Si a D. Juan Manuel, a quien respeto y admiro profundamente, le importara lo más mínimo lo que puedan decir de él, no escribiría una novela sobre la división azul, ni tendría un programa televisivo en el que cada semana se puede gozar de una interesantísima, agradable y educativa tertulia intelectual en la que siempre aparecen sacerdotes doctos, vestidos con sotana, además de seglares tradicionalistas e integristas que dicen literalmente lo que quieren, sin censura alguna.
Si D. Juan Manuel le echa las culpas a Franco y sus partidarios del decadente régimen actual es precisamente por haber sido sus artífices, renegando previamente de su propia obra. No sé como se puede llamar "chaval" a D. Juan Manuel, ni decir que es apolítico.
Dios bendiga a D. Juan Manuel y le de ánimos y energías para seguir en esa misma línea. En España hace muchísima falta gente como él.
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