Y si por obra de una mujer que no se quiso someter a la Ley de Dios, y se dejó seducir por los engaños del Maligno, entró el pecado en la tierra (icono de todas las mujeres que hoy también son iguales a ella), del mismo modo también la Nueva Alianza de Dios con el hombre se inició, hace dos mil años, dentro del vientre de una mujer cuyo vientre se convirtió desde entonces en el centro mísmo de una encarnecida guerra sin cuartel. Una guerra que se mantendrá siempre in crescendo hasta el final de los tiempos.
«Pongo eterna enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya». De la Santísima Virgen María vendrá la Salvación y la Victoria contra el efímero reinado de esta maldita serpiente que ahora también tiene sometidas a las féminas feministas. Y es que no hay otro camino posible, o se está con Dios o se vive sometido a los designios del demonio mísmo. No hay otro camino intermedio... Y ellas, parece ser que ya han elegido, y ya saben a quién han decidido someter sus pobres y miserables vidas y como entregar sus pobres y miserables cuerpos al abismo. ¡Que Dios se apiade de sus pecadoras almas y las haga rectificar a tiempo!.
¡Qué pena de Inquisición!, ¡qué bien le vendría al mundo en estos mismos momentos!.
"De la misma manera que aquella -es decir, Eva- había sido seducida por el discurso de un ángel, hasta el punto de alejarse de Dios a su palabra, así ésta -es decir, María- recibió la buena nueva por el discurso de un ángel, para llevar en su seno a Dios, obedeciendo a su palabra; y como aquella había sido seducida para desobedecer a Dios, ésta se dejó convencer a obedecer a Dios; por ello, la Virgen María se convirtió en abogada de la virgen Eva. Y de la misma forma que el género humano había quedado sujeto a la muerte a causa de una virgen, fue librado de ella por una Virgen; así la desobediencia de una virgen fue contrarrestada por la obediencia de una Virgen..." (San Ireneo - Adv. Haer., 5, 19, 1)
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