria del Movimiento Nacional, está desmonarquizada, sin que por ello sea tampoco republicana. Girón ha expresado muy bien en FUERZA NUEVA un punto de vista compartido por muchos españoles. Para mí, no se trata de restaurar una monarquía, sino de instaurar aquella monarquía que sea continuación, custodia e instrumento del espíritu del 18 de julio. Por eso, la Ley Orgánica exige a quien haya de ostentar, con un título u otro, la Jefatura del Estado, en el Reino, que jure los Principios Fundamentales del Movimiento.
-Ataca usted al disimulo en su editorial… ¿No es el disimulo una fórmula política tradicional?
-Es posible que sea una fórmula política, pero la política puede ser buena y mala, y la bondad y la maldad, que afectan a lo político, que tiene, desde luego, una base ética, puede hallarse en el fin, en los medios o en ambas. El disimulo de quienes aparentan ser lo que políticamente no son, para enroscarse en el poder y cambiar el contenido ideológico del Régimen, lo estimamos moralmente deleznable, aunque en otro campo, se califique de habilidad.
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