La eñe es propia del castellano, pero esta letra también existe en el vascuence, el gallego, el guaraní, el mapudungún, el quechua, el aymara, el otomí, el mixteco y numerosas lenguas amerindias de Hispanoamérica, como por ejemplo el zuñi de Nuevo México, así como en tagalo, chamorro y otras lenguas asiáticas a las que los misioneros españoles dotaron de alfabeto, como también hicieron con el bubi de Guinea Ecuatorial y otras lenguas africanas. O sea, que es una letra muy hispánica y universal que une a muchos idiomas y a pueblos hijos de España. Únicamente las lenguas de aquellos territorios hispánicos que ya tenían otra combinación de letras para representar gráficamente el sonido de la consonante palatal nasal (ny en catalán, nh en portugués y lenguas amerindias de Brasil) lo representan con otra grafía.
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