Re: En defensa de los toros
Hombre, digamos que la longitud del hilo corre parejo en cierto modo a los siglos en los que ha habido, y sigue habiendo, polémica con el tema. Pero ahora el meollo se centra en un artículo que sigue circulando por las redes y los medios. Yo ni me acordaba de lo que motivó el inicio del hilo sino fuera porque hace dos días me entró en mi iphone, a través de ese servicio de entrada de las noticias que se están renovando continuamente, otra vez el mismo artículo. Como ni sabía que había sido la razón para iniciar el hilo, siento no haberme quedado con el enlace que tampoco recuerdo qué medio o blog, tanto da, era quien lo reproducía una vez más.
Pero, nuevamente, las particulares opiniones del Sr. de Prada acostumbrado a mezclar las churras con las merinas, tuvieron la virtud de irritarme al instante. Este señor puede opinar lo que le venga en gana, pero no puede descalificar a otros en temas fundamentales, sólo porque él tiene "SU" peculiar cosmovisión de ciertas cosas. Y voy a resumir cuáles son las idioteces, si, idioteces, que suelta en el articulito de marras:
DURANTE siglos, la execración de las corridas de toros, como la execración de la conquista de América, fue lugar común entre los promotores de la llamada «leyenda negra»,que en esencia era propaganda anticatólica.
¿A qué se refiere, es decir, qué tienen que ver las corridas con todo lo demás a sabiendas de que la misma defensa de los toros TAMBIÉN se puede considerar como contribución a la leyenda negra? habrá que empezar por delimitar quién o quiénes son los receptores de ello, ¿o no? Por ejemplo, yo que no gusto de los toros ni se me ocurre asociar leyenda negra con dicha fiesta, por cierto declarada como "nacional" por los muy liberales Fernandito e hijita Isabelita. ¿Entonces a qué viene tal asociación de ideas? ¿contra quién o quiénes va? Eso se ve más abajo y muy claramente.
lo que los promotores de la «leyenda negra» combatían, bajo el disfraz bucólico, era la subsistencia de una fiesta católica, «el espectáculo de un pueblo religioso acostumbrado por su sangre a pasearse con toda naturalidad entre el más acá y el Más Allá», que es como muy certeramente definió Agustín de Foxá las corridas de toros.
¿Y esos promotores porqué no se cebaron, al menos hasta muy recientemente que ya van a por todas, con las demás fiestas católicas? El problema de este señor es que le debe parecer que muchos nos chupamos el dedo, cuando lo cierto es que la Leyenda Negra de Julián JUDERÍAS está a disposición de cualquiera, pero claro con semejante apellido... Poner en búsqueda "Leyenda Negra" y Julián Juderías nos da automáticamente 13.900 entradas.
Los toros sólo son comprensibles desde el genio católico, que es el único capaz de concebir una religión donde cuerpo y alma vayan juntos de la mano, paseándose con toda naturalidad entre el más acá y el Más Allá.
Insistir en esto resulta ya redundante, ¿y qué tienen que ver los toros con la Teología, la Sagrada Tradición, el Dogma y la Doctrina? Por supuesto, hay muchos paisanos y foráneos no católicos a los que les gustan los toros, aunque no siendo católicos no saben que lo son en realidad. Bueno pues habría que ver qué tan católicas son el resto de sus costumbres y opiniones en relación con el resto de sus existencias sobre temas fundamentales que nos afectan a todos a diario. ¿o es que, como con el caso del patriotismo, en las entradas a las plazas se venden partidas de bautismo? Esta cuestión se resolvería de un modo muy sencillo mediante unas cuantas encuestas sociológicas a esos católicos que lo son pero no lo saben, nacionales y extranjeros.
Los toros son, en fin, una sencilla catequesis con música de clarines; y sólo puede disfrutarlos quien es católico, aun sin saberlo.
¿Y quien no lo disfruta, aún siendo conscientemente católico a machamartillo, resulta que, en realidad, no sabe que no lo es? ¿Catequesis? igual a él no le vendría mal recordar que el Reino no es de este mundo y es más que dudoso que en dicho Reino de Cristo haya corridas de toros. Y, sinceramente, si habla de retórica, también esto es una cursilada.
