Re: España e Inglaterra
Cuando me refería a "deseos personales", Adriano, hablaba de íntimas convicciones acerca de que las cosas deberían ser de otro modo, no me refería pues a los hechos consumados. Desgraciadamente la realidad nos muestra a diario algunas de las cosas que has señalado en tu último mensaje. Por eso, yo no soy partidario de perder el tiempo en proyectos que de antemano se sabe que no van a salir de una fase grupuscular y, si en cambio, de una labor de zapa diaria en tu ámbito personal -familia, amigos, trabajo, etc.,- o sea, no dejar de dar puntada sin hilo, pero siempre dando la apariencia de persona sensata. Hay que tener en cuenta que si los partidos del sistema están más que desprestigiados, los anti-sistema, sean del color que sean, también lo están y todos llevan algún sambenito colgado. En cambio, es positivo ir abriendo los ojos a la gente con pruebas sencillas, te aseguro que la gente se queda "flipada", como se dice hoy en día, ante cuestiones que jamás pasaron por sus cabezas y que siempre dieron por ciertas y por tanto bien sentadas.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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