
Iniciado por
Michael
Pero á Cuba no le puede intranquiliziri; que se haga para Puerto-Rico, porque tiene dentro de si misma la mayor de las intranquilidades. ¿Dónde está ea identidad para que se diga que lo que hoy se hace pin Puerto-Rico mañana tiene que hacerse, precisa é indispensablemente , para la isla de Cuba? ¿ Dónde está ess identidad para decir que necesitamos de los Dipútalos cubanos, lo cual para nosotros sería honrosísimo, y n» causaría gran alegría, porque eso, sobre todo, significara que la isla de Cuba estaba tranquila? Pero no necesitamos de esa ayuda, no necesitamos de ese concurso pan constituir á Puerto-Rico, que es enteramente distinto o: Cuba.
Pero se dirá: «ya han venido representaciones de la isla deCuba; se han presentado exposiciones, unade86 1 0.000 firmas, y otra hoy de 3.000 más, en las cuales se pide e: aplazamiento de la discusión de la Constitución de PuertoRico.» Yo no me ocuparé, señores, del fondo de estas representaciones. Si se limitaran á pedir que en Coba no si haga ninguna reforma, estaríamos conformes; pero pai: que no se haga en Puerto-Rico lo que á Puerto-Rico convenga, no es de derecho en los cubanos; porque nosotros Diputados de la Na;ion, que pudiéramos resolver las cuestión! s de la isla de Cuba, nos abstenemos de tocare* cuestiones; respetamos el estado en que se halla la isla: queremos que vengan sus representantes para oir tua necesidades; y si tenemos nosotros esta prudencia y esta eosdescendencia con la isla de Cuba, me parece que la isii de Cuba no debía mezclarse en las cuestiones de PuertoRico.
Dice la exposición que los Diputados de Puerto-B:« sabrán lo que conviene á la isla de Puerto-Rico. Es verdad; y pues que ellos son los que lo saben ó los que debes saberlo, déjenles á ello3 esa independencia, que has'* ahora no han pedido consejo, ni los cubanos están pan darlos, porque cuando domina la pasión, la razón cali»; y la isla de Cuba es todo pasión, ya de un bando, ya de otro. En este estado no hay razón.
Pero se dice, y es en lo que más ha fundado su discurso el Sr. Romero Robledo: «los firmantes de estas esposiciones, los que solicitan que en la isla de Puerto-Biw no se hagan alteraciones políticas hasta que vengan Incúbanos, son los que estáu con las armas en la mano, Sm los que están derramando su sangre, son los qüe esW haciendo sacrificios inmensos por conservar ilesa la bandera deOastilla, la unión con la madre Pátria.» ¿Quiéop3' diera dudarlo? ¿Quién pudiera dudar que cada soldado fe un héroe? Pero acaso, porque hagan esos sacrificios de sangre y de dinero, ¿han de ser arbitros para impaMf iC que corresponde á la otra Antilla? ¿Se nos ha presentad algún argumento que demuestre que por dar un» Con-
titucion i Puerto-Rico peligra la integridad nacional en Criba? ¿Por quién va á peligrar? Dos bandos hay en Cuba: uno el de los insurrectos; otro el de los leales: dada la Constitución para Puerto-Rico, sea cual fuere, ¿animará ó desanimará á los insurrectos? Yo creo que ni una ni otra cosa: ellos no quieren reformas, ellos quieren la independa absoluta; por consiguiente, no es de beneficio para ellos el que se den libertados á Puerto Rico.
Algún daño podría hacerles, porque ellos sostienen en todos sus periódicos que España no cumplirá con sus promesas, que todo es una mentira; y cuando vieran que efectivamente á Puerto-Rico se le había dado una Constitución acomodada á las necesidades del país, se convencerían de que España cumple sus votos, de que ha llegado el día en que es una realidad lo que se ofrece, y de que si desde el año 37 estamos aguardando reformas y leyes especiales, llegó la revolución de 1868 para hacer ver que era una verdad lo que se ofrecía.
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