Y, del mismo modo que disfrutar plenamente de la fiesta de los toros sólo puede hacerlo un católico (aunque no sepa que lo es),
perseguirla con saña y anhelar su prohibición sólo puede hacerlo un católico vuelto del revés.
No es igual perseguir con saña, que no gustando ser indiferente a su desaparición. Es el mismo argumento que se les puede señalar a los británicos con la caza del zorro: "usted no es un buen inglés si desea la prohibición de la caza del zorro."
Eres católico si te gustan los toros.
Eres un católico "vuelto del revés", o sea anticatólico, si no te gustan.
Luego, para ser católico hay que ser taurino.
Buen ejemplo de falacia lógica.
y nos recuerdan que los toros también les gustaban a Picasso o a Companys (quienes, a su pesar o sin saberlo, eran católicos)
Al parecer según este señor firmar 1400 sentencias de muerte de católicos en Cataluña fueron 1.400 actos de caridad cristiana, aunque él no lo supiera, y es que dice que le gustaban los toros. Me pregunto que pensarán los descendientes actuales de las víctimas de Companys sobre los argumentos del Sr. de Prada.
En cuanto a la referencia a Picasso, debe ser que el Sr. de Prada es de esos españoles influenciados por el "cristoateísmo" picassiano expresado en dos de sus obras, por cierto, esperpénticas.
Religión - Pablo Picasso y la influencia de la cultura en sus obras
Y me quedan dos cuestiones en el tintero que, ciertamente no aparecen en el artículo, menos mal. La primera las afirmaciones sobre el "tradicionalismo" o "antitradicionalismo" dependiendo si gustan los toros o no gustan. Desde luego, en la Santa Tradición (los Evangelios) no aparece nada y nada tienen que ver con el tema. Pero si hablamos de tradición con minúscula, hablaremos de aquello que se transmite de padres a hijos a través de generaciones. Entonces ¿qué pasa si en una familia católica y española nunca ha habido "tradición" taurina? ¿Es que eso no es tradición? ¿Acaso sólo lo va a ser en aquéllas en las que siempre han sido entusiastas de los toros?
Y, finalmente, prescindiendo de todo el argumentario animalista, vegano, progre-mugroso, etc., etc., tan al uso de la demagogia actual institucionalizada, ¿cómo y en qué términos se mide la sensibilidad de cada persona a título individual? ¿Acaso es imperativo ir a la trágala con la sangre de un animal? A mi en dos ocasiones se me han estrellado contra el parabrisas de mi coche sendos pájaros, y no me dejaron buen cuerpo pese a que su muerte fue instantánea. Yo que resido en un pueblo, he tenido que tragarme por narices en algunas ocasiones el espectáculo infame de contemplar en la vía pública, regándola de sangre, a toros llevados en la pala de una excavadora camino del matadero municipal, "seis toros seis, seis viajes seis". Y resulta que plago impuestos y las vías públicas son comunes. Al menos el ayuntamiento debería tener el "detalle" de que no se vea el traslado del animal ya muerto. Y no deja de ser una contradicción en términos, que las fiestas populares de la localidad sean en honor a un Cristo y por la noche el mismo ayuntamiento contrate un espectáculo móvil con un conjunto de barraganas en pelotas, en cueros vivos, vamos prácticamente como vinieron al mundo y a la vista de todo el que quisiera, o pasase por allí, pues el "espectáculo" se ofrecía en la plaza del pueblo. Dejemos pues en paz las sensibilidades, siempre que no se conviertan en argumentos demagógicos.
Lo que es un hecho a lo largo de la Historia de la tauromaquia es que la Iglesia ha mantenido posiciones encontradas, como encontradas están las opiniones de muchos católicos.
Léase el índice de la siguiente tesis doctoral, porque contiene un listado de personalidades hispanas con una entrada a sus posicionamientos personales en relación a los toros. Por supuesto, nada de todo esto es dogma de nada.
http://dspace.uib.es/xmlui/bitstream...=2&isAllowed=y
Última edición por Valmadian; 17/09/2019 a las 22:59
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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