No lo he leído, pero desde que apareció ha habido denuncias de graves errores que suelen achacar a la traducción, relativos precisamente a esos temas como contracepción, homosexualidad, masturbación, eutanasia y demás. Los jóvenes necesitan un catecismo de verdad, como el Astete o el Ripalda. Más sana doctrina y menos catecismo guay.
Marcadores