En China sí veo más que se aplique ese nuevo concepto de la educación con inclinaciones prácticas interdisciplinares y en las que se fomenten conocimientos globales y experiencias en otros países en donde puedan cultivar nuevas habilidades. Conozco a bastantes chinos de la Hoz y el Ferrari que han estudiado en varios países como Francia, Estados Unidos, Reino Unido, España, que están aprendiendo de primera mano cómo funciona y qué se enseña en el Mundo 'Occidental'.
El principal problema para el Partido Comunista de China es que estos jóvenes que salen a millones de su país para estudiar en el extranjero pueden ser la clave para que su régimen se vaya al garete. Ya que dudo que vayan a aceptar la opresión y el férreo control que imponen las autoridades, máxime cuando esos estudiantes han probado la libertad y el libertinaje de otros países democráticos. El crecimiento económico tan fuerte, basado en buena parte en la gran desigualdad existente en la sociedad china y en un modelo de producción que no respeta al ser humano, ni al medioambiente ni a ninguna moral, puede acabar por paralizar a todos los niveles al país si se produce de forma brusca ese cambio deseado por algunos.
También habría que considerar que no hay una China única, sino que hay muchísimas, y que dudo que todos quieran permanecer en ese régimen de socialismo de mercado (qué grande es este término), o que el viraje hacia una democracia liberal sea la apuesta preferida. Lo que sí es seguro, es que tanto países de África como de América Latina que se han colgado a la locomotora china del crecimiento, se las tendrán que ver con una reducción en los precios de sus materias primas de exportación en los mercados cuando empiecen a ir frenando en sus economías.
Volviendo a Japón, están incrementando el gasto militar, y se ve con cada vez más temor el crecimiento de China y su influencia en el mundo. No hay que olvidar que siempre ha sido un mantra para los chinos la invasión japonesa de Manchuria y las masacres de Nankin que están recordando constantemente. Por lo que los mensajes de odio hacia los japoneses son constantes. Y tanto unos como otros se legitiman y se retroalimentan políticamente mediante este discurso bélico.
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