Bueno, la cuestión aquí, para no irse por las ramas, es saber si un Estado confesional y católico que tiene firmado un Concordato puede (o no) llevar la contraria en cuestiones DE DOCTRINA a la propia Iglesia Católica, como en el caso de la Tolerancia Religiosa (ya aceptada por la Iglesia muchísimo antes de ese Concordato) o la "libertad religiosa"; por poner sólo los dos ejemplos más representativos de esta discusión.
Es obvio, porque se ha repetido hasta la saciedad, que los Estados JAMÁS han tenido durante la Cristiandad competencia alguna en materias teológicas, ni siquiera para corregir a los ANTIPAPAS, que han habido unos cuantos; pues eso competía (y compete) tanto a los doctores como a los pastores EMPEZANDO por los propios cardenales. Sin ir más lejos, hoy en día, ese caso se ha producido por parte de una importante cantidad de profesores-teólogos (siendo motivo de polémica en el interior de la jerarquía eclesiástica) con motivo de la Encíclica "Amoris Laetitia". También están las "Dubia" formuladas por los eminentes cardenales Raymond Burke, Carlo Caffarra, Joaquim Meissner, y Walther Brandmüller.
Si el Régimen de Franco, practicando el regalismo, no hubiera aceptado la posición de la Iglesia en dichas épocas sobre tales cuestiones (por ejemplo la Tolerancia de Cultos), ni siquiera habría tenido la oportunidad de firmar un Concordato con la Iglesia; y por tanto, no hubiese tenido legalmente el reconocimiento de Estado Confesional. Tampoco hubieran tenido validez acciones unilaterales en ese sentido; pues el clero, a quien tiene que obedecer indefectiblemente en dichas materias es al Papa, so pena de excomunión. El problema, es que en ÉPOCA del Concilio, muy pocos miembros de la Iglesia cumplieron con ese deber de crítica y observancia; y los que lo hicieron TAMPOCO TUVIERON MÁS REMEDIO que firmar, de su puño y letra, TODAS Y CADA UNA de las Constituciones que conformaron el Concilio a su término. Tal es el caso, sin ir más lejos, de Monseñor Marcel Lefebvre. Eso no es óbice para seguir manteniendo, legítimamente, una posición crítica desde la Tradición por aquellos católicos que conocen bien estos temas.
Responsabilizar al Franquismo de los cambios en la Iglesia, y pensar que teniendo como hipotético rey a Don Javier (que tiene manifiestos en los 60 apoyados directamente en la letra Concilio) España hubiera vuelto, no a 1805, sino a la España de los Austrias, es una pura ilusión que no tiene base alguna en la realidad; y es que tampoco la Iglesia era la misma en dichas épocas. Monseñor Marcel Lefebvre lo sabía perfectamente, siendo también admirador de Franco y de su obra.
Por cierto, el accidente de coche de Don Javier se produce en 1972, y abdicó sus derechos dinásticos en Carlos Hugo en 1975; fechas muy posteriores al Concilio Vaticano II, que siempre fue reivindicado por éste y su partido político[1].
La resurrección de la persona de Franco, como la de todos nosotros, se hará al final de los tiempos como está dicho en el Credo; y su Régimén ya no volverá nunca más (obviamente) a pesar de nosotros los franquistas (o quizá "neofranquistas"); pero no mezclemos las cosas. Lo de la Monarquía Tradicional a mí personalmente me parece bien y la acepto; pero mucho me temo que Don Sixto, cuya figura reapareció (creo que allá por 2001) tras casi 20 años de ausencia política en España, y en un acto que se dió en un hotel madrileño al que acudió PERSONALMENTE Valmadian, no tiene demasiado apoyo en este país. De hecho, quien es su sucesor, Enrique de Lobkovicz y Borbón (hijo de Doña María Francisca de Borbón-Parma) ha presentado públicamente como cabeza de los Borbones, y pretendiente de Francia, al bisnieto de Franco: Luis Alfonso de Borbón.
https://www.youtube.com/watch?v=MAjrJvdedg4
https://www.youtube.com/watch?v=VQoLxUorh6I
[1]http://www.lavoz.circulocarlista.com/a/circulocarlista.com/www-lavoz/textos-tradicionalistas/abdicacion-de-don-javier-en-su-hijo-don-carlos-hugo
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