Revista FUERZA NUEVA, nº 497, 17-Jul-1976
Españoles y saharauis
Es curioso y sospechoso el interés de ciertos elementos para ayudar a los saharauis y el nulo para los españoles (en mayoría, canarios) que hubieron de dejar en el Sáhara sus bienes (comercios, casas, trabajo, etc.)
Y resalta más este contraste porque los saharauis se marcharon por propia voluntad y los españoles por órdenes impuestas; los saharauis rechazaron la amistad de España, que les habría concedido cuanto hoy exigen por las armas [… primero a España, después a Marruecos]. Y con demostraciones subversivas, manifestaciones a traición, ataques a paisanos y militares, bombas, secuestros y hasta muertes (entre ellos, el de niños canarios), forzaron a España a abandonar una tierra que los españoles habían civilizado y potenciado.
Estos mismos saharauis se apropiaron, casi regaladas, de las posesiones de los españoles en el Sáhara. O sea, que, mal aconsejados, impidieron que España les diera lo que ahora piensan conseguir violentamente por las armas. Es una de las locas aventuras a que conduce el fiarse de las promesas y doctrinas marxistas.
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Era evidente el deseo de España de abandonar el Sáhara. Pero los mismos saharauis impidieron con sus desplantes y violencias la realización del referéndum que les habría dado la que ahora pretenden arrancar con luchas y guerrillas. Es un caso más de adónde conducen las amistades con potencias y doctrinarios marxistas, atentos únicamente a lo que conviene a sus amos rusos. Los saharauis, con su conducta desagradecida y torpe sumisión a disolventes doctrinas marxistoides, forzaron y decidieron la salida de las tropas españolas, única garantía de que podían obtener su independencia; y a la vez causaron la ruina de miles de españoles y canarios.
Y aquí viene el contraste máximo. Se celebran en Las Palmas manifestaciones “prosaharauis” (más de una); se intenta crear una asociación “pro ayuda a los saharauis” y se realiza una colecta en todas las iglesias a favor de estos “pobres saharauis”, con olvido total de que hay unos españoles a quienes la conducta de aquéllos ha dejado sin casa y sin trabajo, ya que todavía pagan en sus carnes y familias los efectos de esta ingratitud sin límites.
Es decir, ciertos canarios (pocos, ciertamente) se manifiestan y preocupan de los saharauis, y se olvidan de los mismos paisanos canarios, víctimas de la inconsciente locura de quienes se arriman a unos eslóganes marxistas que prometen todo y no conceden nada. Es el gran contraste, que no tiene otra explicación que la de consignas políticas disolventes, perturbadoras de todo orden legal, y que imponen sus dogmas, aunque arruinen, como en este caso, a los pueblos que dominan.
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Todavía días pasados (19 de junio) viene en un diario de Las Palmas una crónica detallando la situación lastimosa de muchos españoles expulsados del Sáhara, para quienes no ha habido ni manifestaciones ni asociaciones ni colectas… Y que exponen sus quejas con una elegancia digna de encomio. He aquí cómo lo manifiesta uno de esos ex habitantes españoles del Sáhara:
“Allí, como aquí, era el pobre “canario”. Ahora voy a dejar de ser pobre, y voy a ser mendigo. Allí vivía bien. No tenía problemas. Toda mi vida procurando sacar mi familia, y, por un quítame allá esas brevas, me veo sin nada. No entiendo de política. Me voy a quedar como las sabias cabras del Sáhara: harto de papeles…”
Para estos “pobres canarios”, nada; para aquellos saharauis que voluntariamente se ausentan, tras impedir que España les dé su libertad, que ahora luchan con armas y guerrillas para conseguir por la fuerza lo que despreciaron obtener pacíficamente, si lo daba España, manifestaciones, asociaciones, colectas… ¿Hay quien lo entienda? Si no es por una mala cuestión política, esto no tiene sentido,
Razonablemente escribía el abogado canario Santiago Aranda, con motivo de la colecta “prosaharauis” en las parroquias canarias:
“Hay cartas de contenido sangrante, escritas por quienes dejaron en el Sáhara su vida de trabajo y tuvieron que malvender sus bienes, y ahora pasan miseria en su tierra. ¿Es que no merecen estos españoles la caridad de los cristianos canarios? ¿Es que es mejor asistir a los saharauis y olvidar a los españoles, sean o no canarios? Se ha olvidado que, junto con los saharauis, hay españoles y canarios que sufren igual o más que ellos…”
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Creo que es conveniente poner en claro estos contrastes, porque se está haciendo demasiado frecuente el ocultar la luz de la verdad bajo capas aparentes de generosidad, haciendo ver negro lo que es blanco y viceversa. El papel aguanta todo cuanto escriban sobre él. Y los lectores quedan cegados por vistosas luces fatuas, que hacen de la verdad mentira y viceversa. Es la común estrategia de los doctrinarios marxistas, minorías, ciertamente, pero tan activos, tan dueños de los medios de comunicación, tan hábiles para manejarnos…
Pablo ARTILES
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