Vaya, ha dado mucho de que hablar el mensaje.
Me gustaría comenzar mi respuesta pidiendo disculpas por haber sido quizás demasiado soberbio, creyéndome con el derecho de criticar a un buen Papa como fue Pío XI. Al contrario de lo que ha podido extraerse de mi tono, no era mi intención calificar al Papa como liberal, sino hacer ver que el liberalismo ya tenía sus posos mucho antes de CVII, y que Pío XI había cometido (consciente o inconscientemente) un pequeño desliz en lo relativo a la oración azul. Ese era mi propósito al principio, pero después me he puesto también a criticar las oraciones verde y roja como si tales declaraciones fueran aportación nueva de Pío XI, cuando son muy antiguas en el seno de la Iglesia. He querido, por tanto, achacar a Pío XI errores doctrinales que les pertenece, en caso de que los hayan cometido, a los que moldearon en su día los usos y costumbres conyugales (vease San Agustín o San Tomas de Aquino).
En cuanto a la oración azul, he de decir que es posible que la haya interpretado erróneamente (mirando desde adelante hacia atrás, en vez de situarme en el contexto de la época). Esto es así porque he visto en ella, tal y como algunos defensores de la PFN, una justificación de ésta técnica anti-procreativa, al declarar como lícito el acto aunque no se derive una consecuencia reproductiva. Por supuesto, como declara expresamente en el Casti Connubi, Pío XI está completamente opuesto a las medidas anticonceptivas (y por eso escribe esta magnifica carta). Si le hubieran dicho que treinta años más tarde iba a popularizarse la PFN, ¿le habría parecido buena idea? Seguramente no, ya que la utilización de ésta técnica implica, por parte de los esposos, implica un deliberado propósito de buscar los días menos fértiles para hacer el amor, para evitar un nacimiento, cosa a la que él se opone vehementemente. Lo único que da a entender en la oración azul (ésta vez no he necesitado de los tiempos verbales para la tarea) es no-castigar a los esposos que sedan su concupiscencia aunque sepan que del acto no va producirse un nacimiento. {He descartado la otra posible interpretación de la frase azul, esa en la cual disculpa a las parejas que copulan pero que por causas naturales no se produce la gestación, ya que es obvio que muchas veces requiere de muchos intentos tal hazaña}.
Aclarado éste punto, y tras haber remitido mis pertinentes aclaraciones y disculpas, dejando claro mi total respeto por Pío XI, creo que es menester entrar en faena. Tras haber leído los diferentes comentarios, algunos a favor otros en contra, veo que está de más, al menos por el momento, intentar demostrar que Pío XI se equivocaba en esa declaración, teniendo en cuenta que pocos ven el error de Pablo VI y de la PFN. Para finiquitar el tema de Pío XI diré que he "buscado" alguna declaración parecida a la suya, en las mismas condiciones, y no la he encontrado, ni tampoco los defensores de la PFN, que seguramente la habrían utilizado. Por otra parte, he de aclarar que no era mi intención ofender a ningún casado ni entrometerme en la intimidad de nadie, tan sólo mostrar mi preocupación por un tema tan importante hoy día como es la moral sexual.
Muchos, tanto los que han estado a favor y en contra de mi mensaje, coinciden en rechazar el último párrafo de mi primer mensaje, y más concretamente la última frase, estoy seguro.
El placer, si es que hay placer en el acto conyugal, debe ser una consecuencia no buscada, un "premio" colateral.
El kit de la cuestión (y soy consciente de que mis palabras pueden ser interpretadas como maniqueismo o gnosticismo, cosa que luego desmentiré citando a Tomas de Aquino y San agustin) es que el sexo no es algo placentero, sino doloroso. Es una sacrificio. Cualquier persona que haya guardado celibato como mínimo durante un mes, sabrá perfectamente a lo que me refiero, sabrá perfectamente la energía que conserva uno en ese estado y lo que implica perderla.
