Cita Iniciado por Dvx Ver mensaje
...comparar a Bismarck, un vulgar campesino gordinflón y patoso, con el Gran Duque de Alba es algo que no merece ni ser comentado. ( Vd sabe que Bismarck no era militar, aunque se embutiese en ese horrible uniforme alemán para impresionar)
Decía Engels que: "si el socialismo fuera igual al estatismo, Bismark hubiera sido el mayor socialista del mundo".

El caso, como todos sabemos es que Bismarck era todo un conservador, pero un conservador "revolucionario" (por muy contradictorios que parezcan ser a simple vista ambos términos). Creo que posteriormente se llegó a estructurar un movimiento al que se le llegó a denominar con el nombre de "Movimiento Junkers" y sus doctrinas estaban basadas, bien en un modelo de "cristianismo aplicado" a partir de las doctrinas sociales de la Iglesia, o bajo un modelo, digamos de... "socialismo de estado" al mas puro estilo "bismarckiano".

Y es que en política, cuando existe verdadera imaginación y se sale uno de los límites impuestos por la lógica impuesta por la revolución liberal, existen muchos mas caminos que el "uno" y el "otro", que todos conocemos... Voy a poner un ejemplo con el que quisiera hacerme entender en ésto que digo: parece ser que si alguien dice estar de acuerdo con alguna medida de corte izquierdista, inmediatamente también, y solo por eso, ya tendría que estar de acuerdo con las leyes abortistas, el feminismo de género, el ecologismo antihumano, y los matrimonios gays... Y si uno se empeña en mantener una posición, marcada como conservadora, como por ejemplo... la Unidad de España o el catolicismo, entonces también habría de estar de acuerdo de inmediato y sin rechistar con las reformas laborales del PP o la privatización de la Sanidad, etc, etc...

Pero ésto no es mas que uno de los muchos engaños ideológicos entre los que nos pretende encorsetar este sistema.

Por eso, figuras como Bismarck me parecen tan atractivas. Este hombre podía combinar sin reparos una política muy nacionalista (no más ultra que la de algunos contemporáneos suyos, como bien dice LUX) con una política abiertamente belicista y atea, de forma que, sin dejar de ser conservador, se atreviera a incorporar a líderes socialistas en su gobierno (algo parecido a lo que hizo don Miguel Primo de Rivera), y hacer una profunda revolución social, sin llegar jamás a ser socialista (como bien nos recordaba Engels en su cita que pego al principio).

Y de hecho, contra lo que usted pueda opinar, fué una jugada política, además de socialmente buena, inteligentísima porque sembró un cisma entre los viejos socialistas revolucionarios, que mas tarde se pasaron al comunismo prosoviético, y los que podríamos denominar "colaboracionistas-reformistas", que años mas tarde conocimos con el nombre de socialdemócratas (ojo, con este término, ya que entonces y hoy no significan lo mismo... el partido de Lenin se autodefinía como "socialdemócrata"). Es decir, sus políticas a la par que conseguían atraerse a las masas obreras, además consiguñia sembrar la semilla de la división en el enemigo... Y es que no hay nada como saber abandonar los clichés ideológicos impuestos por la lógica del sistema liberal, para comprender que, en política, nada está escrito y que son posibles todo tipo de alianzas. Es decir, puede rechazarse abiertamente el aborto, los feminismos de género o los matrimonios contranatura, y a la par abogar por la nacionalización del crédito o la estatalización de la economía. Nada está escrito mas que en los clichés ideológicos impuestos. Y es precisamente contra estos clichés contra los que arremetieron hombres como Bismarck, don Miguel Primo de Rivera o, mas tarde, su hijo (entre otros hombres ilustres como ellos).


Un abrazo en Cristo