Los musulmanes de la organización Nation of Islam también se dedicaron a investigar sobre la participación de los “hermanos mayores” en la trata esclavista, y aunque tampoco se pueden negar las andanzas de los mahometanos en esto; sacaron un libro que parece interesante.

Aquí pongo la traducción que hice de un texto donde se da una visión general del contenido de la obra. Disculpen la traducción no es al pie de la letra; solo traté de hacer un poco más comprensible el artículo; aunque a decir verdad, hubo algunas cosas que no me convencieron al 100%; de todas formas se aceptan correcciones y críticas.




Análisis Bibliográfico TEI

Judíos Vendiendo Negros: Anuncios para Venta de Esclavos Hechos por Judíos Estadounidenses


Portada Jews selling blacks.jpg


Jews Selling Blacks: Slave Sale Advertising by American Jews
Historical Research Department
144 páginas, ISBN 978-0963687722
Copyright 2010 por Latimer Associates
Encuadernado




Ya no hay más debate posible. Se ha demostrado de manera categórica que los judíos jugaron un papel clave en la industria transatlántica de la trata de esclavos y en el desarrollo de una sociedad de tipo Apartheid en los Estados Unidos de América.

A diferencia de sus anteriores publicaciones, “The Secret Relationship Between Blacks and Jews” (La relación secreta entre judíos y negros) Volúmenes 1 y 2, obras cargadas de notas al pie de página; el Historical Research Department of the Nation of Islam (Departamento de Investigaciones Históricas de la Nación del Islam) ha lanzado una publicación de 144 páginas que contienen 283 anuncios hechos por judíos para promocionar la venta de esclavos. “Jews selling blacks” (Judíos vendiendo negros) presenta carteles, anuncios clasificados y volantes, que demuestran que los judíos compraron y vendieron plantaciones enteras y comercializaron esclavos clasificándolos de acuerdo a su edad, desde niños hasta ancianos. Además, los mercaderes judíos fijaban el financiamiento bancario y otras formas de pago que, en esencia, equivalían a las condiciones del sistema de apartado de su cargamento humano que posteriormente se volvía mano de obra esclava.

Los apologistas judíos a menudo exponen el vergonzoso argumento de que de acuerdo al total de la población, solo una “modesta” cantidad de judíos poseían esclavos. ¿Comparado con qué? Las cifras de los censos no dicen toda la historia. Naturalmente, un solo individuo o familia -especialmente cuando posee una enorme riqueza - puede ser responsable de una enorme cantidad de maldad.

Esto es evidente en sitios como la esclavista Carolina del Sur. Un lugar que sentó las bases para el mercantilismo y la trata de esclavos y que fue el primer estado en declarar su secesión, encabezando la formación de los Estados Confederados de América, hecho que culminó con la Guerra civil. El libro muestra a los lectores que antes de que Nueva York se volviera el centro de la población judía estadounidense; durante la era esclavista, Charleston, Carolina del Sur fue el centro de la comunidad y de sus explotaciones mercantiles.

Por ejemplo, en diciembre de 1839, Maurice Barnett, un tratante ubicado en Baton Rouge, Lousiana, ponía en venta a un esclavo de 26 años llamado Osborn. Él era descrito como “un mulato, buen cochero y camarero, activo y hábil para cualquier cosa que se le ponga a hacer”. Su esposa Lucinda de 22 años también era ofrecida. Descrita como “muy inteligente, sabe cocinar, lavar y planchar.” Tal vez la parte más desconcertante del anuncio era que los niños, Commodore de 6 años; Josephine de 4; Henry “de 2 años de edad aproximadamente” y Osborn Jr. “de 1 aproximadamente” también estaban en venta (p. 9). Piénselo bien, en muchas ocasiones las familias negras pudieron ser desgarradas y sus miembros vendidos a diferentes dueños de plantaciones. A menudo, los hombres fueron separados de sus esposas, las madres de sus hijos y los niños de sus hermanos.