Dios nos dio como regalo la capacidad de procrear, de crear vida a nuestra semejanza, de tener descendencia, ¿creéis en serio que también nos va a regalar el placer que se deriva del acto sexual (como sostienen muchos)? No me parece muy sensato que Dios de un regalo tan magnífico y que además sea placentero, no puede ser. Debe haber un intercambio, hay que dar algo a cambio de ese derecho, no puede ser gratis. Tiene que haber un sacrificio por nuestra parte, un precio; ese precio es nuestra "vida": al eyacular perdemos la energía y el vigor, y durante un tiempo estamos débiles ( a merced de los peligros que se nos presenten).
Ese me parece a mí un sacrificio justo, y no podría ser de otra manera: durante toda la vida los padres nunca paran de sacrificarse por sus hijos, es lógico que sea así desde el principio.
El sexo por tanto es algo doloroso, tanto para la mujer como para el hombre, y si lo sentimos placentero es únicamente porque nuestra naturaleza está corrompida por el pecado original. Todos sabemos la relación estrecha que tiene el dolor y el placer, como parecen comportarse como si fueran dos caras de la misma moneda, apareciendo uno a continuación del otro o simultáneamente. Sabemos también como ambas sensaciones activan las mismas áreas del cerebro.
Éste es el punto crucial, desde aquí hay que partir a dialogar. Los padres de la Iglesia no pedían a la gente que desearan a sus esposas y que buscaran el placer siempre y cuando se subordinaran al fin principal, no. Ellos accedían a que la gente hiciera eso, lo toleraban como mal menor sabiendo que si exigían a la gente buscar sólo la procreación se desencadenarían males peores (por poner un ejemplo Pablo en la carta a los corintios les recomienda que no busquen mujer y sean vírgenes, pero que si no pueden que su busquen una esposa para no fornicar con una y con otra). Ellos ponían como ejemplo supremo aquel que conquistaba sus pasiones, hacía un lado sus concupiscencias y procreaba sin dejar entrar en él la lujuría, y de este modo evitar pasarle tanto el pecado original (tomas de aquino demostró que no se podía evitar traspasar el pecado original a la descendencia, por muy puro que fuera el encuentro).
«Si por la virtud de Dios se concediera a alguien la gracia de no sentir placer desordenado en el acto de la procreación, incluso en este caso ese tal transmitiría el pecado original al hijo»(S. Th. I-II q. 82 a. 4 ad 3)
«un matrimonio sin relaciones carnales es más santo» (In IV sent. d. 26, 2,4)
Hay sólo dos motivos loables para realizar la cópula, segun Tomas:
1) la cópula con la voluntad de procrear, y 2) la cópula como prestación del débito conyugal al consorte que la exige. Según Tomás, esta última manera «está destinada a eliminar el peligro» (S. Th. Suppl. q. 64 a. 2 ad 1; ad 4), es decir, a «impedir la fornicación» (del otro) (Suppl. q. 48 a. 2). Todos los motivos restantes, por buenos y nobles que sean, llevan sólo a una cópula pecaminosa; al menos, a un pecado leve (S. Th. Suppl. q. 49 a. 5).
Yo creo que si la Edad Cristiana (tambien conocida como edad media) no hubiera sido destruida, la Iglesia habría dejado de permitir esos casos del débito conyugal y habrían exigido una mayor castidad y santidad dentro del matrimonio y un mayor respeto al acto de procreación.
Por último y para concluir pongo un extracto de un post que he encontrado en varios blogs anticatolicos y que habla sobre usos y costumbres sexuales en la edad media. No he encontrado las fuentes, pero seguro que viene de algun fuero o algo así. Ellos utilizan esto para críticar a la iglesia pero yo lo pongo para alabarla:
"La iglesia dictó algunas reglas para ayudar a las parejas a vivir una sexualidad virtuosa:
a) Prohíbe el sexo marital 3 días antes del sacramento, durante el embarazo, la menstruación, la crianza de los niños, después de la menopausia, en cuaresma, adviento, domingos y días de fiesta.
b) No es permitido el juego sexual antes de la cópula porque causa placer.
c) El coito no puede darse en otra posición que no fuera cara a cara con el hombre encima."
Creo que debemos aprovechar los avances que tenemos hoy para hacer el bien. Por ejemplo la PFN (termometros, calendarios, etc) es una buena herramienta para saber cuando la esposa es más fértil y hacerlo justo ese día, de esa forma nos evitamos tanto cansancio al tener que dar en la diana una sola vez.
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