Revista FUERZA NUEVA, nº 489, 22-May-1976
Tratamiento del marxismo en la prensa demoliberal
Se celebró en Madrid, el XXX Congreso de “ilegal” sindicato UGT… Revista ‘Fuerza Nueva’: de la muerte de Franco a la Constitución (1975-78)
… Pero no vamos a ocuparnos ahora sino de la actitud seguida por nuestra prensa ante la forma en que se ha desarrollado dicho Congreso –exabruptos, amenazas, desplantes- y el contenido de sus conclusiones. Dicha actitud constituye un test de inapreciable valor para comprobar hasta qué punto el fanatismo político está sobreponiéndose en la prensa… a la objetividad y al deber sagrado de informar…
Igual que siempre
La UGT continúa pensando y actuando con arreglo a sus viejas coordenadas de siempre: clasismo cerril, revolucionarismo “republicano” identificado con la violencia física y sectaria… anticlericalismo anacrónico… y no menos trasnochado internacionalismo… Y proclamando sus corifeos que mantienen irreversiblemente el espíritu con que actuaron de 1936 a 1939… huelgas revolucionarias de 1910 y 1917… movilizaciones de masas como las que acarrearon la proclamación de la República en 1931 y el triunfo del Frente Popular en 1936, a las insurrecciones populares como la de octubre de 1934 en Asturias… y a la infinidad de acciones de resistencia antifascista en los últimos 40 años…
Ante estas actitudes y todo el contexto general del Congreso, nuestra prensa, la más voluntariamente monocorde y monolítica de todo Occidente, ha adoptado la misma táctica desinformativa: silenciar lo irreproducible, paliar, camuflar o fragmentar el resto a fin de presentar una imagen favorable y benévola del mismo. Pero hemos de destacar, sobre todo, nuestro asombro ante la postura de “Ya” y sus proyecciones marxistoides. Son tantos los virajes, los zigzag y las “anfibiedades” del diario católico en estos últimos tiempos que ya no es fácil sorprenderse…
El parlamento marxista de papel
En el editorial que “Ya” dedica al Congreso se dice: “Lo que más interesa destacar en primer lugar es la filosofía con que renace la UGT… bien conocida por su coherencia en cuanto a los objetivos que persigue”. De todas las conclusiones del Congreso “Ya” no muestra discordancia más que con una: la referente al federalismo…
Y el señor Blanco Vila en su sección escribe: “Según mis noticias, en la reunión se ha hablado con claridad y con respeto” (el subrayado es nuestro)… De que hay una oposición dialogante es esta celebración ugetista “indicio definitivo”. De lo cual, por supuesto, me alegro” (“Ya”, 20-4-76)…
Por lo visto, las declaraciones incendiarias de Nicolás Redondo contra la “dictadura fascista” y su afirmación tajante de que el Congreso “se celebra sin cesión ni compromiso alguno” “porque el respeto de nuestros principios nos impide caer en tácticas oportunistas” –con lo que parece querer dar una lección a quienes le autorizaron el Congreso-, para Blanco Vila y para “Ya” son posiciones dialogantes y de respeto.
¿Lo son también las afirmaciones de delegados extranjeros que “Ya” silencia cuidadosamente? Las de Otto Kersten, quien dice que los ugetistas representan a la España de la masa y de la rabia; las del secretario de la Federación de Metalúrgicos alemanes, según el cual los Gobiernos europeos “están asqueados por los excesos increíbles de una siniestra represión”, “de la brutal policía fascista” … “del déspota arrogante, despiadado y sediento de sangre”.
Perspectiva favorable y atrayente
Hábilmente, “Ya” combina estos silenciamientos con referencias “positivas”. Y así recoge palabras de Felipe González en que afirma que “no es hora de demagogia ni de lenguaje extremista” y que “ser revolucionario es ser realista”. Y también silencia cautamente el periódico católico las manifestaciones en el Congreso a favor del divorcio, del aborto y contra las subvenciones estatales a la enseñanza privada y religiosa.
Se trata, en definitiva, de presentar una perspectiva favorable que suscite la simpatía de los lectores y fomente la adhesión a lo que el Congreso y la UGT representan, y esto en un diario del cual podría extraerse una antología de textos en defensa del deber cristiano de información total y veraz, así como de textos pontificios y episcopales en tal sentido.
