Estimado Eduardo Martínez:
Ahondando en lo ya claramente expuesto por Hyeronimus, insisto, nunca ha sido la tolerancia una virtud. No la encontrará ud. en ningún manual de teología moral ni, menos aún, en el tratado de las virtudes de la Suma Teológica, hontanar de aquellos.
Nada tienen que ver los valores con las virtudes. Un valor es la estimación subjetiva y/o convencional de algo. Las virtudes son objetivas. Se es o no justo, atemperado o fuerte. Por algo la distinción entre saber que las virtudes son tales y estimarlas en consecuencia, la sindéresis (ciencia de los primeros principios) y la prudencia (principio de toda virtud) cuyo acto propio es el imperio efectivo que se ejerce sobre los propios actos. O sea, alguien con muy pocas luces, sin tener muy claro que cosa sea un valor, puede, sin embargo, ser muy virtuoso.
La tolerancia no es más que una actitud, en sí misma indistina, pésima tal como se la entiende hoy en día. Motivo este último más que suficiente para que todo católico la tenga por espuria y huya como de la peste de este verdadero caballo de Troya de la progresía.
EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM
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