Un anuncio en la Charleston City Gazette con fecha del 24 de junio de 1805 hecho por la empresa Cohen & Moses ofrecía “Veinte ESCLAVOS AFRICANOS de primera calidad. Condiciones, pago contra entrega.” (p. 11) De hecho, durante muchos años, numerosas páginas fueron dedicadas a esta clase de anuncios hechos por la Cohen & Moses. Jacob Cohen, otro subastador judío, notable tratante de esclavos que dirigía la empresa Cohen & Co. también se anunciaba de manera cuantiosa. Más tarde, la compañía Jacob Cohen & Son, tomando como base la enorme cantidad de anuncios, que incluso forman parte de un record histórico, continuaron este legado genocida de tráfico humano, amasando una gran fortuna en aquel entonces. ¿Será que la actual empresa Cohen & Co. con base en Filadelfia, que de acuerdo al artículo de Bloomberg del 30 de julio de 2010 “se estableció como el segundo administrador más grande de obligaciones de deuda garantizada”, esté relacionada de alguna forma con aquellas compañías de nombre parecido y dedicadas a la trata que prosperaron en el sur anterior a la Guerra de secesión?

Otros dato interesante muestra que el intermediario en venta de esclavos y subastador Thomas W. Mordecai, de Charleston, fue un miembro fundador de la Reform Society of Israelites, el primer movimiento reformista judío de Estados Unidos. Después se convirtió en un prominente religioso y notable hombre de medios de comunicación.

El lenguaje denigrante en muchos de estos anuncios, usado a menudo por pilares respetados de la comunidad judía, como Isaiah Isaacs, dueño de esclavos de Richmond Virginia, fundador de la Congregation Beth Shalome (p.112) manifiesta el evidente desprecio hacia la humanidad de sus esclavos negros, que eran vendidos junto con animales de granja, muebles, licor y frecuentemente como “elementos adicionales” cuando era transferida la propiedad de la tierra.

Los judíos se han señalado a sí mismos como la excelentísima y prototípica clase comerciante de la sociedad estadounidense. En aquello relacionado especialmente con la esclavitud, ese dominio llevó a la Enciclopedia Judía a asentar que “las plantaciones de algodón en varias regiones del sur estaban completamente en manos de judíos y como consecuencia, la esclavitud encontró en ellos a sus defensores.”

Estaban tan integrados profundamente en la realidad cultural del sur segregacionista que en 1813 el guardia judío Moses Levy le recordaba a los residentes la ordenanza que disponía que “Todos los negros u otros esclavos que se encuentren en alquiler” usen un distintivo “sobre sus personas y que sea visible” algo comparable a la estrella amarilla del periodo nazi que se volvió símbolo de la disolución de los judíos casi un siglo después.

No fue sino hasta que se reveló la importante participación de los judíos en esto que sus sabios (y sus bribones lacayos negros y portavoces) buscaron resaltar las acciones de otros (por ejemplo, jefes tribales africanos, tratantes árabes, los llamados negros “libres”, etc.) en un intento por cambiar el centro de la discusión y de la investigación documentada.

Es curioso ver como antes de la investigación hecha por la Nation of Islam aquellos que estudiaron la historia y lo grave que fue el impacto de la trata de esclavos transatlántica en la sociedad estadounidense, se quedaron perfectamente contentos permitiendo que la culpa cayera justo en los hombros de los protestantes blancos anglosajones del sur.

Aquellos que continúan siendo engañados por la mitología de intereses creados y la historia revisionista, pueden ser intelectualmente indiferentes o intencionalmente perezosos y no han utilizado debidamente esta información meticulosamente documentada por el Historical Research Department.

Como se ha dicho anteriormente, ya no hay más debate posible. La evidencia es abrumadora. Las mentiras han sido desmontadas.

Este libro es un importante aporte a cualquier colección, y en los próximos años será considerada una de tantas publicaciones responsables de establecer un nuevo paradigma en el estudio de la historia estadounidense y que llevará hacía una correcta contextualización y entendimiento de la trata de esclavos transatlántica.



Fuente (en inglés):

TEI Book Analysis - Jews Selling Blacks: Slave Sale Advertising by American Jews