Es difícilmente explicable que un diario que viene erigiéndose en paladín de la paz y la convivencia pacífica, que “rechaza la violencia, venga de donde venga” y proclama que hay que olvidar y superar para siempre lo que llama “nuestra guerra civil”, preste todo su apoyo a una organización y a un partido que mantienen para siempre el espíritu con que lucharon en aquélla y el principio de lucha de clases en la más primitiva versión catastrófica de Marx, y que precisamente esto sea al parecer, causa principal de su filougetismo: “… Importa el renacimiento a la vida pública de la UGT”. “Es evidente que la UGT ha vivido una fecha histórica… y que fue la pionera de las luchas sociales…”
¡El órgano de la Editorial Católica exaltando el mérito de la UGT de haber sido pionera de las guerras sociales! El sarampión “proletario” brota en las páginas de “Ya”: con motivo del primero de mayo, llama a San José el primer “proletario de la historia”. Como se ve, la santidad ha de ceder su puesto al clasismo marxista. Y como el movimiento se demuestra andando, “Ya” se apresura a servir a sus lectores un perfil biográfico beligerante … y sentimental... de Nicolás Redondo…
De la adhesión a la ruptura
Todas esas actitudes de “Ya” tienen, sin embargo, explicación clarísima en una coincidencia de filosofía y objetivos. El Congreso y el PSOE tienen como objetivo fundamental liquidar y destruir nuestro Sindicalismo porque es una de las realizaciones más fecundas del Régimen… bien manifiesto en tantas otras creaciones como las de la Seguridad Social, las que fueron incapaces de realizar ni marxistas, ni liberales, ni republicanos… Sobre sus ruinas se instalará el sindicalismo marxista de lucha de clases impuesto por las Internacionales europeas, que es a lo que ahora se llama “pluralidad sindical” y “libertad de afiliación”.
La coincidencia de “Ya” con estos objetivos es total: “Nuestros lectores saben que somos partidarios de la pluralidad sindical y la libertad de afiliación y que no aceptamos soluciones de ruptura como destrucción pura y simple”, y como el Congreso de UGT, según acabamos de ver… se propone levantar sobre la Organización Sindical el sindicato marxista, se deduce la adhesión de hecho de “Ya”.
Con este hábil lenguaje sibilino, el lector medio no se dará clara cuenta de tal adhesión y lo que significa, pero sí la UGT y el PSOE, destinatarios de ella. Olvida “Ya” que el “pluralismo” originó la lucha fratricida entre miembros de UGT y CNT, que se mataban en las calles a diario.
Ajeno a las razones del trabajo
En la actual ofensiva demoliberal para desmantelar el Régimen del 18 de Julio, los mayores esfuerzos se concentran en el terreno del sindicalismo por ser uno de sus pilares básicos, como hemos dicho. De ahí el júbilo con que “Ya” ha acogido el Congreso y su afán por bienambientarlo y apoyarlo. Pero hay, además, otro motivo de pragmatismo…
… Para la tarea de desmantelamiento y reinstauración del demoliberalismo… se tiende a concesiones, alianzas y contubernios con las organizaciones obreras históricas para contar así con los votos y peso de las masas trabajadoras para imponernos la democracia formal. Se trata de una vasta operación de politización electoral de los trabajadores para una causa: el formalismo liberal, que les es ajena y en detrimento de su legítima causa sindical, de sus intereses vitales… Los peligros de tal operación son obvios y están en la conciencia de todos… porque lo único que importa, lo que por lo visto está por encima del bien y del mal, es el triunfo del demoliberalismo como sea, con las ilegalidades y humillaciones que sean.
Tinglado ultraburgués
Y hay todavía otro motivo para la atracción de “Ya” por el socialismo histórico, y es la raíz neocapitalista y burguesa con que renace. El tinglado ultraburgués que lo está reorganizando desde arriba, no desde la base, está formado por un grupo de abogados, de demócrata cristianos, liberales y miembros de la político-eclesiástica HOAC. Por eso Felipe González se declara partidario de “la democracia formal o burguesa”… Es proverbial la predisposición de democristianos y liberales a pasarse al carro del vencedor o del más importante, y ahora les parece serlo el socialismo. Se explica, pues, la posición de “Ya”.
Carmelo VIÑAS Y MEY
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