Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

Iniciado por
Zunzu
vamos a datos fríos; entre 1521 y 1630 murió el 97% de la población indígena, en NÚMEROS: de unos 25 millones a unos 750 mil. la mayor mortandad se dio en EL UNICO LUGAR DE POBLACIÓN MEXICA (azteca): la cuenca de Texcoco.
Si, vamos a por los datos fríos, y a captar "numéricamente" lo que se dice:
-. Entre 1521 y 1630 transcurrieron 109 años.
-. Unos 25 millones de muertos, eso significa: 229.358 fallecidos por año de modo consecutivo año tras año en tal periodo. Es decir, cada año desaparecía el equivalente a la población completa de ciudades como Donostia, La Coruña, Córdoba, Tarrasa o Alcalá de Henares, todas en España, y así hasta 109. Peculiarmente en 1630, y después de esos 109 años mencionados, la carnicería se interrumpió de pronto.
-. Lo que, a su vez, suponen: 628 muertos al día...
Y ¿cuáles fueron las causas? explíquelas bien desglosadas y documentadas. Y es una exigencia lógica, pues los promedios mencionados antes obviamente no se dieron, sino que habría algún punto de inflexión, ascendente antes de él, y en descenso después. Así que, ¿cuántos fallecieron en el año correspondiente al "pico" o máximo?
Esto si que es un mito.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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