Lo que está mal está mal, sea con quien sea. La incoherencia no está en negar la comunión a un obrero de Vallecas y dársela a un político fariseo e hipócrita. Quien no puede comulgar no puede comulgar, sea el rey o sea perico de los palotes. La incoherencia está en dar de comulgar a quien no está en condiciones de recibir al Señor. No hay incoherencia en no dar de comulgar al obrero mencionado si éste no está en condiciones de hacerlo. Sí la hay en dar la comunión a quien no está en gracia de Dios, sea la Cospedal o un desconocido. (Pero en el caso de un político conocido hay además escándalo.) La comunión es algo muy serio. Es recibir a Nuestro Señor Jesucristo. Y no se puede ir a comulgar tan alegremente como quien va a tomarse una cerveza en un bar. Hay que estar debidamente preparado y en gracia de Dios. Cristián Yáñez ha aclarado magníficamente el asunto. Y además, recordemos que existe la comunión espiritual, que se puede hacer en cualquier momento y lugar y la puede hacer cualquiera cuando no pueda comulgar sacramentalmente.