A uno u otro nivel, todas las ideologías con un componente de ingeniería social, es decir, que intentan cambiar las características de las personas o de la sociedad, han trabajado siempre por intentar modificar el uso y el significado de las palabras. Éste es un hecho empírico, que la historia reciente lo atestigüa. Veamos, por ejemplo, el uso de expresiones tales como "Derechos Colectivos" (una clase de 'derechos' que, al ser tan difusos, permiten la quiebra de los derechos individuales...). 'Interrupción del embarazo', como si la gestación pudiera detenerse para continuarla luego, en lugar de matar por descuartizamiento al niño. Pero el uso de la neolengua no está centrada únicamente en estos cuestionamientos. Por eso, los gobiernos cuando dicen "reformas estructurales", todos sabemos que quieren decir "recortes permanentes". Y cuando dicen que van a "simplificar" la Administración, lo que quieren decir realmente es que van a recortar en servicios esenciales. Y así podríamos continuar con un largo etcétera...
En todos los casos la técnica se basa en una prostitución de los términos. Así, por seguir con la dialéctica empleada por el feminismo abortista de género, promovida desde el NOM, han sustituído la tradicional palabra "equidad" por el neologismo "paridad", que es una cosa bien distinta. Ya que ésta (la paridad aplicada al 'género), amén de ser una integral tontería, siempre busca conseguirlo forzando las reglas de la sana convivencia (es decir, haciendo discriminaciones malsanas e injustas que, bajo la terminología tradicional, hubieran sido siempre impracticables).
Y es que, si del demonio en otros tiempos siempre afirmamos que había estudiado teología, hoy en día también se ha hecho lingüista, y anda confundiéndonos a todos con sus engaños y argucias.
Un saludo
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