
Iniciado por
Valmadian
En cambio, en lugar de serpentinas, --normal en el recibimiento--, que también podían haber sido flores, hay que fijarse más en las miradas, en las emociones por ver al Papa y escucharlo, en los sinceros llantos de alegría, en el respeto generalizado con el que se rezó el Vía Crucis, donde niñas, "ni-ñas" de 14, 15 o 16 años, estaban mezcladas rezando junto a curas jóvenes con sotana y alza cuellos. Creo que también hay que cuidar la intención en las miradas, no por lo que se ve, sino por cómo se mira.
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