Estimado don Cosme:

1.- En primer lugar, te debo una disculpa por la demora en la respuesta, pero, por razones de fuerza mayor (exámenes), me ha sido imposible dar una, medianamente aceptable, con mayor prontitud. Asimismo, me alegro que mi comentario te haya sido de utilidad. De seguro muchos tendrán un conocimiento más acabado acerca del tema pero, bueno, es la respuesta que estaba a mi alcance.

Yendo al punto. La Ley Natural siempre ha sido entendida como un sentido común acerca de lo que está bien y o que está mal, sentenciado en el aforismo “fac bonum vita malum”, haz el bien y evita el mal. Se llama natural a esta ley no por determinarnos a obrar de un modo específico y uniforme sino por constituir un principio fijo de comportamientos diversos. O sea, existen principios universales, no aprendidos, verificables en todas las culturas y hombres, exactamente idénticos, cuya transgresión resulta tan violenta a la mente humana que solo un desquiciado incurre en ella.

2.- “¿hay deslinde entre el "obrar bien" y el "obrar mal", que podamos tener como Cristianos, frente al "bien" y el "mal" determinado por la ley natural?”

Según enseña la Teología, el bien natural está implícito en el sobrenatural, pero no viceversa, como resulta evidente.

Siempre que se obra meritoriamente se efectúa a la par un acto naturalmente bueno, por el principio de que la gracia (sobre-natural) supone la naturaleza y la perfecciona.
Por el contrario, un acto naturalmente bueno solo tendrá mérito en la medida que sea sobrenaturalizado, ya sea virtualmente, por una intención implícita, por ejemplo, al ofrecer todos los actos del día a Dios; o bien, formalmente, al ofrecer tal o cual acto intencionalmente a Dios. Se sobreentiende que la materia de dicho acto ha de ser naturalmente buena.

3.- ¿es cuestionable la existencia de esa ley natural?

Es cuestionable como cualquier cosa que no se ve, en la medida que la inteligencia de tal o cual persona sea incapaz de extraer la esencia que subyace en la necesidad y utilidad de toda ley positiva. Donde se aprecian diferencias abismantes, que pueden generar dudas respecto a la universalidad de la Ley Natural, no es en los principios sino en la aplicación de los mismos. El deber de honrar a los padres, la repulsión al asesinato, al robo, a la mentira, etc., son universales. Sin embargo, hay salvajes que han creído honrar a sus mayores devorándolos, o bien, a sus dioses sacrificando inocentes (muchos de los cuales consideraban grandísima honra dicha brutalidad). El caso de la América precolombina resulta escalofriante al respecto y es gloria eterna de España el haber arrasado con tal barbarie.


4.- ¿es el "obrar bien" u "obrar mal" una derivada de nuestra socialización o nos es intrínseca?

En efecto nuestra socialización, entorno o como lo quieras llamar, por supuesto que produce una enorme influencia en nuestra conducta.
El problema grave para todo ser humano es que nuestros rudimentos morales, o primeros principios (la Sindéresis), son amplísimos, universales y abstractos, y debemos aplicarlos a situaciones singulares y concretas. De ahí la importancia capital de la educación que siempre lo es de la prudencia a través de alguna de las virtudes específicas confiere la capacidad para actuar concreta y singularmente bien-Y hay que hacer notar que educación con instrucción solo son análogas nunca sinónimas. Cabe perfectamente ser muy instruido y pésimamente educado-. El ser humano necesita de un entorno que le enseñe a actuar moralmente, la familia, el municipio, la ciudad. Y su perfección moral guardará directa relación con las condiciones morales del ambiente del cual participe. Difícilmente hubiésemos tenido un Siglo de Oro como el que tuvimos sin las singularísimas condiciones religiosas, políticas y espirituales de aquella España.

A fin de cuentas todo se reduce a la relación sindéresis/prudencia. La diferencia la hará indefectiblemente, salvo gracia especialísima, la educación que recibamos. Clásicamente se ha entendido la educación como el proceso por el cual el hombre llega a ser virtuoso. Por descontado que es un proceso que dura hasta la muerte.

EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM